Partida Rol por web

Observo el panorama ya con la mente algo mas tranquila, mi maestro se sentiría decepcionado si me dejaba llevar por la ira y comenzaba a aporrear todo lo que encontraba a mi paso.

-Mowar – Digo con un estado de ánimo indescifrable, entre calma e ira – Creo que debemos doblar a la derecha.

Señalo la pequeña bifurcación que se encontraba más menos a mitad de camino, creía que la sala podía ser cuadrada así que seguir adelante puede que nos tenga rodeando el mismo lugar todo el rato, y no teníamos el tiempo para eso.

De acuerdo. Vayamos por ahi- digo siguiendola. Parece que mi compañera se está calmando cosa que admiro profundamente, yo estoy cada vez más nerviosa. NO puedo sacarme de la cabeza el hecho de que no he podido localizar a ninguno de mis compañeros. Pero no podía compartir esos pensamientos con mi compañera.- Pero si hay muchas más birfurcaciones deberiamos pensar otra cosa que ir al azar

-Me parece bien – Digo sin dejar de intentar ver por donde iba – Tampoco me agrada la idea de ir al azar, pero no tenemos mucho tiempo para perder.

Sentía la tensión en mi cuello, pero cada vez podía relajarme mas, una vez solucionara los problemas que tenia ahora podría empezar a buscar por los otros, lo mas importante que se me cursaba por la mente ahora mismo era poder salir de aquí, y así poder ayudar al resto.

-¿Tu puedes ver bien en la oscuridad? – Pregunto con inquietud – Si es así, por favor ve adelante, yo no veo muy bien.

Alia y Mowar se abrieron paso con prudencia hasta la bifurcación que giraba a la derecha. Resultó no ser un pasillo, si no un corto corredor que llevaba a una puerta, similar a la que les había encerrado a ellas minutos antes. ¿Sería otra celda, o tal vez una estancia completamente diferente?

Cuando estaban preguntándose eso, notaron cómo la adrenalina recorría sus cuerpos. Habían oído algo, por el pasillo oscuro que había quedado a su izquierda y por el que habían decidido no ir. Un ruido metálico, rítmico... como si algo golpeara el suelo de piedra tres veces y luego volviera el silencio. Callaron durante unos segundos, pero el ruido no se repitió...

Miro a Alia con una mirada que dice claramente "vayamos" y me acerco pegada a la pared preparada para desenvainar el sable desplazandome todo lo sigilosamente que puedo y ligeramente encogida en posción de defensa. La puerta estaría ahi siempre...lo que causaba el ruido no

Sigo a Mowar de manera Sigilosa, no era mi estilo, pero en estas situaciones no serviría de mucho un ataque frontal sin meditar antes, además ni siquiera sabíamos si era o no un enemigo.

-Podría ser algún droide que nos vigila – Pienso de manera fría y calculadora – Oh podría ser algo malo que tenga que aplastar.

Alia y Mowar avanzaron, cubiertas por la pared de piedra. No encendieron sus sables aún, ya que una de las primeras cosas que aprendía un iniciado en el Templo Jedi era a ser sigiloso, y el zumbido de un sable láser puede delatarte. Pero si debían activarlo, lo harían sin dudar.

Se asomaron con cuidado por la esquina oscura, mientras el sonido metálico volvía a oírse, y pudieron ver qué era lo que lo producía. Un enorme androide se arrastraba de manera amenazadora por el corredor, deteniéndose aquí y allá y lanzando pequeñas descargas eléctricas al suelo. Medía casi un metro de altura, y tenía forma cúbica. Las dos Padawan no tenían ni idea de qué propósito podía tener ese androide... pero no parecía haberlas detectado aún.

Hice un gesto a Alya para que no se apresurase. ¿Serían esas descargas paralizantes? No sentía demasiadas ganas de atacar porque sí a un droide que lo mismo solo estaba realizando tareas de limpieza...aunque con esas descargas no parecía precisamente eso a lo que se dedicaba... Lo mejor era seguir por donde habían empezado. AL menos averiguar si la puerta que habían visto antes era de un corredor o de una celda. Despues podrían volver donde el droide y decidir.

Trate de sugerir eso a Alya de forma telepatíca para hacer el menor ruido posible, atacase al doride con la misma furia que había roto el panel donde había aparecido ese hombre

-Alya...la celda. Volvamos luego

Sin embargo, estaba muy cansada. El esfuerzo de tratar de contactar con la maestra Ilmara parecía haber sido demasiado fuerte. Quizas debería relajar un poco la mente antes de volver a intentar usar la fuerza

Con el ceño fruncido, Alia se obligó a asentir y a seguir a su compañera. Tenía ganas de destrozar algo cuanto antes para liberar la tensión, y ese droide parecía el blanco perfecto... pero quizá no sería seguro atacarlo sin asegurarse primero de cómo actuaba o para qué era.

- De acuerdo... -susurró-. Pero no lo perdamos de vista.

Amabas se apresuraron a volver a la puerta que habían encontrado antes.

Alia y Mowar regresaron sobre sus pasos, haciendo el menor ruido posible, mientras a su espalda el androide continuaba avanzando lentamente, haciendo ruiditos y emitiendo pequeñas descargas.

La puerta continuaba cerrada, sin señales aparentes de actividad reciente. Al fin y al cabo, estaban solas en ese corredor, salvo por la presencia del inquietante androide.

Con precaución abrí la puerta con la fuerza, tal y como habia hecho con las demas habitaciones y me dispuse a otear que había dentro. Me preocupaba mucho que mi compañera se dejase llevar por su furia, pero de momento Alya estaba dominandose bastante bien a pesar de que yo sentía su furia y su ira.  Si las cosas hubiesen sido distintas, la hubiese recomendado meditar, pero con tan solo unas horas para salir de alli....no podiamos arriesgarnos a perder tiempo con eso.

La puerta se abrió sin resistencia cuando Mowar empleó la Fuerza en ella, revelando una estancia sumida en las tinieblas. Gracias a su desarrollado sentido de la vista, la joven gungan pudo distinguir objetos con forma cúbica, apilados unos encima de otros. Quizá fueran cajas de suministros y hubieran descubierto un almacén... En cualquier caso, no había ni un ruido dentro, por lo que la estancia parecía segura.

Alia se movió nerviosa, con el ceño fruncido y mordiéndose el labio inferior. El androide continuaba allí y era peligroso permanecer a la vista.

- O nos escondemos, o lo machaco... tú decides, pero hazlo ya -dijo la mandalore, nerviosa y cambiándose el sable de mano, mientras miraba el corredor con las rodillas dobladas en posición de lucha.

Vayamos por donde está el droide, pero no le ataquemos al instante. Esperemos a ver como reacciona antes de machacarlo- dije tratando de pensar. Si quieres voy yo antes que veo mejor, y si hay problemas pues... a por él.

No quería que mi compañera atacase a lo loco a un droide que lo mismo no nos hacía nada...Si hacía algún movimiento sospechoso atacariamos, si no pasariamos a su lado sin mayor problema

Alia miró un momento a Mowar, con el entrecejo aún fruncido en una mueca de fastidio, pero asintió.

- Vale, pero esto no me gusta nada... -declaró volviendo la vista al frente.

Las dos padawan volvieron a la esquina anterior, mientras la puerta del almacén oscuro se cerraba a sus espaldas. El droide apenas había avazado un par de metros, y seguía emitiendo ruiditos y pequeñas descargas. Tal vez fuese algún sistema de limpieza que estaba ocupándose de la suciedad carbonizándola, pero si era así era bastante inútil, porque la parte del corredor que había dejado atrás seguía bastante mugrienta...

Ignorando al droide por completo y confiando en que no sea peligroso paso a su lado seguida de Alia, preparandome emntalmente para sacar el sable si es necesario

Según Mowar asomó por la esquina del corredor, el androide enfocó uno de sus pequeños visores hacia ella. De inmediato dejó de emitir sonidos y descargas, y se quedó completamente quieto.

La gungan pasó despacio a su lado, mientras el droide la seguía con el visor, observándola. ¿Qué estaría pasando por la mente mecánica de aquél aparato?

Alia siguió a Mowar, mirando ceñuda al droide. Daba la impresión de que se contenía para no asestarle un mandoblazo y partirlo en dos. Pero eso sería violencia gratuita, aunque no se tratara de un ser vivo. Y la violencia es algo que un Jedi debe evitar.

- ¿Qué ves...? -le preguntó a Mowar, que iba por delante de ella.

Lo que Mowar pudo ver al asomarse a la esquina fue un largo y ancho corredor, bien iluminado por pebeteros que revelaban que estaba desierto. Hacia el final, había una bifurcación a la derecha... pero lo más llamativo era el fondo, en el que la gungan pudo ver que había una estancia con algo que parecía... ¿lava? Desde luego brillaba con una luz rojiza y variante, como si estuviera en movimiento. Tendrían que ir allí si querían verlo con detalle.