Partida Rol por web

Con un tremendo dolor en las sienes y la cabeza palpitando, Theen y Nop abrieron los ojos casi a la vez. No eran conscientes de dónde estaban, ni tampoco de qué hora era ni cuanto tiempo había pasado desde el ataque...

¡El ataque!

Ambos continuaban vivos. ¿Qué había pasado? Lentamente, los recuerdos volvieron a su mente. Se habían estrellado en la superficie de Kuvoth, atacados por una nave desconocida. Una nave en la que latía el Lado Oscuro... Habían estado casi seguros de que morirían, pero milagrosamente se habían salvado.

¿Pero dónde estaban ahora? ¿Y dónde estaban sus maestros y los demás padawan? En la sala en la que estaban no podían ver a nadie más que a ellos dos. Era una habitación de piedra, cerrada por todas partes, sin una sola ventana e iluminada por pebeteros que ardían con suavidad. La única salida era una puerta de metal herrumbroso que estaba cerrada.

El calor era sofocante, y la atmósfera estaba muy viciada, ya que no había respiraderos, o por lo menos no se veían a simple vista. Podían oír el sonido de gotitas cayendo, pero no sabía si provenía de la sala, o de más allá de sus muros. En cualquier caso, una especie de raíces extrañas cubrían algunas paredes, y había tablones esparcidos por el suelo.

Theen y Nop se miraron instintivamente. No les faltaba nada. Quien les hubiera llevado allí no les había quitado ni su equipo, ni lo que era más importante, su sable láser. Pero estaban aturdidos, cansados y sobre todo, solos.

Los ojos de Nop se abrieron poco a poco dibujando en su rostro una mueca somnolienta. Antes de percatarse de su nueva situación, recordó los últimos instantes antes de caer inconsciente y de pronto sus párpados se abrieron como platos y se puso en pie de un ágil salto. Lo último que recordaba era que dejaban atrás montañas y colinas para abrirse paso a través de un valle arenoso en mitad del caos de la nave...

Intintivamente se llevó la mano derecha al sable láser. Aún estaba ahí, al igual que el cinturón y todos sus accesorios. Miró en derredor y se secó la frente, hacía mucho calor en aquel lugar y las llamas creaban sombras siniestras en medio de un silencio absoluto. Observó a su enorme compañero y se acercó hasta él para ayudarle a incorporarse.

- Nos hemos metido en una buena. - bromeó a pesar de hallarse serenamente serio.

Se movía con cautela, sin perder de vista las sinuosas sombras.

- Supongo que esto debe ser nuestra prisión. - dijo abriéndose de brazos - Aunque no comprendo por qué nos han dejado nuestras armas y equipo. - en este punto recordó a su maestro, quien siempre había estado ahí para responderle con paciencia y sabiduría.

Se mostraba curioso y hablaba con confianza. Se acercó a la puerta oxidada e intentó abrirla sin éxito. Pensó en usar el sable láser, pero antes quiso investigar la sofocante estancia a fondo. Así, se acercó a los gruesos tablones de madera.

Tras todo lo ocurrido Theen empezaba apenas a entrar en razón, su compañero de celda murmuraba varias cosas pero el pequeño Anx no lograba concentrarse en ninguna de ellas.
La situación era apremiante, eso lo entendía, y tenían que actuar con cautela y sabiduría eso lo sabia también, no podían cometer errores.
-Seamos precavidos antes de actuar- dijo Theen aun algo desorientado –Debemos intentar deducir en la medida de lo posible donde estamos y que esta sucediendo-

Pasados los primeros instantes de desorientación, ambos padawan comenzaron a moverse para buscar una solución a su situación. Nop centró su atención en los tablones que había colocados en el suelo, mientras que Theen se concentró en la Fuerza con intensidad.

El primero observó que eran viejas tablas, carcomidas y no muy resistentes, que estaban simplemente dispuestas sobre el suelo de piedra. Eran dos, formando una gran cruz. Debían pesar bastante, pero no tanto como para no poder moverlas si era necesario.

Por su parte, el anx logró concentrarse muy bien a pesar de la situación de nerviosismo e incertidumbre, pero no notó nada ni a nadie alrededor cuya presencia en la Fuerza fuera particularmente llamativa, -salvo las típicas formas de vida menores, como insectos y pequeños microbios-.

O bien no había nadie cerca... o tal vez estuvieran ocultándose deliberadamente. Lo único obvio es que Nop y Theen no habían llegado allí por azar.

El joven zabrak se acercó a las tablas de madera y las observó meditativo tratando de buscar una salida en aquel lugar sombrío. Se preguntó en silencio que habría sido de los maestros y el resto de padawans, pero al no tener manera de averiguarlo, desechó tales pensamientos y se centró en el ahora, donde su mente debía estar para aprovechar todo su potencial en salir de ahí. Su maestro Kbahr así se lo habría indicado.

Escuchó al gigante anx y le hizo un gesto con la mano desde la distancia para que se aproximara hasta él y los tablones del suelo.

- El dónde va a resultar complicado de descifrar desde aquí dentro. - le contestó a su compañero con soltura, observando en derredor suya - Por ahora, solo sabemos lo que la maestra Imara Tellmin reveló antes del accidente. Percibió el Lado Oscuro de la Fuerza en esas naves y éstas nos derribaron. Inconscientes, nos trajeron hasta este lugar, aunque aún no podemos saber qué hicieron con el resto... ni por qué nos dejaron el equipo.

El padawan trató de razonar lo sucedido, aunque era evidente que aún faltaban demasiadas piezas para completar el puzzle.

- Creo que por ahora - dijo tras una pausa reflexiva, en un tono animado de voz - tenemos que centrarnos en salir de aquí. ¿Me echas una mano con estos tablones? - en esta ocasión una apacible y juvenil sonrisa se dibujó en su rostro.

-Salir de aquí es lo que puede que quieran que hagamos- Le digo a mi diminuto compañero mientras meditaba sobre la situación, algo le olía mal, era obvio que había algo escondido en todo lo que sucedía, sin tan solo pudiera discernir que...-Los tablones, los que nos encerraron aquí debieron tocarlos antes- Theen hablaba puramente para si, sin preocuparse mucho por las reacciones de su compañero. Avanzando un poco se acerco a los tablones y toco uno de estos intentando desentrañar lo ocurrido.

Con un leve toque, Theen se concentró en la Fuerza, intentando saber quién había colocado los tablones en esa sala y en esa posición. Tuvo vagas visiones de una capa oscura y un rostro cruel, torcido en una sonrisa... pero se disiparon casi al instante.

Mientras pensaba sobre lo que había percibido, Nop tiró del extremo de uno de los trozos de madera para apartarlo. Estaba muy caliente y pesaba, pero se deslizó finalmente a un lado, revelando algo en el suelo. Era una esquina de metal, como una especie de borde que sobresalía del suelo. El otro tablón aún ocultaba el resto, pero de debajo de él empezó a surgir una fina columna de algo que parecía ser humo.

Mientras Theen meditaba lo que había visto Nop tomo la iniciativa y empezó a desprender los tablones, mas allá había algo, y por algún motivo Theen sentía que era mejor ser pacientes -No estoy convencido con esto, no sabemos donde están los demás, no tenemos idea de que ha pasado, no sabemos nada. No veo por que la solución lógica sea salir. He tenido unas extrañas visiones, una capa oscura y un rostro cruel torcido con una sonrisa. Nada de lo que esta sucediendo ahora es involuntario, debemos ser astutos-

Para Theen las cosas no eran nada claras y tenia la impresión de que alguien estaba jugando con ellos, su mente le dictaba a seguir la contraria y lo primero era no salir de allí.

El joven zabrak no entendía muy bien las murmuraciones de su enorme compañero aunque lo observó con curiosidad cuando éste se concentró en los mencionados tablones de madera. Consiguió mover, no obstante, los suficientes tablones como para vislumbrar bajo ellos una superficie metálica. Cuando a punto estuvo de darse una palmada en la espalda, se percató de que de ahí surgía un extraño humo y se echó hacia atrás con rapidez para evitarlo.

- ¡Maldita sea! - exclamó con su característico tono juvenil mientras se tapaba la nariz y la boca con la mano - Tal vez tengas razón, Theen. Resulta extraño que nos hayan dejado armas y equipo.

El padawan anx mencionó algo acerca de visiones, a lo que Nop respondió frunciendo el entrecejo.

- No me asustan esas visiones tuyas, pero si en algo estoy de acuerdo contigo es en que debemos ser cautos. ¿Qué sugieres que hagamos si no es salir de aquí?

Mientras hablaba, Nop se rasgó un trozo de tela de su túnica y la utilizó para taparse la nariz y la boca.
Se palpó el bolsillo interior y sacó su comunicador tranquilamente. Apretó el botón y se lo acercó a la altura de la boca.

- ¿Alguien puede oirme?

Nop no recibió respuesta con el comunicador. Al menos, nada inteligible, porque lo único que oyó fue un zumbido monocorde. Lo más problable era que alguien estuviera interviniendo la señal, impidiendo que su comunicador pudiera funcionar correctamente.

Theen observo fijamente las acciones de su pequeño compañero al tiempo que meditaba en los acontecimientos. Era firme en su idea de que no deberían jugar al juego de sus captores, pero a la vez deberían tener un mayor margen de maniobra, por el momento quizá lo mejor seria liberar la puerta y tener la oportunidad de moverse con mayor libertad en caso de ser necesario.
-Por el momento continua con la puerta, en el fondo no tenemos tantas opciones, una vez que tengamos un vistazo del lugar podremos decidir mejor si jugar al ratón de laboratorio o no. Por lo pronto intentare comunicarme con los demás, podría intentar tener una visión de ellos, pero me tomaría cerca de una hora, o de lo contrario comunicarme telepaticamente, aunque eso me genera cierta desconfianza- Then solía no mirar a Nob mientras hablaba, en general era mas como si hablara en pensamientos con voz alta.

El ruido del comunicador fue la única respuesta que el joven padawan recibió de sus compañeros. Volvió a guardarlo bajo su túnica, ahora rasgada, y se planteó seriamente continuar quitando tablones del suelo hasta que Theen comentó utilizar la puerta.

- De acuerdo Theen. - le respondió a su compañero - A ver si podemos echar abajo el portón.

El pequeño zabrak había escuchado alguna vez a su maestro hablar acerca de los misterios más recónditos de la Fuerza, y las palabras del padawan anx le recordaron a Nop varias de esas charlas. Jamás había investigado esos límites en la Fuerza, pero de pronto sintió una gran curiosidad por su compañero de prisión.

Mientras Theen parecía concentrarse, Nop se acercó hasta la puerta y sacó su sable láser con un rápido y breve movimiento de muñeca. Su juvenil rostro quedó bañado de un verde luminiscente mientras en el silencio de la estancia se escuchaba el retumbar enérgico del sable de luz.

Sin pensarlo mucho más, Nop encalló su sable contra la puerta oxidada por la parte central y trató de fundir literalmente la cerradura con la esperanza de que ésta cediera por las leyes de la física.

El sable verde de Nop se acercó despacio a la puerta metálica, con la firme intención de hundirse profundamente en ella para practicar una abertura. Mientras tanto, el humo procedente de la rejilla llenaba lentamente la estancia, acumulándose en el techo. Estaba caliente, pero no era muy denso, por lo que no debería ser un problema a corto plazo. De lo que no había duda era de que debajo de ellos debía haber un lugar en el que la temperatura era alta, y donde debía estar ocurriendo algún tipo de combustión.

Pero Nop se concentró en la puerta. Si querían tener respuestas, debían salir de ahí, así que se dispuso a atravesarla con su sable. Sin embargo, en cuanto la hoja rozó la superficie metálica hubo un sonoro chasquido y el sable de luz se apagó en las manos del zabrak. Los dos padawan se quedaron un momento boquiabiertos... Jamás habían visto algo así. Nop se aproximó a la puerta y comprobó que allí donde el sable la había tocado sólo había un ligero rozón chamuscado.

Tanto Theen como Nop recordaron entonces una frase que los Maestros cónsules del Templo solían repetir en las clases teóricas: "No confiéis únicamente en el sable láser, porque llegará un día en que no sea la solución a vuestros problemas". Sin duda, acababan de darse de bruces con el primer caso de su vida en el que esta afirmación se hacía más que cierta.

Theen dándose cuenta de que no podría contar con mucho tiempo opto por intentar comunicarse con su maestro telepaticamente. -Maestro, maestro, puede escucharme, puede decirme donde se encuentra?- El pequeño Anx esperar obtener respuestas de algún modo, no estaba dispuesto a jugar el juego de los demás.

Theen no recibió respuesta alguna en la Fuerza. Prefirió pensar que su Maestro estaba lejos o inconsciente aún, porque no soportaba la idea de pensar que le hubiera podido ocurrir algo...

El pequeño padawan casi se cayó de bruces cuando el haz de luz se apagó con un chasquido haciéndole perder el equilibrio. Se recompuso a malas penas y gesticuló una mueca de sorpresa cuando se percató de lo sucedido. Nop aún era joven, pero pudo adivinar que tal vez aquella puerta estaba fabricada con algún tipo de material especial. Sin duda, el zabrak estaba cada vez más convencido de que aquellos que los habían atacado y llevado a aquel lugar los estaban poniendo a prueba. Y como había mencionado su compañero el anx, la primera prueba consistía en salir de ahí.

Con una mueca de cierta molestia por lo sucedido, Nop volvió a activar* su sable láser para comprobar el estado de su haz de luz. Tal vez no se hubiera roto, y así lo esperaba ya que su maestro lo tendría muy en cuenta en un posible futuro.

Enfundando su sable hábilmente, se volvió hacia Theen al escuchar sus palabras. Al parecer volvía a intentar comunicarse con su maestro, y aquel hecho fascinó al zabrak. Él también tenía una profunda conexión con su maestro desde que lo conociera tantos años atrás, aunque pensó que aquel lugar estaría preparado para evitar conexiones telepáticas, visto lo sucedido con su sable instantes antes.

- No vale la pena que te esfuerces. No funciona en este lugar. Tenemos que encontrar una salida por nosotros mismos. - su voz sonó más apagada debido a la tela que cubría su boca.

El zabrak volvió a concentrarse en las tablas del suelo y se fijó en la hilera humeante que salía de alguna especie de tubo interior.

- Veamos. De ahí sale mucho calor, - dijo señalando el humo con expresión divagadora - tal vez haya algo ahí abajo. No obstante, - al joven padawan no se le daba mal la elocuencia - si seguimos retirando tablones, nos arriesgamos a inundar el salón con esa humareda.

Nop sopesó la estrategia y de pronto observó a su silencioso compañero.

- ¿Se te ocurre algo mejor?

Nop activó su sable láser algo preocupado. Al principio, sólo salieron chispas verdes de su extremo, pero luego su haz se materializó y brilló en la sala. El zabrak lo apagó y encendió un par de veces más, comprobando que volvía a funcionar correctamente. Aliviado, lo devolvió a su cinturón.

Si, como pensaba, iban a tener que abrirse paso a través de obstáculos para salir de allí, que su sable se estropease era de lo peor que podía pasarle. Por fortuna, no había sido así.

Theen Argun se sentía frustrado, las cosas no estaban saliendo como el quería, sabia que no debería jugar al juego que deseaban que jugara y que la mejor forma de ganar seria no jugando, pero sin embargo era claro que tendría que jugar un poco para mantenerse vivo.
-Tendremos que movernos, no hay muchas opciones, evitemos usar los sables láser o podrían quedar seriamente dañados al intentar salir. Considero que debemos ir lento mantenernos a la defensiva y en control de la situación. Además estoy algo cansado por los intentos de comunicarme con mi maestro y debo reposar.-

El padawan Nop Rish hizo una extraña mueca al comprobar el estado de su sable pero tal y como afirmaba su gigante compañero por el momento deberían obviar el uso del sable de luz.

El joven zabrak quedó perplejo por las palabras de Theen. Aquella humareda continuaba saliendo por la abertura que se escondía bajo los tablones pero el anx quería descansar.

- Me temo que no hay tiempo para descansos Theen. - le respondió con cierta seriedad dibujada en su rostro - Si nos quedamos sin hacer nada vendrán a por nosotros. Si buscamos una salida y somos cautos tendremos una posibilidad.

Nop no estaba dispuesto a cruzarse de brazos y sí a encontrar una solución, a pesar de que pensaba que tal vez el anx tuviera razón sobre lo que sus captores esperaban de ellos.

- Vamos. - apremió a Theen a que le ayudara con esos tablones - Levantemos algunos más y descubramos que hay ahí abajo.

Theen sopesó lo que Nop le pedía y finalmente accedió asintiendo lentamente con su gran cabeza. Después de todo, así podría descansar su mente, pues los intentos de comunicar con los demás le habían fatigado. Se aproximó al zabrak, dispuesto a ayudarle a levantar los tablones.

- ¿Estás seguro? -le preguntó-. Tal vez si lo hacemos la habitación se llenará de humo más rápidamente. Puede que por eso estén ahí los tablones...

No le seducía la idea de quedar atrapados en una sala donde en poco tiempo no se podría respirar...