Partida Rol por web

Llegas sin ningún problema  a tu destino, al coger un camino ya conocido sabias que no ibas a tener problemas, eso era mucho mejor que coger algún atajo, eso podía hacer que te atacasen piratas o algunos mercenarios problemáticos

Tu robot piloto detuvo la nave en una especie de cueva subterránea, ahí tu nave estaría escondida, además dejando al robot en la nave si algo ocurriera él podría sacarla sin que le pasase nada. Por fin habías llegado, asique solo te quedaba intentar encontrar a los ayudantes del lado oscuro, así podrías encontrar a los otros sith y hacer la misión.

Cuando sales de la cueva puedes ver que te encuentras en un planeta bastante árido, parecía que habías llegado a un planeta que parecía solo un desierto. Desde la posición que te encontrabas, la cual no era nada elevada te impedía ver algo que no fuese arena.

Llegas sin ningún problema  a tu destino, al coger un camino ya conocido sabias que no ibas a tener problemas, eso era mucho mejor que coger algún atajo, eso podía hacer que te atacasen piratas o algunos mercenarios problemáticos.

Detuviste la nave a las afueras de la ciudad, como tu Maestro te había informado, debías dejar la nave en las afueras, ahora solo te tocaría encontrar el grupo de aliados del lado oscuro que os iban a ayudar en la misión que te habían encomendado, y donde te encontrarías con los demás sith que habían mandado.

Cuando bajas de la nave puedes ver que te encuentras en un planeta bastante árido, parecía que habías llegado a un planeta que parecía solo un desierto, donde habías puesto la nave (un lugar que la dejaba bastante oculta)  no te permitía ni ver ciudades ni ver nada aparte de arena.

Nada más aterrizar, Kylar ya se da cuenta de que está en un planeta asqueroso.

Demasiado desierto para mi gusto. Prefiero algo más verde. Ya sufrí bastante calor en Korriban.

Pese a sus quejas, el aprendiz cogió sus cosas y salió de la nave. Llevaba ropa normal, oscura. Nada de túnicas ni demás tonterías que lo pudieran delatar. Pantalones, botas y una chaqueta usada y vieja.  La pistola al cinto y el sable bien guardado. La mochila con los alimentos y poco más.
Nada más salir le golpeó el aire calido. Y sólo lo que tardó en poner la clave de cierre en la compuerta ya estaba sudando.

Mierda. Debería haber buscado algo sobre el planeta antes de partir. De saberlo me habría traido un gorro y unas gafas para el sol.
En fin. Lo he pasado peor.

Sin más se fue en dirección donde estaba la ciudad. Deseando que no estuviera muy lejos.

Faer se cubre el rostro y la cabeza con una capucha, para evitar las mareas de arena que probablemente causara el viento. Así podría otear... la arena, pues no parecía haber otra cosa. Busca en el mensaje holográfico de su Maestra alguna otra indicación de la localización del encuentro. Tal vez algún puerto disponible, tal vez estuviera en el punto equivocado. En cualquier caso, busca allá en la cueva algún signo de civilización o tecnología.

En concreto, buscaba unos prismaticos que le permitiesen localizar algún reducto de vida en el planeta

Mientras caminabas hacia la ciudad no encontraste nada interesante, nada salvo arena, parecía que si seguías así ibas acabar bastante cansado con el paseo.  Después de media hora andando aproximadamente te viste rodeado con geonosianos, parecían más guerrilleros que soldados, era probable que fuesen el grupo de rebeldes que buscabas. Aunque todos te apuntaban ninguno dijo nada por el momento, solo te observaban mientras apuntaban con sus armas, parecía que quisieran que tu hablases momento, o esa era la sensación.

Mientras buscabas en la cueva pudiste ver que solo era una simple cueva, que no tenía nada importante ni nada de utilidad, cuando saliste fuera dándote por vencido de encontrar algo productivo en la cueva pudiste ver que había algo interesante fuera de ella. En las afueras de la cueva, en un lugar donde parecía que por posición y donde se encontraba la cueva ellos no podrían verte, pudiste ver que un grupo de guerrilleros geonosianos rodeaban a lo que parecía ser un humano.

A Kylar, los Geosianos le parecieron aun más feos de lo que se esperaba. No le gustaba el verse rodeado de aquellos seres, pero imaginaba que podría con ellos en caso necesario.
No obstante, en aquel momento parecia imponerse la diplomacia.

¿Podeis entenderme?
Supongo que vosotros sois los rebeldes de los que me han hablado.

Al detectar lo que era un posible ataque o futuro ataque, se agacha y comienza a caminar con toda la velocidad de la que es capaz para aproximarse sin ser descubierto. Tenía interés por descubrir quién era ese humano, tal vez fuera uno de los que podrían ser sus compañeros, o su mismo protegido

No te fallaré, Maestra

Siguieron apuntándote durante unos segundos, eso era problemático, ya que así no podías saber si hablaban tú idioma o no, aunque podía ser que lo hicieran para poder ponerte nervioso. Mientras calibrabas si debías seguir hablando o no viste que entre los Geonosianos apareció lo que parecía ser una Twi'lek , su piel era roja, la cual llevaba con varios tatuajes, al verte sonrió y se acercó algo más que los guerrilleros. Aunque se acercó bastante aún se mantuvo a una distancia prudente, aunque te permitió ver que estaba armada, aunque no llevaba un arma normal y corriente,  sino que llevaba un sable de luz.

- Conoces a esta gente, asique has venido informado… bien, ahora la duda es… ¿Eres un Sith? O ¿Eres un Jedi? – La mujer hablaba de forma sensual, tenía una voz bastante bonita.

Mientras los Geonosianos siguieron apuntándole no hicieron nada, habías encontrado un lugar privilegiado, te permitía escuchar si hablaban con una voz normal y podías ocultarte a simple vista. Mientras todos seguían apuntando apareció una Twi'lek , su piel era roja, la cual llevaba con varios tatuajes, sonreía al ver al humano, y se acercó algo más que los soldados, aunque mantuvo las distancias por asegurarse. Mientras observabas la escena escuchaste que la mujer hablo.

- Conoces a esta gente, asique has venido informado… bien, ahora la duda es… ¿Eres un Sith? O ¿Eres un Jedi? – La mujer hablaba de forma sensual, tenía una voz bastante bonita.

Después de conseguir una nave que no llame la atención y unas ropas nobles para la infiltración os dirigisteis a Gonosis, el planeta de vuestra misión. Perdisteis permiso para que os dejaran aparcar la nave, el cual os aceptaron. Cuando dejasteis la nave en una especie de hangar os bajasteis de la nave, al bajaros pudisteis comprobar que lo que debían ser casas en esos planetas parecían más colmenas, aunque era lógico, ya que los seres que se encontraban en ese planeta parecían un poco como insectos. Mientras avanzabais un poco se acercaron lo que parecían ser soldados de la ciudad, ya que estos iban armados.

- Por fin habéis llegado. – Los Geonosianos hicieron una pequeña reverencia. – Nuestro líder os está esperando, espero que sea posible ir ya a reuniros con él, a no ser que tengáis alguna idea de hacer algo antes en el planeta.

Kylar se quedó mirando fijamente a la joven. Parecia ser alguien importante ya que había tomado las riendas de la situación. Pero lo más interesante fue la pregunta que hizo. El acolito no pudo evitar sonreir, una vez más contó a los alienigenas que le rodeaban.

Tampoco son tantos, seguramente podría con ellos. No obstante, si la twilek en verdad era una usuaria de la fuerza quizás fuese más dificil de tumbar.

Ya veo. Una pregunta interesante. Aunque no esperaba que fuera tan directa. Llevas un bonito sable de luz ahí. ¿Qué me pasará si digo la respuesta equivocada?

Me mantengo tras mis compañeros como si fuese su escolta personal, observo el entorno por si hay algún peligro, de manera evidente para los recién llegados para que no duden de que soy el guardia personal de "los nobles".

Tras ser recibidos por la guardia de la ciudad, éstos invitaron tanto a Gonis como a sus compañeros a reunirse con la persona que estaba al mando. Tras devolverle el saludo de la misma forma, una leve reverencia, se dirigió al soldado que le hablaba con tono tranquilo y amable.

-Por supuesto, vayamos ahora mismo. Estaríamos encantados de verlo lo antes posible. Con su mano derecha, hizo un gesto mostrando el camino.-Ustedes primero, les seguimos.

Parecía que la Twi`lek te encontraba divertido por tu actitud, mientras sonreía acaricio la empuñadura de su sable, aunque no hizo amago de intentar sacarlo o de querer hacer daño al Sith.

- Claramente si tu respuesta es errónea… morirás, además me quitaras competencia, algo que ayuda mucho, ya que así yo me hare más poderosa. – su voz no había cambiado, aunque se veía que era una autentica amenaza.

Mientras seguías escondiéndote pudiste ver que la conversación continuaba, aunque esta vez hablo el hombre:

- Ya veo. Una pregunta interesante. Aunque no esperaba que fuera tan directa. Llevas un bonito sable de luz ahí. ¿Qué me pasará si digo la respuesta equivocada?

A lo que la Twi`lek contesto:

- Claramente si tu respuesta es errónea… morirás, además me quitaras competencia, algo que ayuda mucho, ya que así yo me hare más poderosa. – su voz no había cambiado, aunque se veía que era una autentica amenaza.

Tras devolver el gesto de los Geonosianos con una cortez reverencia, y tras escuchar las palabras de Gonis, me coloco detrás de él, esperando que le indiquen el camino.

*Dos Jedis en este lugar... si los Sith están acá, no les va a llevar mucho tiempo encontrarnos y tratar de evitar que el iniciado venga con nosotros. Espero esto nos ayude a estar preparados...*

Los geonosianos os guiaron por unas pequeñas “calles” por llamarlo de algún modo, durante un breve paseo llegasteis a lo que parecía la colmena más grande, al entrar pudisteis ver que tenía algo más de lujo, aunque la tecnología era casi nula, por no decir inexistente.  El soberano se encontraba  con tres guardias como protección, al veros hizo una pequeña reverencia mientras los guardias que os han acompañado  se marchaban.

- Bien, por fin habéis llegado, esperemos que vuestra visita sea tranquila y que podamos ayudaros en todo lo que podamos.

No parece que haya ninguna amenaza cercana al lugar, es posible que estéis a salvo en ese lugar.