Partida Rol por web

Andrews miraba a todos los presentes hacer referencia al nuevo encuentro y a la forma de actuar. Se acercó al mayor para decirle en voz vaja.
- Conocer a los recién llegados es una ocasión única para nosotros y es realmente fantástico, pero dejarnos apresar no es lo que estaba pensando, quizás podamos pedirles que nos protejan hasta llegar al Stargate o que nos dejen allí, no me convence ser un semi prisionero, Arkwuior puede estar contento de encontrarnos, pero el resto quién sabe.

El piloto aceptó a medias la explicación del ranger. Su expresión dubitativa indicaba que podría tener más que preguntar al respecto, pero se olvidó del asunto para atender la consola de comunicaciones. Pasaron algunos minutos más sin que hubiera actividad, por lo que Arkwuior asumió que los suyos no volverían a comunicarse hasta estar en órbita. Sólo quedaba esperarles.

La siguiente hora pasó con una mezcla de sentimientos encontrados. Todos sabían que venía alguien al rescate, lo que era reconfortante, pero también había cierto nerviosismo, incluso ansiedad. Para el extraterrestre, significaba el regreso a casa tras años de soledad atascado en un planeta desconocido; para los tau'ri, implicaba el contacto con una sociedad alienígena de la que no sabían mucho y desconocían cuál sería su reacción.

Por fin hubo una nueva comunicación entrante. Arkwuior les tradujo y explicó el contenido: su gente había comenzado una órbita geosíncrona respecto a la señal repetida de la baliza y se preparaba para descender. Tenían una primera ventana de oportunidad, cuando el frente tormentoso que estaba encima remitiera en unos veinte minutos. El margen operativo que tendría la nave de descenso sería de cuarenta minutos, con un límite de seguridad de diez adicionales antes de que un nuevo frente cayese sobre ellos con toda su fuerza; esto impediría las maniobras de vuelo. La siguiente oportunidad sería dentro de tres días, si la predicción del modelo simulado se ajustaba a la evolución del tiempo meteorológico.

- Arkwuior... ¿Crees que los tuyos podrían dejarnos en el Stargate antes de volver a ascender? - Preguntó el ranger al piloto alienígena. - No sé cuál será su misión, pero incluso si no les diera tiempo... quizá podrían esperar 3 días en órbita para dejarnos luego en el Stargate antes de partir ellos... - Sugirió como otra posibilidad.

- Salvo que conozcáis de algún otro Stargate y nos llevéis y permitáis usarlo para regresar a nuestra casa, claro. - Alan quería saber de cuántas posibilidades disponían. Porque dudaba que los amigos de Arkwuior, por muy buenas naves que tuvieran, fueran a transportarles en nave hasta la Tierra. Ese viaje bien podía durar los mismos meses que duraban las tormentas en ese planeta.

Tres días serían suficientes para establecer el primer contacto diplomático, aunque aquella patrulla fuera militar, tres días podrían darle a Evans la oportunidad de establecer una reunión más diplomática a futuro, o eso pensó el sociolingüista.

Andrews estaba nervioso y se podía notar, los sentimientos encontrados eran muy fuertes, una civilización con la que tendrían contacto, pero las circunstancias no eran las ideales para el comando ni mucho menos. Tendrían quizás otra ocasión más adelante de hacer mejor las cosas.
El mayor intenta poner clara la postura de los militares, con alguna que otra posibilidad de salir bien librados todos. De todas maneras tenían una ventana en tres días por si permanecían en el planeta y quisiesen salir por sus medios.

- Una cuestión, si eres tan amable de indicarnos la dirección donde nos encontraste lo agradeceríamos, por si acaso es necesario que volvamos por nuestros medios.

La idea que dejar que viniese gente que no conocíamos sin mantener unas mínimas medidas de defensa, resultaba casi suicida. ¿Quién había dicho que la guerra representaba mayor peligro que las acciones diplomáticas? 

A la espera de que la gente del piloto llegase, nuestra posibilidad radicaba en salir de allí con rapidez, ya fuese a través del Stargate o bien siendo transportados.

-Señor, llegar al Stargate podría ser nuestra mejor posibilidad. Necesitaríamos saber la distancia a la que se encuentra con exactitud y calcular el tiempo necesario para alcanzarlo.

El piloto se afanó con el dispositivo traductor antes de girarlo hacia el mayor Whiteface.

Con un margen de operación tan corto en la primera ventana no es probable. La nave de descenso tendría el tiempo justo para aterrizar, recogernos y volver a órbita. Si se retrasan, no se quedarán en órbita; reanudarán su misión. Informarán de nuestra situación y posición y, con suerte, otra nave vendrá en operación de rescate. De no ser posible, supongo que volverían al cabo del plazo estimado para ver si la predicción es correcta y el descenso factible.

Sobre el stargate, no puedo afirmar nada con seguridad. Si hay artefactos como ése en otros planetas que hayamos visitado, no sabría decirlo; nunca nos hemos interesado por buscarlos.

Una vez se aseguró de que el ranger había leído aquella información, borró el mensaje y escribió de nuevo. Esta vez, la pantalla la giró hacia Fern.

Cerca del borde meridional de la floresta que se extiende hacia el sur de la posición actual.

- No nos da tiempo a llegar a pie al Stargate. - Dijo el Mayor plenamente convencido. No había manera de que recorrieran un trayecto de 5 horas en 20 minutos.

- Si no nos queremos quedar muchos meses varados en este planeta no tenemos más remedio que irnos en la nave de los amigos de Arkwuior. - Admitió. Y salvo que alguno de sus compañeros de equipo tuviera una idea genial en ese instante, realmente creía que ésa era su única salida.

- Una vez estemos en la nave con ellos hablamos con ellos, dialogamos... un poco de diplomacia, y veremos qué opciones hay. Quizá conozcan otros Stargate o quizá podamos convencerles para que alguna de sus naves nos deje en este Stargate dentro de 3 días... No veo qué perderían ellos por entablar relaciones con una nueva civilización... Ambas podríamos sacar provecho de una alianza. - Tenían que intentar ver eso como una oportunidad.

Y por el momento, poco más podían hacer salvo esperar a que la nave de rescate llegara a por ellos.

- No da tiempo y si pudiéramos llegar en veinte minutos, seguro que no llegaríamos de una pieza - dijo Aldo -. Esperemos que el capitán del patrullero tenga un poco de alma de diplomático y nos permita volver dentro de tres días para dejarnos en el Stargate - dijo dirigiéndose a Arkwuior.

Aldo lo hizo así porque estaban hablando entre ellos como si su anfitrión en aquel lugar no estuviera, como si no los entendiera, cuando en realidad lo hacía perfectamente gracias a su aparato traductor.

Los nervios aumentaban con la proximidad de la nave alienígena y la posibilidad bastante alta de ser encarcelados.

- No sé cuales serán tus dotes diplomáticas Evans, pero en una situación de inferioridad tan manifiesta no espero mucho, ojalá me equivoque, podríamos intentar llegar nosotros por nuestra cuenta al stargate dentro de tres días. Tenemos esa posibilidad si no nos llevan.

Andrews pensó en el lugar al que los llevarían si eran hechos prisioneros ¿serían como "invitados" en algún planeta lejano, encerrados en una sucia mazmorra?, con suerte les dejarían en el lugar idóneo para ir a casa.

- Recojamos nuestro equipo, si nos vamos no dejaremos aquí lo que nos puede servir más adelante. Además nos hace parecer con misión menos militar y más de investigación. Pensó el científico tras decir sus palabras y comenzar a empaquetar y cargar todo el equipo posible.

Llegar al Stargate antes de que nos cayese la tormenta, pero era complicado, y si salíamos, las posibilidades de encontrar refugio entre una y la siguiente, seguramente serían escasas.

-Señor, opino que no podemos ir andando al Stargate. Sería muy arriesgado. Pero estoy de acuerdo en que nuestras posibilidades diplomáticas serán escasas y que dependerán sobre todo de ellos, más que de nosotros, puesto que no tenemos nada con lo que negociar. Pero dado que llevamos bastante tiempo con el piloto, podríamos usar el posible agradecimiento por haberle ayudado.

Si teníamos que arriesgarnos en el exterior, estaba dispuesta a hacerlo, pero en el fondo sabía que era mucho más complicado que escalar aquella pared. Había visto como era una tormenta en aquel lugar. Al descubierto, no tendríamos ninguna posibilidad.

Entre deliberaciones y recoger el equipo, el tiempo pasó lentamente en apariencia. El SG-4 tampoco tenía mucho que hacer hasta el momento de la recogida; ni siquiera Arkwuior, que había estado años en aquella situación, tenía una lista de entretenimientos variados para pasar el rato. Tal vez esa extraña mezcla entre inactividad y ansiedad por el rescate hacía imaginar a algunos de los tau'ri los más sombríos escenarios, aunque no tuvieran motivos para sospecharlos.

Conforme los minutos avanzaban, todos los ocupantes de la nave se percataron de que el ruido amortiguado de la lluvia contra el casco disminuía en intensidad y frecuencia. Llegó un momento en que casi había desaparecido. Fue entonces cuando llegó una nueva comunicación, esta vez de una nave que se aproximaba a la superficie (si tal afirmación era digna de crédito) y que esperaba estar en posición en un par de minutos para proceder al embarque de los extraviados.

Sin embargo, si los tau'ri pretendían iniciar otra ronda de negras suposiciones y planes desesperados, algo les interrumpió. Procedente del otro lado de la puerta que cerraba el puente, llegó un ruido seco y contundente. El metal de la puerta se sacudió y crujió, pero aquel obstáculo aguantó en su sitio. Por el momento...

- Mierda... ¿Los insectos? - exclamó a la vez que preguntó Alan echando mano de su arma y apuntando hacia la puerta.

- Arkwuior, ¿tienes cámaras al otro lado? ¿Podemos ver qué hay? - Preguntó mientras hacía gestos a Guerrero para que se situara a un lado de la puerta, y el propio Mayor iba al otro. Si algo entraba podrían atacar desde extremos opuestos, desde los dos flancos, impidiendo que pudiera protegerse en condiciones.

- Esa puerta... ¿aguantará? - La pregunta era un poco al azar, casi dirigida más a los científicos o al piloto... pero con la certeza de que ninguno iba a saber responderle con seguridad.

Se acercaba el momento del "rescate", el resto del equipo tenía razón, quizá los congéneres de Arkwuior no eran del todo de fiar, pero que pudieran salir de aquel lugar era un alivio, o eso pensaba Aldo, al menos.

El sonido seco contra una de las puertas de allí donde estaban sacó al lingüista de sus pensamientos e hizo que se alzara como un suricato.

- Ya se que me repito pero es mi obligación, con ellos no valdrá la diplomacia - dijo bromeando ante la posible irrupción de los bichos allá donde habían encontrado refugio -. Deberíamos prepararnos para que nos invadan, Arkwuior, ¿tenemos un punto de huida donde nos pudieran rescatar? Si elegimos mal donde parapetarnos, puede que acabemos arrinconados.

Si eran esas criaturas, no estaba muy segura de que pudiéramos resistir un ataque, porque habían demostrado ser bastante resistentes a nuestras armas, pero por lo que pudiera entrar, me situé enfrente del mayor, tal y como me dijo, preparándome para dispararle a cualquier cosa que entrase por ella.

Desde luego, no sabía si la puerta aguantaría, pero de no hacerlo, me encargaría de que fuese saludado a la manera tradicional.

-Señor, esas criaturas han demostrado ser muy resistentes. Quizás no sea suficiente la potencia de fuego que tenemos y una retirada táctica podría resultar mucho más conveniente, e incluso simplemente, ignorarlos. Mientras no nos vean como una amenaza, puede que no intenten atacarnos.

El piloto, que también lanzó una mirada nerviosa y preocupada a la puerta cuando ésta retumbó, se apresuró a escribir en el miniordenador.

El puente sufrió daños importantes en el impacto. Me temo que no podemos saber qué hay al otro lado, salvo que abramos la puerta. Ésta podría aguantar si el puente no hubiera sufrido daños estructurales; pero en las condiciones actuales no me atrevo a afirmar nada.

Lo conveniente sería retirarnos a la bodega. Podemos retirarnos por la compuerta de carga cuando llegué la nave de descenso y nos permitirá sacar objetos pesados si pretendemos llevarnos algo con nosotros.

Mientras tanto, la puerta crujió nuevamente con un quejido de metal torturado, como si algo o alguien tratara de hacer palanca desde el otro lado. Sin mucho éxito, aunque era difícil saber cuánto tiempo podría aguantar la puerta semejante castigo.

Estában en una situación algo comprometida, algo quería entrar al interior de la nave y no parecía con buenas intenciones. Huir de la nave era una opción poco prometedora, luchar tampoco era algo apasionante.

- Podemos poner a FRED delante de la puerta para que la bloquee y quizás utilizarlo para aplastar a lo que haya o lo que entre tras tirar la puerta. También servirá para retener lo suficiente para acribillar a esos bichos y crear un tapón o retrasarlos hasta que lleguen los amigos de fuera.

- Nos retiramos a la bodega, y el FRED se viene con nosotros. - Ordenó Whiteface.

- Si nos rescatan a tiempo nos llevamos el FRED. Si lo que sea que está al otro lado de la puerta llega hasta la bodega, usaremos el FRED para taponar la puerta de la bodega y ganar tiempo. - Dijo comentando su plan. Le parecía lo más sensato.

- ¡Vamos! - Exhortó a todos mientras indicaba al piloto que les guiara hacia la bodega con un gesto de la cabeza.