Partida Rol por web

Mitsuki miró a Mai con cierta ternura. Parecía que se había colado por Rubí. Solo espero que no le haga daño. -Solo hay una manera de averiguarlo. Vas a tener que preguntárselo -habló con seriedad, pero más en broma que en serio. -Claro, vayamos a clase. No quiero llegar tarde el primer día. -Ni ninguno. 

Las horas de clase se le hicieron extremadamente largas. La mayoría de profesoras parecían serias y estrictas, y Mitsuki lo pasó realmente mal para no bostezar delante de ellas. Espero que eso de salir por las noches no se convierta en costumbre. No se si podría sobrevivir. De todos modos, la chica trató de llevarlo como la estudiante modelo que se jactaba de ser, tomando apuntes en todo momento y prestando atención. 

Tras lo que se sintió como una eternidad, Mitsuki sobrevivió para llegar al descanso. ¿En esta hora se pueden juntar todas las alumnas? Me pregunto si veré a Kiyashiki-san por aquí, pensó. Aunque estaba segura de que Mai querría buscar a Rubí. 

-¿y-yo? No podría….-dije algo sonrojada cuando Mitsuki me dio la idea de preguntarle a Rubi sobre mi aspecto.

Fuimos a clase, aunque eran algo entretenidas las profesoras eran demasiado aburridas y no inspiraban nada de pasion por lo que enseñaban en cada clase, por lo que Mitsuki y yo aunque apuntabamos y levantabamos la mano para contestar las preguntas intentando no dormirnos ni bostezar o podria caernos una buena bronca.

Cuando por fin llego el descanso le pregunte a la rubia:

-¿tienes algo pensado? Me gustaría hablar contigo-digo al salir de clase

-¿C-conmigo? -preguntó, sorprendida. Estaba segura de que Mai querría ver a la asesina de dragones. -Claro. Vamos a buscar un sitio donde sentarnos. 

Las chicas deambularon durante un tiempo, hasta encontrar un lugar donde poder hablar tranquilas. Mitsuki no paraba de pensar qué era eso que Mai quería decirle. Tal vez esté molesta por lo que pasó anoche con Fran e Izumi-san. En ese momento, no pudo evitar sentirse un poco culpable, aunque seguía pensando que tenía razón. Quizá tendría que haberme callado y dejar a Mai disfrutar tranquila de su fiesta. 

Tras el paseo, las dos alumnas llegaron juntas a un discreto banco a la sombra de unos árboles. Mitsuki se arregló la falda del uniforme y se sentó, erguida y elegante. -Dime, Mai-chan. 

Buscamos un sitio para sentarnos, la verdad es que me preocupaba la forma en la que podria tomarse Mitsuki lo que iba a comentarla.

Deambularon por los pasillos y salieron al exterior buscando un lugar mas tranquilo para hablar, al final se acabaron sentando en un banco cerca del camino bajo unos cuantos arboles.

-Te iba a hablar de Kiyashiki-san, no me inspira confianza…¿Qué sabes de ella? ¿te gusta? Creo que es importante que elijas bien con quien te juntas, no seas la sirvienta de nadie, hazte valer-le explico.

Todo ocurrió demasiado deprisa, hacía unos segundos había echado a correr hacia Le Rim para intentar no llegar tarde a sus clases ya que se había alejado demasiado de su escuela durante el recreo. Se había despedido de sus amigas, pero al parecer Fran no iba a dejarse convencer tan fácilmente...

La peliblanco no tardó en alcanzarla, apareciendo de la nada y alzando a la pequeña Hina en el aire como si fuera una pluma. Esta dejó escapar un gritito de sorpresa como si de repente la gravedad hubiera dejado de funcionar. - Eeeeek..!! ¿F-Fran!? - espetó sin creérselo, aquella chica era rápida como el viento y muy fuerte. ¿De verdad que la iba a llevar a clase? ¡Pero entonces ella no llegaría a tiempo a la suya! La pelirrosa intentó protestar pero le había pillado totalmente desprevenida, presa del pánico se aferró al cuello de Fran para no caerse, rodeándolo con sus brazos mientras se ponía roja como un tomate. 

- Fran pero tus clases... - dijo muerta de preocupación, sabía que ella había dicho que no le importaba, pero Hina no quería traerle problemas o empeorar sus posibles notas. Escuchó la propuesta del helado frunciendo el ceño. - ¡Jo te daría todo mi helado si hace falta pero aún no sería suficiente..! - protestó, un más que posible castigo no se arreglaba con tan poco. Viendo que no podía convencer a su testaruda amiga, la pelirrosa emitió un gruñido de frustración hundiendo la cara en el hombro de Fran.  Hina estaba agradecida por lo buena que estaba siendo con ella, pero no podía soportar que esta tuviese problemas por ello.

En los terrenos de Le Rim.

En apenas nada, se toparon con una alarmada BK y su compañera. Hina esperó a que Fran la dejase en el suelo mientras se atusaba la falda para ponerla en su sitio. Tenía las mejillas sonrosadas por la adrenalina y miró a BK con ojillos arrepentidos cuando la escuchó hablar. Oh no... ¿Hice mal en irme tan lejos? Pero... - ¡BK-san! ¡L-lo siento mucho..! No me dí cuenta de que me había alejado tanto.. Le pediré disculpas a Rubi-chan por preocuparle. V-vamos. - le dijo haciendo ademán de irse con ellas a clases. Pero... No podía irse así sin más. 

Giró sobre sus talones y le dio un suave placaje a Fran. Alzó la mirada hasta la peliblanco sin soltarla y poniéndose de morros le dijo con toda la seriedad que pudo reunir. - G-gracias Fran... Pero por favor tienes que llegar a tus clases a tiempo, e-espero que aún te queden energías. - luego tomó aire por la nariz y se separó de su amiga, apretando los puños ligeramente.

 - ¡S-sino te morderé el codo! - murmuró a modo de "amenaza" aunque con la expresión seria que puso parecía que hablaba en serio.

- ¡Nos vemos esta tarde! - Dicho eso no podían retrasarse más, se despidió con una reverencia de la peliblanco y echó a correr tras BK de vuelta a clases. Esperaba que su amenaza funcionase y Fran se diera prisa en volver a clase. Ojalá que llegue a tiempo y no le riñan..

Yaya miró a Fran y a Hina correr hacia Le Rim, y negó con la cabeza.

-No sé si le dará tiempo a Fran-chan de regresar, pero será mejor que nosotras nos vayamos a las clases, vaya a ser que también lleguemos tarde. Esa chica (refiriéndose a Hina) es muy despistada.

La pelirrosa se había sorprendido demasiado, en el momento en el que Fran la había alzado en el aire para luego cargarla en sus brazos mientras echaba a correr en dirección a Le Rim. - ¡¿Hina?! - La imitó en reacción un tanto bromista, mientras le dedicaba una sonrisa divertida y continuaba corriendo como si no le molestara mucho el peso de la dulce chica. En el camino, su amiga protestó durante un buen tiempo, demostrando que estaba preocupada por ella, si bien a la guitarrista no la preocupaba mucho, no cuando había cosas peores que temer en la vida que el hecho de que la regañaran un poco. Lo que importaba siempre, era ser leal a tus seres queridos, a tus amistades, ya que eran importantes en la vida de una persona, y la peliblanco era la chica más leal que podía haber en esos casos. No abandonaría a Hina cuando necesitaba ayuda.

Al sentir cómo la joven le rodeaba su cuello para no caerse, Fran sonrió complacida, viendo que se había dado por vencida, al menos un poco, y que dejaría que ella la llevara a su colegio, como deseaba. - Tranquila, tranquila. No es problema. Seguro me perdonan. - Le aseguró a la pelirrosa, sin darle mucha importancia al tema, incluso si sabía que no sería así. Las reglas estaban para ser ignoradas en su caso, al menos un par de veces, por lo que aquello no era una preocupación importante para ella. - No, no, que no quiero todo tu helado, sólo un poco. Con eso es suficiente. - Le aclaró feliz, al oír la respuesta de su amiga, contenta de que ésta pudiera desear ofrecerle todo su helado, si bien no hacía falta algo así. Mientras corría, mantenía su respiración estable, normal en alguien que sabía cómo respirar cuando hacía ejercicio, en especial kendo, que podía ser bastante aeróbico, gran parte del tiempo, en especial durante los enfrentamientos. No parecía realmente cansada, aunque era seguro que aquello debía de estar consumiendo algo de su reserva de energía. No pudo evitar sonreír al sentir cómo la pelirrosa hundía su rostro en su hombro, posiblemente un poco avergonzada por el hecho de que la guitarrista la cargara de esa manera como una princesa.

Una vez llegaron a Le Rim, la peliblanco notó que había otra pelirrosa cerca de la entrada, la cual se trataba de Rebecca, quien parecía estar preocupada por Hina, ya que había estado cerca de llegar tarde a clases. Tras soltar a la chica, para que ésta pudiera caminar por su cuenta, Fran sonrió alegre de ver a la otra joven. - ¡Ey, Rebecca! No tienes que preocuparte, ya está aquí. Estábamos hablando sobre visitar los clubes a la tarde, aunque bueno, luego Hina te contará mejor. - Le explicó a la chica que continuaba un poco alterada por el hecho de que su amiga casi hubiera llegado tarde a clases. Fran se alegró al saber que había sido de ayuda, y que de lo contrario, hubiera sido posible que Hina llegara tarde, algo que no le habría sentado bien a la peliblanco. No obstante, mientras pensaba sobre aquella posibilidad, la pequeña pelirrosa le dio aquel suave placaje que tomó un poco por sorpresa a la guitarrista. - Mejor preocúpate por llegar a clases a tiempo, yo me preocupo por mí. Tranquila, Hina. - Le dedicó una sonrisa gentil, apoyando su mano sobre la cabeza de la adorable chica, antes de que ésta volviera a separarse de ella.

Cuando su amiga le dijo aquellas últimas palabras, la peliblanco no pudo evitar reír divertida ante aquella "amenaza". - No seas tan mala conmigo, encima de que te ayudo a llegar a tiempo... - Mostró una expresión de tristeza, luego de haberse reído, si bien estaba claro que sólo estaba actuando, bromista luego de haber oído aquello de la pelirrosa. - Mi codo es mi punto débil, Hina. Nos vemos más tarde, cuídate. ¡Adios Rebecca! - Se despidió de ambas, esperando a que éstas regresaran a su colegio, antes de que llegaran tarde a clases, para luego darse la vuelta y comenzar a caminar. ¿Hacia dónde? Probablemente un poco en dirección a Spica, aunque iría a paso lento, como si no hubiera mucho de qué preocuparse por llegar un poco tarde, más cuando bien podía desviarse un poco del camino y visitar el lago o alguna otra parte de interés. De seguro sería más divertido que asistir a clases, por supuesto.

Mitsuki escuchó, sorprendida, lo que Mai le decía. ¿No quiere echarme la bronca? ¿No está enfadada? ¿Se está... preocupando por mí? Para la chica, aquello era algo novedoso. La única gente que se había preocupado antes por ella solía ser de su familia. Aunque no entendía su preocupación. Mitsuki siempre se había considerado una chica de carácter fuerte. ¿Se habría mostrado débil ante Mai? ¿Quizá ante todas las demás recién llegadas?

-No sé si me gusta Kiyashiki-san. Me resulta agradable su compañía, aunque no la conozco mucho. Te lo agradezco, pero descuida -su voz sonaba ahora más seria que antes. No se había enfadado, pero tampoco quería dar la impresión de ser alguien que necesitaba ayuda. 

-Bueno, dime. ¿Qué tal lo pasaste anoche? -le preguntó, cambiando de tema. 

Me gusto la respuesta que la rubia me dio aunque seguiría estando pendiente de ella por si las moscas, solo por si acaso...pienso para mí. Mitsuki parecía que había sido educada en el seno de una familia seria y estirada, seguramente no se esperaría que una chica apenas conocida por unas horas se preocupara por ella y por eso dije:

-Mitsuki-chan, vamos a pasar mucho tiempo juntas...prefiero verte sonreír antes que llorar, deja que me preocupe por ti, al fin y al cabo eso hacen las amigas-le cogí la mano en señal amistosa y añadí-si te hace daño, me enterare y mas la valdrá correr...-

La rubia me pregunto si me lo pase bien en la fiesta a lo cual asentí y comente:

-todas parecen muy majas pero creo que tuviste una pequeña rencilla con Fran-chan, no te preocupes no pienso meterme en medio y no me molesta, prefiero que seas limpia y refinada con tu lado del cuarto en caso de que intenten ya sabes, hacer algo que no te guste, arrugar las sabanas o ensuciar la almohada, entiendo que la cama es algo muy personal- por ultimo añadí mirando a mi alrededor-¿cuanto tiempo tenemos de descanso?-

Alargué el brazo tratando de detener a Fran como acto reflejo pero finalmente no haciéndolo, después de eso di un pasito, confusa, no sabía bien que hacer, pero Yaya supo ponerme los pies en la tierra; asentí algo triste viendo que ambas se habían marchado, dudando sobre si llegarían a tiempo -Sí, será mejor que regresemos- respondí sonriente y haciendo camino con ella hacia clase -¿Que tocaba ahora?- pregunté tratando de hacer memoria por si lo habían dicho.

La joven no tenía muy claro cómo reaccionar ante aquello. Las palabras de ánimo de Mai eran conmovedoras, y el colofón final fue cuando la agarró de la mano. Miró a su alrededor y, viendo que no había mucha gente alrededor, abrazó a la escritora en potencia. Al terminar, se separó de ella, carraspeó y volvió a erguirse, ligeramente sonrojada. 

-No se muy bien cuándo se supone que tenemos que volver a clase. Si quieres, podemos buscar a Mizushima-san o a Tamao-san hasta que aprendamos las normas y el comportamiento de aquí. 

Viendo que probablemente llegaría tarde a clases, por más que lo intentara, la peliblanco considero apropiada la idea de recorrer un poco el terreno de Astraea Hill, con la intención de familiarizarse con el lugar y no perderse tanto en el futuro. Además, tenía ganas de conocer en mayor medida todo lo que aquel sitio podía ofrecerle como medio de entretenimiento, dejando a un lado las clases aburridas. Si, probablemente tendría problemas si la atrapaban merodeando por el terreno del colegio, fuera de clases. No obstante, era un riesgo que estaba dispuesta a tomar, más cuando podía tomar un breve descanso en la orilla del lago mientras escuchaba algo de música de su móvil con sus auriculares.

Al llegar al lago, no tardó mucho en acostarse sobre el suelo de la orilla, disfrutando de la bella luz del sol sobre su piel, al mismo tiempo que colocaba sus auriculares en sus orejas, antes de darle "play" al reproductor de música de su móvil, mientras uno de sus temas favoritos comenzaba a reproducirse. No había nada mejor que disfrutar de la hermosa brisa que se producía en ese bello lugar, mientras descansaba recostada, oyendo algo de música de su gusto. ¿Quién necesitaba asistir a clases? Alguien que apreciara la libertad no podía someterse todo el tiempo a algo así. Había que disfrutar la vida. Tal vez, luego de que descansara un poco, iría a la sala de música de Spica o al club de arquería para echar un vistazo en esos sitios y ver si podía encontrar algo entretenido que poder hacer. Si veía a una hermana, tendría que correr a la velocidad de la luz... bueno, no era realmente posible ir a la velocidad de la luz, pero sí era bastante rápida, por lo que dudaba que alguien pudiera atraparla. - Ah... esto es vida. - Murmuró por lo bajo, con los brazos cruzados detrás de la cabeza en una especie de almohada improvisada, mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por la preciosa sensación de la brisa del lago y la música en sus oídos.

Me sorprendió el abrazo de Mitsuki pero bueno eso significaba que confiaba en mi por lo que yo también la abrace.

Cuando nos separamos me dijo si quería acompañarla a ver a Noriko-chan y Tamao-chan a lo que enseguida accedí con un gesto de la cabeza, mejor quedarnos cerca de St.Miatre a llegar tarde y ganarnos un castigo.

Aunque seguía pensando en Rubi-chan, ¿y si me esta buscando? Me pregunte a mi misma.