Partida Rol por web

    Hummmm... - no digo nada para no tensar mas el asunto, pero de aquí no iba a poder sacar nada si ella seguía tan a la defensiva ... ¿ que tanto le han tenido que molestar los policías para contestar de este modo ?... - bueno señorita Mercedes... un placer el poder haber podido charlar con usted - sin perder esa mirada de antes - Si en algún momento quiere hablar... puede ir a la zona del puerto, si me disculpa - tomando con seguridad al señor tenazas - tenga buena tarde... - y sin decir mas, simplemente comienzo a subir para volver hasta acera.

    Aunque no había dado con la información, por lo menos ya sabia en donde encontrarla y su postura ante preguntar muy directo sobre lo que sabia, así que, esperando que esto le pueda servir a la señorita Clara... vuelvo a donde nos separamos para ver si podía toparme con ella.

Al volver al sitio la encuentras esperando, con un rostro cenizo. Tras asegurarse de que el lugar está libre de personas indiscretas, procede a contarte sus progresos.

—Está claro que la conocen, pero se niegan a hablar. Unos por miedo y otros por guardar el secreto. No importa. Acabaremos encontrándola, pero podría llevarnos unos días. Ya he dejado correr el rumor de que habrá una buena recompensa por cualquier ayuda que nos den. Solo tenemos que esperar.

Por un momento parece a punto de marcharse, pero entonces esboza una sonrisa y te pregunta.

—¿Qué has averiguado tú, Toby?

      Pues de echo... - y mirando para ambos lados para estar del todo seguro que solo estábamos nosotros tres - mi compañero el señor tenazas me ayudo a dar con ella... ah, por cierto, este es el señor tenazas... saluda señor tenazas... - a la vez que le rascaba detrás de la cabeza - aunque bueno... fue un amigo del señor tenazas.

    Vive en un sitio un tanto apartado... Y a mi gusto... le falta una capa de pintura, ademas de que no a regado del todo sus macetas , ¿ no es cierto ? - le preguntaba a mi compañero a modo de confirmación a la vez que intentaba recordar del todo el sitio -  aunque si, creo que lo mio no es el investigar... - agachando la cabeza un tanto avergonzado ahora que recordaba la conversación en frío - hable con la señorita Mercedes... pero no logre sacar nada y creo que solo logre que se enojara... perdón.

  Lo que si... pareciera ser mas una de las personas que han visto algo, mas de las que han provocado eventos extraños... como lo que pasa conmigo o con el viejo Cal.

Parpadea repetidas veces, con los ojos muy abiertos, sin acabar de creerse lo que oye.

—Tú... ¿tú has...?

Se interrumpe a sí misma al darse cuenta de que balbucea. Con un carraspeo vuelve a retomar su ánimo habitual, aunque por su tono aún la notas sorprendida.

—Eso son grandes noticias. No creía que lo lograrías... quiero decir, no tan rápido. Tienes madera para este tipo de trabajos. Bueno, intuía que la tenías. ¿Podría convencerte para que te unieras a las Fuerzas de Defensa?

Tras esta última broma empieza a hablar más serio.

—De Mercedes me encargaré yo. Tú ya has hecho un excelente trabajo —duda y se muerde el labio—. ¿Podría pedirte un último favor?

   Yo... ¿ de defensa... ?- me sorprende un poco aquel ofrecimiento aunque lo digiera en un tono tan a la ligera -  Bueno... aunque solo se me da bien el charlar con Pokemones y pelear contra pidgey salvajes - encogiéndome de hombros mientras miraba al señor tenazas - luego te cuento bien eso.

   Ante la pregunta de la señorita, dejo un lado de molestar con el señor tenazas y le devuelvo la mirada a mi compañera - pues soy todo oídos señorita Clara... diga que es lo que se le ofrece. 

—Tengo que informar a mi operativo. ¿Podrías vigilar la casa hasta que vuelva? Por favor. Sé que no debería pedirte tanto, pero estás siendo de gran ayuda. 

Tenazas chasquea sus pinzas, contento por la misión. Clara parece al fin responder a su presencia y se inclina apara acariciarlo, a lo que él se deja mimar.

—Encantada de conocerte señor Tenazas. Sí, sí, eres un pokémon excelente. Seguro que has ayudado mucho a Toby, estoy segura —levanta la mirada y añade para ti—. Si hay suerte solo serán un par de horas. Trataré de darme prisa.

    Agitando la cabeza de arriba hacia abajo - entendido señorita Clara... con señor Tenazas nos encargaremos de ello - al ver que el mismo se notaba contento por la petición y ya apunto de caminar en dirección de nuevo a donde había visto a Mercedes, una duda pasa por mi cabeza - pero... ¿ y como va a saber después usted como dar con nosotros ?.

     Y una vez ya coordinado de ambas partes - bueno señorita... hasta mas tarde entonces... vamos Señor Tenazas, tenemos trabajo que hacer - y agitando la mano para despedirme de la señorita, parto junto a mi compañero hasta aquel lúgubre lugar ... ojala siga allí ...

—Por eso no te preocupes, sabré encontrarte.

Se despide con un beso. Un beso de verdad, no en la mejilla ni en el cuello. No un beso de madre, con cariño y breve. No, este es un beso de los que has leído en las historias, donde los labios se funden y el mundo alrededor se emborrona. Un beso ardiente, adulto y prohibido.

—Muchas gracias, mi valiente —se despide ella, guiñandote un ojo—. ¡Nos veremos pronto!

Ves como desaparece entre las calles. Notas como el señor Tenazas te da unos toquecitos y te pone ojitos. Seguro que si pudiera silbar lo estaría haciendo ahora, casi tan emocionado como tú por esta nueva situación.

                                                                           ***

Tres horas después te hallas agazapado en tu esconfrijo, aún esperando. Nadie ha salido ni entrado en el lugar, aunque ha pasado gente por la calle. Incluso el señor Tenazas empieza a aburrirse cuando un movimiento rápido os llama la atención. Un Jolteon aparece y camina hacia vosotros. Lleva un collar negro al cuello y adherido a este una hoja de papel.

"Estamos llegando"

      y...Y-yo..b.bue-bbue...bueno...es... - aquel beso me dejo un tanto perdido, jamas en mi vida había experimentado tal sensación y con la pasión que la señorita estaba aplicando, así que no fue hasta pasado unos cuantos segundos después de aquello, que recién me pude comenzar a mover - S-sera mejor que nos movamos... y señor tenazas... te estoy viendo - le decía un tanto abochornado a mi compañero quien parecía estar gozando la escena de una manera.

.......

     *Jaaaaaa~awnnnnn* bufff... ¿ cuanto rato hemos estado en esto ?- musitaba a mi compañero luego de un largo bostezo ... no se me da mal esperar por una buena presa... pero esperar a que ocurra algo con personas involucradas... no tiene la emoción del mar....  Y podría haber dicho que la siguiente hora iba de lo mismo, hasta que aquel amarillento pokemon se presento junto a nosotros con su señal.

  G-gracias pequeño - le rascaba un poco la barbilla al terminar de leer su mensaje - v-vamos señor tenazas... no es momento de descansar - agitándolo y mostrando el papel con el escrito aun cuando sabia que tal vez ni entendiera que es lo que decía allí - parece que ya esta por llegar la...la...l-la s-señorita C-clara- un tanto nerviosos y poniéndome colorado al recordar lo ultimo acontecido con el tema del beso. 

Ante tu intento de acariciarlo, Jolteon da un paso hacia atrás. No gruñe ni se muestra violento, pero sus ojos negros dejan claro que no quieren que vuelvas a intentarlo. Se tumba cerca tuyo y espera hasta que oyes los pasos de dos personas que se acercan.

Una de ellas es Clara. La otra es un hombre que rondará la treintena, de pelo negro cortado a tazón y con una gafas negras que refuerzan su gesto ceñudo y serio. Su expresión no cambia al verte, ni al acercarse a saludar ni tampoco al estrecharte la mano. Clara debe estar acostumbrada, pues no parece fijarse en la frialdad de su compañero.

—Perdona el retraso, mi valiente —sus dedos te acarician la cara—. Este es Adán, uno de mis compañeros. Él se va a encargar de explicarle la situación a la señorita Mercedes. 

Adán asiente y señala en dirección a la puerta de la mujer.

—¿Es esa la casa? —pregunta Clara—.  ¿Nadie ha salido ni entrado en nuestra ausencia, verdad?

    Bueno... has de ser de los tímidos - digo al ver la reacción de aquel jolteon - como sea... sera mejor que sigamos con lo nuestro entonces - y ya un tanto mas recuperado del espontaneo bochorno reciente, sigo junto a los dos pokemon observando hacia el sitio aquel.

     Aunque el bochorno volvía a mi una vez la señorita hacia su movimiento sobre mi rostro, lo cierto es que su compañero y su rostro de seriedad profunda, me obligaba a mantener las etiquetas mas por nervio que por otra cosa ... de seguro me esta juzgando...  T-toby Longcast, un gusto - estrechaba la mano del sujeto con mi animo natural, aunque de su lado parecía hacerlo mas por formalidades ... no se por que, pero me esta recordando un poco a Silas, con esa cara de nunca haber gozado de la brisa marina...

   S-si... esas misma... de echo, de aquí se ven la punta de las macetas... - digo confirmando la que estaba señalando - p-pero no... ninguno de nosotros a visto ningún movimiento mientras hemos estado haciendo guardia aquí... aunque puede que sea mi imaginación pero... juraría que la gente evita un poco el caminar directamente por el frente de su pórtico... - digo como acotación a lo que había estado viendo en todo este tiempo ... aunque puede que sea un poco el cansancio que me esta jugando una mala pasada....

Adán asiente y extiende la mano hacia Clara. Tras estrecharla, ella hace una pequeña inclinación a modo de despedida y se acerca a ti. El Jolteon se dirige hacia ella, sacando la lengua y mostrándose contento.

—Muy bien hecho, Kaminari, buen perro —lo acaricia varias veces antes de sacar una Pokeball. Kaminari (debe ser su nombre, por raro que suene) no parece contento con la idea—. Esta noche te sacaré de nuevo, por ahora vuelve. Toby, señor Tenazas, no nos queda nada más que hacer. Deberíamos irnos.

Ella agarra tu mano y te atrae hacia ella mientras empezáis a caminar. Clara no se molesta en separarse cuando os encontráis con otra gente por la calle. Al contrario, parece feliz y orgullosa de poder tener su mano junto a la tuya.

—En los próximos días podríamos seguir investigando —dice cuando ya os habéis alejado un poco de la casa de Mercedes—. Podría haber otro Marcado en la ciudad. Me gustaría estar segura antes de movernos a la siguiente. Pero ahora...

Sus labios se acercan a tu oído.

—... ¿qué te apetece hacer, mi valiente?

     Soo... hasta luego entonces - me despedía del compañero de la señorita quien parecía ir en dirección a la casa de Mercedes. - entendido... vamos entonces ¡s-señor te-t-tenazas...!- a la vez que terminaba la frase podía sentir el tacto de la señorita alrededor de mi brazo pillándome tan desprevenido como las veces anteriores. 

     Cuando por fin mi cuerpo se recuperaba de la impresión inicial de todo esto ya llevábamos un buen tramo recorrido ... y todo este tiempo... no me a soltado... - S...si,si suena a u-un buen plan - intentando mantener una compostura que se sintiera natural - i-igual me queda ir a hablar con el viejo Cal... tal vez el a-abuelo me pueda ayudar con su dirección.

   Y...y-y yo...b..bu-bueno, me , buffff....- un tanto estremecido por  la cercanía de la señorita, no me da tiempo a pensar bien lo que estaba por decir - l-le...le g-g-gustaría ir a comer a casa...¿ señorita ? -termino de decir a a la vez que sentía como un sudor frío recorría todo mi ser al comprender la tontera que le estaba ofreciendo, tal así que estaba seguro que detrás nuestro, estaba el señor Tenazas cubriéndose la cara por el bochorno ... Joder Longcast....

Ella parpadea un par de veces y se te queda mirando con cierta extrañeza. Un segundo después, se ríe un poco y vuelve a besarte.

—Como no, todo un caballero —notas como acaricia tu mentón—. Sería todo un placer ir a tu casa, mi valiente.

Rebusca entre sus bolsillos y saca un trozo de papel y un lapiz.

—Dejaré que te vayas encargando de los detalles. Espero que hables bien de mí a tu familia —vuelve a reírse y termina de escribir la nota—. Este es el número de telefono de mi habitación. Contáctame si me necesitas.

      A esta altura ya no era un secreto... y es que me era bastante difícil el poder leer las reacciones de la señorita ... con casi nula experiencia en charlas con mujeres de mi edad o similares... y mucho menos en lo que respecta a lo que tenga que ver con salidas y eso... así que - J-ja...ja...s-si...- respondía un tanto nervioso ante la respuesta de ella - t-tendría que hablar con madre para que ponga para alguien mas en la mesa... pero le aseguro que a mi familia le agradas enseguida señorita... - explicaba a mi compañera tal vez la obviedad, pero en estos momentos no se me ocurría que agregar a la conversación.

     Tomando de su manos aquel papel con números escritos sobre el - E-entendido, una vez tengamos los preparativos listos... le llamo enseguida para que nos aco-co-compañe a cenar... - guardando el papel y tomando al señor tenazas de donde se encontrara - E-entonces nos vemos en un rato mas.. s-señorita Clara... - despidiéndome a duras penas de la forma mas cortes que se me ocurría, me comenzaba a desplazar hacia casa, esperando a llegar a una de las primeras esquinas que encontrara para dar una vuelta y comenzar a correr como alma que se la lleva el diablo para llegar lo mas rápido posible y comenzar con los preparativos para la cena... OHHHHHH ¡¡¡¿ en que mierda te metiste... Longcast ?!!!!...

La gente te mira al pasar; tanta prisa no es lo habitual en Olas Sombrías y sabes que habrá murmullos a tu costa los próximos días. Esquivando gente, consigues llegar a tu casa sin ningún tropiezo, un milagro de Arceus teniendo en cuenta la velocidad a la que ibas.

Allí todo sigue como siempre. Oyes como tu madre canta desde la cocina, posiblemente limpiando. Tu abuelo se ha quedado dirmido en su butaca. Y tus hermanos... bueno, Sylas está en el salón. Está de espaldas y sujeta un zurrón entre las piernas. En cuanto te ve lo cierra con rapidez y se yergue de un salto.

—¿Ya estás de vuelta? —su tono es todo lo contrario a felicidad—. ¿De dónde vienes?

   ¡¡Lo siento~cuidado~voy pasando...!! ¡¡llevo prisa!!, ¡¡persona con un crustáceo en mano va pasando!! - gritaba o decía en voz alta mientras intentaba sortear las multitudes hasta llegar a casa, que aunque me podían traer una fama rara lo importante ahora era el poder impresionar a la señorita Clara con la hospitalidad de mi gente ... eso espero...

    A duras penas... y con los pies tiritando, pero con el señor tenazas en mano y bien ademas de que tenia bastante tiempo de ventaja... al fin llegaba a casa, la cual se mantenía tan acogedora como fuese en la mañana antes de salir a la pesca.

   - Si.... buffff...prfff~fff...aghhhh.... fiuffff - resoplaba en una esquina donde intentaba recuperar el aliento y responder le a Silas -Veras... haaagg...prufff....shiii - haciendo gesto con las manos de que había estado corriendo, ocultándome y hasta si hubiera estado charlando ... aunque esta ultima era difícil que la entendiera a la primera... - no es cierto~ooo... ¿ señor Tenazas... ?- le preguntaba a mi compañero para que este terminara de explicar mi historia a la vez que pasaba de seguir le explicando a Silas y me metía al baño para tomar algo de agua antes de ir con madre ... con ella si tengo que ser claro... que bufar y resoplar no me lo va aceptar para nada...

—Idiota —oyes como suelta Sylas justo antes de entrar al baño. Salvo por eso no parece que se haya molestado mucho.

Tu madre está concentrada cosiendo unos pantalones, aunque tan pronto como entras levanta la vista y te hace un gesto para que te acerques.

—Hola cariño. Siéntate un rato mientras termino con esto —eleva la prenda marrón—. Es la tercera vez que tu padre los rompe. A veces me pregunto si lo hace para sacarme de quicio.

Suspira, pero sigue sonriendo y sabes que no es más que una queja a medias.

—Cuéntame un poco sobre lo que has hecho hoy. Hace algo de tiempo que no hablamos largo y tendido.

   Fiushhhh... - dejo escapar mas aliviado una vez había recuperado del todo el aliento ... nunca mas... vuelvo a correr así... y como ya tenia planeado, mi siguiente movimiento seria hacia la cocina, en donde madre ya estaba remendado aquel "trapo de batalla" de padre - Jaja... vamos A'ma... sabes que A'pa lo usa casi para todo mientras esta a la mar... y A'pa no es el marino mas cuidadoso cuando este se emociona - digo en tono bromeando mientras me sentaba frente a ella para verla seguir con lo suyo.

   Bueno... no mucho que digamos.. - mientras me rascaba la cara pensando por donde debía hilar la conversación - recuerdas que les hable de la Turista, la de nombre Clara - refiriéndome a lo comentado en la cena de la noche anterior - Me la volví a encontrar cuando salia de mi turno en el medio día, la chica había quedado encantada con mi servicio de guía y me quiso volver a contratar para seguir le mostrando la ciudad, pero que puedo decir... me gusta poder presentar a los de afuera, los lugares bonitos e importante de Olas Sombrías.

    Estuvimos yendo de un sitio en otro... hacia años que no había entrado en el periódico - le contaba a madre, con bastante sinceridad ... aunque solo me importe la sección de "lo extraño y curioso de Olas" ... - también pasamos por el casco antiguo... aunque lo recordaba un poco mas hospitalario... casi dos veces nos metemos en pleitos por solo preguntar por nombres de calles o de lugares - variando un poco lo sucedido durante  la tarde, pero intentando que calzara sin ser extraño con el resto de mi cuento.

   Dejando la mitad de lo que me quedaba de mi paga de ayer ... de todas maneras le iba pasar una parte a madre para ayudar en casa... - fue bastante generosa con su pago por mi servicio... y como no me podía sentir a gusto por recibir tanto por tan poco... - llegado a este punto empezaba a perder la confianza inicial pues se venía el punto complicado -la invite... a que viniera a cenar con nosotros... - agachando los hombros de manera leve pero constante por cada palabra que iba diciendo- a lo que ella dijo.... que siii_iiii... - mirando a la cara a mi madre, pues no sabia bien como se estaba  tomando todo esto - Mamita querida.... ¿ puedo invitar a la señorita Clara a Comer con nosotros.... ? - saliendo de mi casi en el tono mas de niño asustado, pues si ella decía que no, todo el plan colapsaba sobre si mismo.

—Que. Has. Hecho. ¿QUÉ?

Los pantalones vuelan por los aires. De repente todo lo que puedes ver es una amalgama de colores en rápida sucesión. No logras pensar con claridad, pero en tu intenso desconcierto consigues darte cuenta de que estás siendo zarandeado y que tu madre está gritando.

-¿Cómo me haces esto? ¿Tenía que ser hoy? ¡Mira como está la casa! ¡Y yo sin arreglar! —te arroja contra la silla y se lleva las manos a la cabeza—. ¿Quieres matarme de un infarto? ¡Por Arceus, no tenemos tiempo que perder!

Sale de la cocina con el impetú de un huracan.

-¡ATENCIÓN!

La casa entera tiembla y cae algo de polvo de las vigas. Tu abuelo casi atraviesa el techo del salto que pega y Sylas parece haber sido golpeado por un ladrillo invisible.

—¡Emergencia! Tenemos invitada sorpresa —por las escaleras aparece Sia, corriendo para unirse a los demás—. Sylas, saca la cubertería y los platos buenos. Sia, tu limpia el piso hasta que brille. ¡Abuelo! Ve al mercado y trae el surtido para ocasiones especiales. Y cuando veas a tu hijo dile que lo quiero aquí de inmediato y que si trae suciedad, ¡¡¡LO MATO!!!

Su cabeza gira con rapidez para miraros a todos. Sus ojos están encendidos de pura histeria.

—¿Alguna pregunta?