Partida Rol por web

Amanecía el que sería el primer día de clase del último curso con un sol radiante que animaba a levantarse para hacer cosas productivas. De fondo se escuchaba a tu pequeña hermana corretear de un lado nerviosa pues para ella era su primer día en el instituto. Había encendido la radio y ahora en toda la casa resonaba el último single que había copado las listas de éxitos musicales del momento. La voz cantarina de tu hermana sonó a través de la puerta tras llamar 3 veces a ella. -¡Vamos dormilona! ¡No quiero llegar tarde!

Apreto los párpados intentando (sin éxito) que los múltiples ruidos de la casa dejen de martillear con tanta fuerza mi cerebiro. No sé qué me molesta más, si mi hermana dando por saco o la dichosa cancioncilla que suena en la radio. - ¿Pero qué he hecho para tener que aguantar tanta chabacanería? - pienso molesta.

Haciendo caso omiso a todas las señales, opto por darme la vuelta y acomodar mis sábanas. Ayer me acosté demasiado tarde. Poco a poco y conforme voy despejándome empiezo a enumerar las múltiples cosas que tengo que hacer. En primer lugar, el rutinario repaso de los novatos. Hasta el más pequeño puede llegar a suponer una amenaza. Por suerte esta vez son los del curso de mi hermana. - La pequeña Stephanie ya en el instituto... qué desastre - pienso apesadumbrada. Las cosas solo podían ir para mal con este cambio.

Por fin decido levantarme, directa a la ducha. Por el camino no paro de maldecir al dichoso Kevin y su estúpida idea de despedir el verano 'a lo grande'. Bebí poco, pero lo suficiente para notar las consecuencias de cada gota de alcohol consumida. La segunda cosa que tengo que hacer, hablar con Elisabeth para ponernos de acuerdo con las pruebas de animadora. Este año tenemos que cubrir tres plazas. - Y lo más seguro es que solo se postulen una panda de mediocres - pienso.

Finalmente bajo a desayunar. Pantalones ajustados, botas con taconazo, blusa semitransparente y los correspondientes complementos. Perfecta desde el primer día, como requiere mi posición. Cuando llego al comedor, papá y Stephanie ya están sentados en la mesa. Rose no aparece por ningún lado, debe estar en la cocina. - Buenos días papá - le digo dándole un beso en la mejilla - Stephanie - continuo a modo de saludo. Vierto algo de zumo en un vaso y me preparo una tostada de mermelada. Con eso bastará. Tengo que cuidar la línea si quiero seguir estando a la altura de Rebecca. Según tengo entendido, este año ha mejorado todavía más. - Me gustaría saber cuánto de ella es verdadero - pienso resentida. - ¿Estás preparada para tu primer día de colegio? - comento centrando de nuevo mi atención en mi hermana.

-Hola pequeña. -comentó tu padre mientras ojeaba el Financial Times atento a las acciones de la empresa familiar. Estaba algo más nervioso de lo normal aunque no sabías muy bien por qué. Tampoco pudiste fijarte mucho porque con aquella pregunta el Huracán Stephanie entro en acción. -Super nerviosa Rox. -siempre te llamaba así, aunque no acababa de gustarte. -Tengo ya los libros preparados y ya me he duchado, peinado y maquillado. -la verdad es que podrías decir orgullosa de tu hermana: iba perfectamente vestida y conjuntada, de echo te recordaba a ti cuando fuiste a tu primer día de clase.

Dio una vuelta como si fuese una modelo y te miró expectante esperando tu opinión con una sonrisa que mudó en una boca abierta de par en par mirando a tu espalda. Una mirada que te hizo girarte a ti también para encontrarte con una Lisa  en camisón que os miraba temerosa de vuestra reacción. -Buenos días... -comentó temerosa mientras iba a junto de tu padre buscando su plato de desayuno... plato que Rose "casualmente" había olvidado de colocar en la mesa. Era la primera vez que estaba en uno de vuestros desayunos y por sus pintas dejaba claro que había dormido allí. Quizá ese fuera el motivo de nerviosismo de tu padre.

Al ver a mi hermana me siento orgullosa. - No puedes negar que la chica aprende rápido - me digo. - Una pena lo pesada que puede llegar a ser. Estoy a punto de darle el primer bocado a la tostada cuando la cara desencajada de Stephanie me obliga a girarme. Cuando veo el motivo de su sorpresa, dejo caer la tostada al plato de malagana. Se me ha quitado el hambre por completo.

- A la mesa siempre acudimos bien vestidos, es una muestra de correcto protocolo y respeto a los demás - digo con firmeza y frialdad sin ni siquiera mirar a la recién llegada. Sin añadir palabra plego la servilleta y me levanto de la mesa. Me traslado hacia donde está mi hermana y le doy un beso en la frente, mientras fulmino con la mirada a mi padre. Al menos, ,que sea consciente de lo que está haciendo y lo mucho que hay en juego. - Vas perfecta Stephanie. Estoy segura de que te irá genial. Si te parece, te espero afuera, tengo muchas cosas en las que pensar.

A principios de verano me había hecho prometer que le acompañaría en su primer día de curso, y era momento de cumplir mi palabra. Mientras todos los favores que me pidiese fuesen de este estilo, la cosa iría bien. Antes de salir de la casa, hago una rápida parada en la cocina para lanzarle un beso a distancia a Rose. No me ha pasado desapercibido que no ha incluido el plato de Lisa en la cocina. Un bonito gesto por su parte.

Salgo de casa y busco a Elisabeth en la agenda. Espero que coja el teléfono, por lo que vi ayer, me da la impresión de que tiene muchas cosas que contarme.

Tus palabras no pasaron desapercibidas. De echo Lisa se puso como un tomate y tu hermana te miró entre orgullosa y fastidiada pues no quería líos el día de su ingreso en el instituto. Rose te guiñó un ojo disimulando una sonrisa y al salir el fulgurante sol te cegó durante dos segundos; hacía un día radiante.

Cuando ya estabas a punto de presionar la tecla de llamada para comunicarte con Elisabeth la mano de tu madre te frenó, llamando tu atención. -Eso que has hecho no está bien Roxanne. -comentó con dureza. -¿A que viene toda esa mierda del protocolo? Sólo era un desayuno en familia, no una reunión social de las Familia Fundadoras. -su tono era firme y autoritario, parecía enfadado por tu forma de tratar a su jovencísima novia.

Las palabras de mi padre no hacen más que incrementar mi enfado, aunque consigo controlarlo a tiempo. Miestras me habla, mantengo la mirada fija en un lateral del suelo. En el fondo, tengo que admitir que he sido un poco estúpida dejándome llevar de esa manera. - Si quieres acabar con ella vas a tener que ser mucho más inteligente - me digo.

En el fondo, sé que mi padre más que enfadado está decepcionado. Por eso em cuesta tanto dirigirle al mirada. Al final, me obligo a hacerlo. - Lo siento papá, tengo un mal día y lo he pagado con la persona que menos culpa tiene aunque no deje de ser un grandísimo grano en el culo - continuó para mi. - Entra y disfruta del desayuno, yo tengo que hacer una llamada importante. La próxima vez seré más amable, lo prometo - concluyo sonriendo ligeramente y dándole un beso en la mejilla. Espero que eso baste para relajar la situación. Ya me encargaría de hacérsela pagar a Lisa, de un modo mucho más sutil.

Tu padre sonrió por tu reacción comedida (o lo que aparentabas) y tras tu beso entró en casa de mejor humor dejándote la libertad de llamar con calma a la que era tu mejor amiga. Apenas sonó la señal de llamada y el tono característico tono de voz de Elisabeth te llegó a través del altavoz de tu teléfono móvil de última generación. 

-Hola guapa, precisamente iba de camino a tu casa a recogerte. Estaré ahí en 3 minutos. -la velocidad al volante era una de las cualidades de tu mejor amiga, que llegó en su flamante deportivo antes del tiempo citado. Se bajó con una radiante sonrisa y te miró sin dejar de sonreír. -Estás preciosa Roxanne. ¿Qué haces aquí fuera?

- Evitar la tercera guerra mundial - contesto malumorada a la vez que me acerco hacia el descapotable. - La señoritinga Thompson se ha atrevido a quedarse a dormir en casa esta noche - bufo y miro a Elisabeth fijamente. - ¿Sabes lo que significa eso? Nos está ganando terreno - concluyo apretando los puños cada vez más enfadada.

Tengo un mosqueo del quince ¿El mejor ejemplo? Que no me haya percatado ni del elogio de mi amiga. Sin más palabra le hago un gesto con la cabeza para que se monte en el coche y salgamos de aquí lo antes posible. Ya en el asiento del copiloto, me giro hacia ella y la observo detenidamente. - Para haber trasnochado más que yo se te ve muy bien - comento con suspicacia. No puedo quitarme de la cabeza las señales que llevo viendo entre Logan y Elisabeth desde hace varias semanas. A decir verdad, ese tema me tiene muy alerta. Quiero mucho a Logan, pero no me gustaría nada que mis  sospechas fueran ciertas - Tienes algo que contarme, ¿no? ¡Dispara!

-Será puta... -comentó tu amiga poniéndose de tu parte al momento. -Tenemos que hacer algo. -siempre fiel, siempre a tu lado para apoyarte en todo, esa era Elisabeth. Cuando sacaste el tema de haber trasnochado más que tu, Elisabeth se sonrojó visiblemente y desvió su mirada de la tuya. -Será que no he dormido aún... -confesó en un susurro. -Es...estuve hablando con... con Logan hasta que prácticamente amaneció... ¡Pe... pero no pienses mal! Sólo hablamos, nos contamos cosas... no se... estuvo muy bien. -Para entonces su cara parecía un tomate y arrancó su coche haciéndolo rugir.

-¡Eh! ¡Esperadme! -Tu hermana llegó corriendo al coche fulminándoos con la mirada. -¿Me ibais a dejar tirada?

La respuesta de Elisabeth me deja tan alucinada que me bloqueo unos segundos. Mis sospechas son ciertas, ¡¡entre estos dos hay tema!! - Logan es un solazo de chico, pero tú te mereces algo mejor Elisabeth, ¡es que no lo ves! - pienso sin verbalizarlo. Aprieto los dientes para callarme y obligarme a pensar en mis próximas palabras. Estoy ante un tema muy delicado, que no hay que tomar a la ligera.

Cuando mi amiga termina de hablar me río divertida sin poder controlarlo. Para ella, por el bombazo de noticia que acaba de soltarme. Para mi, por lo irónica que es la vida. - Me pego el día controlando que Logan consiga una chica que valga la pena y, cuando lo hace, es él el que no llega a su altura. ¡Muy lista Roxanne!

Justo cuando voy a abrir la boca para decir algo, oigo los gritos de mi hermana. - ¡Mierda! Casi me olvido de ella.... menuda carga - concluyo molesta. Cuando nos alcanza, me giro hacia Stephanie con la mejor de mis sonrisas. - Claro que no tonta. Elisabeth solo estaba preparando el coche. ¿Cómo vamos a olvidarte de ti en tu primer día de colegio? - le hago un gesto con la cabeza para que se suba al coche rápido. - Vamos, ¡sube! Hoy es un gran día Hay demasiadas cosas que hacer

Obviamente con tu hermana en el coche (que no dejaba de parlotear nerviosa) no podíais hablar del tema, pero las miradas fugaces de Elisabeth no te dejaban claro si quería o no volver a sacarlo a relucir. Con su peculiar y agresivo estilo de conducción os pusisteis en el instituto en unos minutos, aparcando justo enfrente del edificio.

La gente comenzaba a llegar a las puertas de un nuevo curso y ya veías a los grupos de amigos contándose las aventuras veraniegas y haciendo planes de cara al primer baile del curso, que sería en dos semanas. Tu hermana estaba nerviosa y casi bajó del coche en marcha deseosa de empezar su andadura en esta nueva etapa mientras que en el aparcamiento Kevin Redmoon os esperaba sentado en su moto y con su pose desafiante. -Conduces como una Abuela Elisabeth. -la picó riéndose.

- Con mi abuela pasaría menos miedo - contesto a Kevin siguiéndole el juego. Desde que se había sacado el carnet el estilo de conducción de Elisabeth se había convertido en una constante de nuestras bromas, incrementada después del 'sutil' accidente que tuvo el año pasado en el aparcamiento del instituto.

Ya bajadas del coche recuerdo a mi hermana y me vuelvo para ver que ha sido de ella. Sonrío divertida al no encontrarla. - ¿Nosotras también estuvimos tan nerviosas en nuestro primer día? - pregunto con curiosidad.

-Nerviosas, escandalosas e insoportables. -comentó Kevin con maldad. Tu hermana ya estaba dentro buscando al grupo de orientación para los de primero. Seguramente que al enterarse de que era tu hermana la tratarían como era debido... o al menos eso querías pensar. 

Al poco de llegar vosotras escuchasteis una risotada descomunal de dos chicos que se os acercaban. Aiden y Logan venían riéndose de alguna de las bromas de Logan. Ambos parecían contentos aunque pudiste notar unas ligeras ojeras en la cara de Logan y por el rabillo del ojo viste a Elisabeth volver a ponerse roja como un tomate. -Hola niñas. -comentó Logan incluyendo a Kevin en el grupo, logrando que éste le hiciese un gesto malsonante con la mano. -¿Preparados para pasar el primer día de clase sin hacer nada? -inexplicablemente Rebecca no había aparecido aún, pero notaste cómo el grupo te miraba esperando que su "lider" los guiase.

Le pego un manotazo en el hombro a Kevin como respuesta a sus palabras, aunque en el fondo sé que eran más que ciertas. Cuando Aiden y Logan llegan hasta nosotros, no quito ojo a ninguno de los dos. Comprobar que Aiden sigue igual de guapo (por no decir más) me encoge el estómago. Algo avergonzada, me obligo a dejar esos pensamientos a un lado y centrarme en lo 'verdaderamente' importante.

- ¿De verdad crees que esto va acorde con el término 'niñas', Logan? - pregunto con picardía señalando tanto los atributos de Elisabeth como los mios.

Todavía con la sonrisa en la boca, me retiro el pelo hacia atrás con soltura alargando algo mi respuesta y obligando a todos a permanecer atentos a mis movimientos. Era muy satisfactorio comprobar que las cosas seguían igual. - O prácticamente igual - pienso echando un último vistazo a los tortolitos.

- Parece que Rebecca no lleva intención de aparecer hoy, así que entremos - me encojo de hombros dándole poca importancia a mi comentario - Averiguemos las novedades que nos ha traído este verano - concluyo con una media sonrisa.

Entráis en el recinto del instituto notando como casi todas las miradas se posan en vosotros pues vuestro grupo estaba formado por la gente más popular del instituto. Os ibais a informar sobre qué clase os tocaba cuando la reportera del <<Mystic Post>>, la guapa Sandy Gibson os interceptó. -¡Hola chicos! Nos toca la primera hora libre así que había pensado en ir a la cafetería a tomar algo. ¿Qué os parece?

Mientras entramos no dejo de parlotear ni un segundo con Elisabeth. Eso sí, sin perder detalle de todo lo que nos rodea. En principio, parece estar todo igual. Un instituto plagado de inútiles, asociales y perdedores. Como se espera de mi, paso por delante de todos ellos mostrando la mejor de mis sonrisas, y cruzando un par de palabras con las personas más relevantes de la escuela.

La voz de Sandy hace que nos paremos. Pongo los ojos en blanco de forma imperceptible. - Querida... si sigues yendo tanto a tu bola llegará un día que dejaremos de contar contigo - pienso, aunque me guardo el comentario para mi. - Es un plan perfecto - le contesto y la agarro enseguida de uno de los brazos, empujándola para que empiece a andar hacia la cafetería. - Seguro que tienes muchas primicias de las que ponernos al día. - Mientras andamos me giro hacia Logan sonriendo - Tenías razón, un día idóneo para no hacer nada.

Sandy sonrió complacida ante tu actitud y comenzó a caminar a tu lado camino a la biblioteca. -Poca cosa por ahora. Tenemos un nuevo profesor de historia ya que el profesor Fintan ha decidido no aparecer tras las vacaciones de verano. Hasta que llegue sus clases serán horas libres. Hasta ahí el parte por hoy. -bromeó sin dejar de sonreír.

Llegasteis a la cafetería para tomaros algo y no os extrañó ver al resto de vuestro curso allí, disfrutando de la hora sin hacer nada. En una mesa con expresión hastiada y rodeada de muchos de los compañeros de equipo de los chicos os esperaba una Rebecca luciendo una bonita camiseta ajustado con unos shorts vaqueros que le quedaban a la perfección. -Parece que he sido la primera en llegar. Estaba informándome sobre los requisitos que piden para presentarme a Miss Mystic Falls. -aquello era todo un bombazo y te hizo recordar que este año por fin podrías presentarte al concurso su así lo deseabas. Tu madre había sido Miss Mystic Falls y tu abuela materna también y tu pequeña hermana deseaba tener la edad para presentarse. Aunque si decidías hacerlo estaba claro que tendrías una dura competidora.

- Debía habérmelo imaginado - susurro de manera casi imperceptible al ver la situación de la cafetería. Por suerte, solo Elisabeth y con suerte Sandy han escuchado mi comentario. Rebecca tenía la asquerosa manía de ir de independiente. Se creía que el tener a todos los chicos pendientes de sus bragas le daban la autoridad de hacer lo que le diese la gana. Menuda estúpida.

- ¿Y hay alguna novedad para este año? - le pregunto mostrando un desinterés intencionado. Me moría por presentarme a ese concurso y dejar a todas las chicas de Mystic Falls a la altura del betún, pero no lo reconocería ni muerta. Mientras espero a que Rebecca me responda echo una ojeada a quienes están en la cafetería. Sonrío a los amigos y miro de forma altiva a la chusma. Como siempre.

Rebecca te sonrió de forma encantadora, de esa forma que te sacaba de tus casillas. Ella era tu rival y no te amiga, como se molestaba en aparentar ella. Nunca te contestaba a las pullitas que le mandabas ni hacía nada que te pudiera molestar a propósito, pero tu no podías hacer que te cayese bien. -Pues aparte de presentar el certificado de nacimiento conforme has nacido y crecido en la ciudad, tienes que demostrar que al menos 3 generaciones de tu familia también lo han hecho. Nos harán una prueba escrita sobre a historia del pueblo y tras el día de los fundadores dentro de dos meses harán una fiesta donde saldrá la ganadora. -si que se había informado bien. 

-¿Qué tal el final de verano chicos? Yo estuve en Milán en un campamento para modelos y me lo pasé genial. Espero que despidierais el verano como es posible ¿no? -puso una mirada pícara que se posó en Aiden. -Ya veo que tu mejoras por momentos Aiden, estás guapísimo.

Apreté los labios molesta cuando Rebecca se dirigió de esa forma a Aiden. - Cállate, maldita zorra - pienso enfadada.

- Nos rodeamos de lo mejorcito Rebecca, ya lo sabes. Excepto por ti, que no hay dios que consiga hacerte desaparecer. - Me acerco hacia Aiden y le agarro con fuerza de uno de sus brazos, pasándole otro por detrás de la espalda. - Más vale que te enteres, estúpida. Engañaste a Kevin, pero me encargaré de que con Aiden no tengas ninguna posibilidad.

Después de eso, me siento en uno de los asientos que quedan libre, ubicado en un lugar perfecto. Céntrico para que todos me vean, pero lo suficientemente alejado de Rebecca como para minarle el protagonismo. Mientras observo a los presentes repaso los requisitos para el concurso de Miss Mystic Falls. No debería serme complicado. Pocos me superaban en cuanto a conocimientos de este pueblo. - El verano ha sido genial. Pasamos la mayor parte del tiempo recorriendo Europa. París, Berlín, Londres y San Petesburgo son increíbles - comento aparentando desinterés y casualidad, aunque encargándome de que a todos les quedase claro las mega-vacaciones que me había pegado. Rebecca podría haber estado en un campamento para modelos, pero no dejaba de ser un cursito estúpido regulado por horarios y monitores insoportables. - ¿Vosotros qué tal? - pregunto en general. En verdad, poco me interesa la vida de la mayor parte de allí. Pero soy capaz de escuchar cualquier cosa solo por hacer callar a Rebecca.