Partida Rol por web

La policía fue llegando, también fueron llegando algunos médicos para ir tratando a los heridos que fueron llevados a algunos hospitales de la zona, les llamo la atención que no les pusieron en el mismo hospital, sino en diversos hospitales de la zona. Todos habían recibido una nota que les indicaba que durante una semana no habría clases y que no tendrían que ir a clases.

Ya habían pasado cinco días desde lo que había sucedido en el instituto, era sábado y hasta el lunes siguiente no tendrían que ir al instituto de nuevo. Durante todo este tiempo los chicos de la clase habían sido llevados al hospital para examinarles y habían sido totalmente aislados de sus compañeros. El incidente se había enmascarado como una explosión de gas y la excusa para mantener a los chicos tanto tiempo ingresados había sido precisamente esa que podrían estar intoxicados y que había que examinarles, aunque no hubieran estado en ese momento en el lugar, ya que querían asegurarse que toda la clase estaba bien.

Era sábado justo después de la hora de comer, habían comido en el hospital y por fin les habían dado el alta, el medico que paso les dijo que podían marcharse a su casa cuando quisieran a lo largo del día.

Los alumnos estaban en una habitación de hospital, el lugar era agradable, aunque sencillo. Tenían algo de ropa para poder cambiarse e irse libremente.

Al fin había llegado el día en que me dieron el alta médica, ya estaba volviéndome loco al pasar tanto tiempo en una habitación de hospital sin poder tocar el bajo eléctrico. [Sólo espero que la banda haya practicado sin mi]

Por supuesto que esto de ponernos a observación me llamó bastante la atención en un principio, pero luego le seguí el juego a los médicos, no tenía otra opción. Por un lado estaba tranquilo, mi poder realmente no altera nada en mi físico, ni exámenes médicos que pudieran realizarme, o al menos eso creo, por lo que siempre mantuve la calma.

Algunos días pensaba en como estarán los demás, es decir Akira y Layla tenían poderes que alteraron de alguna manera su físico, pero luego de darle muchas vueltas se me olvidaba el asunto. Me consternaba la idea de que algunos compañeros vieron las cosas sobrehumanas que pude hacer, y ese pensamiento no me dejó conciliar el sueño un par de días. 

Mi vida había cambiado y no sabía si era para bien o mal. Me puse en distintos escenarios con respecto a lo ocurrido, con certeza sabía que varios de nuestros compañeros poseen algún tipo de poder sobrenatural, y que además habían personas que los poseían también. El que ese trío viniesen por An me abrumaba bastante, porque la única respuesta lógica que pude dilucidar era que An poseía un poder abrumador, y ellos estaban tras ella para poder controlarlo, así que dentro de mí sentía miedo.

Como mi vida y la de mis compañeros corrieron peligro, tomé el asunto de tener poderes bastante en serio, así que determiné que ver las limitaciones de mi poder era el primer paso para poder defenderme, por lo que practicar las desapariciones y apariciones de objetos, era mi meta a corto plazo. Analizar las restricciones y entender el cómo funciona es algo fundamental...  Fundamental sí, pero hay algo que está por sobre eso y es comprender el por qué tengo poderes, y sé exactamente a qué persona recurrir para que me resuelva esta duda.

Luego de la comida, me alisto inmediatamente, quiero salir de este hospital lo antes posible para poder resolver todas las dudas que me han invadido estos días de hospitalización. Me visto, tomo mis objetos personales y cordialmente me despido del personal de la institución médica que me atendió durante mi estadía. 

Camino dirección a la salida del Hospital, mientras reviso mi móvil. [De alguna manera debo obtener la dirección de su casa o al menos un número en donde contactarla... Ahhh ¿por qué debía ser ella!?... Historia es una de mis peores asignaturas y ella no es de esas personas que le guste hablar, menos con sus alumnos fuera del Instituto... Maldición, tendré que recurrir a Nagato]

-Mientra camino, con gran pesadumbre llamo a Hina-Sensei-

Casi una semana entera en el hospital, el resultado de no lograr escabullirme del cerco policial. EL trato no estaba mal pero me fastidiaba mucho no poder abandonar el recinto. Gracias a mis nuevos poderes había logrado repetir postre todos los días pero no hubo manera de salir a la calle, en fin que se le va a hacer.

El sábado después de comer al fin me iban a dar el alta y me devolvieron mis pertenencias lo primero que hice fue revisar mis mensajes. Había llamadas perdidas de las chicas de primero que me seguían y mensajes de alguna chica de otro instituto que me decían de quedar pero nada relevante. Parece que nadie se preocupo demasiado ya que no era la primera vez que no daba señales de vida en unos cuantos días.

Mientras me empezaba a poner la ropa de calle llame a Micchan para saber como estaba, me preocupaba An en ese momento pero nuestra relación no daba para una llamada telefónica así que me asegure de saber como estaba Michiko ya que si no tenia llamadas suyas es posible que tambien hubiera estado hospitalizada.

Cojo el movil mientras me visto, le cuesta un poco arrancar por culpa de los 200 millones de mensajes de Micchan. me da tiempo a ponerme los pantalones y el sujetador cuando mi movil reacciona y decido llamar a mi amiga antes de revisar los mensajes ya que si me ponia a leer ahora no saldria nunca del hospital

-Moshi Moshi! Micchan! me acaban de dar el alta en el hospital. no me han dejado tener el móvil conmigo hasta ahora, ha sido un palo! tu como estas? también te llevaron al hospital? tenia muchas llamadas tuyas pero no he tenido tiempo de leer tus mensajes, estas bien? que te paso tras el incidente?- Me doy cuenta que estoy hablando mas agitadamente que de costumbre, es posible que estar tan aislada haya provocado que me vuelva ansiosa... no es posible que este realmente preocupada por no haber podido hablar con ella no?

Una semana en casa sin noticias de nadie había sido una tortura. Especialmente con la cantidad de mensajes que había enviado a su amiga y que nunca llegó a leer. O eso pensaba cuando Run de BTS empezó a sonar en su teléfono. ¡Era Hana! Michiko se abalanzó sobre su teléfono dejando el video que estaba mirando en YouTube a mitad para responder.

-¿Pe… pero estás bien? -su amiga sonaba demasiado nerviosa o algo parecido- Llamé a tu casa para intentar enterarme de algo pero tu mamá dijo que no podías tener visitas. No, no, yo estoy bien. Escuché la explosión de gas desde la enfermería y salí del edificio siguiendo los protocolos de evacuación. Puedes andar, ¿verdad? ¿No te faltará media cara o algo así…?

Alguien había estado dándole muchas vueltas… a todo.

Michiko parecia estar bien, aunque un poco preocupada. Cuando escuche sus tonterias me tranquilice bastante, parece que no se ha visto afectada.

-Baka! mi cara esta mucho mejor que la tuya! quieres ir a hacer un batido, necesito que me de el aire despues de tantos días encerrada. Pagas tu!- le digo con tono inocente pero en realidad si que me moría de ganas de salir de allí de una vez

Si podía meterse con ella era que estaba bien. Aunque lo que su cara estuviera mejor era claramente imposible, cualquiera con ojos podría darse cuenta de ello~

-Sí, por favor, salgamos… Estaba muy preocupada y tengo muchas ganas de hablar contigo. No poder ni ir a clase en todo este tiempo ha sido de lo más aburrido. ¿Estás muy lejos? ¿Dentro de hora y media en 109?

-Nos vemos allí Micchan, Ire directa desde el hospital así que me ayudaras a cargar con la bolsa-

Me acabé de vestir, por suerte tenia ropa limpia que me había traído mi madre; a veces esa estúpida servia para algo. Me puse Una camisa negra y roja con su corbata a conjunto, una falda roja y unas botas altas negras. Una vez lista cogí mi mochila y me dirigí a Shibuya.

Sentaba muy bien pasear por el centro de Tokyo de nuevo, la gente y las tiendas levantaron mi animo; al fin había acabado el suplicio. Cuando llegue al 109 aún faltaban unos 20 min para que Micchan se presentara así que aproveché para leer todos sus mensajes.

Haruka no podía entender por qué tenía que permanecer en un hospital. Ella no había resultado herida en el enfrentamiento como algunos de sus compañeros, sin embargo los médicos y enfermeras insistían en que debían hacerles pruebas a todos para asegurarse de que estaban bien. A la chica le parecía más que les estaban examinando para estudiarlos, era evidente que aquellos desconocidos que estaban en el instituto tenían... ¿Poderes? Solo pensarlo le parecía raro, aunque más raro era admitir para sí misma que también ella había sufrido cambios, aunque intentase negárselo una y otra vez. Lo único que la consolaba un poco y la tranquilizaba en cierto modo era saber que no estaba sola en aquella locura, otros compañeros de su clase habían demostrado también no ser "normales" del todo. 

¿Qué pasaría ahora con ellos? ¿Por qué les estaba sucediendo eso? ¿Alguien en aquel hospital podía dar una explicación a aquellas "habilidades"? 
Por su parte, Haruka se limitó a permanecer en su habitación el tiempo que la obligaron a estar allí "por su propio bien", sus padres la visitaron y varias veces quiso enviar algún mensaje de texto a sus compañeros, pero finalmente no llegó a atreverse ¿A quién? ¿Qué iba a decirles? 

Pasó el tiempo leyendo o mirando por la ventana, prácticamente sin hablar con nadie salvo cuando el personal médico o la policía le hacía alguna pregunta o la interrogaban sobre su estado. Tras algunos días, un sábado después de comer, le dieron el alta por fin. Haruka se vistió y llamó a sus padres para que fuesen a recogerla y poder volver a casa. 

Para Michiko la preparación duró algo más. Como llevaba todo el día en pijama tuvo que maquillarse por completo y elegir algo más o menos apropiado. Al final se decidió por un vestido de topos con un sombrerito de paja y un bolsito adorable con forma de cámara.

Como era habitual, el centro comercial estaba llenísimo así que cuando estaba llegando empezó a bombardear a su amiga a mensajes para quedar en un punto más concreto. Al encontrarla se lanzó a abrazarla sin pensárselo dos veces.

-¡Banana-chaaaaan!~

Después de todo lo ocurrido, sólo tengo ganas de volverme a mi casa y seguir pensando en todo lo que ha acontecido. Me ha parecido como uno de éstos videojuegos, sólo que ahora soy yo el protagonista y es real!.

Tengo ganas de estar solo y de ponerme a experimentar con mis poderes. De averiguar cómo funcionan, qué soy capaz de hacer, y hacerme con el control de ellos.

Y... que podría hacer para contactar con Nyang, si uso mi poder mental, quizás vuelva, o quizás la otra chica me localice. Creo que primero me centro mejor en la teletransportación y en la telequinésis y ya seguiré luego con lo otro.

(Si puede ser me voy hasta una casa de una zona rural para estar solo, y sino pues me quedo en mi habitación de casa sin que nadie me moleste

Despues de cinco días en el hospital sigo bastante dolorida por la pelea aunque los doctores dicen que ya estoy lista para darme el alta. Sigo sin entender por que se quiere enmascarar todo como una explosión de gas y no se quiere denunciar un intento de secuestro y espero que alguien me lo explique pronto.

Realmente estoy harta de estar en el hospital, asi que en cuanto me dan el alta me visto lista para irme, estoy algo preocupada por que no me hayan dejado hablar con ningún compañero y espero poder aclararlo cuando salga de allí.

Los médicos finalmente le dieron el alta y le entregaron todo, móvil y ropa. Era la hora del alta y nadie había ido a buscarla, simplemente tenía el impreso con el alta indicada.

Saito estuvo todo el tiempo en la casa de campo, realmente no tuvo muchos problemas para estar solo ya que sus padres no habían acudido a la casa. Durante el tiempo que estuvo no volvió a sentir a ninguna de las dos chicas. Esa mañana se había despertado algo más agitado, no sabía porque, pero había tenido un sueño bastante agitado y se había despertado varias veces durante la noche, aunque no recordaba el porqué. Estaba pensando en eso cuando de repente llaman a la puerta.

Cuando llego la hora Haruka recibió un mensaje, era de su padre que le indicaba que no podrían ir a recogerla, que tomara un taxi y fuera a su casa. Pocos segundos después recibió otro mensaje de texto, en esta ocasión era de Akira

Si me han dado el alta a mí, supongo que a ti también, nos vemos en 1 hora en la cafetería de la estación

El teléfono tarda un par de tonos en ser descolgado, al hacerlo se escucha la voz del profesor:

¿Si?... vaya… parece que ya os han dejado salir del aislamiento que os tenían.

El profesor hablaba como siempre, con el tono ciertamente desenfadado habitual en él. De fondo podía escucharse como estaba andando por la calle puesto que se escuchaba el tráfico.

Vi a Micchan venir corriendo hacia mi en cuanto me vio, odiaba su manía de abrazarme tan efusivamente en público pero esta vez se lo permití. Le devolví el abrazo, aunque brevemente; luego la aparte suavemente pero sin alejarla mucho

-Ya esta Micchan, ya esta... ya estoy bien- le susurro con voz suave, luego le acaricio la cabeza apartándole un poco el gorro de paja -Me apetece mucho un batido y tu me tienes que cuidar por que he estado malita así que vamos- agarro a Micchan de la mano y la llevo hacia dentro del centro comercial hasta la última planta donde esta el mirador

Haruka sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando leyó el mensaje de su padre para decirle que no podrían ir a recogerla. Le pareció muy raro que ni siquiera la llamaran para explicarle los motivos de su ausencia. Pensó que en realidad no estaba enferma ni había resultado herida, y que se suponía que estaba perfectamente, podía ir en taxi a casa, aún así...

La melodía de un nuevo mensaje en su teléfono la sacó de sus pensamientos. Cuando vio de quien se trataba sintió que se ruborizaba ligeramente a su pesar. Le avergonzaba un poco pensar en cómo se había comportado en el instituto con, ella que nunca había destacado por nada más allá de sus notas, y desde luego en el enfrentamiento tampoco había logrado hacer nada útil, ni siquiera fue capaz de echar una mano a sus compañeros cuando ellos estaban jugándose el pellejo para ayudar a Ann. 

Seguro que Akira y todos los demás pensaban que era una cobarde, aunque en su favor podía decir que al menos no había huído... Suspiró y respondió el mensaje:

Sí. Iba a marcharme a casa ahora. En una hora, de acuerdo. Nos vemos.

Pensó en escribir algo más, preguntar cómo estaba él o si sabía algo de Ann y de los demás, pero prefirió no hacerlo. Ya tendría tiempo para solventar dudas, seguro que en la estación estarían todos o casi todos. Era obvio que debían hablar, sobretodo después de lo sucedido.

¿quien será el que llama?, no mucha gente sabe la casa exacta dónde vivo. Estoy un poco con la paranoia de todo lo que ha pasado y con el no saber que pasará, mi mente no para de darle vueltas a las palabras de Nyang : "...algo se acerca..." había dicho.

Paso rápidamente por la cocina mientras cojo un cuchillo bien afilado y lo agarro con la mano camuflándolo en mi antebrazo, y me dirijo hacia la parte de arriba de la casa para mirar desde la ventana quién es quien está llamando a la puerta...