Partida Rol por web

Todo había sido algo caótico, pero había terminado.  Habían equipos de héroes nóveles por el hangar, limpiando el desastre.  Por alguna razón el atlante te había eximido del trabajo.  Al parecer, tenía algún tipo de idea fija en tí.

Sin que pudieses preguntar nada, a tu comunicador llegó un mensaje para que fueses sola a verle en su oficina.

El mensaje de Arthur, por algún motivo, me había dejado inquieta. Quizás fuera la urgencia del pedido o que me había separado del grupo y no me gustaba la idea de que se me diera un trato especial por ser una Wayne, aunque de ser así mis hermanos también habrían sido separados...

Llamé a la puerta sin saber qué iba a encontrarme, una multitud de ideas cruzaron mi mente pero la verdad es que no iba a saber con certeza de qué se trataba todo esto si no hablaba con Arthur.

Helena.  Cómo estás?  Ah sido una locura para una bienvenida.  Dijo el atlante sin darle tanta relevancia como parecía tener.  Aunque pudiste notar como era más probable que estuviese asociado a bajar el tenor del humor colectivo a que realmente no le importase.

Bien, eres una Wayne.  Qué piensas de todo lo sucedido?

-Tempest -lo saludé un poco marcialmente inclinando la cabeza, me crucé de brazos y permanecí de pie -Estoy bien, con el orgullo herido como todos pero bien -alcé una ceja y comencé a caminar por la oficina con paso lento y felino, me resultaba difícil quedarme quieta.

Ahogué una risa que se quedó flotando en el aire como el deseo de algo que no fue -Vaya, ¿Sin presiones, verdad? -bromeé y lo miré de lado con mis ojos verdosos, una mirada que le había visto a mi madre y que sabía que resultaba en todos los hombres, sin excepción. De pronto me puse seria: el lado Wayne asomando -A simple vista puedo decirte que si los agentes de la SSH se arriesgaron a entrar aquí para conseguir aquello que se llevaron debe ser muy importante y peligroso -no tenía idea de qué era ese objeto pero mi obsesión con el dispositivo de mi padre me jalaba hacia ese lado, sin embargo opté por no decir nada sobre ello -Y que es necesario recuperarlo.

Exacto.  Dijo Tempest, mirándote a los ojos aún como hipnotizado.  Hay una historia detrás.  Una que no viene al caso en este momento... Pero Atlantes y Amazonas llevan siglos ocultando algo.  Qué es y qué hace, era un misterio para ambos.  Hasta hace cinco años atrás.  El atlante se puso de pie y se acercó a tí.  Cuando llegaron, algo sucedió.  Algo que solamente quedó entre Koryak, Serenity, Hipólita y Fury.  Nadie más lo supo pero, desde el momento, el paquete ha viajado por el mundo con un mensajero atlante y una amazona persiguiendo respuestas.

Arthur se acercaba a tí involuntariamente, como movido por una compulsión que tú estabas generando.

Como podrás imaginar, creo que tiene que ver con la llegada de viajeros de otra dimensión.  Y estoy bastante seguro de que, lo que robaron, era ese paquete.  A juzgar por dos mensajes que llegaron en el mismo momento y decían exactamente lo mismo: "Tenemos que hablar".

El chico puso el mapa del mundo en el que estaban resaltadas la Atlantis y Themyscira.  Solamente cuatro personas, además de los dos mensajeros, sabían dónde y cuándo sería movido el paquete.  Los regentes de ambos reinos y sus manos derechas.  Si algo me ha enseñado la experiencia es que ambos intentarán endilgarle la culpa al otro y que, probablemente, estemos en puertas de una guerra.

Llegado a ese punto, Arthur hizo una pausa para escucharte.

Suspiré y lo miré directo a los ojos, era un hombre interesante Tempest, lástima que hubiera tanta pose en sus ademanes, me gustaba más cuando no estaba alardeando. En ese momento, solo en ese instante, un escalofrío me recorrió: ¿Y si él y yo habíamos tenido algo en esta dimensión? Busqué en mis recuerdos pero no hallé nada en la superficie... Para ese entonces lo había estado mirando demasiado, bajé la mirada al mapa y me pasé un mechón de pelo detrás de la oreja.

Ante su declaración entrecerré los ojos y mantuve mi rostro impasible, pero por dentro estaba sumamente agitada, ¡El objeto! ¡Ellos tenían una copia! O uno similar. Tenía que obtener la información que ellos poseían pero ¿Cómo? Lo observé acercarse a mí y no me moví, solo mantuve mi mirada en la de él en un duelo de voluntades. -Ya veo -musité escuetamente, con el ceño fruncido... El asunto era serio, muy serio. -¿Y por qué sé de esto ahora? -inquirí -Si al llegar nosotros a esta dimensión ese aparato funcionó ¿por qué el silencio? -hice un rictus con la boca, como siempre los secretos y la ventaja de un reino sobre el otro dividiendo aquello que debería ser uno.

-Para evitar la guerra debemos descubrir quién ha traicionado a quién y recuperar el aparato -dije sucintamente. -¿Qué es lo que quieres que haga? -pregunté sin rodeos -No me has pedido que venga aquí solo para que te dé mi opinión -volví a cruzarme de brazos y lo analicé con mi mirada -Y ni qué decir que esto me incumbe directamente, a mí y a los míos.

Lo sabes ahora por dos cosas.  Una, que yo no lo sabía hasta hace un momento... De hecho es una especulación fundada más que un conocimiento.  Dijo el atlante.  Y dos, que no puedo decir que confiara en tí previamente.  Conocí a nuestra Helena, pero no te conocía a tí.  Bueno... al menos no hasta que los investigamos.

Coincido... Y por eso estás aquí.  Sé que es un poco apresurado.  Pero con el equipo bastante mezclado en otros asuntos, y con la ONU pisándonos los talones, necesitamos más personal fuera del radar.  Enviaré un equipo a la Atlantis y uno a Themyscira.  Y otro a ninguno de los dos lugares.

El chico se apoyó en su escritorio y te miró con una sonrisa que mezclaba algún tipo de alegría y algo de melancolía.  En el escenario hipotético de que este artefacto centenario fuese la clave para un BlackOut en nuestro planeta... quién crees que perdería más?  Un Atlante o una Amazona?  Preguntó, aunque veías en su rostro que consideraba que la respuesta era obvia.

Claro que me importa tu opinión.  Tú eres mucho más estable que tus hermanos, tienes todas las cualidades de Bruce, con el instinto malicioso de Selina.  Créeme, eres la persona con la que necesito tener esta conversación.  En su "necesito" pudiste notar una acentuación que era un tanto exagerada, teniendo en cuenta que era algo hipotético y parecía tener las respuestas.  El hecho de que, la Helena de esta dimensión hubiese tenido una relación cercana con él se hacía cada vez más plausible.

Desvié la mirada al mapa tratando de fingir concentración, pero presentía un torbellino gestándose a mi alrededor. Me mojé los labios y asentí, volví a mirarlo con una mezcla de agradecimiento y altivez pero ninguna réplica ingeniosa salió de mi boca -¿Así que instinto malicioso, hm? -retruqué finalmente y me reí por lo bajo.

-Todos piensan que mis padres eran muy diferentes, polos opuestos -comenté pasando las yemas de mis dedos por la parte de Atlantis del mapa -Pero él a pesar de ser un héroe tenía mucha oscuridad dentro de sí y ella a pesar de ser una reconocida villana tenía mucha bondad; entre los dos hicieron un hermoso gris -alcé la vista rápidamente como un dardo y quise preguntarle muchas cosas de pronto.

En lugar de ello dije -Si el vínculo entre Diana y Clark fue el mismo que en mi dimensión -comencé mirándolo de lado, alzando ligeramente un hombro y poniéndolo como pared entre él y yo -Podrías enviar allí a John, el sentido de la lealtad que le dio su padre te será útil en un territorio hostil -sugerí tentativamente poniéndome en Bruce mode -A Kara la enviaría a donde tu hermana junto con Anna -proseguí, dudé unos instantes y me callé de súbito.

Un ardor inexplicable me oprimió el pecho al verle la sonrisa, ¿Podía ser que estuviera ciega todo este tiempo? Creí reconocerla, pero no estaba segura de si era así en verdad o eran mis deseos de tener alguien a quien aferrarme. Me sentí indeciblemente endeble, manipulable y expuesta como la herida abierta que era, y él lo sabía. Maldición.

-O podrías enviarme allí pero no sé qué pensarían de mí...-traté de leer sus ojos y sus expresiones -Dime lo que tengas que decirme de una vez, Arthur -su nombre salió de mis labios con más sentimiento del que hubiera imaginado.

No puede dejar de preguntarse que querría ahora de él el rey de los mares. Mas sospechaba de que tendría importancia, bastante además al ser él mismo quien le había convocado junto a Kara, su hermana, lo que realza más esa afirmación. Con pasos ágiles el joven recorre el Hángar en búsqueda de la oficina perdida, bueno, más bien es el propio Hunter quien se había perdido al girar un par de pasillos en la dirección equivocada. No es culpa suya, en lo absoluto, es el lugar, demasiado grande.

Finalmente consigue llegar al puerta de la oficina de Arthur, para él imponente, su magnetismo había calado profundamente en el chico sin poder remediarlo. Tampoco es culpa suya, es el hijo de Aquaman, uno de los héroes legendarios, y además Rey de la mítica Atlántida. Suspira profundamente y con los nudillos da dos golpes perfectamente audibles en la puerta, como pidiendo permiso para poder entrar en el despacho, que esperaba estuviese su hermana ya dentro.

"Calma Hunter, calma. Aunque sea el jefazo quiere lo mismo." 

Espera con impaciencia la indicación que puede pasar.

Bien... Si quieres saber lo que pienso, creo que fue una amazona.  Un BlackOut aquí eliminaría las posibilidades de supervivencia de todos los atlantes, al menos de todos los que no lleguen a la superficie lo suficientemente rápido.  Es cierto que Themyscera quedaría más expuesta al mundo exterior, pero no implicaría un exterminio de las amazonas, como sí de los atlantes.

El muchacho se puso de frente a tí acercándose un poco más.

No creo que el respeto de las amazonas sea hereditario.  De hecho, pensé en enviar a Connor, Robert y Anna a la isla paraíso, ya que necesitamos que accedan vía portal.  Anna es algo... impulsiva, y le agradará a las amazonas.  Por otro lado, Robert es el respaldo que ambos necesitan.  Después de hoy, queda claro que es uno de nuestros agentes más valiosos.

Hizo una pausa y volvió a mirar el mapa.

John irá a la atlantis.  Su historia previa con mi hermana puede que sea un punto a favor para intentar acercarse a ella y Koryak y conseguir algo de información.  Mary y Damian lo acompañarán.  Un poco de poder de tiro por si acaso y una mente más... táctica... que la de Steel.

Volvió a mirarte a los ojos con sus ojos claros y su mirada intensa.

Para tí, Hunter y Kara tengo otra misión.  Pero esperaré a que ellos lleguen.  Mierda... sé que no eres ella, sé que no puedo pretender que lo seas... Pero te ves como ella, hablas como ella, actúas como ella.  Mierda...

Arthur se llevó la mano a los ojos y los frotó en señal de impotencia.

Qué quieres que te diga?  Que me siento como un idiota?... Que he estado pavoneándome para llamar tu atención?  Qué la extraño?  Que siento que mi alma parece por primera vez recomponer algunos de ese millón de piezas en las que se rompió cuando ella murió?

Volvió a mirarte y sus ojos estaban humedecidos.

La respuesta a todo es sí.  Extraño que me ridiculice preguntándome "dónde está excalibur, Rey Arturo?" o "pregúntale a una ballena, chico pez".  Extraño curar sus heridas después de una noche de patrullaje.  Extraño despertarme y preguntarme si ella estará allí o se habrá escabullido en la noche.  Extraño cada cosa que odiaba de ella.  Y me siento un idiota porque me alejé, me siento un idiota por pelearme con ella por este puesto.

Acortó la distancia entre los dos y quedó frente a tí.

Y sé que no puedo pretender que seas otra persona.  Pero no dejo de ver esto como una segunda oportunidad.  No sé por qué me miras como me miras, pero cuando lo haces me dan ganas de acercarme a tí.

Hunter, cómo estás?  Preguntó Oracle.  Kara viene contigo?

La chica llevaba su clásico brazalete holográfico y chequeaba un dashboard con indicadores y datos que indicaban algo que solo ella podía comprender.

En el interior se encuentra con la joven con nombre en código Oracle, la fiel Sarah Diggle, que como no puede ser de otra manera, se encuentra casi enfrascada un cuadro de mando con dedos ágiles, casi porque se percata de la presencia del recién llegado. - Hola Sarah, bien como siempre, aunque no tan bien como mi peinado. ¿Y tú? ¿Todo marcha bien? - Responde él ante su saludo, que se toma la licencia de bromear un poco de sí mismo.

Una de sus cejas se alza cuando mencionan a su hermana. - ¿Kara? Creí que se había adelantado. Mandé un mensaje tanto a ella como a Arthur antes de venir aquí. - Comenta sin más, de forma despreocupada. No lo dice abiertamente, pero él pensaba que Kara habría llegado antes por el mero hecho de él se había perdido por el refugio. Aunque eso no lo admitiría.

Lo negaré rotundamente si lo dices a la prensa... Pero me gusta tu cabello Wonder Hair.  Dijo la chica sonriendo burlonamente y acercó su mano lo suficiente para simular tocar una especie de campo de fuerza a escasos centímetros de tu cerquillo.

Bien, esperemos.  El "gran jefe" está reunido aún con Helena.  Supongo que ya nos llamará.

Se recostó contra la pared.

Ha sido todo una locura, no crees?

Definitivamente tenía mucho que aprender, yo hubiera puesto los grupos de otra manera pero lo que decía Arthur tenía sentido... Y además tenía un Wayne en cada uno de los grupos, -¿Por qué sospecho que mis hermanos y yo somos unos valiosos aliados tuyos en todo esto? -pregunto con una sonrisa socarrona -Es cierto que Damian es más táctico que Steel -reconocí -Y Anna... Sin duda se llevará con las amazonas, eso puede jugarte a favor o en contra -le advertí. Más bien era como mandar a Anna a un burdel, pero era necesario confiar en su entrenamiento de asesina.

Luego por fin vino el torrente de palabras que estaba esperando, aunque por supuesto, no hacían otra cosa que extender el infinito gris en el que estaba viviendo desde que todo esto había sucedido. Al menos no habían tenido hijos -que era mi mayor temor-: no sabría cómo mirar a la cara a unos niños que me verían como a su madre muerta revivida.

Me mordí el labio -No, no soy esa persona Arthur -puse mi mano en su hombro -Ni sé si puedo serlo, me atrevo a pensar que soy muy diferente a esa Helena que conociste -me sinceré y sentí que de alguna manera podíamos compartir el dolor que sentíamos, había sido directa pero era la mejor manera de no extender la agonía -Estoy dispuesta a darte una oportunidad, pero por favor, lentamente -pedí en un susurro -No me apabulles porque huiré, como hacen todos los Wayne frente a las situaciones amorosas -sonreí de lado, tratando de darle confort.

Bajé la mano -Voy a decirte lo que le dije a Damian con respecto a Mary -deslicé para ver si él sabía algo de todo ese asunto -Debes mentalizarte a empezar de cero. No sé, piensa en mí como una hermana gemela de tu Helena -propuse buscando una estrategia para que pudiera deslindarme de sus recuerdos, si es que eso era posible -Puede ser que congeniemos, o no.

Y sin embargo, verlo sufrir me provocaba un dolor terrible, uno que en aquel mismo momento no estaba dispuesta a confesar porque no lo podía comprender. No quería darle esperanzas sobre algo que no sabía si podía pasar.

Cuando la joven hace el amago de tocar el pelo, Hunter, con un claro gesto fingido de horror con la clara intención de dar un cómico dramatismo a la escena. - Ten cuidado, no vaya a ser que medio búnquer se vaya al garete por una explosión. - Y con esto termina las bromas por el cabello, al menos por ahora. Quizás para él es una preocupación su "imagen", pero no deja de ser un joven que apenas supera la veintena. No tiene muchas más, aparte de salvar el mundo de los malos de forma reiterada por supuesto.

Pues a esperar entonces. - Se pasea levemente por la estancia, observando la decoración, y toqueteando suavemente con los dedos parte de ella, no dejan de ser propiedades de su admirado y venerado héroe, protector de la Atlántida y rey del misma, amén de ser el líder actual esa especie de liga justiciera. - La verdad es que sí, apenas he puesto un pie aquí, y la que se ha liado. Y no les ha hecho falta una invitación a la fiesta. Sabían donde venir, y cuando hacerlo. - Suspira cansado, y frustrado, ya que los "malos", se han marchado de rositas.

Me pregunto que estará pensando el Rey de los mares y océanos. El emperador de la fauna marina. Y terrestre, ya que ahora, también es mi jefe, y el de Johny, Kara, Robert y Mary. - Continúa hablando de forma despreocupada dando pequeños pasos de un lado a otra de la estancia. - Que quede entre nosotros, no voy hacer nada que le decepcione, ni a ellos tampoco. - Comenta totalmente seguro cuando menciona a su nuevo jefe, y a sus compañeros, aunque quizás se esté cavando su propia tumba por ser un bocazas, pero intención tiene. Temeriedad también.

Bien, creo que puedo hacer eso... Ir despacio.  El chico se disponía a decirte algo más cuando golpearon la puerta.
 

Maldita sea Arthur... ya deja de acosar a la pobre chica y abre la maldita puerta!!  Gritó Oracle mientras golpeaba la puerta de la oficina del director.  Y dónde está Kara?  Ya debería estar aquí!

Te sorprendió que la chica no hiciera caso a tus comentarios.  Pero parecía que su temperamento le había ganado la paciencia.

Vamos... y si están con los pantalones bajos, puedes mandar un maldito aviso de que volvamos más tarde!

Asentí a las palabras de Arthur y entonces escucho los aporreos en la puerta y las frases de Oracle que no hicieron más que confirmar la impresión de que me caía pésimo.

Abrí la puerta de un solo movimiento y sorpresivamente para poder tomarle la mano en el aire si es que estaba por golpear la puerta de nuevo -¿Se puede saber qué es todo este alboroto? -pregunto mosqueada, entrecerrando los ojos -¿Qué pasa Sarah? ¿No te enseñaron modales o qué? -la miro ladeando la cabeza, sabía que no tenía ninguna autoridad allí pero me molestaba que me usaran de referencia sexual para cualquier cosa que incluyera a Tempest o a cualquiera, mi intimidad no le incumbía a nadie más que a mí misma.

Me hago a un lado para dejarla pasar y me pongo de pie a un costado del escritorio, apoyada contra la pared. No pienso dirigirle la palabra a menos que sea necesario. Miro a Arthur atenta a lo que dirá, es claro que su mano tiene que ser más dura para mantener a la tropa en orden, nadie hubiera osado hacerle este desplante a mi padre.