Partida Rol por web

Dirigí una mirada extrañada a Dean. Lo de aquella chica era rara. Parecía que le costaba hablar con fluidez pero, según había dicho, la abuela de Karen le ayudaba con sus estudios. Y a todo esto, ¿dónde se encontraría Donna? Era bastante tarde como para que estuviera fuera de su casa.

-Puede que Donna haya salido por algún imprevisto -comenté, sin cambiar mi tono amable-. ¿Has probado a llamarla con el móvil? Quizá esté en el Dinner con su nieta...

Claro, seguro que se ha ido al Dinner o a comprar leche al supermercado, como hemos merendado con ellas igual se quedó sin café.

Le hago un guiño complice a Sam y le enseño el movil a la chica.

Disculpa he de hacer una llamada.

Lo que hago después es un gesto a mi hermano como que voy a mirar alrededor de la casa y me dispongo a ello.

. ¿Has probado a llamarla con el móvil? Quizá esté en el Dinner con su nieta...+

La chica niega con la cabeza, rotundamente:

-No no ten tengo moov... no tengo.

Explica, al tiempo en que Dean saca su celular para ver si tiene suerte. Una segunda mirada de Sam a la chica le deja claro que no tiene pinta de alguien que pueda comprarse ni siquiera un teléfono barato. En realidad el hermano mayor desea darle un rodeo a la casa, a ver si puede averiguar alguna cosa.

-Sse vvann a preo cucupar en mmmi casaa...

Alega ella con nerviosismo.

T_T  i dont wanna die

Dean da un rodeo a la casa. No conocía la parte trasera de la misma así que a simple vista no distingue si hay algo diferente. Ve una valla baja, de madera clara, que da a un jardín interior. Desde allí hay un camino de piedras chatas, que da hasta lo que sería la puerta trasera de la casa, la que parece cerrada. No puede saber mucho en sí, las ventanas de la vivienda que dan a este jardín trasero están con las persianas bajas así que nada se puede notar sobre el interior desde donde se encuentra parado.

Una chica que no tenía ni siquiera un teléfono móvil. Hacía veinte años, habría sido lo normal, pero en pleno 2018, aquello resultaba muy extraño... Casi tanto como el misterio que estábamos investigando.

-Puedes llamar a tu casa desde el mío -indiqué, tendiéndole mi teléfono para que lo cogiera-. Creo que mi hermano va a comprobar si hay alguna forma de entrar en la casa. Puede que a Donna le haya pasado algo. Si quieres puedes quedarte en nuestro coche y te acercamos luego a casa...

De mi bolsillo interior izquierde de mi chaqueta saco una pequeña bolsa de cuero curtido, marrón oscuro en algunos lados y de un tono mas claro por el roce en otros, de el saco mi juego de ganzuas con las que me enseñó mi padre a forzar, espero que ellas me den suerte.

Creo que mi hermano va a comprobar si hay alguna forma de entrar en la casa. Puede que a Donna le haya pasado algo. Si quieres puedes quedarte en nuestro coche y te acercamos luego a casa...

Alice toma el teléfono de Sam que le ofrece para llamar a Donna. Lo mira con extrañeza y se lo devuelve. 

-No... no sé usarlo.

Explica con aire nervioso, se lo nota más inquieta con el paso del tiempo. Sus ojos miran todo alrededor, como si no supiera qué hacer delante del muchacho.

-Donna sabe dón...dónde encon encontrarme.

Se muerde el labio inferior y se encamina hacia el lado norte del barrio, saludando con la mano, con prisas.

-Me mejor memmme voy... dedebeee estar o...cupppada.

Su tartamudeo se hace peor debido a su ansiedad, y se nota.

La puerta trasera se abre con la magia que Dean obra con sus ganzúas, ni bien lo hace y atisba el ingreso a la casa, una sensación de intranquilidad lo golpea. Ve el suelo y de inmediato nota sobre los zócalos rastros de sangre fresca. Aún no ha secado, los trazos de rojo se ven visiblemente esparcidos sobre lo que es la cocina. A unos metros de la entrada hay una mujer tendida sobre el suelo, boca abajo. Su cabello rojo lacio, su contextura, todo... le hace saber a Dean que se trata de Donna.

Y por la cantidad de sangre que ve no parece que se encuentre bien. Si está viva le falta poco para dejar este mundo. Los muebles de la cocina están tirados por todos lados, se ve que ofreció una batalla antes de sucumbir.

Saaaaam!

Grito desde la cocina, no es un grito de miedo,ni de pedir ayuda, es un grito de ver a ver que coño es esto, un grito identico a cuando se sale la espuma de la lavadora o de cuando se queman las palomitas en el micro ondas,un grito de ven a mover la antena de la televisiòn que es la final de la Super Ball y se ve mal.

Definitivamente aquella chica era extraña. Que una veinteañera no tuviera móvil era altamente improbable. Que no supiera cómo utilizarlo era directamente imposible. A menos, claro está, que no fuera una persona normal. ¿Sería siquiera humana? Algunas posibilidades, quizá un tanto sorprendentes, acudían a mi mente. Tenía la corazonada de que aquella muchacha podía estar relacionada con nuestro caso.

-¡Eh, espera! ¡Vuelve! ¡No debes ir sola por las calles a estas horas de la noche! -exclamé, echando a correr tras ella para alcanzarla-. ¿Es que no has oído lo de esa chica desaparecida?

Ignorando por completo la voz de mi hermano, en pos de seguir la que consideraba una buena pista, decidí intentar seguir a Alice.

Las piernas largas de Sam no tardan en alcanzar a la muchacha que apenas ha dado unos cuantos pasos. 

-¡Eh, espera! ¡Vuelve! ¡No debes ir sola por las calles a estas horas de la noche!  ¿Es que no has oído lo de esa chica desaparecida?

Alice se pone más pálida que un papel cuando el menor de los hermanos Winchester hace esta aclaración. El grito de Dean, desde dentro de la casa, le hace dar un respingo.

Saaaaam!

Ella intenta zafarse de la situación, en sus ojos se ve el semblante de un animal asustado, pero se da cuenta de que a menos de que eche a correr, sería muy difícil salir de allí. Sus ojos de cervatillo indican que quiere salir de aquí.

-Eess... esss... quee...mmm... poorpoporqueee...

No sale nada más y se pone a llorar desconsoladamente. Si esto no fuese suficiente hay una urgencia en el llamado de su hermano.

-Ven conmigo, no te pasará nada malo -le dije a Alice, en tono suave-. Es peligroso que andes sola por el pueblo por la noche...

Le hice un gesto a la muchacha para que me acompañara y, acto seguido, me dirigí aprisa en la dirección en la que se oía la voz de mi hermano llamándome.

La puerta trasera se ve eclipsada por la figura de Sam, quien entra al sitio junto con Alice. Ve el suelo y de inmediato nota sobre los zócalos rastros de sangre fresca. Aún no ha secado, los trazos de rojo se ven visiblemente esparcidos sobre lo que es la cocina. A unos metros de la entrada hay una mujer tendida sobre el suelo, boca abajo. Su cabello rojo lacio, su contextura, todo... no hace falta mucho para entender que se trata de Donna.

Y por la cantidad de sangre que ve no parece que se encuentre bien. Si está viva le falta poco para dejar este mundo. Los muebles de la cocina están tirados por todos lados, se ve que ofreció una batalla antes de sucumbir.

En ese momento la muchacha se pone a gritar y empieza a retroceder, soltándose del brazo del menor de los Winchester. Menea la cabeza en un no silencioso, horrorizada. Dean está al lado de la puerta, había llamado a su hermano solamente, pero él estaba junto con la chica, que ahora es todo un manojo de nervios.

Permanecí boquiabierto, sobresaltado por lo sucedido. Donna había sido asesinada y, tal y como habían tenido lugar los acontecimientos, no podía haber sido hacía mucho. Al fin y al cabo, la habían matado en las escasas horas desde que habíamos dejado su casa y habíamos ido al cruce.

Me vuelvo de inmediato hacia Alice y le paso una mano sobre el hombro, tratando de calmarla.

-Eh, tranquila... Te sacaré de aquí, no tienes que ver esto -dirigí una mirada a mi hermano-. No puede ser casualidad que la hayan matado hoy, Dean... Puede que ese ser supiera que íbamos a hablar con ella... -Volví la mirada hacia Alice, pensando en la otra posibilidad. ¿Y si los asesinos de Donna eran los familiares de aquella chica?

Saco mi preciosa Colt plateada y le hago una señal a Sam para que se quede tras de mi.

Saca a la chica de aquí, voy a ver que ocurre dentro.

Me muevo despacio por la cocina intentando no hacer ruido y no pisar la sangre, me muevo hacia el interior de la casa, mientras miro si hay alguna pista entre la sangre, buscando con la mirada algun tipo de huella ,animal ,humano o lo que sea.

Sam, dejala en el coche y entra por delante, nos vemos en el medio y no te hagas el heroe hermano.

-Vamos, Alice, no tienes que ver esto... -le dije a la muchacha.

Tomando a la joven por un brazo, la llevo hasta el Impala, dejándola en uno de los asientos de atrás. Sabiendo que es posible que trate de escapar, decido cerrar el coche con llave.

-Es por precaución, no tardaré en regresar -le indiqué a Alice, en tono suave-. Aguanta ahí, estarás más segura.

Acto seguido, decido tratar de entrar en la vivienda por la parte delantera para reunirme con Dean. Si el asesino de Donna aún sigue en la casa, lograremos rodearlos entre los dos.

Sam lleva a la muchacha al Impala. Nota su resistencia, de alguna manera tironea del agarre del joven Winchester entre gimoteos, con la clara intención de soltarse. No consigue hacerlo y se queda encerrada en el coche oscuro mientras Sammy, asegurándole que lo hace por su seguridad, retoma junto a su hermano.

La atmósfera de la cocina es amenazante: el cuerpo de Donna permanece boca abajo, sobre el suelo. Se hace complicado no pisar la sangre al caminar pues está desperdigada por la habitación pero lo intentan. Desde ese sitio se puede acceder al comedor, lugar donde habían estado hace nomás tomando un café. No hay otra dirección que aquella desde este lado así que podrían enfilar allí o ver primero a la mujer más de cerca.