Partida Rol por web

Espero a que mi hermano tome asiento y arranco mi Impala, tomo la dirección mas corta al motel mas cercano, durante el recorrido sigo hablando con mi hermano.

Sabes que hay cerveza de bacon? magdalenas de bacon y jarabe de arce, incluso tangas de mujer con sabor a bacon, uhmm una bañera llena de cerveza, pero nacional, no de esas aguas sucias de importación, una buena mujer con su tanga de bacon y en una bandeja una buguer triple bacon y jalapeños, se puede pedir algo mas? quizas que no me escueza abajo al salir tanto jalapeño jajajaj.

Tras mi sonora risa miro de reojo a nuestra invidada.

Si se mueve dispara Sam, como nos enseñó papá.

Al final se decidió llevar a Alice al motel para interrogarla antes de “meterse en la boca del lobo”. Era más sensato obtener información sabiendo ahora que era un lícantropo. Dean le advirtió a su hermano sobre vigilarla, disparar si era necesario incluso.

Alice apenas se movía, su nariz había parado de emitir ese hilillo rojo pero la sangre seca había manchado parte de su ropa. Se la veía débil para ser una amenaza.

Llegaron al motel sin dificultades y no había casi coches aparcados afuera. La muchacha continuaba dormida, y apenas se movía su pecho en pequeñas respiraciones. Su piel estaba muy caliente como sus mejillas, que parecían dos brasas encendidas.

Sus labios se entreabrieron pero no emitieron sonido alguno. Parecía una súplica silenciosa.

Al llegar al motel, decidí sentar a Alice en una de las sillas de la habitación, para acto seguido atarla con una cuerda de cáñamo alrededor de la cintura, con las manos esposadas a la espalda, de forma que le resultara imposible desatarse por sí misma.

-Voy a confirmar una cosa, Dean -le indiqué a mi hermano, pensativo.

Tomando el anillo de plata que habíamos encontrado en el cruce de caminos, lo acerqué a uno de los mechones del cabello de Alice, sin querer rozar su cabeza, queriendo comprobar qué reacción mostraba el pelo de la mujer-lobo.

Alice se quedó sentada, solo sostenida por sus amarres pues su cuerpo se caía hacia los costados. Las esposas y la cuerda que la sostenía por la cintura eran lo que la ayudaba a no dar de narices contra el suelo. Sam la dejó así y tomó el anillo de plata para acercarlo a su cabello.

Nada pasó. El contacto con el pelo no era como con la piel de la chica (por otro lado la cicatriz de la moneda todavía era una marca rojiza en la frente).

-Dean, recuerdas el pelaje marrón que hemos encontrado hoy en el cruce? -le pregunté a mi hermano, pensativo-. Descartando a un hombre lobo, qué criatura dirías que pudo ser?

No tengo ni idea Sam, pero empiezo a temer que esto nos viene grande, le dije mientras no dejaba de apuntar con el arma a la nuca de la chica.

Ojalá papá estuviera ... aquí.

Muevo el cuello en circulos para quitarme la tensión postural y miro a mi hermano,niego con la cabeza y me encojo sin saber que hacer.

Somos los Winchester Sammy, los Winchester, digo quitando el seguro del arma y dudando si disparar o no.

Dean no está seguro de lo que hay que hacer ahora por lo que no tiene la respuesta a la pregunta de Sam. Lo que sí ambos pueden discernir de entrada es que el color de cabello, de esa parte que habían hallado en el borde del camino, no es para nada el tono de pelo de la chica. Para conocer algo más de los licántropos deberían revisar el diario de su padre, ese que llevan encima. Son Winchester, es verdad, pero también apenas pasan los veinte años y su experiencia nada tiene que ver con la de su padre.

Si el cabello que hallaron es de un “hombre lobo” no es el de la chica. Pero tampoco pueden aseverar con seguridad si el cabello cambia de tono al mutar. Por lo poco que recuerdan en general el pelaje es similar al tono de cabello del humano mas no siempre.

En medio de sus divagaciones, de pensar qué hacer, Alice abre los ojos. No parece muy lúcida, su tez es de agotamiento.

-¿Dónd… dónde estoy? ¿Papá?

Ni los ve, es como si sus ojos no pudieran fijarse en los hermanos. Se la ve enferma, no peligrosa sino débil.

-Mami… ¿por qué  me me dejas aquí?, seré bue buena… mamá.. mami.

-Se te va la olla, Dean -comenté, poniendo cara de circunstancias al ver que mi hermano apuntaba a la mujer-lobo con su arma de fuego, dudando si dispararle-. La hemos traído aquí para interrogarla. Ni siquiera sabemos si esta chica es la responsable de las desapaciones y los asesinatos. Ya habrá tiempo para decidir después qué hacemos con ella. Por ahora lo que necesitamos es obtener información.

Advierto en ese momento que Alice parecía haber recuperado la consciencia y me aproximo a ella, colocando una mano sobre su hombro.

-Tus padres no están aquí -le aclaré, en tono suave-. Soy Sam. Nos conociste a mi hermano y a mí cuando fuiste a visitar a Donna. Necesitamos que nos ayudes. Tienes que contarnos qué está sucediendo en este pueblo y quién mató a Donna...

Con un gesto de rabia vuelvo a poner el seguro a la pistola, voy a la nevera y tomo una de mis latas de cerveza, la abro y doy un buen trago para después ir a la cortina de la ventana del motel y con cuidado mirar si hay algo raro fuera.

Monstruos Sammy, la propia palabra lo dice hermano, de lo contrario se llamarían bombones.

La mención de Donna y el comentario de Dean sobre que ella era un monstruo hizo agitar a Alice. Negó con vehemencia, sin dudar, aunque sus ojos se llenaron de lágrimas.

-N no no ssoy un un mons tru tru… o!!

Tosió y un poco de sangre escapó de sus labios.

-Donna e era mi a mi mi ga.

Su cuerpo se movía por los sollozos que intentaba contener sin éxito.

-Nnno puede es es tarde mue muerta.

Alice permanecía incrédula ante la cadena de horrores que se presentaban.

-Nun ca he last tima ado a na nadie.

Bajó la cabeza con una enorme pena. Ni se inmutó al ver su pullover manchado de sangre.

-Era mi maestra.

Susurró sin tartamudear por vez primera. Unos segundos después preguntó:

-¿Fal taba sss su cora ra zón?

Sabía el porqué de la última pregunta de Alice. Los ataques de los hombres lobo eran fácilmente reconocibles, dado que ellos siempre arrancaban el corazón a sus víctimas para devorarlos. Que Alice preguntase si faltaba el corazón aclaraba dos puntos: el primero, que ella no había sido; el segundo, que había más hombres lobo y ella valoraba la opción de que hubiera sido uno de ellos el que hubiera matado a Donna.

Por desgracia, pese a que habíamos registrado el interior de la casa, debido a que Donna yacía bocabajo y no habíamos examinado su cadáver, nos habíamos podido llegar a saber si faltaba o no su corazón. Pero eso Alice no lo sabía, claro.

-¿Por qué quieres saber si faltaba su corazón? -le pregunté, fingiendo ignorancia y dirigiendo una mirada a Dean para que no la cagara ahora que podíamos obtener información.

Al escuchar a la chica preguntando por e corazón me recorre un escalofrío por la espalda, miro a mi hermano amagando por sacar el arma, pero aprieto mis labios y mis puños con gesto impotente ya que estoy dejando hacer a Sam a su estilo.

Saaaam.

Le digo, como quien advierte a un conductor ante un cruce o que vas muy rapido hacia un bache y sin duda vamos a un buen bache en este camino.

A Dean no le era nada fácil dejar que su hermano hiciese las cosas de aquella manera, pero por lo pronto lo permitió. Alice miró a Sam, no quitó sus ojos de él y no hacía falta ser un genio para entender que tenía miedo de su hermano.

-Los hom… los… hombres… los…

Cerró los ojos como concentrándose, algo más de sangre salió de su nariz y manchó su pullover, ella ni le hizo caso.

-Los hombres lobo se comen el el corazón…

Exhaló un suspiro profundo y lleno angustia.

-La mat… mata… mataron por mi mi culpa.

Su cuerpo pequeño se puso a temblar, sus ojos se abrieron llenos de lágrimas pero con una determinación voraz que antes no habían visto.

-Si no vuelvo a casa… él los mat… matará a todos… él no es… no es co mo yo. Co… mo mi mi fami milia. No… nosotros po podemos podemos… hacer al algo.

Cerró sus puños sujetos por las esposas. Negó con la cabeza llena de dolor.

-Donna… ppper dón…

Finalmente, nos aproximábamos a la verdad. La chica acababa de revelar que había algo más aparte de los hombres lobo en ese pueblo. Aún no terminaba de decirnos de qué tipo de criatura se trataba e incluso no daba la sensación de que ni ella misma lo supiera, aunque Alice tenía claro que no era un hombre lobo. No era como su familia.

-¿Qué es él? -le pregunté a la muchacha, en tono suave-. ¿Qué tipo de criatura?

Tomo entonces el diario de papá y decido leer sus notas sobre los hombres lobo. ¿Quizá el gran John Winchester encontró en algún momento de su vida a una criatura parecida a un hombre lobo pero radicalmente distinta a estos?

Dean miraba al interior del motel, recordaba viejos recuerdos en su mente, de su juventud,cuando Sam y el eran pequeños y su padre los dejaba solos mientra cazaba.

Sabes Alice?si ese es tu verdadero nombre..., no sería una habitación muy distinta a esta en la que Sam y yo dormíamos de pequeños, nuestro padre se iba de caza y pasabamos días y noches enteros sin salir, viendo la tele hasta tarde, comiendo cereales y esas malditas latas de judias con tomate.

En esos tiempos Sam y yo teníamos que divertirnos de algún modo por que si no discutiamos, eramos como dos perros enjaulados y si a eso le sumas nuestra edad complicada y que yo debía cuidar de el,pues puedes imaginar la de cosas que pasaban.

Uno de nuestros juegos favoritos era cambiar alguna palabra del refrán y poner otra,por ejemplo... si muy bien lo has acertado Alice!!, por ejemplo la palabra "bacon".

Termina su lata de cerveza y la tira a la papelera.

En boca cerrada no entra bacon, mas vale bacon en mano que ciento volando, a quien madruga bacon le ayuda, cosas de críos, después mi hermano creció y yo también y dejamos de hacerlo, mas tarde me vi solo con mi padre y de el aprendí un refrán igual de importante si cabe, tu ya sabes que siempre se ha dicho que del punto A al B la linea recta es el camino mas corto, en el caso de mi padre es "del punto A al B un trago de whisky y dos bofetadas es el camino mas corto", yo ya e he bebido un par de cervezas y mi revolver tiene 9 intentos, así que o nos ayudas ya o veras como hago bacon contigo,así juntaría lo de mi padre con lo nuestro.

Dean amartilla su revolver y lo introduce en la boca de ella.

Dime con quien andas y te diré que bacon eres.

Alice estaba Impresionada por la forma en la que Dean se comportaba. No había llegado a reaccionar a Sam cuando vio como la punta del revolver del otro hermano se insertada en su boca. Sus ojos se abrieron con sorpresa y horror. En su cabeza se perdió la información de que eran dos y que Sam parecía más comprensivo. Su mente se llenaba de Dean y aquellos ojos que ahora le parecían llenos de violencia.

Así que se quedó helada, no respondió las preguntas, por lo menos de momento. Tampoco buscó la ayuda del menor, parecía que su cerebro se había bloqueado. Nunca le habían apuntado con un arma, no conocía lo que los humanos podían hacer si eran presionados. Toda la situación, sumada a la muerte de Donna, y a aquel sujeto que ella pensaba podía ser el responsable,era demasiado para digerir.

También estaba enferma, la fiebre le ardía por dentro y los escalofríos escapaban por su anatomía. Alice no sabía qué hacer, estaba prisionera de, lo que a esta altura, podrían ser dos locos.

Tal vez la mataran… pero de alguna manera eso la liberaría de tantos problemas. Así que contra toda suposición de cualquiera de ellos dos, la chica cerró sus ojos en espera del disparo y de la libertad de la muerte...

Pongo los ojos en blanco al ver el rocambolesco espectáculo de Dean con la chica loba. No recordaba que Dean hubiera sido tan extremistas en los últimos trabajos que habíamos realizado desde que comenzamos a buscar a papá, por lo que sólo veía dos opciones: iba de farol para que Alice largase todo lo que sabía, o se había vuelto completamente loco.

-Eh, eh, para, Tarantino -le dije a mi hermano, en tono burlón, al ver que incluso había metido el cañón de la pistola en la boca de Alice-. ¿Cómo quieres que te vaya a decir algo si ni siquiera la dejas hablar? Está asustada y sabemos que ni siquiera ha tenido que ver con los asesinatos. Conocía  a Donna, iba a su casa... Ni siquiera sabe utilizar un móvil. No es peligrosa.

Pese a mis palabras, no hice nada para intervenir. Quería leer el diario de nuestro padre y empezaba a no estar de humor con el extraño comportamiento de mi hermano.

Dean saca el arma de la boca de Alice, la guarda en su cintura y con pisada firme y cara de enfado camina hacia Sam.

De verdad? de verdad Sammy?, No es peligrosa? Es un monstruo, por lo que si que es peligrosa!!!!!.

Comienza a dar vueltas alrededor de Sam señalandolo con el dedo.

Te pondrás igual con el de los ojos amarillos?, Incluso al mismo Dean esa pregunta le dió frio en su alma y notó como se estremecia nada mas soltarla.

-Dean, sabemos que Alice no ha matado a Donna y que no es la Bestia de Bray Road -insisto ante la testarudez de mi hermano, empezando a cansarme-. Necesitamos información y no creo que así vayas a conseguirla. Mírala, la chica está aterrada. No te dirá nada.

Con el diario de mi padre en la mano, decido buscar alguna entrada que hable sobre hombres lobo. Aunque tengo más que claro que no nos enfrentamos a un licántropo, es posible que nuestro padre hubiera tenido que dar caza a algún ser como la Bestia a la que estábamos investigando.

Sam había decidido a dejar de discutir con Dean puesto que no veía alguna manera de convencerlo, por ahora. Así que recogió el libro de John, se sentó en una silla y se lo puso a hojear. Las páginas estaban llenas de anotaciones de todos sus descubrimientos y tuvo que buscar un poco antes de dar con la parte de los Licántropos, pero finalmente lo hizo. Había bastante que leer:

Diario de John:

Del libro “Restitución de la Inteligencia en Descomposición” de Richard Verstegan

Vertegain dijo de los hombres lobos

“eran ciertos hechiceros que habiendo ungido sus cuerpos con un aceite fabricado mediante instintos diabólicos, y colocado en un cinturón o faja encantada, no solo provoca que ante los ojos ajenos sean vistos como lobos, sino que ante su propia mente tengan tanto la forma como la naturaleza de lobos, mientras usen vistan elemento. Y así se comportan como lobos, causando preocupación y matanza, principalmente de criaturas humanas.

Verstegan cree que el hombre lobo no tiene recuerdo de sus acciones mientras estaba transformado (ante su propia mente).  Además de que su conversión se produce cuando están dormidos.

Más abajo, su padre había agregado otros párrafos, sobre todo habiendo pensado, a partir de sus investigaciones, que la transformación no se debía a objeto alguno y que, además, se solía dar bajo la luna llena. El escritor romano, Petronio, en su Satiricón, menciona la siguiente historia de un hombre que se convierte en lobo cuando hay luna llena:

Mi maestro había ido a Capua a vender alguna de sus viejas ropas. Aproveché la oportunidad y le pedí a un conocido que me hiciera compañía en el trayecto de cinco millas fuera de la ciudad; ya que él era un soldado, y tan osado como la muerte.  Partimos con el cantar de los gallos y esa noche la luna brilló tanto que parecía de día. Nos aproximamos a unos monumentos, y mi compañero comenzó a conversar con las estrellas mientras yo le bromeaba sobre contarlas y dedicarles una canción. Me giré hacia atrás para verlo tropezar y dejar sus ropas al costado del camino.

¡Mi corazón se heló en el pecho!, me quedé duro como un cadáver, él se había convertido en un lobo. ¡No creas que estoy bromeando! No te diría una mentira así ni por todo el oro del mundo.

Pero para continuar: luego de que se convirtiera en un lobo, dio un largo aullido y corrió hacia los bosques. 

Al principio no comprendí si estaba en mis cabales o no, pero al ir a coger sus ropas vi que se habían transformado en piedra.  Un sudor frío me golpeaba y no pensé que alguna vez iba a superar aquello.

Melissa me preguntó, cuando llegué a destino, por qué había tardado tanto.

“Si hubieras llegado un poco antes, nos habrías dado una mano, ya que un lobo entró en la granja y masacró a todo el ganado. Se escapó aunque un sirviente lo persiguió con una vara, nno fue un asunto de risa.”

Después de aquello no pude cerrar un ojos hasta que no llegó la mañana. Sin embargo, ni bien salió el sol, escapé hacia mi hogar como una oveja que se pierde del rebaño. Entonces encontré a mi soldado yacendo en la cama, como si nada hubiese acontecido. Un sirviente lo estaba vistiendo.

Después de ese día ya no pude compartir mi pan con él, pues podría matarme. Si alguien que escucha esta historia puede tener un distinto punto de vista, me gustaría conocer sus opiniones.

Así como con Verstegan, las historias rusas pintaban la transformación del lobo como algo voluntario y producto de la magia: