Partida Rol por web

¡Corred hacia el edificio, rápido! -escuchais todos que grita Sigmund Ulfson.

Atho permaneció un momento quieto, en silencio, analizando todos los sonidos que podía oír. -No... no debemos estar aquí- susurró a Mousa, el cual se encontraba a su lado mientras sujetaba con fuerza la pistola. "Espero que no haya necesidad de utilizarla" pensaba nervioso, puesto que no estaba acostumbrado a las armas cortas.

Y, en el momento que escuchó como alguien fuera nos avisaba para ir hacia el edificio, se puso en tensión. -Vamos... estamos en peligro- dijo a su compañero y rápidamente salió corriendo en la dirección hacia el edificio principal.

Corro hacia el edificio intentando no mostrar un blanco claro por si hay algún tirador dentro. Mientras lo hago voy girándome para comprobar la distancia a la que están los monstruos.

¡Refugiaos.! !No perdáis tiempo!

Salgo hacia afuera con Atho rápidamente pero me detengo a examinar la amenaza. Si está demasiado cerca me daré la vuelta y me quedaré en la torre, cubriendo la retirada de Atho. Si veo que los monstruos están lo bastante lejos para que me de tiempo a llegar al edificio salgo a correr hasta este.

Al escuchar aquellos gritos es obvio que el peligro es inminente y que debemos correr, inmediatamente corro hacia el edificio intentando tener visibilidad de donde viene el peligro.

Todo el grupo corre hacia el edificio en una rápida y caótica desbandada, esquivando los parapetos y trincheras y saltando entre cadáveres.

Mientras tanto las figuras, ya despojadas por completo de sus túnicas y cubiertos solo por pequeños taparrabos, corren hacia vosotros dando ágiles saltos apoyándose en sus cuatro extremidades para avanzar. Otras de esas criaturas, más abotargadas y deformes si cabe, se tambalean hacia vosotros de forma lenta pero imparable.

Todos ellos comparten unos rasgos similares, su piel decrépita de colores pútridos, sus rostros demacrados y sucios con afilados dientes apenas ocultos por sus bocas, unas garras capaces de descuartizar a un hombre y unos cuerpos delgados, sucios y malformados.

La gran puerta del edificio comienza a abrirse poco a poco a lo lejos y de ella salen media docena de hombres armados con fusiles y equipados con máscaras antigas y chalecos impermeables. Uno de los hombres os hace un gesto con las manos indicándoos que os apresuréis mientras que los otros apuntan a lo lejos con sus armas.

Uno de los niños que os acompaña en el grupo cae de forma inesperada dando un grito. Sigmund corre en su ayuda y es atacado por la cosa que ha provocado la caída de la niña, uno de los cadáveres que se ha alzado y ha arremetido contra el aventurero, haciéndole varias mordeduras en el cuerpo gracias a lo inesperado del ataque. El niño continúa a su lado, estupefacto y quiero mientras llora de forma desconsolada.

Mientras corría hacia el edificio y observaba atrás, vi como uno de los chiquillos se cae y uno de los supervivientes intenta ayudarlo pero sin éxito una de las bestias lo atrapa, -rayos, no puedo dejarla atrás- me detengo y vuelvo dirigiéndome hacia la niña, desenfundando mi Desert Eagle y poniendo mi cuchillo de caza  de forma que pueda responder a cualquier acción de la bestia  

¿Adónde vas? Exclamo al ver a Juliana.
¡No hay tiempo! grito mientras cojo el rifle que llevo colgado en el costado y apunto a la bestia que está más cerca del niño.
Cago en la virgen puta... susurro
Coge a la niña y vuelve!!! Le digo mientras aprieto el gatillo.

-¡Cúbreme Mousa, no la puedo dejar atrás!- le grito fuertemente, cuando estoy cerca, tomo a la chiquilla en mis brazos y emprendo la huida nuevamente hacia el edificio.

Mientras se dirigía corriendo hacia el edificio, cuyas puertas habían sido abiertas y del cual salía gente, Atho escucha un grito y, al girarse observa como Juliana trata de salvar a una niña y se arriesga a que unas extrañas criaturas la ataquen.

-¡No!- gritó mientras sujetaba con fuerza la pistola y, en ese momento observó a Moussa que trataba de cubrir a su amiga. -¡Juliana corre!- gritó justo en el momento que se acercaba y comenzaba a disparar hacia aquellos mosntruosos seres.

Atho, trata de hacer las tiradas con el bonificador para saber si aciertas o no.

La niña es la pequeña Jora.

Hay dos zombis, uno tratando de acabar con Sigmund (todavía no lo ha conseguido) y otro se estaba acercándo a la niña.

Mousa, esperamos a que Mark postee y ya os digo.

Mark oye los gritos y se gira justo a tiempo para ver la escena. Rápidamente apoya la rodilla en el suelo, levanta el Dragunov y dispara contra el monstruo que está atacando a Sigmund.

Disparad al que ataca a la niña.

Los cuatro aventureros os volveis tratando de salvar a la niña mientras el resto del grupo huye hacia el edificio.

Una de los muertos revividos se acerca a la niña mientras esta llora y grita pero antes de que pueda alcanzarla recibe varios disparos que la dejen brevemente aturdida. Esos cortos segundos de aturdimiento son suficientes como para que Juliana pueda recoger a la niña y salir corriendo hacia el refugio.

Mientras tanto Sigmund se debate con el zombi que trata de matarlo, tratando de desenfundar su arma y acabar con él. Por suerte para el aventurero un disparo de Mark acierta al no muerto y logra darle tiempo para sacar su pistola y dispararle tres veces en la cara.

El aventurero se levanta mientras trata de taparse las heridas que le ha hecho el zombi y se dirige tambaleándose al refugio. Si nadie le ayuda las bestias que os persiguen le alcanzarán.

Mientras todo esto ocurre el resto del grupo, menos los guardaespaldas del hombre rico y él mismo, ha entrado en el edificio. Los hombres de Kaaper Tuya y los desconocidos uniformados os cubren con sus armas mientras os hacen gestos para que os apresureis.

Desde la misma posición, apunto al bicho más cercano a Sigmund y le disparo.

Grito:

Cubrid a Sigmund.

Valoro si estoy lo suficiente cerca de Sigmund para ayudarle a caminar, de ser así me acerco a toda prisa, le paso un brazo por mis hombros y tiro de él con fuerza.

EDITO:

¡Vamos compañero! le digo mientras lo ayudo a avanzar, todo lo deprisa que podamos, he visto heridas peores.

Corro con todas mis fuerzas y llego al refugio, la niña no paraba de llorar por el susto que se había dado, -ya esta, ya esta, no te preocupes pequeña, ya estamos a salvo- por el momento, eso espero, llevo a la niña a un lugar seguro donde podamos estar alejadas de el alboroto, gritos y disparos, -tranquila, aquí estamos seguras y no nos pasara nada- seco sus lagrimas con mi mano y le arrojo una sonrisa, para ayudar a que consiga la calma, mientras busco con la mirada a Atho.