No des la vuelta. Rema en la otra dirección e iremos marcha atrás. Ganaremos tiempo.
Comienzo a remar para que Atho vea lo que hay que hacer
Tirada: 3d10(+5)
Motivo: Remar
Resultados: 3(+5)=8, 5(+5)=10, 1(+5)=6
Asumo que es una barca normal, sin timón.
Atho, respira y tómatelo con calma, te garantizo que tu novia llegará a la costa sana y salva. Lo primero es mantener la cabeza fría.
Mientras digo esto cojo otro remo e intento ayudar lo que pueda.
Tirada: 3d10(+4)
Motivo: Remar
Resultados: 3(+4)=7, 5(+4)=9, 8(+4)=12
-¡Por Dios Fergal, gracias por tu ayuda, te debo mi vida¡-… observo que Atho se encuentra en una de las barcas con otros sujetos, y me apresuro a dirigirme hacia la baranda de la cubierta y le llamo fuertemente, -¡Athooo, espera, no me dejes aquí, espérame¡-… Veo que esto es imposible, ya que la distancia que nos separa es muy grande, así que me dispongo a seguir a Fergal y ayudar en todo lo que pueda para bajar con ellos y tratar de llegar a tierra firme sin que ese bicho horroroso nos destruya antes de llegar.
Fergal te acompaña a una barca en la que los pasajeros os están esperando, a punto de partir. Justo cuando subis se escucha un tremendo crujido y el barco comienza a partirse en varias partes. Rápidamente descendeis en la barca y dos hombres comienzan a remar con fuerza ritmo a tierra firme, alejándose del barco destrozado y de la bestia.
En la barca os encontrais Fergal, tu, el chico delgado que os esperaba en la barca, un hombre con una capucha y unos nueve hombres y mujeres con aspecto de mercenarios y aventureros.
La oscuridad de la noche os rodea, haciendo imposible ver con exactitud donde se encuentran el resto de las barcas.
Lograis alcanzar a los supervivientes y estos se suben a la barca, tiritando del frio o del miedo que tienen. Uno de ellos es una mujer con aspecto triste y cansado, la cual no parece una mercenaria ni una aventurera. Otro es un científico al que Tarô ya conoce, Yegor Semiónov, que se sienta en la barca abrazándose a si mismo y mirando al horizonte de forma ausente mientras dice palabras inteligibles. El último de los tres nadadores es un mercenario de gran tamaño y peso, que se abalanza sobre vosotros y os da un gran abrazo mientras os agradece repetidamente que los hayais salvado.
A lo lejos el barco se hunde pero debido a la oscuridad de la noche no lograis ver ninguna barca con supervivientes.
La mujer y el hombre por fin suben a la barca y justo cuando lo hacen se escucha un tremendo crujido y el barco comienza a partirse en varias partes. Rápidamente descendeis en la barca y dos hombres comienzan a remar con fuerza ritmo a tierra firme, alejándose del barco destrozado y de la bestia.
En la barca os encontrais Halima, tu, el hombre y la mujer que subieron en los últimos instantes, un hombre con una capucha y unos ocho hombres y mujeres con aspecto de mercenarios y aventureros.
La oscuridad de la noche os rodea, haciendo imposible ver con exactitud donde se encuentran el resto de las barcas.
Toma y rema grandullón, le digo tendiéndole el remo, ya habrá tiempo para agradecimientos más tarde.
Oteo el horizonte con las gafas de visión nocturna, en busca de supervivientes o señales del gusano.
Tirada: 3d10(+14)
Motivo: Advertir
Resultados: 7(+14)=21, 4(+14)=18, 2(+14)=16
Buscaba en el horizonte, intentando ver las barcas pero no las localizaba, ¿el monstruo se los habría comido?
Al no ver nada interesante me fije en las pintas de los pasajeros de la barca, tenían aspecto de vagabundos armados, o al menos eso me decía mi percepción de noble.
-Bueno… ¿ha sido diver eh?
Comento alto para romper el hielo, no era precisamente tranquilizante toda esa gente.
En buena hora, el barco crujió detrás de nosotros mientras nos alejábamos de el y del bicho aquel, observo como destruido ahora iría con el resto de personas que no pudieron escapar, a una tumba submarina, -Que Dios se apiade de sus almas-.
-Y ahora que, como sabemos en que dirección ir, no se ve nada a nuestro alrededor- ….quedando todo en silencio después de aquellas palabras, todos estaban conmocionados y abrumados por lo que había sucedido, -Fergal, te agradezco nuevamente por salvarme la vida, te debo una amigo- extendiendo mi mano en gesto de gratitud y amistad. Mientras me preguntaba ¿que seria de Atho, estará bien?, ¿habrán llegado a tierra firme ya? Muchas preguntas pasaban ahora por mi cabeza, mientras me preocupaban otras.
Atho se notaba cada vez más desesperado. -¿Es..estáis bien?- le dijo a la gente que habían rescatado del agua. -M..me llamo Atho- pero relamente no prestaba atención a los nuevos integrantes de la barca. Su mente solo se preguntaba por Juliana, la cual probablemente había muerto.
-¿Dónde estás?- dijo entredientes mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, las cuales limpió rápidamente para poder observar los restos, en busca de su amiga.
Tirada: 3d10(+12)
Motivo: Advertir
Resultados: 5(+12)=17, 6(+12)=18, 10(+12)=22
Céntrate, Atho. O deja los remos a otro. Cuando lleguemos a la costa y estemos a salvo del monstruo, podrás buscar a quién quieras entre los supervivientes. Ahora no vas a encontrar a nadie en el agua.
Todas las barcas se dirigen a distinto ritmo en dirección a la costa, surcando las aguas en la oscuridad mientras a lo lejos se oye el chapoteó del monstruo cazando a los supervivientes del hundimiento del barco.
Os encontrais todos bastante cerca de la costa cuando el monstruo causante de vuestro infortunio ataca una de las barcas, procediendo a devorar a continuación a todos sus pasajeros. Mientras esto ocurre os adentrais en aguas poco profundas y, finalmente, en la playa.
De las ocho barcas que había en el barco solo han llegado cuatro a este lugar de la costa, una de ellas tenía como pasajeros a Atho, Mousa, Mark y a otros tres individuos, otra era dirigida por un rico y sus guardaespaldas, además de varios pasajeros que habían salvado de la muerte, en la tercera de ellas se encuentran algunos integrantes de la secta religiosa, los niños que había en el barco y siete pasajeros más. Por último, en la cuarta barca se encuentran Juliana, Nathan y otros once individuos.
En total sois cuarenta y seis supervivientes, la mayoría asustados y cansados por el trascurrir de la situación. Los niños están llorando llamando a su madre mientras un hombre se dirige a ellos y los abraza, varios científicos comentan sobre el origen del monstruo, los sectarios alaban a su extraño dios, junto a varios pasajeros más que se le unen y algunos hombres comienzan a andar, alejándose del grupo.
¿Adonde os dirigis? -pregunta el rico con tono autoritario al grupo de hombres, todos ellos con aspecto de mercenarios o aventureros que se alejan -¿no estareis pensando en dejarnos aqui, verdad?
Nosotros no somos las niñeras de nadie -responde uno de ellos hoscamente, sujetando un rifle en su mano -no nos vamos a arriesgar a cargar con esos enanos, esos Don Nadie o esos majaras -prosigue señalando en primer lugar a los niños, a continuación a varios civiles y por último a los científicos y religiosos.
Estais en una playa extensa, sin señales de vida excepto vosotros, llena de restos de navios, algunos de los cuales son de vuestro barco pero la mayoría no.
A lo lejos veis que la playa continua por el este hasta llegar a un entramado de cuevas y acantilados que no parecen demasiado facil de escalar.
Hacia el norte veis una tremenda llanura que se pierde por el horizonte, cubierta de una fina hierba en mal estado y algunos pequeños y débiles árboles solitarios.
Por el oeste la playa continua sin que parezca acabarse.
Dialogad un poco entre vosotros si quereis mientras yo terminaré de montar la historia y los personajes.
También podeis elegir la dirección en la que ir.
-¡Fuuu! ¡Que grande es esto!
Comento impresionado observando a todos lados.
Consciente de lo cerca que había estado de la muerte me puse a temblar, o quizás era el frio. ¿A dónde debía dirigirme ahora?
Atho, busquemos a tu chica y luego deberiamos sacar todas las barcas y restos de navío del agua, pueden sernos útiles para construir un refugio.
Echo un vistazo alrededor y grito: ¿Hay alguien herido?
Si lo hay me dispongo a atenderle.
Si alguien puede que busque algo de leña para encender un fuego y secar nuestras ropas, cuando haya más luz iremos a buscar agua y comida. En esos acantilados puede haber algún resto de agua de lluvia, si es que la marea no llega muy alta.
Tirada: 3d10(+14)
Motivo: Advertir
Resultados: 1(+14)=15, 5(+14)=19, 6(+14)=20
Tirada: 3d10(+12)
Motivo: Medicina
Resultados: 6(+12)=18, 5(+12)=17, 1(+12)=13
-Si...- contestó Atho jadeando, cansado por el esfuerzo que había realizado. E inmediatamente se movió por la playa rápidamente, en dirección Juliana, la cual había llegado en otra barca. "Gracias a Dios" pensó mientras se dirigía hacia ella. -Juliana, ¿estás bien?- le dijo emocionado, una parte de él quería abrazarla, sujetarla; pero otra parte lo contuvo, haciéndole quedarse quieto delante de ella, sin saber que hacer exactamente.
-Cre... creí que habías...- comenzó a decir, pero guardó silencio inmediatamente, cabizbajo. -Mis compañeros de barca y yo vamos a realizar un fuego... voy a buscar leña...- dijo mientras comenzaba a observar el entorno, buscando algo que arda bien. "Que estúpido soy" pensaba, odiándose a si mismo. "¿Por qué no la abrazo?... soy idiota".
Tirada: 3d10(+12)
Motivo: Advertir
Resultados: 7(+12)=19, 8(+12)=20, 4(+12)=16
Vaya hemos llegado por fin a tierra firme, y algo me dice que Atho también lo ha logrado, decía en mi mente mientras descansaba y tomaba un poco de aliento, mientras trataba de escurrir un poco mi ropa que estaba pegada a mi cuerpo por lo empapada que me encontraba, alguien me preguntaba algo, si, claro que si, esa vos la conocía, levante la mirada hacia la persona, y ahí estaba, no podía creer que lo estaba viendo, era Atho, ¿porque no me da un abrazo? Pensaba, -Pues estoy bien al parecer, gracias a Dios estamos bien-
No podía aguantar mas la emoción, hasta que me le tire encima y le abrace muy fuerte, - Me asuste mucho creí que no te volvería a ver-
-Fuego, claro, buena idea, te acompañare y ayudare a buscar, sino pescaremos un resfriado con nuestras ropas así de mojadas-
Lo mejor es que saquemos las barcas del agua y las atemos. No sabemos como de fuerte es la marea en esta zona.
Y ni se os ocurra encender un fuego. ¿Queréis alertar a todo bicho viviente en esta zona?
Está amaneciendo, tal vez debariamos aprovechar el día para buscar algún sitio en el que cobijarnos tierra adentro -os dice la extraña sacerdotisa al grupo -no creo que sea buena idea permanecer tan cerca del lugar en el que se encontraba esa cosa.