Partida Rol por web

¡Joder! Esto está realmente oscuro, apenas veo nada -grita Donald mientras trata de continuar andando apoyando su mano contra la pared. Sin embargo tropieza cada dos o tres pasos con escombros e, incluso, casi se cae por culpa de un agujero existente en la pared -será mejor que esperemos a que mi vista se adapte un poco más, estoy completamente perdido.

Donald se sienta en el suelo y te acaricia -eres un animal muy listo ¿sabes?Testigo ¿entiendes lo que digo?

Esperar

Me doy la vuelta y vuelvo a su lado, y una vez junto a el vuelvo a sentarme. No hay nada que capte mi interes, y tampoco se que es lo que busca. No se el tiempo que hace que viaja pero supongo que estara cansado, por eso se ha detenido.

Y entonces cuando estoy junto a el me pide cariño. No es la primera vez, al contrario era algo muy habitual en mi ultimo amo, se sentaba a mi lado y me hacia ese sonido ¿Entiendes? yo le chupaba o me acercaba a el, y entonces me acariciaba. Notaba que era feliz de esa manera.

Y si el amo era feliz, ¿porque no Donald?. Acerque mi hocico a su mano, y lo mire mientras le pasaba la lengua por la mano. Sabia salado, como todos los humanos. Salados o mojados y muy salados. No entendia muy bien la el porque de esa diferencia, pero de una u otra forma los humanos eran salados.

No se de donde has salido Testigo, pero estás muy delgado -comenta Donald palpándote las costillas por debajo de la piel -que suerte es no tener otros problemas en los que preocuparse salvo comer y beber. Eso sería una buena vida -suspira -pero la vida de los humanos no es así, yo tengo que matar a mucha gente para sobrevivir. Pero miremos el lado bueno, al menos es divertido -continua encogiendo los hombros -tumbate aquí y descansa, pronto no continuaremos.

Me acaricia, y me dejo. Es agradable tener de nuevo un humano cerca. Pienso que necesita descansar, y yo podria aprovechar para asegurarme de que no haya ningun peligro, pero cuando estoy casi decidido a seguir avanzando veo que hace un gesto con su mano, golpeando la tierra a su lado.

Conozco ese gesto. Los humanos siempre se comunican igual, sonidos y gestos. Hace muchos sonidos. Se que me dice cosas, pero no se que dice. Sin embargo si se que siente añoranza, quiza un punto de tristeza. Me pongo junto a el, dejando que pose la mano sobre mi lomo, y notando su pierna en mi costado.

Apoyo mi hocico entre mis patas, con los ojos clavados en la oscuridad. Noto su respiracion, y poco a poco dejo que mis ojos se cierren. Este es tan buen momento para descansar como cualquier otro.

Escuchas el sonido de algo moviéndose lentamente por la otra esquina del pasillo. Algo que está acechando y que trata de no hacer demasiado ruido.

Tumbado junto a Donald escucho el sonido de algo que se acerca. Mis orejas se levantan de inmediato y se vuelven hacia la fuente del sonido. Los músculos de mis patas traseran se tensan y en un instante estoy corriendo por el pasillo en dirección al ser que se acerca.

Las piedras saltan cada vez que mis patas golpean el suelo, mis garras arañan la piedra del pasillo, y mi corazón late con fuerza preparado para entrar en acción.

Doblando la esquina ves a otro perro, más delgado y famélico que cualquiera que has visto. En sus ojos divisas la locura del animal que lucha por sobrevivir con sus últimas fuerzas. Sin embargo su estado es de una debilidad extrema por lo que no puede reaccionar a tiempo para atacarte antes que tu a él.

Podredumbre, descomposicion, el hedor de la muerte. El animal apenas si se mueve antes de que clave mis dientes en el. No logro alcanzar su cuello, sino algun punto de su lomo a pocos centimetros de este, pero mis dientes se clavan con fuerza.

Trato de mover la cabeza hacia los lados, desgarrando.

Muerdes con fuerza, notas en tu paladar el sabor de su sangre y de su carne enferma. El perro aulla y llora ante tu ataque pero aun se resiste, sobrevive. Hasta que una bota pisa su cabeza y lo aplasta contra el suelo.

Ves a tu compañero humano de pie, a tu lado, con la bota aplastando al perro. Te acaricia y te dice -Tu serás mis ojos y mis oidos, sigamos. Posa su mano en tu espalda y comienza a andar, esperando que avances junto a él, un poco más adelantado -Vamos Testigo, vamos chico. Gracias a tu elevado tamaño no debe agacharse para tocar tu lomo por lo que anda perfectamente con una mano apoyada en ti y la otra sujetando algo.

Caminando junto a Donald, avanzo por el pasillo con mis sentidos centrados en todo lo que nos rodea. Se que hay mas perros en las inmediaciones y quiza otras amenazas.

Al principio es dificil prestar atencion a mi alrededor teniendo que estar pendiente de que Donald no me pierda, pero con un poco de practica mejorara.

Guias a Donald por tu recorrido en el complejo aunque tus sentidos están bastante disminuidos ya que te concentras en tu nueva labor. Aun así, ya sea por suerte o por temor ante tu presencia, no encuentras a más enemigos ni amenazas.

Recorreis el complejo pasando por pasillos sucios y frios, pasais por habitaciones ruinosas y llenas de polvo y descendeis por escaleras de piedra ruinosas y destrozadas. Notas que Donald se encuentra desorientado por la falta de sentidos y parece estar muy cansado.

Finalmente llegais a una gran estancia repleta de mesas y con un terrible olor a podrido. Por anteriores incursiones sabes que el olor se debe a comida en mal estado, totalmente podrida.

¡Joder! ¿que es ese olor tan asqueroso? -Donald camina dando traspies hasta que encuentra una mesa y se apoya en ella -Testigo, protegeme mientras busco algo interesante -te pide tu compañero humano mientras comienza a palpar las mesas en busca de algo.

Protegeme

Incluso sin reconocer esa palabra, no hubiese dejado de vigilar la estancia atento a cualquier peligro. Me quedo quieto, paralizado. Incluso mi rabo se mueve despacio. Mis sentidos centrados en todo lo que nos rodea. El olfato no me sirve de mucho en este lugar, pero mis oidos por el contrario captan casi todo lo que ocurre.

Solo mis latidos y los torpes movimientos de Donald a mi alrededor.

No escuchas ni ves nada raro durante la búsqueda de Donald, tus sentidos, aunque disminuidos te permitirian escuchar cual cosa que se acerce a vuestra posición.

Tras unos minutos buscando y guardando cosas en su improvisada mochila Donald te sorprende apuntándote con algo que te deja ciego durante unos instantes -mira Testigo lo que he encontrado, ahora puedo valerme por mi mismo -te dice mostrando un extraño objeto del que sale una fuerte luz.

Agacho la cabeza y me tapo los ojos con una pata mientras emito un gemido de disgusto. Cuando recupero la vista vuelvo a levantarme con cuidado de no volver a ponerme frente a ese objeto luminoso.

Doy un ultimo vistazo a la estancia en la oscuridad y busco una salida de esta estancia distinta a la que hemos usado para entrar. Entonces me siento esperando a que Donald se decida a hacer algo, y aprovecho para rascarme el cuello con la pata trasera derecha. Debo tener alguna garrapata o algun bicho en la zona, por lo que me rasco con fuerza hasta que consigo arrancarme lo que sea que se escondía entre mi pelaje.

¿A donde iremos ahora?

Bien, Testigo, sigamos bajando por este sitio ruinoso -te dice Donald abriendo una puerta y saliendo de la amplia sala.

Caminais por los oscuros pasillos, parando cada cierto tiempo para que tu compañero humano recoja cosas que va encontrando. Llegais más abajo del lugar donde se encuentra tu guarida. Hueles un olor a podrido que viene de los pisos inferiores, un olor a muerte, a peligro.

Donald se para delante de las escaleras que bajan al siguiente piso, la planta que rezuma ese olor. Si que es grande este lugar, vamos a bajar un par de plantas más y subimos. Más abajo puede que encontremos armas, munición o explosivos.

Mmmm... mmmm...

Gimo disgustado ante la idea. Ese olor no me gusta. Nunca he bajado tan abajo por esa razon, y no quiero hacerlo ahora si puedo evitarlo. Muerdo con cuidado la chaqueta de Donald y estiro de él en direccion contraria un par de veces, tratando de que entienda mi reticencia.

Luego me siento y le miro, esperando que haga o diga algo que demuestre que me entienda.

No se que te pasa Testigo pero quiero bajar y encontrar algo de interés -te dice ignorando tu actitud y comenzando a bajar escaleras -vamos chico, ¡ven!

No me gusta. No me gusta nada. ¿Como sobreviven tanto los humanos?

Algo contrariado viendo que a Donald le da lo mismo mi advertencia, pienso durante un momento en la posibilidad de quedarme aqui, sentado en la parte alta de los escalones mientras el baja un peldaño y luego otro. El problema es que me gusta estar de nuevo entre humanos, son una compañia mas agradable que mis presas.

Finalmente, haciendo caso omiso a mis instintos, bajo las escaleras y paso junto a Donald hasta ponerme delante de él. Ese instrumento cegador no le servira de mucho aqui abajo, y esta claro que como el resto de humanos no tiene sentido del olfato, asi que mas vale que abra la marcha o acabaremos mal.

Bajais las escaleras y comenzais a desplazaros por un piso que rezuma olor a podrido y a muerte. En el ambiente se palpa la tensión mientras recorreis un par de pasillos hasta que veis una tímida luz en una estancia que parpadea.

Con esa iluminación veis una habitación prácticamente vacía con marcas de sangre seca por el suelo. Sangre de cuerpos desgarrados y destrozados. Pero los cuerpos no están sobre las marchas de sangre, han desaparecido.

¿Que cojones ocurrió aquí?¿quién enterró a los muertos? -se pregunta Donald a si mismo.

Seguis descendiendo, luces parpadeantes os muestran el camino y os iluminan zonas de sangre seca esparcida por doquier.

Todavía hay energía en el complejo, esto es muy raro... -susurra tu compañero humano.

En un momento dado veis una puerta cuyos goznes han sido arrancados y las paredes que sujetaban dicha puerta han sido derruidas por algo grande que pasó por ese lugar, algo demasiado grande. El olor a podredumbre es cada vez mayor, hasta Donald comienza a dudar. Sin embargo ve algo y se acerca frenético.

Está parado al lado de una puerta de gran tamaño y de color acero, una puerta en perfecto estado -la armería, por fin -Donald trata de abrir la puerta pero está sellada, sus ojos se clavan en un pequeño respiradero en la derecha -Testigo, quiero que te metas hay dentro y destruyas lo que hay al final de esto -te dice tratando de hacerse entender mientras te señala el agujero y un tubo de metal de gran grosor que sale de la puerta y se mete por este.