Partida Rol por web

Acelero el paso en pos del lugar donde se encuentra el humano, y adelantandolo por un lado me lanzo sobre uno de los animales. Esas asquerosas criaturas estan por todas partes, huelen mal, a podredumbre, y el sabor de su carne es desagradable, aunque no he tenido mucho mas que comer en los ultimos dias.

Uno de los perros ve como me acerco mostrando mis colmillos y con mis ojos brillantes anunciando su destino, pero no tiene tiempo de huir, solo puede tratar de defenderse. Evito jugar con el, lanzo dentelladas amenazantes que no llegan a su objetivo hasta que en uno de sus movimientos descubre su garganta. Una dentallada certera, y la vida del animal escapa en cuestion de segundos, sin apenas resistencia.

Busco al otro.

Antes de que te lances a por el otro perro malherido el hombre acaba con su vida con su extraño objeto.

A continuación se te queda mirando, sin moverse.

Detrás de él puedes escuchar a su compañero diciéndole algo pero solo logras entender una palabra "Mátalo".

Sin embargo el hombre al que has ayudado le responde bruscamente con un "Cállate"

Siéntate. Muy bien. la voz de un humano resuena en mi memoria como un eco del pasado. Siéntate, era la orden que mas veces me daban. A los humanos les gustaba que estuviera sentado. No tiene demasiado sentido para mi, pero les gustaba y parece lo mas apropiado.

Me siento de nuevo sobre mis cuartos traseros con el rabo barriendo el suelo lentamente, la boca cerrada, y los ojos clavados en el hombre que ha amenazado al otro. Mis labios cubren totalmente mis colmillos, y mi lengua se pasea limpiando la sangre de perro que se mancha mi morro.

Y de pronto otro recuerdo. Un hombre con ropa blanca y una gran sonrisa de satisfacción, y todo por levantar una pata. Los humanos son un poco raros. Levanto la pata hacia el hombre y la dejo laxa.

¡Coño! ¿pero que cojones? Mira lo que está haciendo el bicho este -dice apartándose de enfrente tuya para que su compañero lo vea -parece que alguien lo adiestró.

El hombre te mira durante un momento y, a continuación, se acerca lentamente y te acaricia la cabeza - ¡Buen chico!¡Buen chico! -su rostro muestra gran felicidad y sorpresa -Joder Helk, parece que tenemos una nueva mascota.

¡He dicho que lo mates! Ese cabrón me ha mordido la mano y me ha quitado el arma, es demasiado inteligente -le grita Helk histérico al humano que te ha acariciado pero este no le hace el menor caso.

Cuando el humano me acaricia levanto la cabeza hacia el. Buen chico. Reconozco esas palabras, son como "Muy Bien", es decir caricias o comida, pero en cualquier caso algo inconfundiblemente malo.

Escucho la voz del otro hombre, no se que es lo que dice pero lo hace con furia y enfado. Me vuelvo hacia el sin moverme del sitio y le enseño los colmillos.

Grrrrr

¿Ves? Ese bicho es un peligro, quiere hacerme daño, será mejor que lo mates - grita el hombre señalándote con un dedo que tiembla con frecuencia. Ves que su cara está sudada, pierde sangre abundante de sus heridas y le cuesta hablar -Donald, amigo, ayudame, evita que me ataque por favor -le pide al hombre temblando de terror y con cierto delirio.

¡Cállate Helk! Te creias que venir a esta tierra sería tu salvación, que ganarías montañas de dinero en este viaje. Necio -le responde el hombre con frialdad y seriedad -yo tengo una misión que ejecutar en este lugar...

Los dos hombres siguen discutiendo, el herido no me gusta.

Grrrrr

No le pierdo de vista, y aunque no me muevo de donde estoy mantengo mis musculos en tension, preparado para reaccionar.

Ayudame. Conozco ese sonido. el olor de sus heridas y ese sonido evidencian que no es realmente un peligro, asi que dejo de gruñir, pero no de vigilarlo.

Tengo una misión en este lugar, una misión que me fue otorgada por la AMG a un precio bastante bueno, como para comprarme una isla, varias mujeres y mi propio avión -contesta el hombre de la chaqueta al herido con un tono frio para, a continuación girarse hacia ti y mirarte -y comprarle todo lo que quiera a mi nueva mascota. ¿Sabes? Te llamaré "Testigo" ya que estarás presente en mi camino a la gloria y la riqueza -te dice el hombre con voz suave y calmada, acariciando tu cabeza por detrás de las orejas -¡Testigo! Cualquier lugar es bueno para obtener nuevos aliados -dice riendo.

¡Estás loco tio! -le contesta el herido tratando de ponerse en pie y buscando algo en su chaqueta -¡La puta AMG! ¿que cojones quieren de ti? Tio, seamos coherentes, este lugar es un puñetero infierno, dejame ayudarte a realizar tu misión y repartámonos la recompensa -le pide el hombre a su compañero mientras saca un envoltorio de su chaqueta, un envoltorio que huele a comida y que te enseña tratando de ganarse tu confianza.

Te llamare Testigo habia escuchado esas palabras solo una vez, y eso fue antes de que mi antiguo amo pronunciase por priemra vez la palabra "Doce" que era lo que decia siempre que queria que fuese hasta donde el estaba, pero precisamente por esa razon se me habia quedado gravado. Doce, Testigo, eran distintos sonidos, pero estaba claro que el humano esperaba comunicarse conmigo de esa manera.

Para mi era mucho mas sencillo, su olor era facilmente reconocible, no necesitaba un sonido para reconocerle.

Huelo el envoltorio que saca el hombre herido, huele bien, apetitoso, pero no me gusta el olor de ese hombre, asi que me quedo donde estoy, y miro al rostro de Donald.

Me alegro de que quieras participar en mi misión, eso pone las cosas interesantes ¿sabes porque? -le pregunta Donald -por que mi misión es mataros a todos los que ivais en el barco...

Antes de que el hombre malherido pueda decir nada Donald le dispara una bala en la cabeza, acabando con su vida. A continuación te acaricia la cabeza y te susurra -Testigo, tranquilo, no te voy a hacer ningún daño, somos amigos -tras eso Donald se levanta, coge el paquete de carne seca del muerto y te lo ofrece.

Cuando suena el disparo agacho las orejas durante un instante. El sonido es estruendoroso y desagradable. Mi nuevo amo a mostrado compasión por el herido, no era probable que saliese de esta, y esta claro que le ha ahorrado sufrimiento. Yo hubiese hecho lo mismo.

Cuando me ofrece la carne la acepto con avidez, tiene mucho mejor sabor que la de los perros de los que me he alimentado últimamente. Termino la comida lamiendo hasta el último trozo, y luego me relamo para alcanzar cualquier resto que haya quedado en mi hocico.

Tras terminar me incorporo, miro a Donald y muevo el rabo a cierta velocidad, impaciente por saber a donde vamos ahora. Tengo ganas de aullar, y me siento contento de tener un compañero de nuevo, especialmente un humano.

Me gustan los humanos, son suaves, y tienen cosas sabrosas. Me gusta que me froten el pelo de la cabeza y el lomo. Miro a Donald con curiosidad, con las orejas alzadas y ligeramente inclinadas hacia delante, expectante por saber hacia donde se dirige.

Donald se dirige hacia su compañero muerto y le quita la chaqueta, buscando en ella y en el cuerpo de este algo. El hombre se sienta al lado del cuerpo del fallecido y hace una pequeña bolsa con la chaqueta y el cinturón de este último, donde guarda varios objetos que coge del cuerpo.

A continuación se vuelve hacia ti, te da otro trozo de carne y te acaricia la cabeza -¡Vamos Testigo! Tenemos que explorar este lugar y ver que encontramos en los pisos inferiores -te dice encaminándose a las escaleras que bajan.

A la orden de Donald salto y comienzo a avanzar por estos pasillos que en realidad me son bastante familiares. Mi olfato y mis oidos atentos a cualquier amenaza para el humano.

Debe estar buscando algo, pero no tengo ni idea de que. Mi rabo se mueve lento y mis orejas erguidas tratan de captar cualquier posible amenaza. Avanzo hacia las escaleras que no estan colapsadas, ya que seguramente seran las mas practicables tanto para mi como para mi compañero humano, y una vez ante el agujero estudio la altura y la situacion de los escombros para ver como bajar.

Testigo, parece que si bajamos aqui no podré salir -te dice Donald mirando hacia el agujero con las escaleras derruidas, hablándote como si le entendieras -de todos modos tendré que arriesgarme, tal vez encuentre algo de valor aquí abajo.

Donald se agarra del borde del agujero y se deja caer hacia abajo.

Bajo con el, y avanzo por los pasillos siempre primero. Mis sentidos son mas agudos que los de cualquier humano. Recuerdo como encendian las luces para verme cuando yo sabia donde estaban mucho antes de que abriesen las puertas en el laboratorio.

Mi cabeza baja, la nariz cerca del suelo, siguiendo rastros, y las orejas ligeramente inclinadas hacia atras. Mi rabo se mueve con lentitud pero de forma continua.