Partida Rol por web

Entro admirando todo lo que nos rodea incluido el duro. Para ser la raza que es parece un hombre amable, no me cuadra ni por raza ni por profesión.

-Me gusta este sitio. Te lo has montado bien, si señor- digo sin poder dejar de apreciar cada detalle del lugar. "Seguro que se monta unas fiestas de envidiar, maldito duro..."

-Como ha dicho el señor de barba, no estamos aquí por tema deudas- apunto a lo que dijo Risk. No vaya a sentirse ofendido el pirata. ¿Kyle se ha inventado un nombre? No habíamos acordado nada de eso o si lo habían dicho ni me he enterado. ¿Ahora qué hago? Soy muy malo para los nombres... -Me llamo Ludwig y con vuestro permiso me voy a servir una copa.

No quiero meterme en tema de politiqueos, eso no es lo mío, por lo que dejaré el tema ese a mis camaradas. Eso sí, comer y beber se me da muy bien.

Al oír como se prenseta el Dug, no puedo por menos que sonreír.

-Por favor...Ludwig -sonrío- compórtate, somos invitados. -Me dirijo a Secor- Le pido disculpas por los modales de mi compañero, es muy...temperamental, y en ocasiones se deja lleva efusivamente.

Muy bien, señor Kahn, si son provechosos para ambos, siempre mejor que mejor -el duro se sentó en otro asiento a juego con el sofá, y se sirvió una bebida para él-. Si sí, adelante, sírvase -le dijo al dug-.

Luego miró de nuevo a Kyle.

Tranquilo señor Kahn, no tiene usted la mínima idea de la gente que viene a verme, o la gente a la que tengo que ir a ver yo mismo, "en persona". Si la Galaxia es cruel, este planeta es uno de los peores lugar para las cortersías, créame.

Al sentarse, vísteis el bláster que tenían en una funda atada a su cinturón, por dentro de las prendas. En verdad, Secor Jagg inspiraba gran confianza y saber, aparte de una compostura tranquila y de confianza. Y eso que era un pirata espacial.

Bueno pues... soy todo oídos -os dijo-.

-Entiendo señor Jagg, ya me ha parecido percibirlo nada más llegar, es un sitio....peculiar, pero eso no significa que no podamos ser civilizados. La violencia, como todo en este Universo...a su debido tiempo -sonrío- Bien, vengo a proponerle un negocio que espero que sea de su interés. Represento a un importante colectivo que tiene la intención de expandirse en la Galaxia, pero para ello necesita de recursos, tanto hombres, naves, información, etc. Usted es un hombre de recursos señor Jagg, así que hemos pensado en proponerle que abandone la piratería y se una a nosotros.

Me quedo en silencio mientras le miro fijamente durante unos segundos

-Evidentemente, todo tiene un precio, y nosotros a cambio de que se una a nosotros le facilitaríamos ciertas...compensaciones.

Me giro hacia mis compañeros

-Por favor, ¿podríais ser tan amables de ponerme una copa?, negociar sin algo que beber es....molesto -afirmo con cierta irritación en el tono de voz-. Un dos soles de Tatooine....o una Nébula de Roosthan estarían bien....gracias

Vuelvo a mirar a mi interlocutor mientras cruzo mis manos y sonrío esperando su respuesta.

Escucho atento a Kyle y a Secor, creo que está llevando bien la conversación, habría que tantearle como de aliado está al Imperio pero creo que no debo inmiscuirme en la conversación o podría tirar al traste todo lo avanzado por mi compañero.

Cuando el senador nos pide una copa, hago que no le escucho. No soy ningún sirviente, soy su piloto y es lo que hago pilotar. Ni sirvo copas ni abanico. Aún así le acerco alguna botella que encuentro por ahí y se la pongo al lado para que lo haga el mismo, ya que no creo que J'nuth esté por la labor de hacer de criado.

Tras alcanzarle la bebida me siento cómodamente y espero el momento oportuno por si tengo que hablar. Además miro al pirata entre trago y trago para hacerle ver que todos estamos completamente de acuerdo con el trato. Me da la sensación de que me llevaría bien con este tipo, si finalmente conseguimos el trato quizá eche unas partiditas con el.
 

-Gracias Magwa -Respondo amablemente mientras me sirvo- Bien, señor Jagg, ¿está interesado?

Supongo que no son agentes imperiales... -vaciló-. De lo contrario hubieran subido directamente, sin dejar sus armas a mis guardias o sin siquiera avisarme desde abajo.

-Evidentemente, todo tiene un precio (...)

Evidentemente... -dijo arqueando la zona superior de uno de sus ojos-. La piratería es a lo único que me he dedicado mucho tiempo. Es lo mejor que sé hacer, y no es que sea un imbécil con suerte, ¿eh? Este negocio, local de bebidas con expectativas de ser un negocio de juego local, es uno de mis tantos... "caprichos" -en realidad quería decir "tapaderas", quizá para el blanqueo de créditos o cualquirr otra actividad ilícita-. ¿El colectivo de la Pasarela? ¿sindicato del Sol Negro? ¿El Consorcio Zann? Trabajo sólo, pero sé a quién se puede o no se puede asaltar en pleno espacio... ¿Quién os envía... exáctamente?

Gibbon miró a su amigo el senador, esperando a que respondiese.

-No, no somos imperiales señor Jagg no tiene porqué preocuparse, si es que eso le preocupa. - Le miro fijamente, muy serio, mi sonrisa ha desaparecido- ¿O tal vez no le preocupa señor Jagg?, ¿tiene tratos con el Imperio?

Miro al rededor tratando de no intervenir, dejandole todo al de barba. ¿qué estaria interesado este hombre?, que desea de pirateria, no sé... parece muy culto para ser pirata...

Mmm al parecer la gente del imperio no le cae bien, simplemente al decir que entrarian sin más sería porque ¿tiene experiencia con ello?

Trataba de no mostrarme intranquilo frente a la reunión, estabamos siendo escuchados y eso era lo importante.

Sin embargo me preocupaba mucho el resultado de todo....¿qué pediría a cambio?

A usted qué le importa con quién tenga tratos yo... -si el senador se había quedado serio, la bondad aparente de Secor Jagg también se había borrado-. Vaya al grano. Me gustar ser amable con mis invitados, pero también saber qué es lo que piden y...

Un tremendo crujido de vidrios que no sólo oísteis, si no que notásteis, interrumpió al pirata. En el piso de abajo habían quebrado muchos cristales, y comenzaron a oírse disparos bláster. Ésto hizo que os levantáseis sobresaltados, incluso Secor Jagg se asomó a la escalera echando mano de su bláster, aún sin sacarlo de la funda. Luego se hizo el silencio y comenzó a escucharse unos pasos secos hacia arriba. Entonces apareció en el tercer piso la joven humanoide que estaba en la barra y que os miraba minutos atrás.

¡Hermano! ¡Jabba ha mandado a sus hombres para aniquilarte! -decía la chica al Duro-.

¿Jabba? ¿Otra vez?

¡Así es, parece que ese asqueroso sapo no se da por vencido! Pero no te precupes, los guardias de abajo han acabado con ellos.

Fue entonces cuando uno de los sullustanos que os retuvo vuestras armas subió detrás de la joven a informar a Secor, viniendo con gran prisa.

¡Jefe! ¡Viene la guardia imperial! ¡Han oido los disparos, han entrado en el local!

¡Maldición! ¡Rápido debemos salir de aquí! -decía Jagg mirándoos, pues estábais en plena negociación escasos segundos antes-.

Le he dicho a los muchachos que se queden abajo para tapar tu huida -añadió el guardaespaldas-, asi podrás sa...

Una tremendísima explosión hizo un estruendo terrible. En el piso de abajo algo explotó, y tenía toda la pinta de ser algún tipo de artefacto (una bomba de mano o algo así). El suelo tembló y del impulso todos caísteis en los sillones blancos desequilibrados. Un tremendo boquete se hizo en las escaleras, destruyéndolas parcialente, e incluso la bocanada llegó hasta el tercer piso, golpeando con fiereza al sullustano y a la joven muchacha que llamaba "hermano" a Jagg. Ésta voló hacia delante, cayendo muerta instantáneamente ante los pies de Secor, y el sullustano guardaespaldas cayó tamibén de bruces y comenzó a quemarse en el último escalón antes de llegar al tercer piso, donde estábais. Intentó rodar como pudo, pero su cuerpo era ya prácticamente ceniza en su totalidad... Debido al impacto, dejó caer una bolsa como de cuero en el suelo, la cual rodó un poco más allá de los pies de Secor, y ésta se abrió al impactar en el piso. De ella se resbalaron vuestras armas (incluido el extraño sable de Jnuth...). En ese momento, pudísteis recuperar lo que habíais robado.

¡¡Noooooooooo!! -gritaba Secor cogiéndo entre sus manos el cadáver ensangrentado del a mujer, que estaba ya tumbado en el suelo-, ¡¡Hermanaaa!!

Abajo oíais disparos y voces metálicas, como las que emiten los soldado de asalto.

Todo se torna peligroso en cuestión de segundos, este es el claro ejemplo de como una negociación tranquila puede culminar con un final perturbador a la vez que excitante.

Cojo mi arma rápidamente y me dirijo a Secor Jagg. Ha perdido a lo que parece su "hermana" y probablemente a todos sus hombres de confianza que se encontraban en el lugar con el.

-Señor Jagg, hemos venido a ayudarle. Confie en nosotros, nos vengaremos de los malditos imperiales pero debemos escapar ahora mismo de aquí si no queremos acabar hechos fritanga.- le digo mientras miro fíjamente a sus ojos.

Supongo que es un tipo duro, nunca mejor dicho, y que sabrá situarse en escena y dejar los sentimientos a un lado.

-Guíenos fuera de aquí. Seguro que tiene alguna salida secreta. Después podemos ir directos a donde usted prefiera aunque si es buscado será mejor ir a nuestra nave.- digo mientras preparo el arma por lo que pueda pasar.