Partida Rol por web

AÑO 21.

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

Aunque suponía que las respuestas del inconsciente lograrían aportar algo de luz y que sus compañeros se movieran, Karlio se encontró con que aún seguían empeñados en seguir allí. Aquello hizo que el caballero negara suavemente con la cabeza, desandando sus pasos para intentar que recapacitaran.

-No tenemos motivos para desconfiar de Kelnos, y su historia explica por qué no hay cuerpos. Sabiendo esto, sabiendo qué ha ocurrido aquí, lo más sensato es acompañar a Hassern, descansar, y volver con tiempo de indagar. Quedarse aquí puede ser tentador, sí... Pero también es llamar neciamente a la desgracia. Nada obtendremos por dormir aquí, salvo ahorrar un poco de tiempo de viaje. En cambio, nos arriesgamos a que esos canallas vuelvan, a depredadores, o a Prios sabe qué-expuso Karlio, con tono firme-y exponerse sin un motivo no es valor: es temeridad. Yo acompañaré a Hassern, espero que vosotros hagáis lo mismo. 

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

Tanto Hassern como los que parecía que serían sus acompañantes en su viaje de vuelta habían comenzado a moverse, cuando Bolduf se gira rápidamente meneando la cola de forma nerviosa, y un instante después se puede escuchar a Caos gruñir, en la misma dirección en la que mira el primero.

Caos no tarda en comenzar a ladrar, dispuesto a lanzarse contra algo, pero mirando a Seragoi de tanto en tanto como si no lo hiciera porque espera su orden directa para hacerlo.

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

La bruja había observado las marcas que le había revelado Puck, y no podía por menos que coincidir con él en que la Corrupción había tocado a este ogro. Su tamaño era descomunal comparado con otros de su especie y parecía acertado suponer que había cambiado por su exposición a los Poderes Oscuros. Eran mucho estar de acuerdo con Puck para un día, pero tampoco se le ocurría nada de cosecha propia, así que se limitó a asentir.

- Bien visto Puck, no sé cómo se nos pasó antes. - Enviar al pequeño trasgo a rebuscar había sido tenido algún beneficio, al menos a tener claro en que lado del espectro se encontraban los atacantes de Sivero.

En ese momento aparece Zazer y Basha lo saluda con un gesto de la mano.

- Ah, hola Zazer. Puck notó algo raro en el ogro. Se trata de estigmas de la Corrupción. Él apunta que tenga que ver con su enorme tamaño, lo cual no me parece descabellado. Mira, se trata de esas marcas, ahí, y ahí. -

Basha señala llagas, unas más recientes que otras que salpican la piel del ogro en algunos puntos.

- Creo que sería conveniente reunirnos con los demás y salir de aquí. Descansar de vuelta en el Campamento Norte se me antoja mejor idea ahora, ¿no crees? - La mujer hace un gesto para que le acompañe con la intención de salir de allí, y se dirige a buen paso a donde estaba el resto con el propósito de reunirse con ellos.

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DÍA 14.

SIVERO.

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Zazer miró las marcas que la humana le indicaba. Veía efectivamente las llagas, aunque quizá por sí mismo no hubiera sabido determinar a qué se debían.

-¿Crees que trasgos y elfos también pueden estar tocados por esa corrupción de la que hablas y que esa sea la razón por la que ahora caminan juntos? -preguntó, antes de encogerse de hombros-. Como veas. En todo caso, la información recabada es importante y debería comunicarse a los demás. Hablando con el superviviente ya se ha visto que esta no es la primera aldea atacada y dudo que sea la última. Ignoro por qué lo hacen y reconozco que no me hace sentir tranquilo -afirmó-. Volvamos pues con el resto. Dime, ¿qué sabes sobre la corrupción?

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DÍA 14.

SIVERO.

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Puck alzó sus orejas, alegre ante el halago recibido. Hasta su cabeza, normalmente gacha, pareció erguirse sobre un cuello que no estaba acostumbrado a soportar tanto peso.

- Oh, es normal...- intervino alzando uno de sus tres largos dedos como si en él sostuviera, en precario equilibrio, el razonamiento al que había llegado.- Los demás distraían a ama con sus parloteos y la buena y magnánima Bashabarana estaba preocupada por ayudar al pobre hombre cansado y hambriento que no para de hablar. Si ese hombre hubiera estado aplastado y bien muerto, además de no sufrir por el hambre y el cansancio, ama no se habría preocupado de él y habría visto lo mismo que Puck. Oh, sí... Estoy seguro, ama. A Puck no le distraen esas cosas, por eso la sabia ama le ordenó buscar, y Puck buscó y encontró. ¿Verdad, ama?

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DÍA 14.

SIVERO.

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Kanghmer detuvo su andar cuando los dos perros comenzaron a gruñir y a ladrar en una dirección. Instintivamente vio a Seragoi por el rabillo del ojo, que ya se estaba preparando para enfrentar a lo que fuera que había detectado el can. Captó la señal de su compañero, y el bárbaro aferró su arma a dos manos mientras encaraba también la misma dirección.

Entrecerró los ojos y trató de distinguir algo en la distancia. Pronto anochecería, y combatir a oscuras no era lo que más le apetecía en esos momentos.

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DÍA 14.

SIVERO.

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Kelnos se incorpora despacio y se acerca donde esta el cadáver del ogro para recuperar su pica, gracias a la cual aun sigue vivo. De camino se fija mas en detalle en el grupo que le ha rescatado de debajo de la mole corrompida y no le hace mucha gracia lo del trasgo y el ogro que van en el grupo y evita dar la espalda a ambos sin ningún tipo de disimulo.

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

Veo como algunos de los presentes deciden marcharse. La verdad me da lo mismo, me parece un poco cobarde y me da pereza ir y venir a ese aburrido campamento mientras que acá podríamos pasar una muy interesante noche, entre el miedo a morir y la posibilidad real de hacerlo.

Me encojo de hombros pues al irse Bashabarana, sé que Kanghmer también se largará y si hay una regla que tengo en este momento de mi vida, es que de mi amigo no me separo si hay peligro.

Pero entonces, escucho a los perros hacer ruidos e identifico de inmediato el ladrido de Caos. Le miro y veo que intenta señalarme algo, con una señal inequívoca para quien conoce a mi canino amigo.

Llamo la atención de Kanghmer con una palmada pero mi hermano ya había visto el asunto y también está preparado. Desenfundo mi mandoble, preparado también para lo que sea que nos depare aquella dirección, que nada bueno puede ser si mi perro está tan desesperado.

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

La pregunta de Zazer estaba dirigida al blanco de las sospechas de la bruja, claro. Tampoco sabía cuánto estaba el trocalengo apegado a sus raíces inhumanas, así que optó por ser sincera y conservadora.

- Eso es algo que sólo un examen visual podría determinar, Zazer. Pero si la Corrupción había tocado a esta criatura puede ser por varios motivos. Que sirviera a alguien que maneja los vientos de la magia sin atadura ninguna, o que provengan de una zona de Dakovar en la que la Corrupción es tan intensa que te impregna sólo por estar allí.

Si quieres saber mi opinión, no creo que esta criatura sea un hecho aislado entre los que nos atacaron. Y puede que además motive el ataque y su comportamiento al recoger los cadáveres. -

Al cruzarse con el hombre hasta hace poco inconsciente, Basha le dirige una mirada intensa para luego indicarle a Puck con un gesto que esté al tanto de dónde va y qué hace.

- Pues claro Puck, tú ves lo que otros no, por eso te pedí que buscaras. Ahora echa un ojo a ese hombre Puck, por favor, parece que se dirige de nuevo donde reposa el ogro muerto. Pero no te acerques mucho. -

Volviendo su atención al trocalengo, asiente a su petición de compartir la información con el resto.

- Deben saberlo, sí. No creo que nos haga bien el pasar aquí la noche, y ese hombre nos puede indicar la dirección de su aldea y tratar de deducir de dónde vienen y a dónde van, o sea un rumbo. Podríamos salvar vidas.

En cuanto a la Corrupción... trataré de expresarlo en palabras que puedas entender y te sean familiares. Cuando apelas a la magia llevas a cabo proezas que están fuera del orden natural de las cosas. Y la Naturaleza es equilibrio, debes pagar un precio por interferir en el orden natural. Hay quien dice que hubo un tiempo en que esto no era así, pero en la actualidad el precio a pagar es la Corrupción. Si manejas tus avances en la magia y lo tratas con cuidado puedes capear esos efectos, aunque hay quien no tiene ese cuidado o piensa que la propia Corrupción es un canal de poder más, pero no quiero aburrirte con teorías mágicas.

Para que nos entendamos, imagina que corres durante una hora. Tus músculos estarán cansados pero tras un tiempo se recuperarán y podrás volver a correr. Pero si no descansas y dejas que pase un tiempo antes de volver a esforzarte, corres el riesgo de hacerte daño. Y si persistes en ello, el daño puede llegar a ser permanente y al igual que un caballo guiado por una mano cruel, podrías desfondarte y morir. Con la magia puede pasar algo parecido, si bien como con tus músculos el entrenamiento te hará más resistente. Lo único que lo que muere es tu mente, ya que abraza una incomprensible Oscuridad. No es un tema fácil para los no iniciados, espero haberte sido de ayuda. -

Basha se encoge de hombros y llega a donde están los demás, percibiendo que hay una actitud tensa entre ellos, como si esperaran algo malo, por lo que empuña su arco y tiendo una flecha con un movimiento fluido.

- ¿Qué pasa hermano? -

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DÍA 14.

SIVERO.

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Zazer prestó una concentrada atención a cuanto la mujer humana le decía. Cuanto relataba tenía un poso de pérdida y oscuridad que no le gustaba. De igual forma, había aspectos en los que no coincidía, pero se abstuvo de comentario alguno. No era momento para conversaciones. No negaba el valor de las hipótesis vertidas, el que ogros, trasgos y elfos sirvieran a alguien imbuido de magia y de corrupción a partes iguales y que en su servicio hubieran quedado marcados por aquel chancro de su señor o amo. El porqué le servían quedaba suspendido en las brumas de la ignorancia.

Pero pese a ser profano en el tema de la magia y no gozar del don de la misma, la veía como una cualidad más. La cuestión del equilibrio, el considerar que la magia la rompía y que fruto de ello era la corrupción, simplemente disentía. Solo tal hecho sería posible si la magia se hubiera empleado para atacar a la naturaleza y que esta hubiera respondido con la corrupción en un contraataque devastador, haciendo que tanto aquellos que emplearan la magia para el bien como para el mal, no pudieran abusar de ella sin pagar un caro precio. 

-Sí -respondió escuetamente.

Luego se limitó a esperar la respuesta acerca de aquella inquietud evidente para cualquiera.

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DÍA 14.

SIVERO.

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Karlio observó con curiosidad el comportamiento del perro que acompañaba a Hassern, pensando que podría haber detectado algo con lo que jugar... Hasta que escuchó el otro ladrido del otro perro, una bestia que parecía menos hogareña y más agresiva. Aquello indicaba, con casi total seguridad, peligro. Por ello, dejó la mano reposando en la empuñadura de su espadón, mientras intentaba discernir qué engendro trataba de cernirse sobre ellos. 

Tres integrantes del grupo, entre los que había, si no le engañaba su vista de rata, otro trocalengo, parecían alejarse. Sin embargo, fue el ladrido del perro lo que le hizo ponerse en movimiento y que su corazón se pusiera a latir con fuerza y velocidad.

Me cago en la puta...- Tenía que buscar un sitio donde tratar de recuperar su forma humana.

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DÍA 14.

SIVERO.

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Los viejos amigos, Seragoi y Kangmer, avanzan hacia lo que queda de un muro cercano, siguiendo aquello que han creído detectar. Mientras, Caos parece calmarse, quizá al entender que había hecho bien su trabajo y había advertido a Seragoi de lo que ocurría, o quizá por la lejanía de aquello que le ponía nervioso.

Al mirar tras el muro, ambos hombres son testigos de algo inesperado.

Tras el muro, agazapado y casi hecho un ovillo, había un hombrecillo. Temeroso, aún temblando por la transformación, Gusano se protegió instintivamente con uno de los brazos mientras extendía el otro hacia la pareja en señal de súplica.

- Por favor,  ño me hagáis daño.- A medida que pasaban los segundos el hombrecillo se iba incorporando, dejándose ver...y daba pena verlo. Escuchimizado, desgarbado, de cuerpo retorcido y desagradable a la vista. Ojos inyectados en sangre, piel pálida y roña bajo las uñas, pelo de reflejos cobrizos, le caía lacio y apelmazado sobre los hombros. Lo que más destacaba en el desagradable aspecto del hombre eran los enormes paletos que sobresalían de la boca hasta llegarle casi a la barbilla. Unos dientes enormes y amarillentos que parecían dificultarle hasta el habla. El  hombrecillo se llevó la mano a la boca y, al palpar lso enormes dientes dio un respingo. Los cubrió con las manos inmediatamente.

- Me llamo Gusaño y ño sé que ha pasado aquí.- Todo el cuerpo de Gusano temblaba sin que pudiera controlarlo, de la cabeza hasta la cola. Sí, la cola. Desde detrás del hombre se extendía una rabo que caía hasta el suelo. Se parecía extrañamente al de un roedor, casualmente como los enormes y amarillentos dientes.- Por Príos que ño sé que ha pasado.- Volvía a intervenir sin dejar de taparse la boca. Lo único que sabía es que tenía unas enormes ganas de roer algo.

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- Pero... ¿qué clase de criatura eres tú? - Preguntó Kanghmer manteniendo su enorme espadón entre él y la criatura.

Lo cierto era que el ser no parecía demasiado amenazante, pero las apariencias engañaban, bien lo sabía Kanghmer, y en ese mundo uno no podía fiarse. Así que hasta que estuviera seguro de que ese Gusaño no era una amenaza para él ni para nadie más del grupo... no bajaría su arma.

Y si el tipo tenía algún descuido, lo partiría en dos.

Por el rabillo del ojo inspeccionó la posición de Seragoi... Se compenetraban bien y solían tratar de rodear a las posibles amenazas, así que Kanghmer dio un paso lateral.

- ¿Eres un cambiaformas? - Preguntó tratando de concretar. - ¿Por qué nos espiabas? -

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DÍA 14.

SIVERO.

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Nuestra rápida persecución de lo que podría haber sido nuestra comida termina en lo que es uno de los encuentros más extraños que he tenido. Una criatura extraña, miserable y considerablemente desagradable yace indefenso ante nosotros. Veo su cola, su forma y su rostro, sin perder atención a lo que dice, mientras mi sonrisa se va ampliando a cada segundo.

Cuando me mira puede ver a un hombre de Ambria, vestido con lujosas telas reforzadas y una indumentaria que debe ser bien costosa. En mis manos porto una mandoble mientras que en mi mano derecha un anillo con sello deja en claro que pertenezco a una casa noble mas no tengo el aspecto de un estirado y pomposo inútil.

Kanghmer mantiene posición de batalla, por lo que le imito, manteniendo mi espadón en posición de defensa y rodeando a la criatura para flanquearla. Lo hago porque quizás mi amigo vio algo que yo no, pero la verdad es que aquel ser no me inspira amenaza en lo más mínimo, solo una mezcla entre lástima y diversión.

Hablo también para complementar las preguntas de mi compañero:

 - "Responde y no te haremos daño. ¿Quien eres y qué haces en este pueblo?"

Al final, me queda claro que no será la cena pues no me gusta la idea de comer algo que puede hablarme y, siendo sincero, su aspecto no me despierta mucho el apetito, sin mencionar su actitud. Me parece interesante estudiar qué mierda es pero, más allá de eso, no tengo intenciones de dañarlo si no me ataca antes.

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

El aldeano carraspea y su caballo se mueve nervioso, contagiado por los sentimientos de su jinete.

- Bueno, no parece que esté ocurriendo nada peligroso tras ese muro. No puedo perder más tiempo Yo me marcho.

Mira a Karlio y a Peñasco, los cuales momentos antes estaban dispuestos a seguirle, y conduce a su caballo con paso lento pero firme una vez más hacia la salida de la aldea.

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DÍA 14.

SIVERO.

MEDIA TARDE

¡Se había quedado a medio transformar! Los nervios de que los perros lo pillaran en forma de rata le habían traicionado y algo había salido mal. ¡Joder, tenía todavía cola y dientes de rata! Y pro si fuera poco, unas imperiosas ganas de roer.

No quería confesar su origen. Los trocalengos no eran bien recibidos en todas partes y no sería la perimera vez que lo maltrataran por ello. Sin embargo, el rubiales fortachón, de esos que cubrían con músculo los vacíos de su sesera, hablaba de cambiaformas, así que estaban familiarizados.

- Sí, sí, eso es, Uñ cambiaformas. Eso es.- Obvió la amenazante pregunta sobre la razón de espiarlo y se centró en el otro hombre, de alta alcurnia, no cabía duda, y mucho más amable.- Señor, sólo pasaba por aquí de camino a ñinguña parte. Vi el humo y me acerqué a curiosear, pero coñ otra forma, para que ño me viera ñadie, pero los perros me descubrieron. Ño sabía si podía fiarme. Por favor, ño me hagan daño. Alguien ha arrasado Sivero y podrían estar pro aquí, por favor, déjeñme acompañarles.