Partida Rol por web

AÑO 21

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA,  PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 12

CALABOZOS DE VERRIDOR

MADRUGADA

Que va digo, sonriendo. Esto está desde hace mucho, y los guardias aún no se han dado cuenta. Supongo que porque solo lo conocemos un par de personas, y no de las que suelan escapar.

La voy guiando hasta una reja de alcantarilla. Me acerco a ella y la golpeo suavemente haciendo que se suelte sin hacer ruido.

Adelante digo, poniéndole las manos para que pueda subirse. Sale a un callejón justo detrás de una taberna frecuentada... digamos que por gente que no respeta mucho las leyes añado con un guiño.

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DÍA 12

CALABOZOS DE VERRIDOR

MADRUGADA

- ¿Y no temes que sospechen y lo encuentren? - Dice la chica mientras se alza con tu ayuda.

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DÍA 12

CALABOZOS DE VERRIDOR

MADRUGADA

Me encojo de hombros. Yo no suelo usarlo, no lo necesito. Desconozco si esto, el ayudarte, hará que lo descubran. Pero si lo descubren y lo tapan... bueno, la próxima vez que una belleza necesite ayuda tendré que buscarme otra forma de ayudar.

Una vez sube, y con un ágil salto, yo también me encaramo a la alcantarilla. Según estoy acabando de salir la miro desde abajo y le pregunto ¿me aceptarías tomar algo conmigo? Como te digo, esta taberna no es amiga de los guardias, y me conocen así que espero que me fíen. ¿Aceptas?

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DÍA 12

CALABOZOS DE VERRIDOR

MADRUGADA

La muchacha parece dudar, mientras mira a su alrededor.

- No sé si es buena idea. Hasta en los lugares más liberales resulta incómodo ver a alguien como yo. Quizá como camarera, pero como cliente...

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DÍA 12

CALABOZOS DE VERRIDOR

MADRUGADA

Estate tranquila digo con una sonrisa, llevo toda la vida en la calle y desde que pude visitando esta taberna y ayudándoles en algunos trabajos. Si vienes conmigo estarás segura... eso creo, pero no conozco un sitio en el que puedas estar más segura que en esta taberna conmigo.

Le ofrezco la mano para que me acompañe dentro de la taberna. Estoy casi convencido de que podré protegerla, aunque no estés 100% seguro.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

La muchacha parece dudar, pero al final cede.

- La verdad es que no me vendría mal comer algo. La detención de esos idiotas me ha dejado sin cena. Llevo algo de dinero...

Coge tu mano, aunque con cierta inseguridad y te sigue al interior del lugar, donde puedes comprobar que ella en parte no se equivocaba: nada más entrar, todos aquellos que podían verla clavaron sus ojos en ella con poco o ningún disimulo. Sin embargo, nadie se acercó y la reacción no pareció ir más allá de la curiosidad y de algún comentario jocoso por lo bajo entre dos o más compañeros de bebida.

El lugar está abarrotado de hombres, trasgos e incluso algún trocalengo. Arman bastante escándalo, y el único lugar que parece estar algo despejado es la zona donde se acumulan los barriles vacíos, cercana a una puerta trasera que sabes que da a un callejón oscuro y sucio al que se saca la basura, pero que también sirve de zona de carga y descarga de aquello que se sirve en el lugar.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

Una vez dentro del local ni lo dudo, vamos directamente a la zona de barriles vacíos dónde con un barril y una tabla (si hay, sino un par de barriles uno para cada uno) monto una improvisada mesa para poder comer. Quédate aquí, voy a pedir algo de comer. Te recomendaría no hablar con nadie si no estoy cerca.

Dicho eso, le pido el dinero y me dirijo a la barra para ver qué han cocinado hoy. Pediré lo que hayan cocinado y un par de cervezas, pues sé perfectamente que es casi lo único que puedes beber aquí sin que al día siguiente reces por que te arranquen la cabeza.

Una vez con los platos y las bebidas, los acercaré a las "mesas". Esta zona siempre me ha gustado porque ofrece una escapada rápida y fácil de ser necesario.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

No es mucho el dinero que la muchacha te da, pero es suficiente para una cena en un lugar como aquel. Eso parece sorprenderla pues, aunque lo servido no es gran cosa, sí que es abundante. En cuanto dejas los platos en la mesa improvisada, la chica coge casi inmediatamente uno de los rollitos de carne, tan típicos de ese estilo de tabernas, y mientras lo mastica mira a su alrededor y asiente con aprobación respecto al lugar elegido.

- Así podremos salir también sin tener que atravesar de nuevo todo el salón. 

Agarra la cerveza para beber, pero a medio trago abre mucho los ojos y se la aparta, como si de repente se hubiera acordado de algo muy importante y no pudiera seguir hasta que no lo hiciera.

- ¡Mierda! Creo que mis amigos llevarán un buen rato esperándome... ¿Sabes llegar a la muralla oeste?

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

A la muralla oeste repito sí, claro que sé llegar, pero aclaremos cómo quieres llegar. Hay tres posibles caminos: el camino normal que nos llevaría por las calles más amplias y que, pese a ser de noche, muy probablemente esté frecuentado por guardias; un segundo camino por calles más secundarias que nos llevaría sin alertar a la guardia aunque eso no significa que no fuéramos vistos por algunos vecinos; y un tercer camino que implica las alcantarillas pero que nos llevará casi hasta la muralla sin que nadie nos vea.

Supongo que podemos coger esta comida e ir por el camino que prefieras. ¿Entonces qué será?

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

La muchacha suspiró. Parecía cansada.

- Supongo que las alcantarillas son la mejor opción. Preferiría que nadie más me viera, por esta noche, rondando las calles de Yndaros. Si aquel idiota no hubiera alertado a la guardia...

Su semblante mostró enfado y frustración por un momento, antes de recordar que debía centrarse en otra cosa. Comenzó a beber y comer con cierta prisa.

- Siento tanta molestia. Creo que podré recompensarte, si esta pequeña cena no es suficiente.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

Sonrío y me inclino de hombros. Nunca digo que no a una recompensa, por pequeña que sea, pero la cena y tu compañía son suficiente recompensa. En realidad nunca he soportado bien los prejuicios, y en tu caso no sé porqué me parece que ha habido más de eso que de otra cosa.

Sigo comiendo bastante más rápido, mostrando la experiencia de quién hay veces que pasa días sin comer así que sabe que tiene que comer todo lo que pueda para sobrevivir más tiempo.

Una vez terminemos, volveremos a la alcantarilla de la que salimos para dirigirnos hacia donde ella me pidió.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

Un pequeño gesto, o quizá algo en la mirada de la chica te hizo pensar que estaba dudando entre si decirte algo o no, pero como fuese, decidió no hacerlo.

- Creo que deberíamos irnos.

Dejó que cogieses el último trozo de comida mientras ella terminaba su jarra, y se acercaba a la puerta trasera del lugar, esperándote.

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DÍA 12

TABERNA CERCA DE LOS CALABOZOS

MADRUGADA

No voy a insistirla ni a pedirle que me diga lo que pasa por su cabeza. Si quiere decírmelo la escucharé, si no quiere decírmelo sus razones tendrá. Igual que a mí no me gusta que me interroguen cuando no quiero decir algo, tampoco me gusta hacerlo a los demás.

Con un último bocado y un trago termino de comer y me dirijo a la puerta trasera para volver a guiarla por las alcantarillas. El camino puede ser sucio o maloliente, pero salvo por algunas ratas no debería ser peligroso.

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DÍA 12

RED DE ALCANTARILLADO DE YNDAROS

MADRUGADA

Tal y como imaginabas, el viaje por las alcantarillas no supone ningún problema más allá de entrar y salir. 

Al llegar al destino, y salir de nuevo a cielo descubierto cerca de la muralla oeste, escuchas como la muchacha emite un silbido que si bien parece el cantar de un autillo, la frecuencia con la que silba parece una legua en código.

No tardan en salir de su escondite dos hombres, corpulentos y vestidos con ropas cómodas pero de calidad, que desconfían en un principio de tu presencia pero al ver que la chica trota hacia ellos tras darte las gracias se relajan notoriamente.

Parecía que ya habían desaparecido entre las sombras cuando escuchas de nuevo ese trote que se acerca a ti, y observas a la muchacha acercarse con algo en la mano. Al llegar a tu altura, te tiende un pañuelo de un color parecido al de su túnica, con el escudo de Narugor bordado y una letra G sobre un escudo de armas.

- Si alguna vez pasas por Narugor, y necesitas ayuda, muéstrale este pañuelo a cualquier lugareño y pregunta por "La Costurera". Te dirán dónde encontrarme.

Instantes después, la chica vuelve a desaparecer en dirección a la muralla.

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DÍA 12

RED DE ALCANTARILLADO DE YNDAROS

MADRUGADA

¿Por qué la ayudo? Quisiera pensar que es solo porque su situación me recordó en cierto modo a la mía propia, o quizá porque me ha parecido injusto el modo de tratarla. Pero sé perfectamente que sigo siendo un blando con las mujeres hermosas. No puedo evitarlo, me atraen aunque sé que muchas veces yo también las atraigo.

El camino por las alcantarillas es rápido y seguro, más allá de alguna manada de ratas fácil de evitar. Cuando emergemos ya cerca de la muralla observo lo que hace intentando quedarme con la cadencia en la que silba. Realmente más que un silbido parece estar diciendo algo con silbidos.

Observo a los hombres y me pongo en guardia hasta que mi acompañante vas trotando hacia ellos, momento en que me relajo. Observo como se pierden en las sombras y me preparo para alejarme.

La verdad es que ha sido una noche de lo más curioso, una pequeña aventura que recordaré por un tiempo, seguramente preguntándome sobre qué fue de esa chica a la que ayudé.

Sin embargo, cuándo voy a alejarme, escucho otra vez el trotecillo de quién fue mi acompañante, así que me doy la vuelta sintiendo curiosidad por qué sucederá. Cuando me entrega el pañuelo aprovecho para sujetar su mano y darle un beso en el dorso. Cuídate, Costurera; no siempre me tendrás en la celda de enfrente. Te tomo la palabra digo, guardando el pañuelo en una bolsita que tengo en el pecho, aquella donde guardo mis tesoros más preciados.

Observo como se aleja y, cuando desaparece, yo también me pierdo en las sombras.