Partida Rol por web

El Wyrm levantó vuelo y empezó a girar en círculos por la habitación mientras empieza a disparar lo que parece ser una leve neblina de frío que por ahora no está haciendo mucho daño, pero la criatura está empezando a "entrar en calor" mientras que los soldados debajo están entrando en frio.

Todos pueden escuchar como la voz misteriosa se ríe.

Parece que tienen frío, quizás cuando los matemos los reviviamos como siervos de la ciudadela, seguramente allí estén más a gusto si les gusta tanto el frío.

- Globop! Adelantate! - Le grité al diablillo, que cuando decia eso él ya sabia que hacer. Corrió hacia el dracoliche, mientras conjuraba un hechizo de toque. Para que funcionase necesitaba tocar al mosntruo pero jamas me acercacia a él, podria destrozarme de un zarpazo. Y el demonio... bueno tan solo regresaria a su plano. Al cabo de unos pases magicos y demás el conjuro se transmitió a las manos del diablillo que intentó tocar al dracoliche. 

El enfrentamiento contra tan terrible bestia había comenzado y no hay más alternativa que luchar por nuestra victoria. Recuerdo parte de las habilidades de estas criaturas, por lo que advierto a mis aliados:

 - "Esta bestia es capaz de congelar lo que sea y lanzar poderosos rayos de hielo. ¡Tened cuidado!"

Cargo mi honda y le lanzo un proyectil con la intención de aportar en la destrucción de tamaña bestia antinatural, productor de la infamia de la peste.

Argul corre por la habitación, medio-tiritando del frío y toma cobertura desde donde empieza a apuntar a la bestia mientras se mantiene en pleno vuelo.

Ese iba a ser un tiro complejo.

-¡Aldarion!- grita -Esa voz, ayúdame a encontrar su orígen. Controla a la bestia-.

Entonces disparo, pero no al dragón ¿Qué haría mi pobre virote contra el hueso de la bestia? NO. Disparo contra en enorme y oxidado candelabro apagado que cuelga columpiándose pesado sobre la bestia que vuela en círculos. Más precisamente, apunto a la mellada cadena que apenas lo sostiene.

Wayland ataca con su diablillo tocando a la criatura haciendo que Sapphiron vuele descontrolado por la locura y se golpee contra las paredes de la cámara. Luego el lobo de Aldarion y el elfo atacan a las piernas del dragón, si bien el lobo si logra hacer un poco de daño el ataque del elfo falla rotundamente.

Mientras los paladines intentan frenar a la bestia es Argul el que sorprende con un tiro casi perfecto en uno de los ojos del dragón lo que hace que deje de volar y caiga al suelo. Con esto se genera un gran estruendo, pero rápidamente Sapphiron se recupera in contraataca.

El wyrm se para y gira con su cola haciendo caer a Azrael y a Wayland al suelo, pero sin hacerles mucho más daño que una simple caida a un suelo de hielo.

Mientras se da la batalla Argul intenta encontrar el origen de la voz pero no logra detectar nada, la voz suena cercana pero no hay forma de saber de donde viene, es como si se proyectara directamente en sus mentes.

De pronto estoy en otra parte, estos malditos hechiceros y su magia... tardo bastante en recuperarme, y para cuando lo hago, veo como se desarrolla una batalla delante mía, "¿eso es un dragón?", jjejeje, está en los huesos...

Río mientras saco mi rifle y apunto, "mientras vuele, aunque sea a pocos metros del suelo, no puedo cargar contra él"

Traga plomo saco de huesos!!

El conjunto de ataques entre los paladines del Alba Argenta y un disparo extremadamente preciso de Thorin hacen que Sapphiron se empiece a retorcer de dolor y contra todo pronóstico el wyrm explota convirtiendose en una montaña de huesos enorme en el medio de la sala.

Tras esto se abre la puerta que veían en la Guarida de Sapphiron y Kel'Thuzad apareció del otro lado.

Tus fuerzas están casi listas para atacar a tus enemigos mi señor.

Otra voz empieza a hablar pero no la pueden ver en ningún lado.

Pronto la Alianza y la Horda serán erradicadas bajo las fuerzas de mi ejercito.

Kel'Thuzad responde con emoción.

Si mi amo, la hora de eliminar a estas razas se acerca y su hora final no puede estar muy lejos. ¡Espera! ¿Que es esto?

La otra voz vuelve a responder con una clara sorpresa.

¿Intrusos? ¿Aquí? ¡Destruyelos Kel'Thuzad! Naxxramas no puede caer.

Kel'Thuzad los mira con odio mientras las puertas se cierran a sus espaldas y dice.

¡Como desees maestro! ¡Vengan, heroes... Por orden del Rey Lich serán destruidos!

Empiezan a aparecer nomuertos a su alrededor y se empiezan a cerrar sobre ustedes obligandolos a luchar en un circulo en el centro de la habitación.

¡Esclavos, sirvientes de la fria oscuridad levantense y obedezcan la orden de Kel'Thuzad!

El lich se retira mientras los deja peleando contra las hordas de nomuertos.

Malditos engendros, apartaos de nuestro camino!!

Mientras digo esto, apunto con mi rifle a una de las abominaciones (aproveché para recargarlo mientras hablaba el Liche) y rezo a los ancestros por la buena puntería. El tiro sale disparado y se pierde en la enormidad de la mole, ¿le habré hecho algo?...

Nos superaban ampliamente en numero, por lo que decidí equilibrar un poco las cosas. Decidí invocar algun monstruo que nos ayudase al menos un rato. 

Sabía que tantas huestres de monstruos no serían vencibles por nuestro pobre equipo, no de forma sencilla, por lo que decidí buscar alguna forma de darnos una ventaja.

-Esto no está nada bien- pienso -seguramente sean demasiados-.

Al parecer estamos perdidos pues nada hay que nos asista. Disparo entonces a la abominación más cercana.

Los nomuertos empiezan a cerrarse sobre los defensores de Azeroth, el disparo de Thorin golpea a la abominación y le hace volar un pedazo de brazo, en cambio el disparo del orco es peor, la flecha golpea en el cuerpo de una de las abominaciones y rebota perdiendose en el suelo.

A su alrededor los paladines del Alba Argenta se agrupan mientras gritan.

¡Defensores de Azeroth, agrupense y preparense para golpearlos cuando lleguen!

En ese momento es que Wayland termina su hechizo e invoca un guardia vil que se para al lado de los defensores y espera a los no muertos.

Guardo mi fusil y observo a los enemigos mientras saco mi martillo y afianzo mi escudo.

Venid y morid, por Ironforge!!

Mientras se acercan los muertos vivientes, accedo al saber ancestral del pueblo enano, recientemente redescubierto, y mi piel se endurece como la piedra que vio nacer a mi pueblo.