Partida Rol por web

Por ahora parecía que la cosa marchaba bien, ningún camarada estaba herido por lo que podía seguir atacando desde mi posición, aunque evitaba lanzarme al combate cuerpo a cuerpo y no poder llegado el caso poder curar a quien lo necesitara.

Así que fuerza hice girar de nuevo mi honda, era algo extraño viendo el tamaño de nuestros enemigos poder hacer daño con tan primitiva arma. Pero por fortuna mis brazos eran fuertes y eso dotaba a la munición una gran potencia.

Decidido a acabar con esos insectos gigantes, vuelvo a golpear a mi adversario, pero es sin duda dificil con tanta sangre de nerubian por el suelo...

Vuzazahn estaba contra un enemigo; pero no estaba solo, por lo que intentó desplazarse para poder obtener un punto de ataque más viable a los puntos débiles del enemigo, donde haría más daño con sus armas. Continuó atacando con ambas armas, esperando poder hacer algo de daño.

El aire se hizo más espeso cuando el brujo terminó de castear su hechizo, para sorpresa de todos el nerubian explotó en una bola de fuego que hirió a los dos otros enemigos, matando instantáneamente a uno y terminando de matar al otro de los guardias de Anub Rekhan.

Mientras tanto el resto carga contra Anub Rekhan, el único que le logra hacer daño es el troll que se esconde por donde el nerubian no logra verlo y le clava sus dagas con fuerza por la espalda, solo la espada logra penetrar el profundo caparazón que ya estaba medio dañado por la explosión. Por el otro lado el señor de la cripta intenta contraatacar pero al ser tan grande no puede hacer nada con tantos atacantes.

- Globop! Ataca a su lider! - Grité a mi diablillo. Este sedio la vuelta y lanzó todo su fuego vil contra Anub Rekhan. Al instante empecé a conjurar otro mosntruo. Mi mejor arma era una araña monstruosa infernal. Pero temia que al ser parte araña, el Señor de las Arañas pudiera controlarla, asi que invoqué un cuervo infernal, para que le picotease esos multiojos al lider Nerubiano. 

Podria haber lanzado otro Orbe de aniquilacion, pero tenia que ir con cuidado con esas energias. Mas de un brujo novato se habia emocionado y habia acabado consumido por su propia magia vil. 

Mi labor no era la de golpear o hacer daño en ese lugar. Estaba para dar apoyo y curar cuando hiciera falta, por ahora parecía que mis plegarias habían tenido efecto y Madre nos estaba protegiendo. Mis compañeros estaban siendo capaz de mermar al enemigo, habían abatido a esos dos escarabajos que apoyaban al gran monstruo.

Pero intuía que ese monstruo no sería tan fácil de tumbar. De nuevo desde una posición algo lejana tome mi honda para disparar, aunque lo cierto es que mis piedras estaban rebotando en los escarabajos más que nada.

Veo como mi enemigo se derrumba más por efecto de sus heridas y del fuego del brujo que por mis ataques, así que, cargo contra el Nerubian y descargo mi martillo, impotente veo como mi martillo no hace efecto contra la dura coraza del señor de las arañas.

"¿Maldita sea, estará roto el martillo?"

Antes que nadie se lo viera venir, los ataque de los paladines liderados por Darion habían hecho mella en la armadura natural de la criatura, pero para sorpresa de todos fue la honda de Crain la que hizo el golpe de gracia, el disparo entró por un ojo del nerubian y terminó de matar a la criatura.

En ese momento la sala empezó a temblar y unas puertas gigantes cayeron en la salida, el suelo se abrió e hizo que el grupo cayera en una zona llena de plantaciones de hongos, mientras más tiempo respiraban ese aire peor se sentían y si bien no veían a nadie más sentían que no iban a estar solos por mucho tiempo.

El paladín apretó su espada con sus manos al darse cuenta donde a habían caído.

Esporas de la muerte, la plaga estuvo experimentando con las plantas que había en Lordaeron cuando invanderion la ciudad, respirar esto es como respirar veneno, tenemos que salir de aquí lo antes posible.

Tapandose la nariz y la boca con una mano, el paladín empezó a cargar hacia la oscuridad.

Finalmente los enemigos son destruidos gracias a los poderosos ataques de mis aliados. Eso hace que la sala haya sido despejada y seamos victoriosos para así poder seguir avanzando. Lamentablemente, la sala se llena de esporas venenosas y contengo la respiración para no envenenarme con aquella sustancia.

Sigo rápidamente a Darion Mograine hacia la siguiente estancia. Sé que nos esperan cosas mucho peores más adelante, a medida que nos acercamos más a donde se esconde el terrible Lich Kel'Thuzad. Debemos destruirlo para poder acabar con esta siniestra ciudad.

En aquel lugar no había tiempo para felicitaciones ni alegrías, cuando parecía que habíamos logrado una victoria, las puertas se cerraron bloqueando las salidas. Era un mal presagio y así fue, escuche al paladín humano hablar sobre lo que habían hecho con la creación de Madre “Malditos sean” Mi sangre hervía por ello.

Pero ahora lo importante era salir de allí, sentí rápido en mi interior aquel veneno vaporoso. Tapar mi boca y nariz fue la primera reacción, posiblemente inútil. Por ello seguí al humano y al orejas puntiagudas a la oscuridad “Mejor eso que este veneno”

Acabamos con el insecto gigante, y iba a desconvocar a mi diablillo para reservarlo para mas adelante, pero las puertas se cerraron y el suelo cedió cayendo en un lugar lleno de esporas venenosas. Me levanté a duras penas y llamé a mi diablillo a mi lado. 

- Globop! Ve y busca una salida! - Le grité, pues esos pequeños seres viles no obedecían las peticiones, solo las ordenes mas estrictas. 

- Siempre trabajo, siempre trabajo... Ya podria invitarme a una copa de sangre de bebé o algo asi, no? - Refunfuñaba el diablillo lo bastante alto como para que todo el mundo lo escuchase. Lo ignoré por completo, pues a pesar de ser mi vil compañero era util, aunque se quejase y dijese barbaridades como esa. 

- A mi esas esporas no me afectan, pero mi magia podria ayudar a aumentar vuestra resistencia. - Me ofrecí. 

"Las cosas que debe hacer uno por un bien mayor..." ¡¡Ei Wayland, esa ayudita para la resistencia nunca viene mal!!

Mientras corro tras mis compañeros en busca de la salida, noto como el miedo a morir envenenado me asalta, "no es una muerte honorable, de eso no hay duda"...

Darion se frena de golpe al escuchar que varios de los guerreros están empezando a toser y a escupir al respirar la polución que proviene de los hongos. El paladín aprieta su espada y la levanta lanzando un hechizo que afecta a todos a su alrededor, si bien el efecto está muy lejos de ser una cura permanente, hace que les alivie los pulmones a los más afectados y los deje correr un trecho más amplio con libertad.

Vamos Alba Argenta, más adelante el aire es más limpio.

Los que están más atrasados descubren rápidamente que el paladín tiene razón, en la dirección que él está caminando el aire es mucho más limpio de lo que se sentía en un principio.

Vamos, salgan de allí que sin respirar no podremos dar ninguna lucha a la plaga.

Mientras el paladín dice esto no se da cuenta que delante de él hay un motículo con hongos. Mientras más guerreros se congregan cerca de él el montículo empieza a moverse y lo que al principio parecía un montón de tierra revela ser otra cosa. Los hongos crecían en la espalda de una monstruosa criatura que sentamente se va parando y mirando a los recién llegados.

¡Bienvenidos a mi hogar, los convertiré en abono!

Loatheb se para en todo su explendor y empieza a castear una especie de hechizo, dandoles tiempo de comenzar el combate por si mismos.

Esas malditas esporas me están destrozando los pulmones, lo noto, pero tan pronto como el paladín obra su magia, noto como mi Tos se calma, y respiro mejor. "espero que dure..."

De pronto, veo como esa "cosa" se levanta de entre las setas, y sin duda no nos prepara nada bueno.

"Ancestros, dádme fuerza para enfrentar mi destino"

¡Prepárate para recibir mi martillo, maldito! grito mientras cargo hacia el monstruoso ser para tratar de golpearle.

Noto como mis ancestros, con mi padre entre ellos, me dan la fuerza necesaria para superar mis debilidades y atacar a esa cosa, y descargo mi ira en un poderoso golpe contra Loatheb.

¡Por Ironforge!

Nuestro avance nos hace salir rápidamente de la nube tóxica en la que nos habíamos sumido y en la cual, nuestro compañero enano había comenzado a sufrir serios problemas, pero Mograine consiguió aliviar sus molestias, por lo que continuamos moviéndonos sin perder más tiempo.

De pronto, una extraña criatura se levanta, amenazante y decidida a cortar nuestro paso y acabar nuestra existencia. Le miro con detención pues quiero saber todo lo que pueda de ella y así conocer la manera más efectiva de enfrentarla pues, por sus palabras, esto terminará en combate sí o sí.

"Extraña y corrupta criatura. ¿Qué sé de ti?"

Nuestro compañero enano se lanza al ataque con gran furia y pienso que si todos le atacan así, pronto venceremos pues parece tener la desventaja numérica.

Las palabras del paladín humano seguramente habían salvado a la mayoría, mas viendo como el enano tosía con fuerza. Si alguien con la resistencia que poseía esa raza, había casi sucumbido a ese veneno, a saber qué hubiera pasado con nosotros.

Pero no había más tiempo para entretenerse, un nuevo enemigo hacia acto de presencia. Blandí mi arma, nuevamente la hice girar preparándome para lanzar una piedra. Por ahora mis poderes no eran requeridos y continuara como apoyo al resto.

Ya habiamos salido siguiendo a Darion. Ese joven humano estaba lleno de espiritu. 

Frente a nosotros se alzó un nuevo monstruo, parecia hecho de fango y setas o algo asi. Bastante asqueroso, pero quien era yo para quejarme. 

- Globop! A él! - Ordené a mi siervo vil señalando al monstruo. Al momento de mis manos surgió otro orbe de aniquilacion, tan terrible como el anterior, que impactó en la bestia.

Miras a la criatura y empiezas a pensar en tus experiencias anteriores con seres como este. En el camino a la Capilla de la Esperanza de la Luz pudiste ver varios arboles que se habían brotado y abierto de diferentes formas a causa de la plaga. Al igual que otros seres vivos, estos hongos empezaron a transformarse y a mutar dejando de ser lo que una vez fueron y pasaron a ser algo totalmente diferente.

De todas formas algo te decía que las cualidades clásicas de un hongo debían seguir en esta criatura. ¿Que es lo que les gusta a los hongos? Los lugares oscuros y húmedos. La ciudadela de Naxxramas cumple con estas dos características.