Partida Rol por web

Después de tantas emociones, Erick vuelve. La espera se ha hecho demasiado larga, o eso es lo que tú sientes. Vuelve cansado, pero vuelve, y al final podéis estar otra vez juntos.

Es un martes lluvioso, y estáis los dos en el coche, camino de Villaverde. En el casette suena un programa de tertulias al que no prestas atención. Tu mirada se pierde más allá de los cristales y de las gotas que lo empapan.

Llegáis a la discoteca en la que estuviste hace una eternidad, o a ti te parece. Está vacía y silenciosa. Al fondo están Antonia Cortázar y Andrea López, su chiquilla, que ni os saluda cuando llegáis.

-Buenas noches, siéntense, por favor-os dice con un gesto amable.-Debemos esperar al señor de Rosas, que llegará en cualquier momento.

No haces más que sentarte cuando de Rosas aparece por la puerta.

La noche siguiente hablas con Torres-Agüero, y le comentas qué has visto. El viejo Tzimice permanece callado durante toda la narración, y al terminar comenta que puede ser cualquier cosa: desde asuntos humanos hasta de la Camarilla, así que lo investigarán.

Pasadas unas noches, eres citado a la discoteca al sur de la ciudad, en una vieja zona industrial, oscura y casi abandonada. Vas en taxi mientras piensas que podrías comprarte un auto, y así no depender del subte o de taxis para ir de un lado a otro.

La lluvia cae con fuerza durante todo el viaje y, como has hecho parar al conductor a un par de calles de distancia por seguridad, llegas empapado.

La discoteca es una antigua fábrica de zapatos, convertida en un antro con demonios y gárgolas en las paredes. Al fondo, sentados en una mesa, se encuentran Antonia Cortázar, Erick, Kashya y Andrea López, la chiquilla de la cardenal.

-Buenas noches, señor de Rosas,-comenta Antonia- acababa de decirles al señor Erick y a la señorita Kashya que no tardaría en llegar. Veo que es puntual.

Juan Manuel de Rosas asintie y agrego: -Así es,intento ser tan puntual como lo era en mi vida de mortal,disculpe,si no es mucha molestia ¿podría sentarme yo tambien?,es que esto de correr y con una lluvia torrencial como la que me agarro,digamos que si fuese mortal moriría de frio,pero por el momento solo quiero sentarme y que mi ropa se vaya secando sola. Dado que suponía que la mujer solo hablaría de los ¨temas importantes¨ cuando estuvieran todos,quería hacer la charla y la velada lo mas amena posible.

-Sí, por favor, siéntese-dice Cortázar señalándote una silla libre.-Ha llegado justo a tiempo, porque los aquí presentes no han hecho más que sentarse.

Mientras te sientas te das cuenta que Andrea ni se ha dignado ni en mirarte a la cara.

Estoy tensa. ¿Por qué? Ni yo lo sé. Esto con Erick, con él de nuevo, con él otra vez, junto a él aunque no sea para siempre. No puedo evitar fijarme en cada milímetro de su cara rememorando el último beso que me dio.  No puedo evitar dejar escapar un suspiro al ver el perfil de su perfecto rostro masculino. Llegamos demasiado pronto a nuestro destino y saludo amablemente, pero no me siento especialmente habladora. Todo lo que está ocurriendo me deja un poco descolocada y bastante alterada aunque aparentemente mi cara deje ver la tranquilidad de la cara de una muñeca de porcelana.

-Buenas noches-saludo a De Rosas que viene prácticamente calado hasta los huesos.

Ya estoy sentada como el resto y sólo espero a escuchar lo que tengan que decirnos mientras fijo mis ojos en el rostro de Erick sin pestañear pues, de todos modos, a éstos no les hace falta el parpadeo siendo inmortal.

Erick saluda a de Rosas y le dice que se alegra de volver a trabajar con él. Mientas, Andrea ojea unos papeles que hay encima de la mesa y anota cosas en su agenda, ignorándoos totalmente.

-Bueno, les he hecho llamar porque el contable del Príncipe de La Coruña se nos escapó, pero parece ser que no del todo...-comenta la Cardenal.- Ha llegado a oídos de uno de nuestros infiltrados que una reunión va a tener lugar en la torre Picasso. Dicho infiltrado a visto al albino acordando una reunión mañana por la noche, sobre las 2:30 de la madrugada, mientras que él llegará al bufete media hora antes. Su labor, como imaginarán, será atraparlo.

El gato de Antonia maulló en un rincón, mientras os miraba desafiante.

-Hemos adquirido recientemente una pequeña oficina en el edificio en la planta 30, así que no tendrán ningún problema en pasar al edificio. La reunión se celebrará en el piso 39, en las oficinas del bufete Garrigues. Poco más puedo decirles ya que desconozco los detalles, como comprenderán.

Juan Manuel de Rosas suspiro y se mostro un poco exceptico y luego dijo:

-Estoy de acuerdo con la misión,pero,¿como sabremos que no pasara lo que ya me viene pasando en estas dos misiones que realice?,por que parece que tenemos un ¨espia¨ entre nuestras filas,la primera vez salve mi pellejo por un pelin,y ahora en la segunda noche,parecía que nos estaban esperando,¿como podremos saber que eso no volvera a ocurrir?,¿que garantías tenemos?,por que al principio no me querían creer pero en esta segunda ocasión no solo lo digo yo,sino tambien que mis compañeros pueden afirmar y son testigos de lo que paso la noche de ayer.

No miro a ningun lado y continuo diciendo:

-tenemos que pensar que mientras usted nos esta diciendo esto,¨alguien¨ podría estar informando a la Camarilla acerca de nuestro plan,es una posibilidad muy escasa,pero no por eso deja de ser una posibilidad.

Os mira a los ojos con mirada seria y os dice:

-Ése es el otro asunto que quería tratar con ustedes. Como bien ha dicho el señor de Rosas, lo que les ocurrió en La Coruña puede ser calificado de mala suerte, ya que obtuvieron los documentos a pesar de unos pequeños contratiempos. Pero el asunto del tren es algo excesivamente obvio, y no quiero llamarles estúpidos. Sí, hay un traidor entre nosotros.

En ese momento el gato salta a la mesa, Antonia lo recoge y lo vuelve a dejar en el suelo.

-Hace tiempo que sabemos que hay un infiltrado en nuestras filas. Ustedes también fueron investigados, no lo voy a negar, pero su lealtad hacia el Sabatt se vio que era total, por eso los he llamado y confío en ustedes. Como también confío en que esto no saldrá de estas paredes.

-Esta información ha llegado directamente al señor Torres-Agüero, así que la posibilidad de filtraciones es mínima. De todos modos, por favor, vayan con cuidado.

No hemos salido de una cuando ya nos están metiendo en otra. Erick está allí y sólo por eso ni siquiera dudo en hacer cualquier cosa que me pidan en su presencia si el no objeta nada al respecto.

Aun mantengo en mi mente la noche en que vi aquellos seres y me pregunto si será el momento, después de esta reunión, de preguntarle a Erick algo al respecto.

Coloco mi melena roja haciendo que ésta suelte algunos destellos rojizos que hacen que parezca que arde.

-¿Quién más sabe de esta misión? Tal vez, deberíamos tratar de descubrir quién es el infiltrado si queremos que algo salga bien. A parte de nosotros y el señor Torres Agüero ¿quién más lo sabe?-pregunto con una voz poco común en mi y que sólo sale cuando Erick está cerca de mi.

-No hay nadie más que lo sepa, y hemos puesto en marcha todas las precauciones para que así sea-responde.-Todavía hay algunos miembros de nuestra organización por investigar, pero de ese asunto se está encargando el señor Kirílovich actualmente, al igual que el señor Erick lo hizo en su día. Cuando tengamos la certeza de una traición , entonces actuaremos... Mientras debemos ser precavidos.

Son gente eficiente, de eso no cabe la menor duda y ni siquiera sé cómo se me pasó por la cabeza que no fuera algo secreto, pero por si acaso era mejor preguntar. No tengo calor pues mi cuerpo no siente las temperaturas, pero recojo mi pelo en un gesto habitual dejando algunos mechones sueltos callendo sobre mi rostro.

-Entonces creo que no habrá más que hablar. ¿Quienes iremos? El señor De Rosas y yo, y ¿alguien más o no queremos llamar demasiado la atención?-pregunto mientras recorro mis ojos de muñeca por todos los presentes.

-El señor de Rosas irá primero y, haciéndose pasar por un contable al que se le ha olvidado unos documentos importantes en la oficina, pasará a ella. Después irán ustedes dos, haciéndose pasar por unos empleados del servicio de limpieza.

Mira el móvil que hay sobre la mesa y comprueba que no le ha llamado nadie.

-El señor Vicente convino en que les venía a recoger, pero todavía no ha avisado-continuó.-Me comentó que tenía unos viejos uniformes que podrían servir. Por supuesto, él cree que es para pasarnos por operarios del alcantarillado en una misión que tendrá lugar la semana que viene. Ésta es... como lo llaman ahora... ¡ah, sí!... "Top secret".

Y dicho esto empezó a reírse como si hubiera contado un chiste.

No puedo evitar que se dibuje en mi rostro una mirada de incredulidad pues parece ser la única que le encuentra gracia al chiste que acaba de hacer. Busco si alguno de mis compañeros ríe, pero ninguno lo hace. Suspiro.

-Bien, pues parece que todo queda claro-digo mientras cruzo mis brazos y me echo hacia atrás en la silla con movimientos propios de un gato.

Juan Manuel de Rosas que no entendia muy bien a lo que se referia la mujer con eso de Top Secret,se quedo viendola como no entendiendo el chiste hasta que finalmente dijo:

-Muy bien señorita,pero el problema de este plan yace en que no se me conoce por tener muchas dotes para la actuación,digame,debere de hacer uso de mis ¨otras¨ habilidades para que dicha persona crea lo que usted me dice que dire ser?,lo de los empleados lo veo mas factible que lo otro.

-No se preocupe,-dice-llamaremos a la recepción de la torre diciéndoles que usted va a ir. Le facilitaremos una identificación falsa y usted sólo tendrá que presentarla. Necesitamos ser muy discretos, y sabemos que puede hacerlo.

Toma las gafas de sol que cuelgan del cuello de su camisa y, jugueteando con ellas, añade:

-¿Queda algún punto que aclarar, señores?

Juan Manuel de Rosas asintio y dijo:

-Si,¿como podremos saber que la llamada no sera intervenida y nos prepararan una emboscada?.¿quien nos garantiza que eso pase?

Miro a De Rosas. Es un hombre inteligente pues ni siquiera se me pasó por la cabeza.

-Tiene razón. Si habéis dejado fuera al infiltrado es evidente que se le ocurrirán mil maneras de descubrir nuestros planes-confirmo las palabras de De Rosas.

Luego miro de soslayo a Erick que parece serio.

Erick se gira y mira, primero a de Rosas y después a la Cardenal:

-Tiene razón: habiendo un "topo" en el Sabbat-dice mirando a Antonia-, ¿cómo sabemos que no tendrán pinchadas nuestras líneas? Me parece lógico mirar esas cosas, ¿no?

Cortázar os sonríe y dice dirigiéndose a Juan Manuel:

-Me alegro que se dé cuenta de ese detalle. Las referecnias que me mandaron sobre usted desde Buenos Aires no mentían: tiene en cuenta todo.

En ese momento Andrea se levantó y empezó a mirar en un maletín de cuero que había apoyado en una silla, haciendo como que no existís.

-Le llamada se hará desde esta tarjeta de teléfono móvil recién comprada.-dice enseñándoos el paquetito de una compañía de telefonía móvil- Es una tarjeta de prepago, así que el número no está registrado. Para más seguridad, la llamada será realizada desde un parque de Moratalaz. Nadie, excepto mi chiquilla, yo misma, y ahora ustedes, sabe de la existencia de esa empresa.