Partida Rol por web

Llegas a la parroquia-sede del Sabatt antes del amanecer.

-Ya va siendo hora de acostarse y descansar algo-piensas.

A la noche siguiente te despiertas y, al salir de tu habitación, encuentras a Jean Carlo llevando una pila de carpetas encima.

-Bu-buenas, se-señorita-te saluda-.¿Dónde... es-tabas anoche? Es-estuvimos... buscándote. N-nos ima-imaginamos que es-es-taría a c-cazar, pero avisa, por-por favor.

Siguió caminando por el pasillo.

-A-ahora mi-mismo... dejo e-en el cuarto ése y te a-atiendo. ¿N-necesitas algo? Úl-últimamente e-estamos muy a-atareados y ca-casi no hemos hablado.

Jean Carlo, ese hombre siempre me ha caído bien, pero no puedo olvidar que no me debo fiar de nadie.

-Estuve cazando-le expliqué.

No, no había cazado, igual por eso me sentía tan débil, igual por eso tenía ansias de sangre, pero mejor me callaba.

-¿Tenemos algún periódico por ahí?-le pregunto con amabilidad.

-¿P-periódicos?-preguntó extrañado Jean Carlo.-Bu-bueno, a-Antonia... si-si-siempre le... gusta l-leer algunos. C-c-creo que-que habrá u-unos cu-cuantos, si-si no los ha-an t-t-ti-tirado ya, en ee-sa hab-b-bitación de allí.

Te señala un cuarto a mano izquierda. Es pequeño, con sólo un par de cajas de cartón el suelo y una mesa de colegio. Encima hay un montón de periódicos, unos 14 o 15.

-Gracias-le digo mientras me acerco a los periódicos.

Una noticia de unos telescopios llama mi atención y pienso si tendrá algo que ver con los robos, o la conjunción de estrellas para la realización de algún ritual, así que leo el artículo más en profundidad, pero el periódico no menciona nada más allá que lo extraño de la conjunción de los planetas.

"Creo que tendré que buscar algo por internet de nuevo" pienso recordando el poco éxito que tuve la noche anterior.

-Jean... ¿Me necesitareis hoy para algo?-pregunto directamente-. ME han propuesto una cita, y algo de vida social no me vendría mal-le explico mientras recoloco mi rizado pelo con elegancia, y sin saber por qué, mi mente evoca la imagen de Yakov.

"Si él ni siquiera se acuerda de mí, es un galán más dentro de los temidos brujah" pienso mientras enfoco mis ojos con los de Jean Carlo y trato de pensar en Erick, pues por extraño que parezca, pensar en Yakov me hace sentir que fallo a Erick.

-No... a-además estoy l-liado-te dice guiñándote un ojo.-An-antonia e-e-está en pl-pleno z-zafarran-cho con la-las f-facturas.

Le sonrío ampliamente y salgo fugazmente de allí.

No sé hacia donde voy, ni qué quiero hacer realmente, pero salgo de allí caminando rápido como si tuviera prisa. No entiendo muy bien que relación tiene todo lo que estoy haciendo y, de repente, pienso que tal vez simplemente esté perdiendo el tiempo. 

Así que, me dirijo al garito donde fui con Yakov, estaba bien eso que tomamos, para relajarme un poco antes de volver a buscar información por internet o volver a patearme periódicos.

Tomas el autobús hasta Argüelles. Esperas no perderte y encontrar el bar pronto, no perder toda la noche buscándolo, pero el cartel luminoso de "La Mala Noche" te saluda desde una esquina, poco antes de las copas de los árboles del Parque del Oeste.

Al entrar recuerdas las mesas de diseño, los cuadros minimalistas y las lámparas de contornos ondulados. Te sientas en una mesa del fondo, cerca de la puerta del baño, desde donde puedes hojear todo el bar.

El bar está más animado que la última vez que estuviste con Yakov. Se ve un par de parejas de enamorados de ojos brillantes y manos enlazadas, un grupo de treintañeros tomando cuba-libres y un señor con corbata sentado en a la barra.

En ese momento te acuerdas del Brujah, y de la canción que bailasteis. En ese momento la música envolvió el pub, haciéndote sentir más fuera de lugar que otra cosa.

http://www.goear.com/listen/1d0608a/space-oddity-david-bowie

Y, mirando a la gente, sus risas y sus cuerpos llenos de vida, te acuerdas de tu vida en Asturias y de todo lo que dejaste atrás. En ese momento, un camarero te saca de tu ensoñación:

-Perdona, ¿qué quieres que te ponga?-te dice con una sonrisa.

Me siento en la barra de aquel lugar, me siento algo fuera de lugar pero necesito desconectar un poco antes de seguir con mi "investigación".

-Sorprendeme-le digo al camarero algo más sensual de lo que me gustaría, pues la sensualidad es practicamente mi marca.

Luego simplemente espero y, no sé por qué, tengo la absurda esperanza de que Yakov aparezca por la puerta.

"Erick, Erick, Erick..." pienso una y otra vez.

El camarero se va y, al rato, aparece con un cóctel de color anaranjado que te pone enfrente de ti.

-Es un "beso de hada", espero que te guste.

No tienes intención de bebértelo, claro que está, pero haces como si sorbieras por la pajita. A tu nariz te llega el olor de la naranja y la piña.

En ese momento llega un chico joven, rubio y con aspecto de extranjero. Va cargado con una mochila y varios libros en los brazos.

Uno de ellos se cae cerca de tu asiento, pero parece que él no se ha percatado.

Me agacho a recoger el libro que se le ha caído con la misma sensualidad con la que aparto mi pelo.

-Disculpa-llamo su atención-. Se te ha caído este-le digo mientras miro de reojo qué clase de libro es.

El chaval te sonríe y te da la gracias con un marcado acento inglés.

-Gracias, no me habías dado cuente.-dice, a modo de disculpa.- Es que vengo a dejar las apuntes a una amigo y llevo muchas.

Mira en derredor y exclama

-¡Bueno, es un sitio extranio para prestar algunas apuntes!

Le sonrio ampliamente.

-Sí, es un lugar un poco extraño-le digo fijando mi vista sin querer en su joven cuello.

Instintivamente recoloco mi pelo y me coloco de manera sensual dejando que se vea mi escote. Yakov no ha vuelto a dar señales de vida, y Erick, desde que todo esto empezó parece pasar de mi. No me vendría mal algo de roneo por parte de alguien, aunque sea un triste chaval universitario.

El chaval te sonríe y se sienta en un taburete cerca del tuyo.

-¿Te importa si me sientou aquí?-te pregunta.

Deja la pila de libros sobre la barra y pide una cerveza al camarero.

Te vuelves a sentar y te fijas en sus libros: pare que son libros de alguna ingeniería, ya que tratan de Física, Matemáticas y Dibujo técnico.

-No, no, adelante-le digo amigablemente.

Miro con interés los libros que tiene.

-¿Aún no ha llegado tu amigo?-le digo de una manera demasiado sugerente, pero es mi forma de actuar, me sale natural.

-No, se ha retrasado-dice mientras le da un sorbo a la cerveza que le acaba de traer el camarero.-Le tengo que dejar unas apuntes de Física.

Se gira y te mira:

-¿Tú tambián estás esperando a alguien? Es raro ver a gente aquí, sola.

-¡Um! Perdón, soy un maleducado. Soy Peter-dice con una sonrisa-, pero mis amigus me llaman Pit.

Sonrío ampliamente.

-No... realmente no esperaba a nadie-le explico con voz pausada-. Encantada, Peter. Yo soy... Kashya-le digo amigablemente.

Luego miro mi copa y recuerdo los azules ojos de Yakov fijos en mi piel y después la suave textura de los besos de Erick.

-¿Kashya? Es un nombre raro, ¿no?-dice con una sonrisa.-¿También estudias? Pareces estudiente. Una estudiente muy guapa, a propositou.

-Sí...es raro-le digo-. No,no soy estudiante-le digo con tono dulce aunque ni siquiera intento serlo, simplemente me sale-. ¿Y tú? ¿De dónde eres?-le pregunto.

No entendio muy bien a qué juego, pero sinceramente, no tengo nad con nadie y, en un momento dado este chico podría ser una buena fuente de comida.

El chaval parece divertido al ver que le das conversación:

-De Leeds, a el norte-comenta.-Estoy de Erasmus en la "Cumpletense", estudio Arquitectura. Vine a Espania porque me habían dicho que las chicas aquí sois muy guapas, y es verdad.