-Sí, creo que debemos interrogarle. Seguro que tiene mucha información que darnos.-comentó.
Te refieres al chaval rubio que está inconsciente, ¿verdad?
exactamente al que esta desmayado
En ese momento alguien abre la puerta: es Ayelen, que saluda a todo el mundo con una de sus sonrisas infantiles.
-Buenas noches, Juan Manuel, no nos vemos desde la noche ésa en la que fuimos a investigar en el Windsor, el edificio ése que se quemó.-y añadió, mordiéndose los labios con descaro-A ver si nos volvemos a ver, guapo, y nos tomamos algo por ahí, que parece que me has abandonado.
La Cardenal tosió ligermante y dijo:
-Buenas noches, señorita Ayelen. ¿Qué le trae por aquí? Pensaba que Jean Carlo le había enviado a investigar la armería que explotó.
-Y lo hice, por eso venía.-dijo poniendo cara de niña aburrida.-Quité la cinta ésa que ponen lo de la poli y me colé. Al principio no vi nada, así que me puse a mirar si habría algún arma o algo así que pudiera quedarme, pero todo estaba hecho añicos. Entonces me fijé en una estantería al lado de la puerta. Fue pura casualidad, pero me di cuenta de que sobresalía un poco más que el resto. Me dio por tirar, por mera curiosidad, y cedió. No mucho porque estaba todo lleno de escombros, pero se abrió.
Se paró un poco, como haciendo una pausa dramática.
-Era la puerta blindada a un pasadizo que comunicaba con las alcantarillas.
-¿Al lado de la puerta?-pensó en voz alta Erick.-Quizás por eso siempre que íbamos a su almacén bajaba él antes. Quizá tuviera que mover alguna cosa para ocultar esta puerta, y con la escusa de que no cabíamos todos, hacía lo que tuviese que hacer antes de que bajáramos y así nadie veía la puerta... ¡¡Maldito hijo de puta!!
¿Pudiste ver qué había tras la puerta? - pregunté muerta de curiosidad - Es decir, ya oí que un pasadizo a las alcantarillas, pero no puede ser solo eso, tiene que ser algo más grande. ¿Has visto algo?
-¿Algo más como qué?-preguntó Ayelen.-No te entiendo. Pasé al pasillo y caminé un poco. Terminaba en una especie de habitación donde se juntaban tres o cuatro canales más. Allí había una escalerilla en la pared que llegaba hasta una tapa de alcantarilla. El tipo ése tuvo que salir por ahí, me imagino.
No lo sé, pero cuando hay una puerta y tanto secreto, es porque algo se nos escapa - dije pensativa - No me creo que fuera simplemente una puerta a las alcantarillas, tiene que haber más, sino no habría motivo para ocultarla.
Me paso el rato tratando de encontrar sentido a la conversación pero dejo de intentarlo en el momento en que mis ojos se cruzan con el anillo que lleva De Rosas en la mano. Ya lo habíamos visto antes y él no parecía recordar dónde lo encontró. Sigo sin confiar especialmente en nadie, así que me mantengo en silencio esperando las ordenes que puedan darme para llevarlas a cabo. Parece que no andaba tan desencaminada cuando investigué las noticias.
Mis ojos nuevamente se cruzan con los de Erick y luego trato de encontrar los de Yakov. ¿Podré dudar de ellos también? Estoy hecha un tremendo lío. Sólo quiero salir de allí y seguir con este caso para llegar al final de la cuestión.
Perdonad el descuelgue, pero ando agobiadísima :(
-Dices que la puerta no se abrió mucho por los escombros, ¿verdad?-preguntó Erick.-¿Crees que después de la explosión alguien salió por ahí? No sé si me explico... quiero decir si veías si los escombros o el polvo al lado de la puerta habían sido movido.
-¿¡Pero por quién me tomas!?-respondió la Gangrel haciéndose la ofendida.-Por supuesto que lo miré, y puedo asegurar que por ahí nadie salió. A no ser que se preocupasen por barrer todo y que pareciese que nadie la hubiera movido.
-Entonces me imagino que la usaría para escapar y nada más...-dijo más para sí mismo que para los demás.-Eso confirma una vez más su traición, el muy hijo de puta.
-Sí, es lo más posible...-murmuró la Cardenal.-Bueno, hagamos algo más esta noche que sólo especular. Señor de Rosas, si es tan amable de despertar a su víctima, -dijo señalando al hombre rubio que yacía en el suelo- podremos empezar con el interrogatorio.
Juan Manuel de Rosas asintio complacido y a continuación le dio dos bifes(cachetadas) al hombre que estaba atado para despertarlo si eso no funcionaba traería un balde de agua bien helada para despertarlo,y luego empezar a decir:
-Buenas noches señor,como ya ve usted sobrevivío a nuestro encuentro anteríor para que nos sirva de algo,que es dar información,usted nos dira todo lo que nosotros queremos saber,y si por un instante sospecho que nos miente,yo personalmente me encargare de despellejarlo vivo,¿comprendío el termino de la seriedad del asunto?
Espero la respuesta del sujeto y fue a buscar algo que habia aprendido de sus tiempos como gobernador de buenos aires,se hizo traer por su ghoul un estuche especial con los ¨ instrumentos¨ adecuados para hacer hablar hasta el mas fuerte de los humanos.
Si la regente lo permite y el sujeto no dice la verdad Rosas comienza con la tortura XD
El joven intentó forcejear, pero al verse atado y rodeado de tanta gente, terminó desistiendo y asintió con desgana.
Juan Manuel de Rosas al ver la cara de resignaciòn del sujeto dijo:
-Entonces quiero que nos comente,¿con quien pensaba reunirse esta noche?,¿quienes son los integrantes de la Sociedad de Leopoldo que se encuentran en esta ciudad?,¿son un contingente grande? o ¿acaso son un grupo pequeño de investigación y avanzada?. Le dire que si no me responde a estas preguntas o sus respuestas intentan ser ingeniosas,le demostrare mi personal cortesía para aquellos que se quieren pasar de listos.
Y para dar mas enfasis a sus palabras saco una pinza oxidada de su equipo de herramientas de tortura para comenzar a arrancarle las uñas de los dedos de las manos de ser necesaria la tortura.
El chico giró su cabeza con contestó rápidamente a sus preguntas, para asombro de todos los presentes. Tenía un profundo acento extranjero, pero su uso del castellano era impecable:
-La Sociedad en Madrid sólo somos 2: un tipo llamado "el Maltés" y yo. Estamos aquí porque el Vaticano pensó en esta ciudad tranquila para mi educación. También hay un pasante, un tal Vizcaíno, pero va y viene. Ahora está en Zaragoza, si no me equivoco.
Antonia suspira y le pregunta secamente:
-¿Y usted cómo se llama?
El joven se pone tenso y dice "Olaf". La Cardenal suspira otra vez y dice:
-Creo que no quiere colaborar con nosotros, lo que es una pena. Señor de Rosas, si es tan amable de comenzar-dice, extendiendo un brazo en dirección al Lasombra.
Jejejeje, yo que tú empezaría a soltar cualquier cosa que se te ocurra antes de que te deformen tu hermosa carita de alemán... o de que yo te use para mis propios juegos jejeje - termino con sonrisa maligna y picaresca.