Partida Rol por web

Tharnefuin - A través de la Oscuridad

Capítulo VI: Al sur de la Carroca

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23/10/2014, 09:06
Director

Resolución Turno 607

Alrededor de la zona había huellas de una montura y de botas. Algo coherente con la anterior presencia de orcos y de boca de sauron, como quiera que no parecía haber nada extraño Eruannë se dirigió a los caballos.

Descubrió cuatro caballos que piafaron algo al acercarse. Tenían algunas provisiones y documentos escritos en una lengua no conocida, amén de algunas armas y otros utensilios como una cuerda y cantimploras.

Notas de juego

Siento no haber contestado tu turno. Estaba algo dormido al actualizar pero no quería retrasarme para no ralentizar la partida. Llámame la atención cuantas veces sea preciso si ves que se me pasa algo, no te cortes.

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25/10/2014, 21:23
Eruannë

Turno 608

El eco de una arcana profecía heló su sangre y transformó el sitio donde habitaba su rojo y palpitante corazón en un yermo pedregoso.

 “Lágrimas innumerables derramaréis…”

Lenta y silenciosamente, Eruannë rodeó el claro escrutando cada detalle del terreno y cada huella, arco en mano. Por una vez, lamentó poseer tan fino oído y rechinaron sus dientes aguantando el certero e inesperado golpe recibido. Pero no se detuvo ni volvió la vista atrás. Casi se diría que huía, perseguida muy de cerca —como un depredador mordiéndole los talones—por las palabras del dúnadan. Sintió náuseas y un gélido escalofrío arañando sus piernas; percibió el vacío anclado en su vientre y el áspero roce de una cuerda atenazando su garganta; quiso gritar, pero no halló las palabras y hasta las lágrimas la abandonaron dejándola sola, atrozmente sola. Entonces se preguntó si acaso aquello era lo que los edain llamaban enfermedad.

“…ni siquiera el eco de vuestro lamento pasará por sobre las montañas.”

No halló ninguna huella sospechosa, pero aun así no relajó la guardia hasta que dio con los caballos. Cómo no los había visto antes, se preguntó. Tal vez porque hasta ese momento toda su atención se había centrado en los dunlendinos. Acarició los lomos de las bestias y les susurró algunas palabras mientras revisaba las alforjas. Unos pliegos enrollados llamaron su atención; lentamente los desplegó y contempló los trazos de la escritura. Finalmente volteó la mirada hacia el claro y mordió sus labios. Un acre sabor le inundó la garganta. No quería regresar allí y reencontrarse con el sangriento escenario que había dejado atrás, pero debía comunicarles su hallazgo a los otros, sobre todo al erudito. Quizá Zigûr podía descifrar aquellos documentos.

Pero aún recordaba las atroces palabras del dúnadan. Y en el aire flotaba el recuerdo de un muy antiguo y lacerante augurio.

“A mal fin llegará todo lo que empiecen bien…”

Aunque adormecido, había un secreto dolor entre los príncipes de los Noldor y en ciertas ocasiones Eruannë lo había percibido en los mismos ojos de la Dama Blanca. Profundo, secreto, arcano. Un dolor arraigado en el horror de la sangre vertida entre hermanos. No una, sino tres veces.

“… y esto acontecerá por la traición del hermano al hermano, y por el temor a la traición”.

Sangre que los había condenado…

“Serán para siempre los Desposeídos.”

Sangre que mancharía sus manos…

“Por la sangre devolveréis sangre…”

… Y que pagarían con su propia sangre.

…y más allá de Aman moraréis a la sombra de la Muerte.

Eruannë apretó los párpados y sacudió la cabeza intentando apartar de su mente aquellos aciagos pensamientos; luego suspiró. Jamás comprendería el odio entre hermanos. ¿Qué había arrastrado a los dunlendinos a convertirse en siervos del Oscuro? ¿Qué había provocado en los edain la mera mención de frases como las que había pronunciado el dúnadan? Odio, traición, ambición y dolor eran algunas de las palabras que se agolparon en su cabeza. Palabras que también estuvieron ligadas a la historia de los quendi, pero aquellas historias habían acaecido muchas eras atrás, remotas centurias atrás, y ahora eran el amargo recuerdo de una maldición que aún pendía sobre ellos. Los edain, más efímeros y apasionados, no habían superado aquellos males que tanto dolor acarreaban.

“El odio con odio se paga; la sangre, con sangre; y el dolor, con dolor” le había dicho su padre. Solo cabía esperar que las heridas abiertas entre los edain no fueran una gangrena que arrasara con Endor. El Oscuro sabía aprovecharse del dolor y sus garras hundían sus garras en lo más profundo de las heridas.

Suspiró otra vez, guardó los pliegos y echó otra mirada hacia el claro donde se encontraban sus compañeros y el único sobreviviente de la emboscada. Si antes se había sentido aliviada al no matarlo, después de la amenaza del dúnadan sentía exactamente lo contrario. Si acaso no hubiera vacilado… El horror que le produjeron las palabras de Adronath había calado muy profundo, helando sus inmortales huesos. Algunos árboles y los fríos velos de la noche apenas le permitían entrever las oscuras siluetas reunidas junto a los últimos rescoldos de la hoguera; y ella lo agradecía. Temía acercarse y contemplar lo que fuera que acaeciera allí, porque temía enfrentarse al odio que se había forjado entre los edain, como una poderosa armadura que los protegiera de la piedad y de la razón.

Como la mordedura de una sierpe, como la atroz carcajeo del Oscuro, pensó, y una pregunta horadó su carne. ¿Entonces qué nos diferenciará de ellos?

Lentamente se encaminó hacia el borde del claro, sin aproximarse, y apoyó su espalda contra un viejo tronco. Sus azules y luminosos ojos se habían oscurecido, como en una noche de tormenta. Supo que no avanzaría más, que sus pies no le obedecerían si acaso les ordenaba encaminarse hasta donde se encontraban reunidos sus compañeros de viaje. Entonces tomó el arpa entre sus dedos, cerró los ojos y dejó que fueran los tristes arpegios que brotaron de ella los que llevaran el mensaje a los oídos del mago.

- Tiradas (1)

Motivo: ¿Por qué Eruannë está triste? xD

Tirada: 1d100

Resultado: 96(+50)=146

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25/10/2014, 22:14
Eruannë

Turno 608 bis.

Y a oídos del mago llegó la voz de la silvana en un susurro trémulo:

—He encontrado las monturas de los dunlendinos, son cuatro caballos. Y en sus alforjas he hallado unos documentos escritos en una lengua que no conozco. Ignoro si acaso son importantes, pero creí que deberíais saberlo.

Luego, el silencio.

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26/10/2014, 19:30
Drustan

Turno 608

El beórnida acarició a su amigo alado y le dio una chuchería. Acto seguido le pidió que explorase los alrededores por si había la presencia de algún extraño y lanzó al halcón al aire.

Sombrío, empezó a registrar los cadáveres hasta que la dulce melodía de la elfa llegó a sus oidos. - Para.- Le espetó.- No sabemos aún si estamos en peligro y la música alertará a nuestros enemigos. - Finaliza recordando la terrible experiencia del claro.

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27/10/2014, 15:32
Laufinwë

Turno 608

El tipo se estaba desangrando. Me había olvidado por completo y al estar detrás de él mirando casi exclusivamente a Adronath se me había pasado por alto la herida de la flecha. Mire a Elhoram en una mezcla de confusión y petición. Sería mejor si el se encargaba de quitar la flecha y parar la hemorragia de momento.

Me gire al oír la canción de Eruanne. Sus versos formaban imágenes en mi mente, pues ese era un don de los Eldar, primeros nacidos por la Canción; y las imágenes que se formaban no eran las más agradables. Una imagen del funeral de mi madre, la última visita a Gondor, las batallas, la muerte de Tumbladen... Algo realmente triste debe de haber inspirado a la elfa para que su música reviva tales cosas otras personas.

-No te preocupes Drustan, yo vigilare. Además es más alto el ruido de sus voces...- Dije señalando a los interrogadores y el interrogado. -...que el triste y melancólico rasguido de su arpa.-

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27/10/2014, 17:19
Adronath

Turno 608

Adronath escuchó lo que quería, que el dulendino había entendido sus términos y que estaba dispuesto a colaborar.

- Como has podido comprobar sabíamos que estabais aquí, pero sabes cuánto tiempo, con lo que es posible que creas que no hemos visto todo lo que ha ocurrido. Comenzaremos por eso para saber si no me mientes.

El guerrero dunadan no tenía por que explicar esto pero no quería hacer una sangría a la primera ocasión...ni quería dilatar demasiado su interrogatorio en el tiempo. Dándole la pista de que podían haber estado observándoles durante bastante tiempo le daba la pista de que podía saber más de lo que parecía.

- ¿Estabais solos aquí o había alguien más a lo largo de la noche compartiendo esta hoguera?- comenzó-. Y en caso de que hubierais compartido esta hoguera con alguien más, ¿quién era y de qué habéis hablado?- preguntó Adronath apretando el dedo que iba a ser cortado en caso de que mintiera.

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27/10/2014, 19:28
Elorham

Turno 608

Elhoram se incorporó del suelo maldiciendo su torpeza, y avanzó en silencio por el campo de batalla hasta llegar donde el dunlendino malherido. Escuchó las palabras del mago, y el semblante habitualmente sereno y pacífico del jinete se volvió cada vez más duro e impasible al observar con una mezcla de asco y odio el sufrimiento del dunlendino. Demasiada sangre derramada en las guerras desde los tiempos de Eor. Demasiado odio entre el pueblo de las colinas y los jinetes de la Marca. Un odio que se había pasando de generación en generación, y que ahora le impedía ayudar al herido. A pesar de que le necesitaban con vida.

La música del arpa de la elfa hizo que se formara un nudo en su garganta. Había algo en esa melodía que le apaciguaba su espíritu. –Deja que toque, le dijo a Drustan. Los hermanos matan a hermanos, los pueblos masacran a otros por miedo, odio, poder... La Oscuridad se adueñaba de los corazones de los más débiles, que a menudo luchaban por miedo. Le miró de nuevo a los ojos al dunlendino, y ahora sólo vio a un hombre malherido y temeroso. Se agachó para observar sus heridas con cuidado. Una era poco más que un rasguño, pero la otra presentaba muy mal aspecto.

Junto a él, la voz autoritaria de Adronath comenzó el interrogatorio. Le miró al dúnadan. -Si no le cierro la herida, morirá en poco tiempo y no podrá contestarte. Luego lo repitió en dunael, para estar seguro de que el prisionero estuviera al tanto.

- Tiradas (3)

Motivo: Primeros Auxilios (herida 1 p)

Tirada: 1d100

Resultado: 2

Motivo: Coagular V (herida 3 p)

Tirada: 1d100

Resultado: 90

Motivo: tirada primeros auxilios-tortura (abierta)

Tirada: 1d100

Resultado: 77

Notas de juego

Espero que hable el dunlendino antes de curarlo.

Si he entendido bien, tiene una herida que sangra 1 punto y otra que sangra 3. La pifia, como puse en la tirada, era para la herida de 1 punto en el caso de que el prisionero hable. Para la herida de 3 puntos, prefiero usar el hechizo de Coagular V (nivel 4). Tiro para no pifiar...

Y entonces caigo que además de hacerle algún tipo de tortura en vez de curar la herida de 1 punto por asalto, era una tirada abierta hacia abajo, así que tiro.

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29/10/2014, 09:39
Director

Resolución Turno 608

La escena tomó algunos tintes de irrealidad. La música de Eruannë contagiaba de nostalgia al grupo y las duras palabras del interrogatorio se mezclaban con las quejas del dulendino.

Los elfos, más sensibles quizá al dolor y los sentimientos, comprendían la necesidad del interrogatorio pero permanecían alejados de lo más crudo del momento centrándose en la necesidad de vigilar y registrar las posesiones de aquellos a quienes habían vencido.

Cuatro caballos encontró la elfa y en ellos las pertenecias de los hombres brunos. Provisiones y enseres del día a día. Había también escritos algunos documentos en una lengua extraña. Se lo dijo al erudito que se encaminó hasta el lugar y los examinó.

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29/10/2014, 09:50
Zigûr Zabathân

El erudito se separó un momento del duro interrogatorio y examinó con cuidado los documentos.

No conozco los trazos, pero juraría que esto es lengua negra. Pocos pueden escribirla y aquellos que lo hacen no se molestan en redactar asuntos irrelevantes. Preguntemos al dulendino sobre esto.

Notas de juego

PNJ

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29/10/2014, 09:53
Director

Resolución Turno 608

Laufinwë vigilaba pero no parecía haber nada que perturbase la noche, a su espalda el interrogatorio continuaba, ahora preguntaban al dulendino también sobre aquellos documentos.

Las frases que llegaban a sus oídos incluían los giros semánticos y las súplicas del interrogado.

Gran Señor, yo ... Decía cuando respondía a Adronath

Amigo, por favor ... Suplicaba cuando era inquirido por Zigur.

Al final sonsacaron al prisionero una historia que entre claros y luces narraba lo siguiente.

Desde las tierras de los hombres brunos fueron reclutados en su día por el gran señor Boca de Sauron que prometió en el futuro las ricas tierras de Gondor. Muchos de ellos le escucharon y partieron en busca de la gloria. Así que algunos se infiltraron entre los odiados dunadan y las noticias comenzaron a llegar. Se celebraba asamblea y se supo que el concilio decidía actuar. Ellos recibieron informaciones de grupos que llevaban mensajes y se les dio orden de seguirles.

Muchos meses llevaban penando y sufriendo por una recompensa que nunca llegaba. Hasta aquel día en que el propio boca de Sauron les exigía ir más allá, cruzar al norte de la carroca, más allá de los guardias, el día en que la noche traería las flechas de su muerte.

Dijo la contraseña. Deldüweth era el registro que debían decir. Aquí se terminó por sincerar el dulendino al aconsejar a Zigur.

Amigo. Los guardias dejarán pasar a un grupo de hombres sin problemas. Pero vas acompañado de elfos. Nadie soy para cuestionar tus compañías pero Sabemos que los guardias llevan monturas de huargos. Y puedes engañar el olfato de un orco pero un huargo es capaz de oler un elfo por más que le ocultes el olor. Déjales. Abandónales. Os espera la persecución y la muerte. Nada podéis hacer si no es volver atrás y ocultaros.

Y en la noche las palabras sonaban fúnebres y de mal augurio.

Algo más dijo el prisionero. Sobre el texto que encontraron. Eran órdenes que se daban a varios de los suyos. Algunas incompletas, otras desactualizadas y unas pocas que podían utilizarse para prever posibles movimientos de tropas. Bien usada aquella información podía ser muy útil.

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03/11/2014, 06:40
Laufinwë

Turno 609

Ecos del interrogatorio llegaban de rebote entre los árboles mientras terminaba la ronda alrededor de mis compañeros y el preso. El pensar en su futuro despertaba el conflicto entre mis partes. La humana que comprendía hasta cierto punto y la elfa, que seguía creyendo que la vida era el don más preciado; pero en el fondo las dos partes entendían la única verdad. El dunlendino era un enemigo y no podíamos hacerlo prisionero.

Mis pasos eran silenciosos entre las hojas del bosque, que pronto volverían a teñirse con la sangre de un dunlendino... Una canción de guerra de la patria materna, de la gloriosa Torre Blanca apareció en mi mente mientras trataba de volver al pasado, a épocas más fáciles y de menos responsabilidades... No puedo morir hasta volver a ver Minas Tirith

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03/11/2014, 21:40
Adronath

Turno 609

Adronath miró a sus compañeros que se habían acercado, a Drustan concrétamente, que estaba más cerca, para ver si decía la verdad.

Tras percibir la seña* de su amigo, el guerrero siguió con su interrogatorio.

- Cuánta gente nos espera en el paso. Concreta raza y número de la misma. Y si hay animales, como nos has dicho, dime cuantos son.

Tras recibir la respuesta continuó.

- Cómo esperan asaltarnos. Tienen trampas montadas. Tienen gente adelantada. Nos van a emboscar. Si es así cómo. 

Adronath esperó otro poco y miró a su compañeros Zigûr para verificar si lo que estaba diciendo era verdad. Luego le hizo una leve seña, ladeando la cabeza, sin que le viera el dulendino para que le preguntase algo, pues parecía que de él si se fiaba, seguramente por algún conjuro creado por su amigo.

Notas de juego

*.- pongamos que es cierto y que me asiente. Si no es así o Drustan quiera hacerme otra seña o no decir nada lo modifico.

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05/11/2014, 21:07
Drustan

Turno 608

El beórnida torció el gesto en una mueca de desagrado. No le gustaba lo que estaba oyendo pero dejó hacer a su líder. Quizá si eran afortunados encontraban la manera de poder eludir el peligro...

Miro hacia el cielo, buscando a su amigo alado. Si pudiesen volar sería todo tan sencillo...

Drustan siguió en silencio, apoyando la postura de Adronath. Más tarde podrían preguntar a astomer si había oido hablar de algún sendero desconocido o si podían pedir ayuda en algún lado.

Al menos se habían procurado de provisiones y monturas.
En silencio siguió meditando. ¿Cabría la posibilidad de intentar pasar con sus compañeros elfos camuflados como prisioneros?

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05/11/2014, 22:41
Elorham

Turno 609

Alguna poderosa magia de Zigûr hacía que el dunlendino se fiara del mago, y le estaba contando la información valiosa. En silencio, el animista terminó de cerrarle las heridas y aplicarle algunos vendajes para que no se desangrara, pero llevando cuidado para no interrumpir. Adronath le seguía interrogando, pero apoyándose en Zigûr. 

El hombre bruno aún no es consciente de que no puede seguir con vida. No nos puede acompañar, ni tampoco puede quedarse atrás.

Por desgracia, el dunlendino estaba en lo cierto. Era muy complicado camuflar el olor de los elfos si el enemigo contaba con huargos.

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05/11/2014, 23:10
Ástomer

Turno 609

Huargos, pensaba, malditas bestias de las sombras. Sólo quienes las montan son de peor calaña.

Era cierto que estas bestias tenían un olfato muy sensible y podían oler a un elfo a kilometros de distancia, pero se me ocurrió una idea que ya había visto antes para camuflar el olor a esas criaturas de las sombras.

Una posibilidad para pasar desapercibidos es que Zigur haga invisibles a los elfos.

Siiiií, ya sé que eso no ocultará su olor a los huargos, pero antes de eso podemos untarlos de una masa hecha de tierra, agua y una hierba silvestre llamada konagur. Es bastante común y no difícil de encontrar, y la mezcla de esta planta con el barro oculta practicamente todo el olor corporal. Con los humanos funciona.

Si no hay otra idea mejor... me gustaría ver a un elfo lleno de lodo, añado sonriendo.

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06/11/2014, 21:54
Director

Resolución Turno 609

¿Cómo cuántos? ¿Pero aún pensáis pasar? ¡Es una locura! Dijo el dulendino pero viendo la decisión en los ojos de Adronath decidió decirlo todo. No menos de diez jinetes de huargos patrullarán el paso. Y sólo nos dejarían pasar a nosotros, sólo con la contraseña.

Adronath preguntó sobre las trampas. El resto del grupo permanecía expectante, cada uno intentando olvidar el aciago destino que sin duda se cernía sobre el enemigo. Iba quedando claro que no podían dejarle vivo. Sabía cuántos eran y de qué razas e informaría sin dudarlo al bando enemigo.

Pero ... ¡Es imposible! No necesitan trampas, patrullarán la zona y no estarán lejos unos de otros y si aún así conseguís pasar con una llamada de cuerno se presentarán más tropas. No pueden mostrarse abiertamente, al menos no todavía pues los beórnidas les cazan cuando les ven y están en sus tierras. Pero los números crecen y cada vez les tienen menos miedo.

Volvió a mirar sorprendido, sobre todo a Zigur.

¡Locos! Caeréis en la sombra. Se acercó al erudito o lo intentó al ser retenido por Adronath, quien no le premitía separarse ni alejarse. Díselo. Diles que es una locura. Dijo a Zigûr.

Y viendo que aún así no pensaban dar media vuelta entró en un mutismo extraño del que era difícil sacarle, murmuraba una extraña y antigua canción de cuna, antigua y perdida, en la vieja lengua de su pueblo, que pocos conocían.

Тъмният властелин ще дойде.

Сърцето му се допълва за odio

Y Ще яде душата ти в нощта

Ще прави сделката му.

Y mientras hablaba su voz y su cadencia cambiaban y parecía hacerlo con otro tono e incluso su forma de moverse era diferente.

Y tenía un brillo extraño en sus ojos.

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06/11/2014, 22:09
Director
Sólo para el director

Notas de juego

El señor oscuro vendrá.

Su corazón se llenará de odió

Y en la noche tu alma comerá

Y hará su negocio.

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10/11/2014, 17:17
Drustan

Turno 610

Drustan miró al resto de sus compañeros, que parecían dudar de lo que venía a continuación. Sin dudar ni un segundo, atravesó la espalda del pobre infeliz.
Las palabras oscuras junto con aquellos extraños movimientos asustaron al beórnida, que temeroso preguntó al erudito. - ¿Qué clase de magia era esa? ¿Hemos sido descubiertos?

Tras limpiar su lanza en las ropas del prisionero, continuó hablando sin importarle la reacción que su acción desataba en sus compañeros. - Astomer, ¿A qué distancia estamos de mi pueblo, los beórnidas? Quizá podríamos pedirles ayuda. La sola presencia de huargos en nuestras tierras ya es suficiente afrenta.

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11/11/2014, 21:56
Ástomer

Turno 610

No debemos estar lejos de los beornidas, Drustan, digo

Pero dime, ¿qué ha dicho en esa lengua extraña? Antes de ensartarlo con tu espada has notado algo que te asustó, verdad compañero? Han sido esas palabras?

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12/11/2014, 20:59
Eruannë

Turno 610

Los dedos de la silvana continuaron acariciando suavemente la cuerdas del arpa todo el tiempo que duró el interrogatorio hasta el mismo instante en que el beórnida atravesó al prisionero con la lanza. Una sentencia que no sorprendió al dunlendino. Eruannë intuyó que ya lo sabía cuando comenzó a murmurar en aquella desconocida lengua; y sus palabras parecieron flotar en el aire aun después de que el prisionero exhalara su última bocanada.

Recién entonces la elfa guardó el arpa y, mientras Drustan y Ástomer conversaban sobre lo acaecido, le hizo una silenciosa seña a Elorham para que la siguiera hasta donde se encontraban los caballos de los edain muertos, y otra a Laufinwë cuando lo tuvo a la vista.

Aún masticaba, sin poder tragar, la atroz amenaza que los dúnedain le habían hecho al prisionero ahora muerto. ¿Habría cumplido Adronath con la amenaza? Algo en su mirada le había dicho que sí. Pero más aún le quemaba en las entrañas la impasibilidad y hasta ese cierto placer que percibió en Ástomer cuando secundó aquellas palabras. ¿En qué los convertía el odio? La vida era sagrada y la muerte un don que Illúvatar le había regalado a los Segundos Nacidos, pero la tortura… Era un terrible acto de impiedad, algo que semejaba peligrosamente a cómo obraban las fuerzas del Oscuro. La límpida mirada de la elfa se posó en los dúnedain y se preguntó, sin hallar respuesta, qué los motivaba a obrar así y, sobre todo, cuál sería el precio que pagarían por ello…

Amargamente, Eruannë tuvo que admitir que su confianza en ellos había mermado y que, quizá, era algo que jamás recuperaría.

Asió las riendas, acarició los lomos de las nobles bestias y esperó a Elorham y Laufinwë para que la ayudaran en la tarea. De regreso al claro, habló casi en un susurró posando sus ojos en el erudito.

—Debemos regresar, prestos. Tenemos cuatro corceles más, pero no olvidemos que dejamos nuestras propias monturas atrás. Ya tendremos tiempo para decidir nuestros próximos pasos; además, algunos aún no pudieron descansar…

En esta aciaga noche, añadió para sí.

Notas de juego

"De regreso." =)

Si la idea de Drustan es factible, voto por ella. Pero me encantó la aportación de Ástomer, simplemente genial. Muchos puntos de experiencia para él. xD