Partida Rol por web

El draconiano se quedó más que sorprendido por la habilidad de la joven, y se alegró de saber que no era simplemente un bardo con un extraño artefacto. Su innata curiosidad le empujó a querer saber de dónde obtenía sus habilidades, si eran mágicas o quizás un talento natural, pero luego cayó en la cuenta de que quizás la joven no querría desvelar sus secretos, o incluso se sentiría ofendida por su pregunta.

- Sólo quería despedirme. Nuestro pasaje partirá pronto. - dijo, con una mueca que recordaba a una sonrisa - Ha sido un placer conocerte, a ti y a tu artefacto, y te deseo lo mejor.

Hizo una reverencia leve, como la que un caballero humano dedicaría a una dama a la que intentase cortejar, aunque tanto Imhol, Kromwill y Arbahin, que estaban presentes, sabían de sobra que aquellas no eran las intenciones del draconiano.

- Espero saber pronto de ti, Katherine Locust - dijo, fingiendo ponerse solemne para quitar hierro a la despedida.

La humana se acerco por pedido de Gruntah, Arbahin la estudio atentamente, procurando no verla a los ojos, pues aun recordaba lo que le habia dicho Gloria. Quizas habia magia en ella, pero eso no era lo que le intrigaba al licantropo, era lo otro...

-Me gusta tu musica- dijo desde donde estaba mirando fijamente a la joven, luego de que Grutah hiciera su despedida. Al draconiano le habia caido bien la joven, asi que debia ser de confianza.

Le llegaba el aroma de mucha gente, al parecer cada vez habia mas personas despierta y dispuesta a disfrutar de ese dia... El licantropo no sabia que les depararia el mismo. Habia pasado mucho y seguramente pasaria aun mas. Pero él era de los que tomaban las cosas como venian, sin preocuparse por el futuro, solo viviendo el presente.

El hombre también miró a la chica, a la que Gruntah había llamado. 

"¿Qué clase de relación habrá entablado con ella? La verdad es que la chica no está nada mal, quizá... No, no debo pensar éso. Además, no creo que nuestro amigo vaya detrás de ésta chica."

Sin embargo, no dijo nada, más allá de dedicarle una breve sonrisa. Se miró la mano que quedaba expuesta, la derecha, y comprobó lo que ya pensaba: llevaba demasiado tiempo en el agua, y se estaba empezando a arrugar. Pero no iba a salir con Katherine presente, así que nadó un poco más, esperando a que se marchara la chica para poder secarse y volver a la barca. 

-¡Pero tonto! -le responde a Gruntah- ¿no ves que os estábamos esperando para que la barca parta rio arriba? Así que seguro que puedes escuchar alguna canción más. Pero gracias por preocuparte, -dice acompañándolo ella misma con una reverencia de mujer- y espero que volvamos a despedirnos en otro momento, cuando la situación sí lo requiera. -Y entonces la chica dirije una mirada a Kromwill, que está nadando en círculos, y vuelve a sonreir. -Nos vemos luego, en la barca. -Y por último, se vuelve hacia Arbahin. -Muchas gracias por el cumplido. Así voy a tener que seguir tocando, con tanto fan. -Dicho eso, la chica se da la vuelta y se dirije hacia la zona de comida, a picar algo de desayuno.

- ¡Ah! ¡Oh! - respondió el draconiano, visiblemente sorprendido. Estaba claro que él pensaba que viajarían en barcas distintas, así que se alegró. Le gustaba la compañía de aquella joven: era la única humana (o él creía que era humana, todos le parecían muy similares) que había conocido que mostraba interés por sus historias - Entonces luego nos veremos.

Dedicando una mirada a sus compañeros, sacó la lengua para comprobar la temperatura ambiental y se dirigió hacia las salas comunes.

- No tardéis, ya sabéis que tenemos que marcharnos pronto.

Con una sonrisa en la cara por la conversación mantenida por Gruntah y la músico del otro grupo, Imhol sale del agua sin poner demasiado empeño en ocultar su cuerpo, pero tampoco exhibiéndose. Una vez fuera del agua se agita, pero no como haría un animal o el propio Arbahin, sino pasando de casi no moverse a agitarse con gracia de un lado para otro como las hojas de los árboles se mueven cuando el viento las golpea. Normalmente el agua se mantiene en su piel como sobre el cuero curtido o las rocas, a diferencia de la mayoría de razas, el agua no solía empapar tanto su piel, por lo que tenía más facilidad para secarse.

-Kromwill, o te sales del agua ya o vas a acabar con los sesos aún más humedecidos que de costumbre - Le dice Imhol a su amigo tratando de mantener una conversación sin demasiada importancia.

Una vez desprendido del agua que retenía sobre su piel, el ventante se colocó sus ropajes y la armadura esperando a que el resto también se dirigiesen a tomar el desayuno y acompañarlos.

-Segun recuerdo- dijo el licantropo levantandose y siguiendole el juego a Imhol-. En el poblado no le importaba tanto salir como la naturaleza le creo cuando habia mujeres cerca...

Kromwill siempre habia sido muchas cosas menos alguien vergonzoso, pero quizas ahora era mas "maduro y responsable". Ya no era ese chico que parecia no poder quedarse quieto ni medio segundo y gustaba lanzarles halagos a cuantas mujeres pasaran frente a sus ojos. Todos habian cambiado...

Estuvo a punto de volverse y decirle algo a su amigo aun en el agua, pero se lo penso mejor y se marcho detras de Grutah junto a Imhol. Primero comerian, luego veria que hacer.

Gloria se levantó tarde. La conversación con Kromwill le había llevado tiempo, tiempo que su cuerpo habría preferido dedicar a recuperarse después el estallido que había supuesto su intervención en el combate hacía unos días. Realmente, le quedaba mucho por aprender. No podía permitirse el lujo de perder los nervios de esa forma, aunque el pensar en lo que había hecho... se sentía algo mal por ello, pero era una prueba de que tenia potencial. Más del que creía, al menos.

Quizás debería pasar más tiempo estudiando. No iba a aprender a lanzar magia de ataque, como sabía que Gruntah podía hacer. Dañar a otras criaturas no solo era algo que Oxydion desaprobaba flagramtemente, también era algo contrario a su naturaleza. Pero lo que había pensado y sentido... eso quizás le sirviera en otros menesteres.

Cuando llegó a la cala, la mayoría del grupo estaba bañándose o fuera. Hacía algo de frío, pero Gloria llevaba desde pequeña haciendo cosas en el patio del templo ya hiciese frío, calor, lluvia o nieve. Templaba el carácter y fortalecía el cuerpo, aunque en su caso poco había que fortalecer.

Buenos días. Qué vergüenza, yo que se supone que tengo que levantarme temprano para rezar por vuestras almas descarriadas y al final soy la última en salir-dijo con una risita. Es cierto que normalmente era de los primeros en levantarse- era díficil competir con Arbahin en eso, pero por supuesto no lo hacía por esos motivos.

Sin más preámbulos, y sin importarle lo más mínimo quién estuviese o no, Gloria se deshizo de las simples vestimentas que llevaba, incluidos los lazos para el pelo y la venda y se metió en el agua, adentrándose hasta un punto en que podía sumergir todo el cuerpo con facilidad, hecho lo cual se metió bajo el agua y estuvo casi un minuto bajo ella antes de salir, con el pelo formando una corona de algas tras ella. Con un suspiro de dicha, se quedó de pie con el agua hasta algo por encima de las caderas, frotándose con energía y agradeciendo el agradable cosquilleo que el frío del agua le hacía contra la piel.

Había hecho todo ello sin molestarse en apartarse de los demás y sin que pareciera importarle lo más mínimo. No lo hacía. Jamás había visto su propio cuerpo, no tenía ninguna noción de él más que como algo suyo, no muy distinto en esencia a la ropa que se ponía, y que tampoco era capaz de ver. Tampoco había visto a sus amigos... no al menos en ese sentido que tanta vergüenza solía causar entre la gente. No veía la piel o los músculos, no era consciente del cuerpo más que como una vaga forma que, a veces, los colores del alma trazaban en el aire.

Probablemente, podría leer sus formas sacándolas del reflujo y el brillo de sus auras, pero, ¿para qué iba a hacer eso? Ya podía ver todo lo que necesitaba ver. Veía lo que era realmente importante, lo que les hacía ser lo que eran más allá de una forma hecha de piel y huesos. Comparado con eso, ¿qué interés podía tener algo tan trivial.

Aaaaah. Me había olvidado de lo bien que sienta el agua fría por las mañanas. Me tiraría el resto del día aquí, pero supongo que los otros pasajeros tendrían algo que objetar, así que probablemente debería salir a secarme.

Ni corta ni perezosa, la joven salió del agua y se quedó sentada cerca de la orilla secándose, a la par que se recolocaba la venda sobre los ojos con una sonrisa traviesa.

No es cuestión de que vea algo que pudiese escandalizarme, ¿no?. Aunque oye, si eso pasase creo que estaría demasiado ocupada sorprendiéndome.

Gloria aparecio justo cuando ellos empezaban a marcharse. Arbahin no sabia muy bien que hacer, si quedarse o irse de alli. Miro a Kromwill para que este le indicara discretamente si queria estar solo. No es que le perturbara ver a Gloria desnuda, para él eso era mas natural que toda la ropa que llevaban encima. Si algo no era para protegerte como una armadura o calentarte como una frasada, estaba de mas. Aunque, tanto tiempo con los humanos le habia dado la costumbre de usar algo para cubrir sus... partes. Aunque esto era mas que nada para los demas, sus amigos eran otro tema.

-Deberias probar el agua de un lago congelado- dijo Arbahin a su compañera cuando esta mencino el agua fria-. Sobre todo cuando no te metes a proposito- recordar ese episodio ahora le hacia gracia, pero en su momento estuvo bastante molesto-. A muchas personas les incomoda cuando uno va en cueros. Supongo que para los demas... es como el pelaje de los animales, necesitan algo para calentarse- se encogio de hombros, algunas cosas jamas entenderia-. ¿Escuchaste la musica?- dijo de repente recordando a la humana-. Me recordo tu canto- aunque lo de Gloria habia sido mas intenso, quizas al ser la primera vez que escuchaba algo asi o solo era el hecho de que su amiga tenia una voz dulce que llegaba directamente al alma.

Es posible que lo haga algún día. Es un buen ejercicio para la mente, aunque supongo que objetaría algo a acabar en uno por sorpresa... debió de ser un episodio de lo más peculiar- comenta Gloria. Le reconforta saber que incluso al siempre alerta Arbahin le habían pasado alguna vez cosas... bueno. Inesperadas. Divertidas, incluso, aunque probablemente a él no se le hubiese parecido en su momento. Era lo bonito de su grupo. Todos tenían muchas experiencias, más o menos buenas o malas, pero que habían contribuido a hacerlos tan... bueno, humanos. Por decirlo de alguna forma.

A la mención de Arbahin acerca de la ropa responde con un encogimiento de hombros que deja claro que no es algo en lo que piense demasiado. Supongo que es miedo. He oído decir que el cuerpo tiene un lenguaje propio, y que es mucho más honesto que el de las palabras. Que revela mucho más que ellas, sobre todo los ojos...-aquí, la jóven no pudo evitar un suspiro. Ha oído mucho acerca de lo que los ojos dicen, de cómo según cuentan, reflejan el alma de una persona. Le habría gustado verlo. Pero en mi caso, aunque lo hiciera, no lo sabría. Así que, ¿para que preocuparse?.

A la mención de la música, lo joven asiente con entusiasmo. Cantar es uno de sus placeres, y cualquier cosa que tenga que ver con tonadas y notas le despierta la curiosidad, ya sea un himno a los dioses o una canción de borrachos. Todas tienen algo de festivo y vital. Y todavía le cuesta aguantar la risa cuando se acuerda de la canción del pimentero y las dos varas del mago Leyron...

Sí, la oí mientras bajaba. Era vital y alegre. Tengo que preguntarle si tiene letra. Me gustaría aprender a cantarla. Así podría repetirla para vososotros todas las veces que quisiérais.

Kromwill apartó la vista al ver que Gloria se iba a desnudar para meterse en el agua. No era una cuestión de vergüenza, sino de respeto a la chica. Sin duda tendría unas formas y un cuerpo digno de verse, pero no...

"Además, éso ya me ha causado suficientes problemas... El antiguo Kromwill debe moderarse, si no quiere perder más aún..."

Por suerte, pronto el tema cambió, y empezaron a hablar de música. Había tenido ocasión de escuchar las melodías de  la chica de pelo rosa, y debía reconocer que tenía talento. Recordaba con cariño tiempos pasados, y no tan pasados. Las canciones de taberna que cantaban los hombres, y que el coreaba con una gran sonrisa. Canciones de peleas, de muchachas, de alegría... Sí, aquellas eran buenas historias.

-La música es un buen don... Seguro que esa chica nos ameniza el viaje, y más si tú cantas, Gloria.

Arbahin penso lo que su amiga dijo sobre los ojos, el lenguaje del cuerpo y demas. El licantropo a veces tomaba las cosas de forma muy literal, por lo que pensaba mucho algunas cosas. Sobre todo cuando Gloria hablaba o Imhol, el cual muchas veces usaba el doble sentido.

-Los ojos no son los unicos sentidos- dijo mirando el cielo-. Hay mas cosas que nadie siente o le presta atencion- nego con la cabeza-. Mientras puedas sentir al mundo, sabes que estás en él.

Enterro su mano en la tierra, como para corroborar sus propias palabras. Dejo que la tierra negra y fertil se deslizara por sus enormes dedos, olio su perfume y sintio su consistencia. Algun dia, las personas aprenderian a ver mas alla de lo que creian importante. Se encogio otra vez de hombros.

-Hay cosas que no tienen letra- dijo rascandose la cabeza-. El viento no la tiene y este rio tampoco... Pero seguro que tu podrias darsela- miro a Kromwill-. ¿Un don?

Poco a poco, todo el grupo se despereza y de una u otra manera os acabais acercando a la zona de las mesas, que se encuentra bastante animada y podeis contar la presencia de prácticamente todos los que estaban en la casa, con la excepción de un par de miembros de la familia Xasheen que habeis visto ultimando detalles en la balsa, y Lom que estaba fijando la carreta a la misma y revisando que las criaturas de tiro no se encabriten en su encierro temporal.

Allí, un buen desayuno compuesto principalmente por pan recién horneado, una variedad amplia aunque bastante repetitiva de frutas de temporada y unas cuantas jarras de zumo. Aditya y Árdigant ya están disfrutando de la comida, mientras que Kate puntillea un poco su instrumento para gozo de los niños, que en su siguiente vuelta han decidido parar para escuchar algo de música. A la vez, podeis ver al compañero de la humana dirigiéndose a la cala que acabais de abandonar, portando consigo como siempre su maleta. Y desde luego, no podríais jurar si él sí que ha apartado la vista como Kromwill o no.

En general, todo apunta a que parece un buen día para iniciar un viaje.

Gruntah había engullido suficiente cantidad de comida como para competir con Arbahin. Parecía ansioso por marcharse cuanto antes de aquel lugar, quizás influenciado por la noticia de que les estaban persiguiendo. Cuanto más estuvieran en aquella casa, más peligroso sería para la familia Xasheen. Agradeció el desayuno y se escabulló hasta sus cosas, asegurándose de que estaba todo antes de dirigirse al carromato.

Ayudaría a Lom a preparar todo antes del viaje.

Una vez el grupo comenzó a comer, Imhol hizo lo propio. Su forma de comer a veces era considerada bastante particular, a fin de cuentas iba cogiendo un par de bocados de cada plato, siempre tratando de rehuir las carnes, su cuerpo ligero no las toleraba demasiado los productos cárnicos. Pero durante el desayuno que se basaba fundamentalmente en frutas, no tuvo demasiado problema.

Sus oídos disfrutaban de la música y movía ligeramente la cabeza a su ritmo. El ventante se fue fijando en todos los presentes, uno a no, como estudiándolos.

Aun así, seguía dándole vueltas a lo de que nos "perseguían"...

Kromwill, que había ido corriendo a por sus cosas, ya se encontraba vestido y con toda su armadura, desayunando con el resto. Daba bastante buena cuenta del pan y la fruta, regándolo generosamente con zumo. Desde luego, el guerrero muchas veces parecía un pozo sin fondo a la hora de comer, aunque sus compañeros sabían bien que la energía de la que hacía gala a lo largo del día y su imponente musculatura requerían bastante para ser mantenidas.

-Bueno... Creo que ya tengo suficiente. ¿Qué tal habéis dormido?

Arbahin llego junto a los demas a las mesas dispuestas para que comieran. Habia mucha comida, todo olia muy bien, pero para el licantropo faltaba algo mas de carne alli. Aun asi, se sento en donde pudo, comiendo de todo y en abundancia. A veces uno no podia elegir, simplemente habia que adaptarse y ya. Comio pan, aun caliente y crocante por fuera, con un aroma sumanente agradable, la fruta era madura y sabrosa, muy fresca y jugosa, y por ultimo bebio casi una jarra de sumo en unos cuantos tragos. Una vez ya saciado dijo.

-En abundancia- dijo Arbahin rascandose distraidamente detras de una de sus orejas. Se levanto y salio afuera, seguramente su fuerza seria de ayuda para cargar la balsa. No le gustaba quedarse quieto en ningun momento, siempre debia estar haciendo algo.

Gloria se había tomado su tiempo en bajar de la cala. Hoy se notaba algo perezosa, y en general hacía las cosas con cierta lentitud, como deliberándolas. La presencia del humano y su extraño artefacto ya no la envaraba como había hecho ayer. Aunque la sensación que había tenido era chocante, el hombre nunca se había mostrado hostil, ni siquiera hosco. No parecía haber ningún motivo para desconfiar de él.

Aun así... parecía llevar una carga. Sus palabras eran crípticas y tenían algo del cinismo de quien sabe ciertas cosas que los demás no. En ese sentido, no podía evitar sentir cierta familiaridad con él.

Tras unirse a los demás y comer con notable apetito para alguien de su tamaño (la fruta y las cosas dulces en general es uno de sus pequeños placeres culpables en su por lo demás ascética vida), se reclina satisfecha en su asiento.

Con muchas ganas- replica a la pregunta de Kromwill. La fruta, cuando está fresca, siempre tiene algo que me da ganas de más, y el pan estaba  excelente. Si me viese Illion, me echaría la bronca seguro... pero merece la pena. Alguna alegría de vez en cuando también templa el espíritu.

¿En qué puedo ayudar?- pregunta, dirigiéndose a los Xasheen presentes. Me temo que no soy de lo más útil cargando cosas, pero me da rabia no hacer nada...

Con todo el mundo ofreciéndose a ayudar, al final acaba resultando que sois demasiados para el pequeño espacio en el que hay que trabajar, por lo que viendo que los Xasheen no se atreven a pedíroslo, Lom se os acerca y os invita a que os deis un pequeño paseo, porque más que ayudar estais metiéndoos en medio. Además, os asegura que lo mejor sería que empacaseis si anoche os dejasteis algo arriba, porque en cosa de una cuarta* ya debería estar todo preparado.

Y es más o menos en ese tiempo cuando los dos nomaris que estaban trabajando en la balsa saltan a tierra, mientras que los que estaban en tierra se acercan hacia allí, niños y abuelos incluidos. Mientras se despiden entre ellos, algo que debe de ser ya una costumbre por cómo se hablan entre sí y los gestos con los que lo hacen, Ila se acerca al amplio grupo de viajeros, en el que la única falta visible es el hyuga.

-Bien, bien. La balsa está lista para que la abordeis. Sé que todos habeis pagado por ello, y sereis tratados como invitados siempre que sea posible, pero si en algún momento Alf o Pao os piden que hagais algo, será mejor que colaboreis, porque será lo mejor para la balsa. -Hace una pausa, pasando la mirada por todos vosotros. -El otro viajero ha declinado hacerlo con tanta gente, así que no vamos a esperarlo. Por lo demás, hay camastros para todos, los animales de tiro están en la cuadra ya y el carruaje va sujeto en la parte trasera, y el conductor me ha pedido que os avise que solo su grupo debería acercarse a él. Y como es un viejo conocido, mi consejo es que le hagais caso. Como no tengo nada más que decir, os deseo un buen viaje y que volvais a contar con nosotros siempre que querais.

Mientras os hablaba, Alf y Pao junto con uno de los ayudantes han terminado de despedirse y han instalado una pasarela entre el muelle y la balsa para que podais pasar sin problemas. Y parece que es el momento para hacerlo...

Viendo la wulfran que nadie toma el liderazgo tras las palabras de Ila, Aditya se adelanta hasta un par de pasos de vuestra anfitriona y le hace una pequeña reverencia que acompaña con un "Muchas gracias por vuestra hospitalidad". Después de eso, llevando únicamente su pequeño petate en el hombro, camina con paso seguro y tranquilo por el pequeño muelle, se deja ayudar por Pao y sube a la embarcación contemplando de un vistazo su superficie, con el pequeño techo central y la cuadra detrás de éste, decidiéndose un momento después a caminar unos cuantos pasos más para asomarse por la borda más lejana a tierra, apoyándose en ella con los codos.

-Hace un buen día para navegar... -deja caer, para nadie en específico. Y luego lo acompaña con un -Mi buen Elius, ¿me otorgaríais el favor de vuestra compañía?