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The Dragon Gate: El esperado encuentro

Todos los caminos llevan al hogar - Escena I

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08/12/2011, 00:33
Director

Dejándote llevar por la oportunidad, tus golpes se lanzan con fiereza redoblada sobre el cuerpo y las armas de tu oponente, abriendo cada vez más hueco entre la pequeña oquedad en su defensa hasta llegar al momento en que percibes que puedes impactar de lleno.

Y es entonces, cuando ya has lanzado tu terrible mordisco en dirección al cuello de tu rival, cuando te das cuenta de que su sonrisa es aún más abierta y la posición de uno de sus cuchillos es tremendamente extraña... porque sí, tus afilados dientes desgarran metal, madera y lo que parece una carne dura y sin sabor que no has probado nunca antes, destrozando su cuello y probablemente acabando con su vida. Pero por el otro lado, uno de sus filos se hunde en tu hombro derecho, y mezclándose con la sangre que mana de la herida puedes notar una ponzoña que penetra lentamente en tí. Y mientras retrocedes por el dolor, una vez se ha salido el arma, puedes ver con total fascinación como lo que hasta hace un momento era la figura de tu oponente, repentinamente empieza a arder por un fuego interno proveniente del interior en ambas partes que has separado, por un lado de donde debiera estar su cerebro y quemando toda la cabeza, y por otro en la parte que debería ocupar el corazón y consumiendo el torso, brazos y piernas.

Pero hay cuestiones más acuciantes de las que preocuparte que por qué ya no quedan restos de tu rival, y es evitar que la ponzoña que lentamente te recorre pueda causarte más dolor que el que ya te está causando, como si cientos de agujas se clavasen por dentro de tu piel. Aun así, te sientes lo suficientemente capaz como para resistir el dolor, que a muchos con menos constitución que tú ya hubiese hecho que cayesen en el acto.

Notas de juego

Arbahin

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08/12/2011, 01:27
Director

Viendo que el escudo no presenta fisura alguna, la criatura que está al otro lado se queda esperando a que su energía se desvanezca, y es por eso que en el momento en que tu cobertura cae no se plantea un segundo el esperar y se lanza a por ti de lleno. Y aun así, pese a esa celeridad, sigue siendo capaz de esquivar el primero de tus golpes pese a pillarlo por sorpresa. Es por eso que es una fortuna que el segundo de los impactos lo golpee de lleno en el pecho, lanzándolo varios metros hacia atrás mientras la pura energía en forma de lametones de la llama trata de abrirse paso hacia la oscuridad que has visto antes.

Sin embargo, ese único golpe no parece suficiente para derrotarlo, pues al siguiente instante notas que la energía que has proyectado consume toda su fuerza y el extraño ser empieza a hacer gestos para levantarse de nuevo, pese a que como bien te explicó tu anciana mentora, ese golpe debería de haber causado quemaduras lo suficientemente graves como para que se quedase convaleciente. O tal vez sea que no lo has lanzado con suficiente potencia...

Notas de juego

Gloria

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08/12/2011, 01:32
Director

Guiado por una mano cuyo alcance desconoces, en el momento en que empiezas a acumular fuerzas para lanzar tu siguiente hechizo tu oponente no solo deja de retroceder, sino que avanza un par de pasos hasta una posición que resulta ser segura dentro del aro de fuego que has creado, como si supiese por dónde iban a brotar las llamas. Realmente extraño.

Sin embargo, ese no resulta ser el único hecho extraño que te iba a deparar el combate, puesto que sin dejarte tiempo a volver a concentrar energía ni, en absoluto, a proyectar otro hechizo, el extraño ser contra el que te enfrentas rompe uno de los dos preceptos que solo hace un momento habías considerado que lo regía, corriendo de cabeza a la parte más cercana a ti del muro de fuego. E, impactando de lleno contra las llamas mágicas, estas no dejan pasar la oportunidad de abalanzarse sobre las piezas de madera que cubren su cuerpo, lamiéndolo y aumentando la temperatura sobre su cuerpo, lo que hace que el fuego se extienda por todo su ser cual criatura infernal.

Y como una maniobra totalmente suicida antes de que su final llegue, gira el torso más de lo que una persona normal debiera hacia un lado para luego detenerse, proyectando desde esa misma mano uno de sus dos cuchillos hacia ti, que empieza a elaborar una parábola perfecta en dirección a tu cuerpo, mientras el de tu oponente se consume en llamas que ahora ya no parecen exclusivamente de tu hechizo, sino provenientes de su interior, como si algún mecanismo hubiese iniciado una combustión interna desde su cabeza y su pecho.

Notas de juego

Gruntah

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08/12/2011, 01:40
Director

Contrariamente a lo que opinas, tu oponente no se dedica a esquivar tus rápidos golpes para evitar que le impacten, sino que se aprovecha de sus dos cuchillos para desviar la afilada punta de tu lanza a trayectorias seguras donde su cuerpo no se vea de por medio. Probablemente, si fueses un guerrero experimentado podrías deducir importantes lecciones de ese hecho, pero la verdad es que como nunca ha sido tu fuerte solo puedes considerar que algo habrá detras de ese comportamiento.

El combate sigue en ese intercambio inocuo de golpes, hasta que actúas para tomar distancia más que suficiente para evitar sus golpes, quedandoos mirando el uno al otro por unos instantes. Mientras tú buscas una manera de derrotarlo, no puedes evitar notar un asomo de furia viendo cómo tu oponente se pavonea frente a tí agitando los brazos y dejando muy claro que está esperando a que ataques.

Sin embargo, no todo resulta ser malo en ese asomo de furia que tu profesor de combate, el señor Rojoalbor, te hubiese recriminado, sino que como actuando en consonancia a tus pensamientos notas el cosquilleo de la energía eléctrica en tus palmas, en las zonas en contacto con la lanza mágica que has cogido inconscientemente al inicio del combate. Y aunque no tienes claro lo que va a suceder, puede, y solo puede, que tu siguiente golpe sea más definitivo que cualquier otro que pudieses dar en este encuentro. Ahora solo es cuestión tuya descubrir cómo aprovecharte de ello para inclinar el envite a tu favor.

Notas de juego

Imhol

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08/12/2011, 01:49
Director

Viendo que decides dar pelea, los movimientos de tu oponente se vuelven aún más diestros, evitando tus pocos golpes sin ningún problema. Y es tal la diferencia que hay entre los dos, o al menos tanta quiere mostrar, que sin que te des cuenta en un momento estás procurando que no te golpee, y al siguiente estás cayendo de espaldas por uno de los extraños zapatos de tu rival que se ha trabado entre tus piernas y te ha hecho caer. Y si no es poco con eso, en vez de aprovecharse de tu caida y lanzarse sobre ti, tu oponente empieza a pavonearse frente a tus pies con un somero movimiento, como si se tratase de un baile.

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Elius

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08/12/2011, 01:52
Director

Tu oponente, sin lugar a dudas, ha podido ver cómo tu golpe resultaba más flojo y desviado que los que has lanzado antes, pero no es hasta un par de golpes que tratan de llevarte a mal camino a partir de ahí que decide aprovecharse de ello para clavarte uno de esos cuchillos que lleva. Al mismo tiempo, unos árboles más allá, puedes escuchar el inconfundible sonido de alguien golpeando contra el suelo derribado.

Sin embargo, como guerrero experimentado, prefieres no dejarte llevar por la intriga de quién habrá caido, si el viajero o la el otro tipo como al que te enfrentas, y más cuando esperabas que un puñal te atacase por tu flanco derecho y en uno de esos gestos que jurarías imposible, la dirección del impacto cambia de pronto para impactar de lleno en una de las fisuras de tu nueva armadura, clavándose varios centímetros en la abominación que llevas en vez de tu brazo.

De repente, en la fracción de segundo antes de que puedas aprovecharte del claro blanco que ha dejado tu oponente, te das cuenta de que la nula expresión de su rostro cambia a una boca abierta como de sorpresa, lo que hace mucho más sencillo el golpearle... pero eso no hace que resulte no solo extraño, sino también algo perturbador, que parezca haberse sorprendido por tu nuevo brazo...

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Kromwill

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08/12/2011, 10:32
Kromwill Rojoalbor

Con un gruñido, recibió el metal en su brazo, o aquello que ahora era su brazo. Sintió la hoja perforar…y vio la perturbadora expresión de sorpresa en el rostro de su adversario. Con un rugido de furia, aprovechó la abertura para golpear, y, ganando poco a poco la iniciativa por ese descuido, fue asestando golpes potentes con su arma, uno detrás de otro, en un estado de ira homicida que quizá provenía de la propia extremidad herida.

-¿¡No te gusta lo que has dañado!? ¿¡No te gusta!? ¡¡Muere bastardo!!

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08/12/2011, 12:23
Arbahin

Escupe el trozo del ser, como si tuviera un puñado de cenizas en la boca, apoya una mano sobre el hombro herido, es muy doloroso. Cuando el muñeco comienza a incendiarse retrocede un paso más instintivamente, hasta que al fin solo quedan trozos ennegrecidos en el suelo.  El enorme pecho del licántropo se ensancha y su lobuna cabeza se eleva al cielo, dejando salir un poderoso aullido de victoria, poderoso y terrible es llevado por el viento. De seguro será escuchado.
Mira su hombro arrugando los labios, sangra mucho y el dolor es más fuerte de lo que nunca había sentido. Se acerca hasta donde estaba la marioneta, al recordar su maldita sonrisa gruñe con rabia, busca las armas del ser. En su mente recordaba que Elius necesitaba el veneno para encontrar el antídoto. Así que recoge lo que puede y continúa su viaje. Cada paso le hace sentir oleadas dolorosas, pero con testarudez continua caminado, gruñendo quedamente cuando el dolor le resulta más fuerte.

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09/12/2011, 15:31
Gruntah

El movimiento a la desesperada de la criatura le había pillado completamente desprevenido, ya que era la primera vez que se encontraba con una situación así. Incluso los No Muertos de las Galerías Abandonadas que se encontró con sus antiguos compañeros tenían un ligero atisbo de humanidad que les hacía cubrirse de los ataques. Pero el extraño ser que le había hecho frente se había abalanzado contra él a través del muro de llamas, cubriéndose con el fuego mágico de arriba a abajo. ¡Y ahora se lanzaba contra Gruntah con una de sus afiladas hojas dispuesto a destriparle!

Instintivamente, se impulsó hacia un lado con sus fuertes patas traseras para evitar el ataque, intentando que, si le perseguía tras esquivar el primer ataque, poder golpearle con su escamada cola.

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09/12/2011, 19:29
Imhol

Siento pequeñas descargas eléctricas en toda la mano, son meros cosquilleos, pero soy totalmente consciente de que eso no es normal un arma no debería contener el poder de las tormentas, pero claro, el arma que empuño no es normal, y eso puede correr en mi favor.

Un sudor salino cae por mi frente, pocas veces un ventante desprendía ese tipo de fluidos, pero la situación es crítica, un golpe de mi lanza puede hacerme salir vencedor, pero un fallo y dormiré en este suelo por el resto de mi existencia.

De nuevo el viento sopla levantando unas hojas que se interponen entre nosotros lo justo para dificultar en cierta medida la visión y yo, aprovechando esto, corro hacia adelante para finalmente dar un salto y golpear con fuerza con la lanza. Si mi enemigo ha utilizado también la pobre visibilidad de las hojas es más que probable que me tope con él a una distancia inapropiada que me desfavorezca, pero debo arriesgarme si quiero vencer en el combate, está claro que mi enemigo es más experto que yo a las armas y solo una acción sorpresiva como esta podría perforar su defensa.

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09/12/2011, 21:05
Elius Brezon

Herido en mi amor propio, desde el suelo veo como el extraño presume de la facilidad con la que me ha derribado. La furia me ciega y, sin pensar y tirado desde donde estoy, me encojo para tomar impulso, y lanzo con todas mis fuerzas una patada hacia la pierna de mi oponente que se encuentra más cerca de mí.

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14/12/2011, 16:29
Gloria

Correr o morir....

Era lo único que pensaba ahora la sacerdotisa, pero sabía que aquel ser sería capaz de alcanzarla, necesitaba ayuda y no podía sola contra él, y más despues de haberle dado con aquella cantidad de energía y que no hubiese caido, o al menos retardado. 

Los pies de Gloria comenzaron a correr, estaba escasa de energía, y quizás le diera tiempo a recargar algo de su poder mientras corría y darle otro golpe al enemigo, rezaba y rezaba a Oxidion para que la ayudara a salvar su vida, nunca había sido egoista pero la supervivencia siempre embargaba al ser humano cuando estaba en peligro.

 

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15/12/2011, 20:05
Director

Para cuando recuperas las armas, del cuerpo de tu rival no quedan más que un montón de cenizas y un resto carbonizado en el suelo. Después, retomas tu carrera a paso más rápido en la dirección que mantenías, mientras notas los pinchazos. Es una suerte que tu constitución sea robusta como para resistir el veneno, aunque precisamente los pinchazos causan que tu paso no sea tan rápido como puede llegar a ser. De todas formas, estimas que por cómo está tu condición actual y si el veneno no revierte a algo más potente, podrás llegar al pueblo a tiempo para que, si está ahí, Elius se ocupe del veneno. Porque o es eso, o confiar en que puedas soportarlo sin venirte abajo.

Notas de juego

Arbahin

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15/12/2011, 20:32
???

Mientras echas a correr, puedes escuchar a tus espaldas cómo la criatura hueca se levanta con ruidos de crujido. Y no pasa mucho tiempo hasta el momento en que escuchas sus pasos siguiendo los tuyos, acercándose cada vez más. Entonces, una fuente de vida llama tu atención en un árbol, y al instante siguiente escuchas el inconfundible sonido de un arco disparando una y después otra saeta, que deben de haber impactado de lleno en tu rival porque sus pasos se detienen y un cuerpo cae al suelo seco. Y antes de que puedas decir nada o agradecerle el gesto, tu misterioso ayudante se da la vuelta y se lanza saltando de un árbol a otro a una gran velocidad después de la gran ayuda. Sin embargo, por lo que has podido ver se trataba de alguien con un alma hermosa... y de gran pureza.

Notas de juego

Gloria

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15/12/2011, 20:54
Arbahin

Trata de pensar en cualquier cosa que le hiciera olvidar el dolor y la sonrisa cruel y artificial de su enemigo. Se concentraba en el viento, el sonido que creaba al pasar entre la hierba alta, en lo maravilloso que era sentirlo en su pelaje. Recordó los rostros que había visto en su viaje, sobre todo los rostros sonrientes e inocentes de los niños, los cuales no le tenían miedo.
Una vez había llegado a un poblado muy pobre, donde una enfermedad mantenía a todos en sus casas, el hambre y al muerte rondaban en cada esquina. Se presento con su capa bien calada en una noche muy oscura, ofreció su ayuda, pero que podía hacer un enorme guerrero, le dijeron, el simplemente dijo, lo que sea. Lo mandaron a buscar a un famoso curandero, algo parecido al padre de Elius, solo que no tan noble y mucho mas borracho. No entendía como alguien así podía curar. Tragándose sus dudas, lo llevó al poblado enfermo donde el “borracho” actuó con increíble profesionalidad. A pesar de que muchos murieron, la mayoría se repuso, sobrevivió. Arbahin fue llamado para recibir su recompensa, pero solo pidió aceptación. Lo miraron incrédulos cuando se quito su capa mostrando sus salvajes rasgos, uno de los niños lo miro gritando que era el dios bueno del bosque, que había venido a salvarlos…jamás en su vida se sintió tan bien. Escucho aplausos y aclamaciones, pero también el hedor del miedo y las voces calladas preguntándose que era. Eso no le molestó. Estaba acostumbrado y acepto lo bueno, sobrellevando lo malo.
Una punzada de dolor lo hizo volver a la realidad, la sangre se había secado mas su herida aun dolía mucho. Pero no le dio importancia, continuaría adelante. El curandero borracho le enseño una cosa, no importa como te veas o como actuase, si ayudas a otros usando tus habilidades, serás alguien pleno. Lo único que sabia hacer era luchar, así que lucharía por las personas que no podían hacerlo.

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15/12/2011, 21:22
Director

El cuchillo arrojadizo que tu oponente te lanza consigue golpearte pese a tu intento de esquivarlo, aunque solo gracias a que su último movimiento te ha pillado por sorpresa. Y definitivamente es el último, porque cuando vuelves a encararte hacia él descubres que el fuego le ha inflingido graves daños y la madera que lo cubre está ardiendo bastante, además de haberse expandido hacia el resto. Y a ojos vista, puedes comprobar que tu rival estalla en llamas por completo y cae al suelo, dejando tras de sí poco más que un gran montón de cenizas y una huella de quemadura en el suelo.

Sin embargo, al instante siguiente empiezas a notar un escozor en el brazo, partiendo del punto donde te ha cortado el cuchillo arrojadizo. No tienes que devanarte demasiado los sesos para considerar la idea de que la hoja estaba envenenada, y más cuando empiezas a notar un dolor recorriéndote el brazo y cuyo origen es el corte. El dolor es agudo, y viene acompañado de sacudidas involuntarias de tu brazo.

Notas de juego

Gruntah

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15/12/2011, 21:54
Director

El viento corre fuerte de repente, proveniente de alguna fuente desconocida en algún lugar a tu alrededor, y poco después empiezan a caer hojas de los árboles en un torrente que bloquea buena parte de la distancia que hay entre tú y tu oponente. Esperando aprovecharte de la ventaja de la sorpresa, te arrojas a la carrera lanza en ristres confiando en que tu rival estará en el mismo sitio, y al salir de la cortina... descubres que no es así.

Muy probablemente se esperaba un movimiento similar y ha retrocedido varios pasos mientras confía en que salgas con los cuchillos en ristre, preparado para atacar. Sin embargo, mientras el cosquilleo que recorre tu cuerpo se incrementa, tanto él como tú notais que tu velocidad de carrera es ahora muy superior a la que tenías al iniciar el ataque, y dejándote llevar por esa fuerza misteriosa lanzas tu ataque, atravesando el pecho de tu rival y saliendo por el otro lado, de un solo golpe. Tras de tí, la figura cae al suelo entre estertores con medio torso y un brazo desintegrados, y al instante siguiente estalla en llamas tanto por la herida que le has causado como por la cabeza, de una forma poco potente pero que consigue destruirlo entero en un instante. Y, maravillosamente, tú te encuentras totalmente indemne. Además, el viento parece haber dejado de soplar, y al girarte puedes ver que hay un círculo de hojas caidas rodeando la posición exacta en la que estabas al iniciar el ataque.

Notas de juego

Imhol

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16/12/2011, 08:09
Gruntah

La visión del cuerpo de su desconocido contrincante descomponiéndose lentamente a causa del fuego mágico se interrumpió cuando percibió la familiar sensación de su torrente sanguíneo transportando la toxina. Había leído sobre venenos y había sido emponzoñado varias veces durante sus viajes, pero desconocía los síntomas provocados por éste. Antes de que el viento empezara a repartir las cenizas del caído por los alrededores, Gruntah guardó en la mochila el cuchillo arrojadizo, recuperó su báculo y avanzó a paso rápido hacia su objetivo. Quizás si se encontraba con el grupo, podría atajar rápidamente los dañinos efectos.

Esperaba de todo corazón que Elius no hubiera perdido su toque.

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16/12/2011, 12:55
Director

Ejecutas un golpe preciso, ayudado por la soberbia de tu oponente, y casi puedes sonreir cuando la pierna se le empieza a levantar y la caida es inminente... o no. Porque esa aspiración de sonrisa se te hiela en la cara al comprobar que su pierna empieza a girar, se pone a 90º, y luego sigue girando de manera imposible hasta dar la vuelta completa y plantarse de nuevo en el suelo. Y con el movimiento, el rostro de tu rival se tuerce hasta mirarte fijamente y luego saca esgrime con rapidez uno de sus cuchillos y te hace un tajo no muy profundo en la pierna, por el que empieza a brotar la sangre. Por desgracia, no es lo único malo puesto que parece que el cuchillo debe de estar envenenado o algo similar, porque a partir de la herida se te empieza a extender un dolor agudo y súbito. No puedes evitar soltar un grito por ello.

Notas de juego

Elius

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16/12/2011, 13:05
Director

Tu potente espada se cruza una, dos, tres veces con el cuchillo de tu rival, que sigue tratando de recomponerse de la sorpresa, y al quinto consigues romper su defensa y asestarle un tajo que debería ser definitivo. Sin embargo, tu oponente se mantiene en pie, y continúas con la retahila de golpes hasta que cae al suelo. Y al instante después, hueles un olor a quemado cuando del pecho y la cabeza de la figura caida empieza a salir humo y luego unas lenguas de fuego devorando su cuerpo desde el interior, por alguna clase de mecamismo extraño probablemente.

Pero no te puedes relajar, pues cuando echas un vistazo a tu alrededor puedes comprobar cómo el otro tipo extraño está frente al viajero, caido en el suelo, y le asesta un tajo en la pierna a lo que le sigue un grito de dolor por parte del herido. Por fortuna para ti, el que está de pie se encuentra dándote la espalda.

Notas de juego

Kromwill