Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Prólogo] ¿Cerramos el trato? -Finalizado-

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20/12/2016, 20:50
Seretide

Mi Señor...- murmuró, extasiada, en el momento en que lo vio colocarse sobre ella, mostrando su falo erecto, recibiéndolo con absoluta entrega, arqueándose al notar cómo horadaba en sus adentros, aferrándose a su túnica, al notar cómo el inmenso placer que la comunión con el avatar de Sanguine le proporcionaba, comenzaba a invadir su cuerpo en oleadas casi inaguantables. 

Temblaba de puro éxtasis, gemía, incapaz de contenerse, mientras la intensidad de las embestidas recrudecía, mientras lo escuchaba hablar, y jadear, en aquel fornicio que era goce y era adoración. Y al ver su verdadero rostro, durante lo que supuso un breve parpadeo, no pudo evitar estremecerse aún más, colocándose al borde de un precipicio por el que no tardó en saltar, notando que todo su mundo oscurecía, al mismo tiempo que la simiente de Sanguine, o de Sam Guevenne, bañaba sus entrañas, ardiente y deseada- Ohhh...-emitió, entre espasmos, con los ojos desmesuradamente abiertos de puro asombro. 

Notó que se apartaba de ella, y de pronto se sintió vacía, y quizá, instintivamente, emitió un leve quejido, que fue respondido con un pícaro lametón y con un beso que sabía a brandy ceremonial, y que la llevó a lamer sus labios, con glotonería. 

Escuchó sus susurros, mirándolo, desde una perspectiva surrealista y absolútamente complacida. Acarició su mejilla, y asintió- Así lo haré... Por el camino del río Blanco... Os debo mucho y sois... Generoso y magnánimo conmigo. Trataré de complacer vuestra petición. Y cuando vuelva a encontrarme con vos, os ofreceré mi boca como recipiente de vuestra ardorosa magnificiencia... -musitó, sintiéndose de pronto exhausta, sin querer perder detalle de su presencia, sabiendo que en algún momento se marcharía, y que no podría hacer nada por evitar que lo hiciera. Al menos llevaría su olor consigo para calentar sus noches de viaje, y la sensación cálida de su simiente durante varios días- Tan sólo... Espero no aburrirme demasiado. 

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21/12/2016, 05:04
Narrador

Tu encuentro con Sam Guevenne se te pudo antojar demasiado breve, pero así debió ser. El avatar de Sanguine abandonó la alcoba dejándote con la misión en ciernes, al amanecer dispusiste todo para empezar tu viaje. Niranye se despidió de ti, te dio las indicaciones pertinentes y suministros suficientes como para llegar a Carrera Blanca, la población que encontrarías en la ruta a Helgen donde podrías reabastecerte.

Fue un viaje agradable, la temperatura aun era suave y gracias al salvoconducto facilitado por el jarl de Ventalia lograste avanzar sin mayores percances. La ruta mandada por Sanguine era la más larga para llegar a Helgen, según te dijo Niranye, pues rodeabas la cara norte y oeste de la Garganta del Mundo, el macizo montañoso que era el pico más alto de todo Tamriel, y no por su cara oriental que te iba a ahorrar varios días de camino. Pero el mandato del señor daédrico imperaba ante cualquier decisión que pudieras tomar, por lo que tras cuatro días viajando algo destacó sobre el monótono paisaje rural que atravesabas.

Había un hombre sentado sobre un tronco caído encogido ante una espada clavada en el suelo, parecía estar rezando. Quizá una visión nada particular, pero a su alrededor yacían tres hombres muertos visiblemente estocados por una espada. Un examen más detallado de la escena te descubrió que aquel hombre no parecía haberse percatado de tu cercanía.

Notas de juego

El rostro del susodicho.

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22/12/2016, 19:24
Seretide

La mano del Señor de los excesos había dictaminado que su camino era el del río Blanco, y así lo había dispuesto Seretide. Ya no se trataba de obedecer o no, sino de la tremenda curiosidad que le producía imaginar a quién encontraría a su paso. Quién la ayudaría, llevado por la decisión del señor daédrico sin saberlo. 

Cuatro días de viaje quizá no era relativamente mucho, pero el paisaje era monótono y hacía frío, sobre todo por las noches. Echaba de menos la posada de Niranye, que resultaba tan acogedora como las piernas de la propia altmer que la regentaba, pero en cierto modo, pasar cierto tiempo consigo misma se le antojaba necesario. Después de todo, su existencia había cambiado drásticamente, y aún tenía que terminar de digerirlo. 

Y así, había transcurrido un amanecer, y otro, y otro... Hasta llegar a un cuarto. 

Y encontrar la efigie de aquel hombre postrado ante los cadáveres que presumíblemente había ajusticiado él mismo, le produjo al mismo tiempo escalofríos y una sensación de inevitabilidad que la llevó a acercarse, cautelosamente, en lugar de huir de alguien desconocido que portaba una espada manchada de sangre. La elfa oscura observó las facciones del arrodillado. Duras y propias de quien ha alcanzado la plena madurez. Su pelo encanecido le proporcionaba cierto porte que no habría sabido definir. El porte de la edad y la sabiduría, si bien no parecía aún un viejo, sino más bien un hombre que había madurado como un buen vino. 

Era la primera persona que encontraba en muchos kilómetros, y no pudo evitar preguntárselo. ¿Sería él aquel a quien debía encontrar? No estaba segura. Pero fue paciente. Si se trataba de tiempo, a ella le sobraba. Esperó a que terminase sus rezos, por respeto. A que se diese la vuelta y la viera, para entonces retirar la capucha de su capa y mostrar su rostro, mirándolo, con curiosidad mal disimulada. 

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22/12/2016, 20:34
Kennard Baylor

Tras unos instantes encorvado frente a su espada, el hombre alzó la mirada a su alrededor, sin levantarse empezó a lavar la hoja de su arma que estaba empañada de sangre. No tardó mucho en reparar en ti.

Buenos días. saludó mientras limpiaba la espada, con tranquilidad. No temas por mi, estos tres caballeros decidieron ir presentarse ante el rostro de Arkay antes de hora.. o en la hora adecuada, quien sabe. comentó con cierto tono de humor.

Y todo por todo lo que tenía.. miró uno a uno los cuerpos. Y todo lo que tengo se lo entregué, solo que por el lado del filo. mostró una sonrisa cínica haciendo referencia claramente a la espada. El hombre no llevaba unas ropas muy ricas, sino más bien desgastadas junto a una vieja cota de mallas. Destacaba un colgante en su cuello, con el mismo símbolo que decoraba las paredes del Salón de los Muertos de Ventalia.

Dime, dunmer, ¿he de preocuparme por ti? ¿O podremos tener una agradable conversación? te miró a los ojos directamente, como si lo acompañara una oleada de determinación y autoridad inusual, pero plena de curiosidad.

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22/12/2016, 20:46
Seretide

Seretide pareció sorprenderse de que el hombre hablase con ella, y además de aquella manera tan despreocupada y autoritaria. Alzó levemente las cejas, y no pudo evitar esbozar una media sonrisa socarrona al escuchar que había dado lo que tenía a aquellos hombres por el filo- Entiendo. -respondió, reparando en el símbolo de Arkay que colgaba de su cuello, y en cómo nombraba a la deidad, reparando con casi total seguridad en su credo. 

Que la mirase a los ojos no la amilanó, ella también lo miró a él, quizá con igual o mayor curiosidad- No, no debes preocuparte. No deseo esa espada que acabas de limpiar. No es que se me de bien manejar esa clase de espadas. ¿Debo preocuparme yo por ti, al no saber cómo usar una para también dártela por el filo si deseas robar algo que me pertenezca?- respondió, poniendo un brazo en jarra- Mejor pasemos al tema de la agradable conversación. Llevo cuatro días viajando, sin hablar con nadie. Es demasiado fácil y tentador dejarme llevar por la chanza. - admitió, posando la mirada sobre los cadáveres- ¿Vas a dejarlos ahí?

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22/12/2016, 20:57
Kennard Baylor

No debes preocuparte, por Arkay. No debes preocuparte. terminó de limpiar la hoja mientras la enfundaba en su vaina, se puso en pie. Solo soy un humilde sacerdote-guerrero del camino, y que lleva cinco sin hacerlo. bromeó mientras echaba una ojeada a los cuerpos repartidos por el camino.

Por los Divinos, claro que no los voy a dejar aquí. dijo con gravedad, entonces empezó a patear los cuerpos hasta apartarlos del camino, cayendo en la cuneta del camino. Ni siquiera se molestó en agacharse. Ya nadie respeta la majestad de la muerte como antes.. maldijo con cinismo mientras regresaba al camino delante de ti, se frotó las manos y te tendió la mano.

Me llamo Kennard Baylor. Un placer. saludó con una sonrisa leve, ligeramente empañada del cinismo con el hizo el comentario anterior.

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22/12/2016, 21:09
Seretide

La dunmer sintió ganas de echarse a reir al ver cómo el sacerdote de Arkay solucionaba el problema- Vaya, eso sí que es una solución efectiva.-comentó, sin parecer impresionada por lo que había hecho con los cadáveres, apretando su mano a modo de saludo- Cinco son muchos días, supongo. - admitió- Yo soy Seretide, un placer también, Kennard Baylor.-dijo, antes de soltar su mano, aún observándolo con suma curiosidad- ¿Viajas a algún sitio, o aún tienes pendiente eso de trazar un rumbo?- preguntó, mirando hacia arriba, para vislumbrar su rostro desde su altura. 

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22/12/2016, 21:25
Kennard Baylor

El bretón te miró con detenimiento, estaba claro que se quedó un poco apegado de la palpable belleza que le demostrabas. Pero lejos de quedarse embelesado, mantuvo la calma.

A Helgen. Dicen que se está estableciendo una nueva población sobre sus ruinas.. y puede que se precisen los servicios de un piadoso sacerdote de Arkay. explicó con tranquilidad, no sin falta de sentido del humor. Al fin y al cabo.. los muertos siempre llegan. de una forma u otra.

Hizo una pausa, ahora mirándote con mayor detenimiento, no le pasó desapercibido tu báculo a la espalda.

¿Y tú? ¿Adónde te diriges? preguntó al final.

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22/12/2016, 21:31
Seretide

Seretide parpadeó, un par de veces, sorprendida. Sí, aquella era la confirmación. Él era la persona con la que debía encontrarse- Vaya, pues yo me dirijo a Helgen también, piadoso sacerdote de Arkay. Sé que quizá no necesitan a una elfa oscura en esa nueva colonia, pero no me importa. Se acabarán acostumbrando a mí, y será más fácil para los mios, en el futuro, encontrar un refugio al norte.-explicó, en parte diciendo lo que pensaba sobre la marcha, sin desvelar motivos más superiores- Además, me gustan los nuevos comienzos.-suspiró- Y hablando de comienzos... - añadió, cargando ligeramente su peso sobre el cayado que llevaba junto a ella, para liberar la presión que soportaba en las piernas tras cuatro días de camino- Creo que me puede venir bien que un piadoso sacerdote de Arkay dispuesto a dar por el filo su espada a quien la pida a gritos me acompañe. Aunque te advierto, que cocinar no es lo mio. Vas a tener que encargarte tú. 

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23/12/2016, 00:42
Kennard Baylor

Kennard se puso en pie, recogió las pocas pertenencias que aun tenía y se las colocó al hombro. Te echó otra mirada, disfrutando de lo que contemplaba.

No sé si necesitarán una dunmer. dijo al principio serio. Pero sí querré una buena compañía para el camino. añadió con una sonrisa socarrona.

La escuchó poner sus condiciones mientras se ponía en marcha, esperando que te unieras. Su sonrisa nunca era amplia, era un porte serio salpicado de leves sonrisas ásperas y cínicas.

Si no sabes cocinar, ¿qué sabes hacer? ¿Menear ese palo que tienes contigo y lanzar hechizos? preguntó mientras miraba ocasionalmente los alrededores.

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23/12/2016, 00:48
Seretide

Seretide rió, cantarina, encontrando aquel comentario súmamente jocoso- Sí, básicamente. Eso y beber como una bota sin tope. Pero eh, aunque no tenga un arco y no sepa usar una espada, puedo freír un ciervo con un rayo. Así que tendremos algo que comer, seguro.-comentó, encogiéndose de hombros.