Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Prólogo] Piedras guardianas -Finalizado-

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02/10/2016, 20:44
Kaeso Adamo

Kaeso seguía envolviéndote en esa telaraña de deseo, cada vez con mayor intensidad movía su cuerpo para que notaras su miembro rozarse con total impunidad contra tu trasero. La mano sobre tus senos derramaba una sinfonía de pellizcos, amases y agarres, podías notar como había llegado a reblandecer tu piel por aquella incapacidad de poder gemir, ni siquiera a tu oído, porque en él solo sentías sus exhalaciones de lujuria ardiente.

Contigo ofreciéndote a ser penetrada por él, Kaeso colocó su glande de nuevo en tu entrada. Sus dedos rezumaban tu humedad apretando hasta el delirio tu clítoris, y mientras notabas esa presión ibas notando como la dureza de piedra del sexo del imperial iba entrando lenta y exasperantemente en ti. Reprimió un gemido que vibró en tu cabeza, porque se encajó a la perfección dentro de ti, tu cuerpo arqueado, ofrecido en sacrificio a Kaeso hizo que su mandíbula se marcara profundamente en tu hombro.

Dentro de ti, notabas como incluso podía palpitar con mayor vigor, sabiéndote excitada más allá de toda mesura. Llevó esos dedos húmedos de tu interior y tomaron el relevo de la mano que se adueñaba de tu busto. Esa mano recayó en tu boca, y ahí permanecía, encajado en ti.. sin visos de que su miembro decreciera.

Muérdeme.. muérdeme para no gritar.. porque yo lo haré.. susurró entrecortado, y allí ofreció su antebrazo para que hundieras tus caninos en su piel, y sin avisar empezó a copular contigo. Su cuerpo se rozó contigo, te penetró con profundidad sin llegar a salir nunca, eran movimientos lentos e intensos. Kaeso movía la cadera para que su sexo llegara a todos los rincones de tu interior sin impedimento, a su vez él mordía tu hombro, tu cuello, tu nuca.. todo por evitar gemir y no despertar a Ganlius.

Mientras notabas como te penetraba con absoluta calma, podías notar que nunca habías notado a Kaeso tan excitado, ni su miembro tan enfervorecido para ti.. y en ti. En aquel lugar donde el amor, el deseo y la lujuria se dan la mano..

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03/10/2016, 10:16
z/Hati, Garra Roja

Era desesperante sentir el roce de su miembro contra mis glúteos, la piel de mis senos y mis pezones erizándose bajo las atenciones cada vez más intensas del imperial. El instinto más primitivo me había poseído y mis sugerentes movimientos de cadera, tentando a Kaeso una y otra vez, invitándolo a entrar en mí, dieron sus frutos.

Poco a poco, Kaeso guió su miembro hacia la entrada de mi flor, que lo esperaba humedecida y con fuertes contracciones por la excitación que provocaban cosquilleos entre mis pierna, anhelando esa unión de nuestros sexos mientras ambos exhalábamos jadeos enmudecidos por el fuego que empezaba a devorarnos. El excitante miedo a que Ganlius nos oyera y nos descubriera, hacía aún más estimulante la promesa de la cópula.

Lo sentí reprimirse para no gemir cuando su endurecida y palpitante virilidad penetró dentro de mí, aunque tuve que apretar los labios, conteniendo un grito de placer al sentir al imperial tan excitado, mordiéndome el hombro. La mano que tenía en mi busto, ascendió hacia mi boca mientras la otra, caliente y mojada tras explorar mi sexo, ocupaba su lugar en mis senos. Fuera instinto o excitación, tomé la mano que Kaeso tenía cerca de mi boca y lamí sus dedos, los besé, los succioné uno a uno, rozando mis dientes por su piel.

-Buufff...- bufé de estremecimiento cuando me susurró aquello, apartando sus dedos índice y corazón de mi boca mientras Kaeso me ofrecía su antebrazo para morder y limitar nuestros gemidos al mínimo de lo posible -Sí... muérdeme... mi lobo...- susurré entre jadeos entrecortados mientras el imperial empezaba a copular conmigo. Y, ¡Divinos! Vaya si mordí su brazo, porque sentir las profundas penetraciones me hacían no sólo temblar entre estertores de placer, sino que deseaba gritar. Y si no mordía su piel, el bretón y todo el bosque, iba a ser testigo del intenso éxtasis en el que me envolvía mi amado.

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07/10/2016, 20:43
Kaeso Adamo

Sentir tu dentellada con tanta fuerza le hizo sangrar un poco, pero Kaeso no se quejó, sino que él también marcó profundamente sus caninos en tu hombro al límite de lo racional. Sentía su miembro rebuscar dentro de ti todo el placer que pudiera robarte, y lo buscaba a conciencia, pues lentamente salía llevándose toda tu humedad y volviendo a entrar hasta el fondo rozando con descaro su cadera con tu trasero, aplastando tus glúteos en el proceso.

El brazo que te ofrecía se escapó de tu mandíbula, y esa mano te tapó la boca con fuerza, te cubría medio rostro mientras notabas su rostro junto a tu oído, con agonizantes gemidos que era cuanto podía reprimirlos, y lamió el contorno de tu oreja con un gesto de pura lujuria antes de susurrarte.

Auuuuuuuu.. murmuró con una sonrisa, y con ese ficticio aullido te volvía a penetrar lentamente, terminando el aullido hasta que se encajó de nuevo en ti. Y su mano seguía tapando tu boca, y la otra amasaba tu busto con descollante ansiedad, pellizcando tus pezones haciéndote sentir atrapada a su merced.

Cuando dejó de lamer tu oreja, buscó tu cuello, que besó, lamió y mordió, no necesariamente en ese orden, la piel del mismo. Se sació de un lado, y recayó sobre el otro, y cuando ambos a lados estuvieron húmedos de saliva y rojos de mordiscos, atacó tu nuca mientras su cuerpo por entero se movía neumático pegado al tuyo.

El telón no iba a caer aun.. desde luego.

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07/10/2016, 20:57
z/Hati, Garra Roja

Sentí el sabor de la sangre de Kaeso en mi lengua, pero ya me disculparía luego, pues ahora mi mente era incapaz de racionalizar nada mientras el imperial entraba y salía de mi interior, haciendo que el deseo me poseyera. Un deseo que había que mantener enmudecido pero eso... hacía la cópula mucho más excitante si cabía.

Aunque abrí los ojos como platos cuando lo hizo, si Kaeso no llega a taparme la boca, habría gritado de dolor y placer a la vez al recibir su mordisco en el hombro. Sin embargo, eso me excitó mucho más aún, llegando a enloquecerme de salvaje lujuria. Mis caderas se movían para recibir cada embite de Kaeso con mayor profundida. Hacia delante cuando su miembro salía, hacia atrás cuando volvía a entrar. Era desquiciante... pero a la vez magnífico.

Bufé de placer cuando lamió mi oreja y aulló a mi oído. Haciéndome clavar mis uñas en la manta mientras los dedos de mis pies se arqueaban por la tensión. Entonces me estremecí cuando mordió y lamió mi cuello, haciendo que mi sexo se contrayera casi frenético cuando clavó sus dientes en mi nuca, erizando mi piel.

Los jadeos, los gemidos enmudecidos. Hasta nuestros sexos intentaban permanecer silenciados a pesar de la humedad que compartían. Nunca había sentido nada igual y si, en algún momento tuve dudas, supe en aquel instante de lujuriosa pasión, que aquel era el hombre de mi vida.

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08/10/2016, 18:53
Kaeso Adamo

Manteniendo la boca firmemente tapada, Kaeso siguió profundizando su miembro dentro de ti e ibas notando como esos movimientos se hacían sutilmente más largos y profundos. Sin querer acelerar para no hacer ruido, el imperial salía prácticamente entero para volver a entrar una vez más hasta aplastar totalmente tus nalgas contra su cadera. Notabas el calor de su miembro en ti, como se fortalecía al máximo antes de decrecer un poco, como si peleara por ir más allá de su límite físico.

Abandonó el dominio de tus senos, y esa mano regresó a sus tierras ancestrales. Empezó a acariciar una vez más tu perla por delante mientras entraba en ti, conjuntando en armonía ambas sin ninguna clase de cuartel. Gustoso hubiera lanzado la otra mano sobre tu busto, para hacer un absoluto control de tus zonas más sensibles, pero mantuvo la presa en tu boca para que no hicieras ruido. Pero ni todas las mesuras pudieron frenar una embestida cada vez más intensa del imperial contra ti, en tu oído, tras haberse alimentado de tu piel, te iba susurrando palabras de deseo y lujuria.

Es.. ah.. ah.. mara.. villoso.. ah.. te deseo.. me.. perteneces.. declaró entre mudos jadeos, sabiendo que la réplica que continuaba era que él era tuyo, pero en ese instante no había medidas tintas.. estabas totalmente sometida y dominada por Kaeso, que parecía dirigir como quisiera tu cuerpo con apenas esfuerzo. Mía.. loba.. aah.. loba.. auuuuuuuuu.. volvió a fingir un aullido en tu oído, acompañando esa familiar sensación de su miembro adentrarse al ritmo del mismo hasta fundirse en ti.

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08/10/2016, 19:31
z/Hati, Garra Roja

Embestida a embestida, penetración tras penetración, mis gemidos de placer eran cada vez más difíciles de silenciar, incluso con la mano de Kaeso tapando mi boca con firmeza. La humedad de mi sexo era tal que se extendía por mis ingles, y entre mis glúteos, pues cada vez que el miembro del imperial abandonaba mi flor, se llevaba el suave néctar consigo, impregnando mi piel.

-Mmmppff... mmmmppff...- por más que gimiera, el imperial me había tomado como su presa. Era su hembra y él un depredador que me tomaba sin piedad, entrando y saliendo una y otra, y otra vez de mí. Salvaje, dominante... tal era mi excitación que mi sexo se contraía en torno a su miembro con mayor fuerza cada vez, anhelando la simiente prometida y el éxtasis que llevaba consigo.

El deseo, la lujuria... quise darme la vuelta, colocarme bocabajo, ofreciéndome a él. Que me tomara como un animal, que no se contuviera que mordiera mi nuca y me hiciera gritar de placer hasta que la propia Dibella se sonrojara... pero no lo hice. Estaba a su merced y, en aquel momento, habría hecho cualquier cosa que me hubiera pedido.

Cualquier cosa...

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11/10/2016, 04:43
Kaeso Adamo

Sumidos en aquella pelea por no desaforar los gritos de placer, podías notar como Kaeso se iba arrimando cada vez con mayor intensidad a tu espalda y, en consecuencia, tu cadera. Notabas como su respiración y los temblores de su miembro anunciaban su inminente desenlace, para evitar gritar hincó de nuevo los dientes en tu hombro esperando que aquel clímax no se le fuera de las manos.

Sentiste el estallido dentro de ti, la simiente del imperial brotando en tu interior y llenándote de su éxtasis. Los estertores que prosiguieron apenas pudo mantenerlo entero, pero su presa sobre ti impidió que saliera demasiado pronto, sino que saliera según el vigor abandonara su sexo prolongando así la extática sensación. Tras dejar la mordedura, algo aparatosa si cabe, te cubrió de una alfombra de besos tan dulce que pareció sanar cualquier marca que hubiera dejado sobre ti.

Te amo.. Divinos.. suspiró bajito mientras trataba de relajarse, sintiendo como el sueño se iba arrimando para reclamar su dominio tras una jornada intensa y una noche aun más.

A vuestro lado Ganlius continuaba roncando furioso contra alguien, Botitas había levantando la cabeza, más sensible a los sonidos, pero optó por seguir su sueño. Estabais juntos en aquella oscuridad, abrazados como si no importara otra cosa, porque en ese instante no importaba otra cosa salvo vosotros.

Ha sido tan.. intenso.. respiró con pesadez mientras rozaba su cuerpo al tuyo, buscando arrumacos y casi ronroneando.

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11/10/2016, 11:02
z/Hati, Garra Roja

A pesar de reducir los movimientos y los ruidos al mínimo, las penetraciones cada vez más profundas de Kaeso, los temblores de su miembro, me hicieron estremecer, prólogo del clímax del imperial, como si sus embites fueran los últimos peldaños que, tras un ascenso de placer inmeso, llevaran al cielo del éxtasis prometido.

Kaeso mordió mi hombro y a través de la mano que tapaba mi boca, un enmudecido gemido se escapó de entre mis labios. Pronto, la semilla del imperial regó mi flor, haciéndome entornar los ojos por el placer que sentir su simiente dentro de mí, me evocaba.

La tensión fue desapareciendo poco a poco, y donde antes hubieron mordiscos, ahora los labios de Kaeso me regalaban besos y ternura. No salió de mi interior, se quedó dentro hasta que la excitación abandonó su miembro. Jadeante, me humedecí los labios en cuanto me liberó de la mordaza y giré la cabeza para besar los suyos con dulzura -Y yo... a ti...- susurré, con la respiración entrecortada y una lumiosa sonrisa en el rostro.

Me giré por completo, para mirarlo frente a frente, arrubujándome entre sus brazos y colmándolo de besos en el rostro, en los labios, en el cuello... antes de cerrar los ojos, vencida por el cansancio y la tensión de la cópula, ahuecando su pecho para apoyar mi cabeza. Respiré profundamente y poco a poco, los latidos acelerados aún de su corazón, me arrullaron hasta que el sueño me derrotó.

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12/10/2016, 20:47
Kaeso Adamo

Rendido en aquella espiral de pasión desenfrenada culminada por el estallido del imperial en tu interior, cuando te volviste hacia él colmándole de besos, él correspondió con la misma menguante intensidad. Ofreció ese hueco que buscaste y te arrebujó entre sus brazos, sería difícil decir quién se durmió antes, pero estaba claro que los ya estabais soñando. Especialmente Ganlius, cuyos ronquidos se mantenían por todo lo alto y para todo el bosque.

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12/10/2016, 20:50
Botitas - Cachorro

El amanecer no llegó como te lo esperabas. Quizá habías soñado con un Kaeso besándote quedamente, pero lo que te encontraste, os encontrasteis, fueron los persistentes lametones de un cachorro de perro-lobo que os ahogaba en cariño a uno y a otro. El inefable Botitas había decidido que ya habíais dormido suficiente, el animalillo se entregaba al completo a la tarea de llenaros de babas ante las quejas amargas de Kaeso, justo abríais los ojos que también os llenó los pulmones de un aroma agradable a desayuno.

En la hoguera estaba inclinado el gran Ganlius preparando el mismo, estaba riendo con su voz grave al ver a Botitas tan entregado a la causa de despertaros.

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12/10/2016, 21:16
z/Hati, Garra Roja

Dormía plácidamente cuando un jadeo agitado me hizo arrugar la frente. Fue entonces cuando empezó el ataque. Un afanado Botitas nos asaltó a Kaeso y a mí para que nos levantáramos y dejáramos de remolonear entre las mantas. Intenté defenderme de sus lametones pero terminé riendo al verme vencida por el cachorro y sus babas. 

Bocarriba, lo cogí con ambas manos, alzándolo sobre mí mientras él se retorcía intentando liberarse de mi presa para continuar con sus lametones -¿Qué opinas, Kaeso? ¿Te apetece un cachorro con la tripa llena de cuerompara desayunar?- pregunté divertida, mirando al imperial. Solté a Botitas y, haciendo un esfuerzo, me puse los pantalones sin levantarme, usando la manta para que nuestro compañero de viaje no viera nada que no debía. 

De soslayo, vi al bretón acuclillado junto a la hoguera, preparando el desayuno. La verdad es que olía delicioso, pero antes de levantarme me giré hacia Kaeso -Buen día... mi fiera- le dije, mordiéndome el labio antes de besarlo en los labios. Un beso breve, casi inocente comparado con lo que había sucedido aquella noche entre esas mantas.

Sonreí y me incorporé, estirando los brazos para desperezarme. Me dolía todo y no pude evitar llevarme una mano al hombro, allí donde Kaeso había mordido con tanta fuerza. Me estremecí y bufé sólo de recordarlo.

-Buen día, Ganlius. Huele delicioso- dije, cogiendo mi odre de agua y bebiendo de su contenido hasta dejarlo prácticamente vacío.

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15/10/2016, 16:22
Ganlius Dratinius

Con un Kaeso remoloneando contigo sin ningún rubor, el imperial jugó con un Botitas que había encendido todas las alarmas e intentaba huir al ver que su plan maestro para despertaros se había vuelto en su contra. La risa clara de Kaeso era contagiosa, una risa que en aquel instante se veía libre de toda preocupación, la única que tenía era la de verte feliz y a esa tarea se entregaba en cuerpo y alma.

El bretón os asintió con una sonrisa apacible, no parecía estar incómodo con vuestros juegos matutinos. Aunque Botitas, una vez liberado, se fue a proteger bajo el mastodóntico cuerpo del sacerdote.

Buenos días, pareja. respondió con su voz grave. Huele y espero que también sepa, he echado un poco de todo lo que tenía. En Helgen me reabasteceré. os miró con cara de circunstancias, con asomo de vergüenza. Kaeso ya me conoce, pero.. tú no, Hati, disculpa si anoche te molestaron mis ronquidos. bajó la cabeza en señal de disculpa, una vez más hizo un tamaño esfuerzo por tutearte.

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17/10/2016, 11:40
z/Hati, Garra Roja

La verdad es que en aquel momento, viendo tan feliz a Kaeso, sentí que mi vida estaba plena. No sabría explicarlo, era como si ver la dicha en su rostro, oír su risa, fuera todo lo que necesitaba.

Ante las palabras del sacerdote, me ruboricé y evité mirarlo -No... no te disculpes, Ganlius- dije, cogiendo una cuchara de madera para probar el desayuno -. Al principio me sobresalté, mas luego dormí plácidamente- mentí... bueno, no era una mentira en realidad, simplemente omití los detalles lujuriosos antes de caer rendida en brazos de Kaeso y dormir a pierna suelta, como quien dice.

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18/10/2016, 20:30
Ganlius Dratinius

El sacerdote no apreció, o fingió no hacerlo, el rubor y sonrió beatífico. Sirviendo el desayuno a cada uno, Ganlius hablaba distendido, bromeando sobre sus ronquidos.

Kaeso sabe que no son precisamente livianos mis ronquidos. sonrió al imperial mientras se servía el desayuno. Una curandera nórdica me aconsejó no se cuales hierbas para aliviar su.. reverberancia.. pero las hierbas se me agotaron a la semana. No sé nada de hierbajos y, honestamente, no me he preocupado demasiado por buscarlos.

La conversación continuó sin muchos sobresaltos. Kaeso participaba de la charla con Ganlius, recordando viejos tiempos, ambos parecían haber viajado por buena parte de Roca Alta y Cyrodiil en diversas etapas. Ambos aseguraban que parecía que los Divinos insistían en que siempre compartieran trecho, aunque al final los deberes de uno y otro los terminaban separando. Por otro lado, Botitas había sustituido su jugosa dieta de botas de cuero por un plato de carne curada que sobró al bretón en el desayuno, era casi, y solo digo casi, tan feliz como si tuviera una bota de cuero en la boca.

Así pues levantasteis el campamento, Helgen estaba a pocas horas de vuestro campamento, el destino del camino que empezaste desde Carrera Blanca, y ahora parecía que se iba a convertir en una nueva etapa de tu vida.

Notas de juego

Final del Preludio.

Puedes responder, o mantener una conversación si lo deseas. Cuando los jugadores pendientes terminen los suyos, darás el salto de escena.

Obtienes 300 PX, por lo que subes a nivel 2.

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19/10/2016, 13:33
z/Hati, Garra Roja

-¿Recuerdas el tipo de planta, Ganlius? Su color, su textura... o tal vez su aroma y flor, de tenerla- comenté al bretón -. Quizá pueda ayudarte a buscar alguna, si lo deseas-no vayamos a llegar al Helgen y, en la primera noche, los aldeanos huyan aterrorizados pensando que los ataca un dragón- pensé, obviando ese detalle para no ofender al Vigilante.

Cuando emprendimos la marcha y pude acercarme a Kaeso, quien había estado charlando profusamente con el bretón, le hablé con confidencialidad, ralentizando un poco mi paso -Así que hijo del emperador... y decidme, oh Su Excelencia, ¿qué planes tiene ahora mi amado imperial bastardo?- pregunté con sorna, sacando la lengua. La verdad es que no me importaba en absoluto su condición.

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20/10/2016, 04:18
Kaeso Adamo

El bretón divagó por varios nombres, pero al final pareció bastante convencido que se trataba de una flor de colores amarillos y rojos, y un nombre bastante sonoro con dragón. La verdad es que tampoco se había preocupado demasiado en ese tercio, estaba acostumbrado a viajar solo.

Ya el camino y con un hiperactivo Botitas que iba y venía con entusiasmo, Kaeso te miró alzando una ceja y aprovechando que Ganlius estaba pendiente de algo de su caballo, te dio un azote que hizo vibrar tu nalga.

Castigaros por vuestra osadía, eso tenedlo por seguro. respondió picajoso mientras se abstenía de hacer ningún comentario sobre tu condición lobuna por precaución. Con algo más de seriedad, el imperial miró hacia el camino. Me preocupan esos.. asaltantes. confesó alzando la mirada hacia la Garganta del Mundo, la montaña parecía cercana, pero era una ilusión debido a su colosal tamaño que presidía prácticamente todo Skyrim. ¿Crees que los Barbas Grises sabrán algo? se preguntó mientras continuabais el camino. Aunque había otra sombra que operaba sobre Kaeso, una que se atrevió a compartir contigo, pues era una pesada rémora.

Aun pienso en.. los asesinos de mi padre. le dijo temiendo una reacción negativa por su parte, el imperial miró fijamente el camino. ..no los perseguiré.. pero no sé cómo reaccionaría si.. me los encontrara.

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20/10/2016, 10:24
z/Hati, Garra Roja

Arrugué el ceño -Creo que es la Lengua de Dragón, Ganlius. Por estos lares no es sencilla de encontrar, mas con fortuna habrá algún alquimista en Helgen y puede que tenga esa planta entre sus productos- le dije, reconociendo la planta.

Tras lanzar mi afectuosa pulla al imperial, Kaeso me respondió con un azote que me hizo abrir mucho la boca, fingiendo un agravio -Imperiales... todos iguales- dije con sorna antes de romper a reír. Siguiendo el camino, aproveché un despiste de Kaeso para pincharlo en uno de sus costados con dos dedos, esperando sobresaltarlo. Un juego en el camino... ¿por qué no?

Alcé la vista hacia la Garganta del Mund cuando nombró a los Barbas Grises -No lo sé... dicen que se enteran de todo mas no suelen inmiscuirse- comenté, arrugando la frente -. Una de las cosas que quiero hacer es subir los siete mil escalones, quizá más adelante podamos hacerlo e intentar averiguar algo- bajé la mirada, preocupada -. En cuanto lleguemos a Helgen, he de escribir a mi hermano. Creo que iba camino de Hibernalia, para estudiar en el Colegio, a pesar de que mi madre siempre se ha opuesto a que dependa de la magia.

Entonces miré a Kaeso cuando mencionó a los asesinos de su padre y me detuve, reteniendo al imperial por el brazo para que me mirase a los ojos -No te pido que los olvides, sólo que no mueras por la venganza.

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21/10/2016, 00:43
Kaeso Adamo

El bretón asintió entusiasta cuando diste con el nombre, esa era decía el sacerdote con una sonrisa amplia y agradecida. Se aseguró por Stendarr que no olvidaría ese nombre, mas añadió que no prometía que lo fuera a tomar siempre con una risa grave y afable.

Kaeso a su vez sonrió burlón cuando respondiste a su azote con esas palabras, creíste que hasta llegó a sacarte la lengua, y justo cuando lo hacía le pinchaste el costado causando poco efecto, aunque notorio, por la ropa gruesa que llevaba encima. El imperial te miró burlón encogiéndose de hombros.

Buen intento, nórdica, pero sin efecto.. sonrió ufano mientras manteníais el paso. Cuando te escuchó hablar de los Barbas Grises asintió con gravedad, veías en su mirada un halo de preocupación, como si de alguna manera se sintiera responsable de algo. 

Lo haremos, no te quepa duda. Pero tendremos que estar preparados. comentó Kaeso con una sonrisa confiada. Un hermano mago.. quién lo diría.. la oveja negra de la familia. bromeó entre risas, eso se ganó una mirada de reprobación de Ganlius que alegó que nadie debería ser socavado por sus sueños, algo que Kaeso respondió distendido. Estaba de broma, Ganlius.

El hombre asintió lentamente mientras se sentía aliviado por tu respuesta, sintió tu apretón en el brazo como una válvula de aire, correspondió tu mirada y sonrió, triste, pero también alegre por sentirte cerca.

Gracias. respondió con calidez, unió a ese agradecimiento un tierno beso en los labios antes de continuar.

El camino prosiguió sin percances, y cercando el mediodía llegabais a vuestro destino: Helgen.

Notas de juego

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