Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Prólogo] Piedras guardianas -Finalizado-

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23/09/2016, 02:36
Kaeso Adamo

Kaeso mantuvo la mirada sobre ti sin cambiar un ápice la adoración que parecía profesar solo con su sonrisa, respiró profundamente mientras se llenaba de tu aroma.

Estoy diciendo que.. se frenó un poco, como si un repentino miedo se hubiera aferrado a su garganta, pero del que se vio liberado pronto. ..que quiero sentir que eres la mujer de mi vida para siempre, como ahora lo siento aquí. llevó su mano al corazón. Que no tengamos miedo a los secretos del otro y no.. nos veamos arrastrados por ellos. acarició tu mejilla tras llevar su mano al corazón. No compres ningún amuleto, mi vida. Para mi.. tú eres ese amuleto. sonrió dichoso. Hizo una pausa mientras acercaba suavemente tu rostro al suyo. No sé si fue Mara la que nos ha unido, pero sé ni ella hará que pueda llegar a amar alguien.. como siento que te amo a ti.

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23/09/2016, 10:10
z/Hati, Garra Roja

Al principio lo miré extrañada pero divertida, mas pronto mi expresión fue sustituída por otra muy distinta. Duda... Miedo... Amor... Todo ello se reflejó en mi rostro ante las palabras del imperial.

-Kaeso, yo...- no supe qué decir. Mis sentimientos estaban ahí, pero no iba a ponerme a cantar serenatas, a recoger flores o a saber qué más hacen los enamorados. Pero no por no hacer aquellas cosas, mi amor por Kaeso era menos sincero.

Apoyé mi mano sobre la suya cuando me acarició la mejilla. Casi en un ronroneo, cerré los ojos y acurruqué mi rostro en la palma de su mano, frotando mi mejilla con suavidad. Abrí los ojos y sonreí ante sus últimas palabras mientras acercaba su rostro al mío. Suspiré, apoyando mi frente en la suya y cerrando los ojos.

-Yo también te amo... Por eso esto es tan difícil...- dije casi en un susurro, apretando los labios. Me aparté para mirarlo a los ojos. Había preocupación, miedo, culpa... todo ello en mi mirada. Pero también amor -Tengo que contarte algo... algo que sólo un par de personas saben. Algo peligroso, que puede hacer que te retractes de tus palabras...- arrugué la frente, angustiada - Algo que yo no elegí.

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23/09/2016, 17:59
Kaeso Adamo

Tu repentino cambio de actitud hizo que Kaeso frunciera el ceño, mas el cariño no os abandonó y te acogía como el tesoro que sentía que eras. Unió su frente a la tuya sin exigirte una respuesta, solo sintiendo tu cercanía le era gratificante, pero entonces empezaste a decir aquello y su rostro se mostró dubitativo.

Su mirada envolvió la tuya, como un el bebé que tomas entre tus brazos para que no llore. Kaeso respiró profundamente y asintió mientras tomaba tus manos, se separaba un poco para mirarte con extrañeza e intriga.

Tranquila, Hati.. tranquila.. apretó tus manos con suavidad, bajó la mirada un instante y alzó la mirada hacia ti de nuevo. Si crees que debo saberlo.. te escucharé.

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23/09/2016, 18:12
z/Hati, Garra Roja

Llené de aire mis pulmones y lo solté muy despacio, manteniendo los ojos cerrados, preparándome para la peor reacción posible del imperial ante lo que necesitaba confesarle. No sabía por dónde empezar, así que decidí empezar por el principio.

-Mi... mi padre, fue asesinado por un grupo de individuos llamados la Mano de Plata- dije, abriendo los ojos para mirarlo, sin saber si aquel nombre le resultaba familiar -. Fue asesinado por ser... un hombre lobo- tragué saliva -. Desde niña, he sufrido pesadillas terribles. Escuchando aullidos y rugidos en sueños, pues la sangre de hombre lobo, es lo que te convierte en un perro de Hircine y... y...- apreté los labios -Yo la heredé de mi padre- me abstuve de decir que mi madre también lo era, para protegerla.

Desvié la mirada, temiendo ver el desprecio en sus ojos.

-Desde mi primera Sangre de Luna*, cada vez que Secunda o su hermana estaban llena, esa noche me escabullía, perdiéndome en el bosque o las llanuras por si el lobo despertaba, para no hacerle daño a nadie, aunque hasta ahora no he... cambiadodije, girando la cabeza para mirarlo de soslayo -. Por eso anoche me tuve que marchar y, sin embargo, algo fue diferente- fruncí el ceño -. Me vi convertida en lobo... no en licántropo. Mis sentidos se agudizaron, las sombras no tenían secretos para mí y mi olfato me ayudaba a "ver" mucho más allá de lo que alcanzaban mis ojos. Sentí la necesidad de cazar y seguí un rastro que me llevó hasta un magnífico ciervo albino, con unas cornamentas envidiables. Lo aceché y salté sobre él... pero huyó y lo perseguí- resoplé, recordando la visión, recordando la pesadilla de Kaeso y las similitudes -. Logré morderle una de las patas traseras y derribarlo, mas cuando fui a cerrar mis mandíbulas en torno a su garganta, se desvaneció...

Hice una pausa y clavé mis ojos en el imperial. La angustia y el horror se reflejaban en mi rostro.

-Luego una voz, el espectro del venado albino, me habló y volví a ser humana. Me advirtió sobre las dos Lunas llenas... y ahora, temo que esa noche, despierte la sangre del lobo en mí.

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23/09/2016, 18:38
Kaeso Adamo

Kaeso escuchó lo que tenías que decirle, y lo hizo sin interrumpirte. Quizá se había acomodado a la idea de que el secreto que escondías era algo normal, pero a medida que iba escuchando su rostro era un poema de confusión y desamparo. Al revelar tu ascendente te miró desconcertado, pero cuando te sumergiste en los detalles de esa noche notaste como sus manos temblaban, no por miedo, sino por la confusión que le generaba estar sabiendo esas cosas.

Te miraba a los ojos, como si en ellos hubiera un reclamo por saber que lo que le contabas era mentira, que no había nada de cierto en ello y le estabas tomando el pelo. Pero la respuesta de tus ojos, envuelta en dolor y miedo ya le antojó que no era, en absoluto, ninguna broma. Sintió miedo, no lo iba a negar, un miedo cerval y extraño ante el cual no supo como reaccionar. Pero la primera reacción fue la de soltarte las manos y levantarse de la cama aturdido.

Por los Nueve.. se llevó las manos cubriendo nariz y labios, arrollado por tu revelación, camino lentamente de un lado a otro. Botitas, como si presintiera tu malestar, emergió de debajo de la cama y se sentó a tus pies. Kaeso seguía tenso, nervioso, finalmente se cruzó de brazos mirando por la ventana que os abría el amanecer. Unos sueños curiosos, ¿no? Como si hubieras estado en ellos.. dijo tratando de que no sonara a reproche, pero le costó, le costó horrores no hacerlo. Resistía a mirarla, solo contemplaba el mar de árboles más allá de la empalizada, y del mar a las montañas blancas. ..si es cierto lo que me cuentas, ¿qué he de esperar yo? ¿qué soy yo? ¿para ti? ¿para..? no dijo Hircine, pero quedaba implícito que se refería al señor daédrico.

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23/09/2016, 19:13
z/Hati, Garra Roja

Tenía que hacerlo... tenía que saberlo...

Cuando me soltó las manos apreté los ojos con fuerza. Botitas salió de debajo de la cama di unas palmadas en mi muslo para que se subiera al lecho, donde empecé a acariciarlo. Vi la frustración de Kaeso, y eso no hizo sino aumentar mi angustia... aunque ahora el miedo era otro muy diferente.

-Por eso... quería mantenerte al margen, mas tu sueño...- apreté los labios -El Aspecto dijo que no estaba preparada... temo lo que espera de mí- resoplé y me levanté de la cama. Cogí mis calzones y comencé a vestirme -. Yo no elegí nacer con esta.... este...- sacudí la cabeza. Entonces la pregunta, mejor dicho, las preguntas del imperial me hicieron mirarlo fijamente -No lo sé... pero sí sé qué eres para mí- me llevé una mano al corazón y acerqué la otra al hombro de Kaeso, pero me detuve, sin llegar a apenas rozar su piel. Suspiré, me di la vuelta y terminé de vestirme.

-Será mejor que me vaya...- comenté, dolida, controlando las lágrimas que hacían arder mis ojos mientras recogía mis pertrechos. Abrí la puerta y me detuve en el umbral -Te amo, Kaeso... todo cuanto te he dicho es tan cierto como como que mañana volverá a amanecer. Vamos, Botitas.

Tragué saliva y salí... era mejor así, mejor para él. ¿Quién iba a amar a una mujer loba que podría matarlo cada luna llena? No. Si Hircine lo quería a él, tendría que buscarse a otro perro de presa.

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23/09/2016, 19:30
Kaeso Adamo

Botitas soltó un gemido de desconcierto al veros de esa guisa, Kaeso miraba conmocionado por la ventana y sintió el peso de sus palabras sobre él, pero no se atrevió a responder. Volvió su mirada hacia la tuya, apretó los labios sintiendo una impotencia que le impedía decir nada. Cuando te detuviste junto al umbral, el imperial no reaccionó, ni quiso mirarte marchar. Como cuando eres pequeño y crees que si no miras cuando te quitan la astilla dolerá menos.

El pequeño can gruñó a Kaeso para llamar su atención, pero el imperial lo miró a él, y solo a él, para mover la mano en señal de despedida. Botitas te miró soltando otro gemidito, pero marchó junto a ti. Kaeso tenía la garganta oprimida, mudo de desazón. Cerró los ojos al cerrarse la puerta, había una lágrima que le abrasó el rostro como si fuera ácido.

Y solo hubo silencio, silencio afilado como un hacha.

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23/09/2016, 19:38
z/Hati, Garra Roja

Salí de la posada con el cachorro. Me obligué a no llorar, aunque mis ojos estuvieran humedecidos. En parte, ya sabía que esto pasaría, mas me dije a mí misma que mejor ahora que cuando fuera demasiado tarde. El dolor sería más llevadero para ambos... o eso quise creer.

Me dirigí al mercado con premura. Quería salir de Falkreath cuanto antes. Compraría algunas provisiones para el camino y marcharía de inmediato hacia Helgen. Con el corazón en un puño, como si fuera a detenerse en cualquier momento, miré hacia la Casa Comunal del Jarl. Podría entregarme... o, tal vez. 

Un mago, un erudito... alguien que pueda decirme cuándo estarían las Lunas llenas...

Me detuve cerca de la entrada, pero negué con la cabeza y continué hacia el mercado. No importa. Lo que quería proteger, ahora estará a salvo...

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23/09/2016, 19:50
Ganlius Dratinius

Tu deambular por el mercado trajo consigo las compras suficientes para llegar a Helgen, decidiste marchar a no más tardar de Falkreath y lo lograste, la ciudad se empezaba a despertar y ya había mucho más movimiento que cuando llegaste al amanecer. Ya en las puertas de salida del norte, una voz grave te llamó mientras aun seguías ensimismada.

¡Eh, chica! ¿Me puedes ayudar? dijo mientras daba saltitos tratando de llegar a una correa de cuero que tenía a su espalda. ¿Me alcanzas la tira de cuero, por merced?

Era el Vigilante de Stendarr que viste en la plaza del mercado el día anterior, estaba junto a una yegua negra igualmente enorme que él bastante cargada de cachivaches varios.

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23/09/2016, 20:03
z/Hati, Garra Roja

Con las provisiones suficientes para llegar a Helgen, en el caso de que hubiera poca caza, me dirigí a la puerta norte de la empalizada. No podía quitarme las últimas palabras de Kaeso de la mente, ni la expresión de su rostro. Suspiré, liberando parte de mi dolor, o enganándome a mi misma, cuando una voz grave me sacó de mis pensamientos. 

-¡Eh! ¿Qué...?- ni me había fijado en el hombretón que el día anterior estaba clamando justicia al hijo de Balgruuf. Divinos... ¿por qué me torturáis? Dudé si ayudarlo o no, pero al final me acerqué -Sí... claro- dije, temerosa, acercándome a su espalda para retirar la tira de cuero -. Ya está... ¿Cómo habrá terminado esa tira de cuero ahí?

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23/09/2016, 20:21
Ganlius Dratinius

La enorme espalda de armario del bretón se contrajo, y cuando lograste alcanzarle la tira de cuero suspiró aliviado. Se volvió hacia a ti con una sonrisa enorme.

Gracias, chica. asintió agradecido. Este arnés para la espada es un martirio, me lo ajusté demasiado y temía que si tiraba demasiado de él se rompiera. al hablar apreciaste que tenía un enorme espadón apoyado junto la estructura del establo. Ganlius Dratinius, sacerdote y vigilante de Stendarr, a vuestro servicio. se inclinó caballeroso mientras te miraba intrigado. ¿Quién es la dama azarosa de ojos verdes que me ha prestado su ayuda?

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23/09/2016, 20:28
z/Hati, Garra Roja

Confirmado... un Vigilante.

-Hati Garra Roja, es un honor- dije, mirando de reojo hacia la posada y arrugando la frente, sin poder ocultar el vacío que sentía -. Ha sido un placer ayudarlo, sacerdote, mas me temo que aún pareciendo descortés, he de partir presto- O regresaré a la posada para volver a ver aquellos ojos zafíreos que tanto estaba echando de menos.

-Tenga un buen día, Ganlius, y que los Divinos lo guarden- sin entretenerme más, e intimidada por si aquel sacerdote pudiera ver demasiado, me dirigí hacia la empalizada para abandonar Falkreath... y sus dolorosos y maravillosos recuerdos.

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23/09/2016, 20:39
Ganlius Dratinius

El sacerdote asintió beatífico ante tu presentación, mas se mostró extrañado con tu premura. Ganlius asintió sin poner impedimento a tu marcha, aun tenía algunas cosas que preparar en el caballo.

Claro, claro.. gracias por tu ayuda, Hati Garra Roja. sonrió con sinceridad. Los Divinos te guarden y Stendarr te otorgue su misericordia. sin darte mayor importancia que esa, se volvió hacia su yegua azabache para seguir cargando bártulos. 

Seguiste hacia el norte con el sol a tu diestra, el extenso cementerio de Falkreath fue tu compañero durante varias decenas de metros hasta que ya tomaste el camino. El bosque empezó a darte cobijo, y la luz del sol se cortaba entre las copas de los árboles. En contraste a Falkreath el camino era tranquilo, incluso, como diría el tópico, demasiado tranquilo. Algo no iba bien, pero no sabías qué era. No sabías qué era en absoluto..

Notas de juego

Una prueba de Percepción (Sabiduría) a CD 15

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23/09/2016, 20:49
z/Hati, Garra Roja

Me despedí del Vigilante, aunque se me erizó la nuca al mencionar la misericordia de Stendarr. Salí fuera del asentamiento y continué mi camino hacia mi objetivo inicial: Helgen.

Observé las lápidas del enorme cementerio, aunque ello me hizo recordar a Kaeso a nuestra llegada a Falkreath. Resoplé, llevándome la mano al pecho. Entonces caí en que ya no tenía el colmillo de dragón. Se lo había dado al imperial cuando nos separamos ante aquella puerta tenebrosa. Ni eso me queda... sólo mis recuerdos, pensé, sintiendo una losa sobre los hombros y un dolor más atroz que cualquier herida.

Continué por el camino pero tuve una extraña sensación. Me detuve, con el ceño fruncido. Demasiada tranquilidad, me dije. Agudicé mis sentidos, intentado percibir cualquier cosa fuera de lo normal, pero nada. No vi ni escuché nada y, sin embargo...

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 2(+5)=7 (Fracaso)

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23/09/2016, 21:28
Narrador

Aquella tranquilidad inquietante no te dejaba atrás, aunque trataste de discernir de dónde procedía no lograste averiguarlo, y a medida que avanzabas esa sensación claustrofóbica iba en aumento. Entonces, tras avanzar varios metros, previa advertencia del gruñido de Botitas lo viste..

Una caravana en un lateral del camino, dos adultos muertos, tres niños y hasta cuatro legionarios imperiales también desperdigados por la dantesca escena hechos pedazos. El contenido del carro yacía disperso por el escenario, como si no se hubieran llevado nada, la sangre por doquier. De aquella escena te llamó la atención, el balbuceo sanguinolento de un legionario sentado en el suelo, con la espalda apoyada en una de las ruedas.

Te vio acercarte, y como si no distinguiera lo que se acercaba, alzó su arma con el miedo en los ojos.

¿Qué..? ¿Quién..? ¡Atrás! ¡Atrás!

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23/09/2016, 21:41
z/Hati, Garra Roja

Mis pasos se habían vuelto más cautos mientras aquella sensación, cada vez más asfixiante, no se dignaba a desaparecer. El gruñido repentino de Botitas me puso en alerta, con lo que saqué mi arco, preparada para cualquier peligro. Entonces lo vi.

Cuando te dedicas a cazar, el estómago se endurece ante ciertas escenas. La sangre, los cuerpos despellejados... pero claro, no era lo mismo cuando se trataba de personas... cuando se trataba de niños.

La grotesca escena ante mí, me sobrecogió. Lentamente, con paso firme, y una flecha preparada por si acaso, aunque con la cuerda de tripa del arco destensada, me aproximé. Me giré de pronto, tensando mi arco, al escuchar un leve balbuceo, cuando vi a un legionario sentado en el suelo, apoyado en la rueda de la carreta. Entonces, aflojé la tensión y me acerqué, deteniéndome al verlo reaccionar, enarbolando su arma.

-Sólo una viajera, Hati Garra Roja- dije, alzando las manos, aunque sin soltar el arco, sosteniendo la saeta junto al mango de mi arma -. ¿Estáis herido? ¿Qué ha sucedido aquí?

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23/09/2016, 21:58
Narrador

El legionario te miró aun nervioso, tenía una amplia herida en un costado y se estaba desangrando, no había mucho que hacer por él. Esputó sangre mientras bajaba su espada sin fuerza para sostenerla.

Íbamos hacia Helgen.. escoltábamos al thane Baldur y a su familia.. apretó los dientes sintiendo dolor, tragó saliva. Entonces.. una niebla.. como aguanieve.. apareció de repente. tosió de nuevo, estuvo unos segundos convaleciente, temiste que muerto, pero despertó. Sus armaduras eran.. sus cuernos.. nos arrasaron, no pudimos hacer nada. Dios.. los niños.. 

Mientras hablabas con él, Botitas estaba tenso y gruñía. El pequeño estaba vigilante, como si temiera que de los alrededores pudiera acechar algún peligro.

Toma.. te lo ruego por los Divinos.. echó mano de algo que llevaba encima y te entregó un colgante de Akatosh. ..llévaselo a mi padre, en Helgen.. por favor.. 

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23/09/2016, 22:08
z/Hati, Garra Roja

Estaba muy mal herido. No iba a salir de esta. Me acuclillé a su lado, dejando mi arco y mi flecha en el suelo,  y le ofrecí un poco de agua. Mientras hablaba, sólo pude suponer que habían sido atacados por un dragón. Lo miré con pesar y cogí el amuleto del legionario. Era nórdico, o eso deducía por sus rasgos.

-¿Cómo te llamas, soldado?- necesitaba saber su nombre y, si era posible, el de su padre, para poder cumplir su última voluntad -Iré a Helgen y entregaré el amuleto. Te lo prometo- dije, con sinceridad.

Miré a Botitas de soslayo. Seguía gruñendo, alerta, como si percibiera algo que a mí se me escapaba. Apoyé una mano en el hombro del legionario -Sovngarde te aguarda, hermano. Ve en paz y reúnete con tus antepasados. Yo cumpliré tu última voluntad.

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23/09/2016, 22:35
Narrador

Farral.. me llamo Farral.. respondió con dolor, te miró a los ojos con agradecimiento. Mi padre.. regente una posada.. la única en Helgen.. yo.. mientras le dispensabas la despedida, su mirada se fue a un lado y los ojos se dilataron de terror, justo para cuando Botitas empezó a ladrar. Allí.. cuidado.. trató de coger la espada, pero no pudo.

Detrás de ti había tres figuras humanoides ataviadas con extrañas armaduras, antes de que pudieras reaccionar, el más avanzado señaló al amuleto que te había dado el legionario.

Itan-sha wa, dono yō ni doragon no shinboru o motte aete? se volvió hacia los otros dos, les dijo con voz desagradable. Koroshimasu.

Los otros dos desenvainaron unos sables curvados muy estilizados, avanzaron hacia ti dispuestos a atacarte. Botitas ladraba amenazador, pero aquellos.. ¿humanos? no les temblaba el pulso y seguían avanzando hacia ti.

- Tiradas (1)

Motivo: Iniciativa atacantes

Tirada: 1d20

Resultado: 16(+2)=18

Notas de juego

Tirada de Iniciativa.

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23/09/2016, 22:44
z/Hati, Garra Roja

Giré la cabeza ante las palabras del legionario, justo cuando Botitas empezaba a ladrar. Cogí mi arco y la flecha y me incorporé lentamente al ver a aquellos... bueno, lo que fueran, aproximarse. Al ver que desenfundaban sus espadas, tipo sables, que me recordaron al extraño h8mbre que había inquietado a Kaeso en Falkreath, tensé el arco.

-No déis un paso más...- advertí, apuntando al más cercano, pero ello no parecía detenerlos.

- Tiradas (1)

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d20

Resultado: 4(+4)=8