Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Prólogo] Piedras guardianas -Finalizado-

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25/09/2016, 18:21
Kaeso Adamo

Kaeso reía feliz, con el peso de los secretos liberado, te miraba de un modo incluso más especial de lo que lo hacía. Beso a beso, risa a risa, el imperial sentía tu calor que podía ahuyentar cualquier malestar. Pero la naturaleza tiene sus tiempos, y Kaeso tosió levemente anunciando que faltaba su dosis de medicina. 

No más secretos.. sonrió asintiendo convencido. Creo que necesito la medicina.. comentó resignado, Botitas se tomó eso como que era su trabajo y una vez más os asaltó a lametones. ¡Uh! Eres un encanto.. pero eres la medicina que busco ahora.. respondió al can entre risas. Te miró a los ojos buscando que te calmaras. Me encuentro mucho mejor, mi cazadora. Pero mejor no arriesgarse.. ¿no? Ahora no.. 

Tendré buena cuenta cuando pase eso.. sonrió con cara de circunstancias. Las otras noches.. me encerraré contigo.. bromeó, como símbolo para que viera que quería normalizar aquello.

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25/09/2016, 21:30
z/Hati, Garra Roja

En seguida me preocupé al verlo toser -Espera, te la preparo de inmediato- dije, rebuscando en mis pertrechos y esperando que Kaeso me diera las hierbas para el preparado. Por suerte, Botitas intentó calmar los dolores del imperial mientras yo me ocupaba del mejunge. Reí al verlos, mirando de reojo al cachorro asaltando a Kaeso a lametones. Sí. Creo que podría acostumbrarme a esto, pensé, observando a ambos, can y hombre, jungando juntos. Deleitándome con la risa del hombre que amaba.

Me acerqué sonriendo con picardía cuando dijo que tomaría medidas las noches de Luna llena y que se encerraría conmigo las otras noches.

-Grrrrr...- gruñí, juguetona, buscando su cuello, donde en vez de morder presioné su piel con mi rostro, emitiendo más gruñidos que se convirtieron en risas -Te amo, Kaeso.

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25/09/2016, 21:51
Kaeso Adamo

Rió de buena gana cuando te escuchó gruñir, de repente ninguna de esas revelaciones que os habíais entregado carecía de importancia. Como si nunca hubieran tenido lugar, como si todo fuera.. como siempre. Kaeso se incorporó sentándose de nuevo sobre el tronco con un Botitas que había entrado en una suerte de frenesí de juego, el imperial trataba de calmarlo mientras preparaba la medicina, cuando el pequeño cachorro estaba bajo control te miró mientras te afanabas a preparar el remedio.

¿Quién quiere ser emperador si soy el hombre más afortunado del mundo? expresó mientras soñaba despierto, suspiró y miró el cielo, el atardecer empezaba a enrojecer el horizonte. Quizá también debamos preparar cena.. a Ganlius no le hará ningún mal que lo recibamos con un guisado. dijo pensativo. Hizo el ademán de moverse, pero te miró con cierta resignación. No me voy a poder mover hasta que no me tome eso.. ¿verdad? eso era la medicina, claro está.

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25/09/2016, 21:59
z/Hati, Garra Roja

Sacudí la cabeza, sonriendo.

-¿Emperador? No... no me vas a llevar a Cyrodiil y a encerrarme en una torre, querido- me acerqué a su oído -. Antes te secuestro...- susurré traviesa, humedeciéndome los labios -No pienso compartirte con el Imperio.

Asentí a lo de hacer la cena y me mordí el labio con cara de circunstancia -Compré... provisiones antes de salir de Falkreath- dije, arrugando la frente -. Prepararé algo- entonces dijo aquello de no moverse y lo miré con fingida severidad, amenazándolo con una cuchara e madera -. En efecto. Hasta que te tomes la medicina estás penado y Botitas es tu carcelero.

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26/09/2016, 03:34
Kaeso Adamo

El imperial arrugó la frente y negó con la cabeza.

¿Emperador? Quita.. negó con la cabeza. Tú no me vas a compartir con el Imperio.. ni yo tampoco con él, ¿te imaginas tenerte discutiendo con todo el Consejo de Sabios todo el día? No sabría si soportarlo.. rió divertido, liberado por poder hablar con libertad. Sintió aquel escalofrío tan delicioso por el cuerpo, cuando nacía del susurro de tus labios. Volvió un poco la mirada, rozando su mejilla con la tuya. Secuéstrame.. llévame lejos.. y que sea contigo.

Asintió cuando dijiste que habías comprado provisiones.

En ese caso te ayudaré. sonrió determinado, aunque cuando trató de levantarse se encontró el letal cucharón de madera en los morros, Botitas junto a él aulló, bueno, fue un aullidito. ¿Tú también contra mi? Divinos.. encarcelado por un lobito adorable y una mujer hermosa.. te tomó de la cintura sentándola sobre su falda mientras te hurgaba besos en el cuello. ..cruel condena la mía.. te volvió a liberar para que prosiguieras con los quehaceres, dispuesto a ayudarte con la cena.

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26/09/2016, 11:05
z/Hati, Garra Roja

No pude evitar sonreír.

-Y ya no hablar de que la sangre de lobo puede salir a mi antojo una vez despertada- dije, libre también por poder hablar sin secretos -. A ver quién es el guapito que me obliga a ponerme un vestido...- reí a carcajadas, antes de que Kaeso rozara su mejilla con la mía, sintiendonun escalofrío que erizó mi piel -Te llevaré conmigo a cada rincón de Skyrim, desde la eterna nevada Hibernalia, hasta las praderas que rodean Carrera Blanca. Subiremos los siete mil escalones y gritaré desde el corazón de la Garganta del Mundo que te amo y que nada me separará de ti.

Rocé mi rostro por su mejilla, casi ronroneando, antes de ponerme con la cena.

Tras mi "terrible amenaza" con la cuchara de madera, el imperial me sentó sobre su regazo y besó mi cuello -Kaeso... no remolonees y tómate la medicina- dije, antes de morderle cariñosamente la oreja.

Me levanté, sonriendo y puse una cacerola con agua y algunas verduras que corté con mi daga. También añadí tres buenas porciones de conejo que había comprado en el mercado, una para cada uno.

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26/09/2016, 14:41
Kaeso Adamo

La miró con una sonrisa pícara mientras te miraba sin pudor de arriba a abajo. 

Pues yo creo que un vestido te sentaría de maravilla. admitió a sabiendas que verte de esa guisa era una misión imposible. Tras proclamar a cuantos sitios lo llevarías, el escalofrío que sentiste se lo transmitiste al imperial, respiró profundamente con el placer de esa cercanía. Aquel ronroneo que evocabas le erizó el vello, llenándose de él con los ojos entrecerrados.

Mmmmm... si me lo pides así.. respondió encogiéndose por el beso. Tomó la medicina poniendo cara amarga, que no de amargado, pero esperaba que fueran las últimas veces que debiera tomarla. Luego te miró ir preparando la comida, y de aquella forma el sol fue cayendo.

Cuando aun quedó algo de luz escuchasteis un jinete, Kaeso se puso levemente en guardia, pero pronto se reveló que era el bretón Ganlius el que llegaba.

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26/09/2016, 14:49
Ganlius Dratinius

El enorme sacerdote saludó alzando la mano y bajó de la yegua frotándose las manos. A media luz y con las pieles que llevaba encima parecía un enorme oso.

Buenas noches, ¿qué es eso que huele tan bien, mi señora? dijo con buen humor. Los Divinos te bendigan, estoy hambriento y sino fuera por vos todo los jabalíes de este bosque deberían temerme. rió con una carcajada agradable mientras se liberaba de la impedimenta.

¿Os encontráis mejor? os miró alternativamente. Botitas se acercó curioso al bretón, este se arrodilló tendiendo la mano y el animal olisqueó. A traición, Ganlius acarició la cabecita de Botitas, su manaza podría coger sin dificultad el cráneo por entero del pequeño. Esto te gusta, ¿eh? aunque tras recibir las atenciones, Botitas descubrió lo que más le gustaba. Unas botas enormes como nunca había visto, al pequeño cachorro le brilló la mirada.

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26/09/2016, 15:49
z/Hati, Garra Roja

Tomé el mentón de Kaeso y acerqué mi rostro tanto al suyo que nuestros labios casi se rozaban.

-Sólo me pondría un vestido para que me lo arrancaras ebrio de pasión, querido...- mascullé entre dientes, con una mirada cargada de deseo ante la imagen. Fui a besarlo, conteniendo el aliento, pero antes de que mis labios se posaran sobre los suyos, sonreí traviesa y me aparté, para ocuparme de la comida.

-Además, ambos sabemos que prefieres verme sin ropa alguna, Kaeso...- comenté entre risas divertidas mientras me aproximaba a la fogata.

Al poco, apareció el bretón y sonreí -Hati, por favor. No estoy casada ni soy de noble cuna, Ganlius, aunque mi linaje desciende de grandes mujeres guerreras desde los tiempos de Ysgramor- dije, girando la cabeza para mirarlo.

-Es un guiso de verduras y carne de conejo. Aunque no esperéis un manjar digno de un rey, pues mis dotes culinarias no son tan buenas como quisiera- bromeé, sin duda estaba de mejor humor, sin miedo, sin secretos. Y eso se percibía en mi actitud -. Me encuentro mucho mejor, gracias a vos. Casi pude sentir la mano de mi difunto padre para llevarme con él- arrugué y miré de reojo a Kaeso, antes de centrarme en la comida -. Por fortuna, los Divinos os enviaron a ambos antes de que fuera demasiado tarde.

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26/09/2016, 17:22
Kaeso Adamo

Con sonrisas traviesas e intercambios de besos, Kaeso te correspondía a tus sugerencias con la amenaza de volver a desnudarte y hacerte el amor ahí mismo, pero sabiamente la razón imperó, pero podías notar que dejaste al imperial bastante perjudicado.

Te deseo.. mi loba. susurró mientras presionaba con picardía uno de tus glúteos. Ante eso Botitas se quedó aburrido en un rincón, aburrido y sumamente atento a la comida.

Ante la llegada del bretón, tu petición a que te tuteara se ganó una sonrisa divertida por parte de Kaeso.

Desiste, Hati. Convencer a Ganlius de que cambie la forma en la que habla es como pretender derrumbar una montaña. comentó de buen humor.

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26/09/2016, 17:27
Ganlius Dratinius

El comentario de Kaeso hizo sonreír al vigilante, bajó la cabeza con humildad.

Mi voto de pobreza me exige humildad, mi señora. respondió con honestidad. No os ofendáis, os lo ruego. Pero hasta el más vil de los mendigos merece este tratamiento. sonrió levemente mientras reposaba sobre un tronco.

Todo manjar que se comparta es digno de un rey, no seáis modesta. rió levemente mientras ponía la mano sobre el hombro de Kaeso y lo apretaba suavemente. Lamento escuchar la suerte de vuestro padre, y aunque estoy seguro de que anheláis verle de nuevo, sabrá comprender que aun no era vuestro momento.

El sacerdote rió levemente, poco ortodoxo en su respuesta sobre los Divinos.

Los Divinos o vuestra premura. Me llamó la atención vuestra prisa, y gracias a vuestra ayuda con mi problema de espalda me acordé de vos cuando Kaeso me preguntó por vos. explicó mirando al imperial. Pero sí.. gracias a los Divinos acudimos a tiempo, aunque no para esa familia y esos soldados. Arkay los acoja en el Aetereo. dijo con gravedad y tristeza.

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26/09/2016, 23:12
z/Hati, Garra Roja

-Mmmm...- murmuré ante las palabras de Kaeso y me mordí el labio cuando agarraró uno de mis glúteos. Sin embargo, tuvimos guardar las apariencias cuando apareció el bretón. Yo me limité a cocinar y Kaeso... bueno, a sufrir por el mejunge curativo.

-No me ofendo, Ganlius, simplemente... no estoy acostumbrada a semejante trato- dije, con sinceridad, sonriendo ante el comentario del imperial sobre cambiar al Vigilante. Probé el guiso. Casi en su punto. Le falta poco.

-Por desgracia, no conocí a mi padre, Ganlius, mas no tengo prisa en hacerlo- bajé la mirada y mis ojos se desviaron furtivos a Kaeso -. Tengo mucho por lo que vivir- sonreí, y removí el caldero mientras el sacerdote hablaba de cómo pudo acudir con Kaeso tan rápido e intervenir antes de que sesgaran mi vida -. Es una lástima... sólo quedaba un soldado con un último aliento de vida- caí en la cuenta y saqué el amuleto de Akatosh de entre los pliegues de mis ropajes -. Eso me recuerda...- se lo mostré a Ganlius -El legionario me pidió como última voluntad que le entregara esto a su padre, en Helgen- dije, arrugando la frente -. Pero esos... "seres", me atacaron en cuanto lo vieron en mi mano, de hecho lo señalaron y hablaron algo en aquella extraña lengua.

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26/09/2016, 23:26
Ganlius Dratinius

El vigilante apreció la complicidad de la que ambos gozabais y rió a carcajadas.

¿Habéis cazado a Kaeso? preguntó sin tapujos y dio una palmada en el imperial que se tambaleó. No me lo creo. El truhán finalmente se ha aplatanado. la respuesta de Kaeso no se hizo esperar, jamás creíste posible verle ruborizarse de aquella manera. Oh, vamos.. no pongas esa cara. Me alegro por ti, amigo. Por los dos. te asintió a ti también. Oh, el amor. Juventud. Bendita sea Mara y sus tretas. la risa amable duró unos segundos más, ya que el tema que enseguida continuó no era agradable. El rostro del bretón se endureció un poco.

Tenéis una labor importante entonces, mi señora. Sé bien que no soy un sacerdote de Arkay, pero la última voluntad de alguien es una dádiva para la eternidad. dijo solemne. Al empezar a hablar de los asaltantes Kaeso expresó una posibilidad amarga, una a la que el sacerdote se añadió pronto. Tienes razón, esas armaduras.. eran con las de los Cuchillas, armaduras akaviri. Sí, parece una locura.. ¿pero esos guerreros serpiente? No puede ser.. no se ha sabido nada de ellos en miles de años.. durante el imperio de Reman.. en la Segunda Era.. entonces el sacerdote te miró consternado por aquellas revelaciones. Tiene su sentido, mi señora. Los akaviri adoraban a los dragones, el símbolo del Imperio, el dragón, es de origen akaviri.. pero no sé qué puede significar todo esto.

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27/09/2016, 00:28
z/Hati, Garra Roja

Abrí los ojos ante las palabras del bretón, tanto que sentí que se iban a salir de sus órbitas -Yo...- me quedé en blanco. Mré a Kaeso, abochornada mientras mis mejillas se tornaban tan rojas como mis cabellos. Lo curioso: el imperial estaba tan ruborizado o más que yo, lo que me hizo reír a carcajadas, nerviosa. Ver a aquel hombre, el sucesor del trono del Imperio, abochornado, me relajó bastante, pues no me lo esperaba -Cazado... buena palabra- dije, sonriendo mientras miraba a Kaeso -. Aunque aún está por ver quién a cazado a quién...- mis ojos de jade revelaban que, al margen de mi tono divertido, había un profundo sentimiento por aquel hombre.

Entonces la conversación se fue por otras ramas, menos vergonzosas para nosotros dos. Escuché a Ganlius mientras servía el guiso en tres cuencos, dejando un poco a enfriar para Botitas a parte. Le ofrecí uno al Vigilante y otro a Kaeso, antes de sentarme junto al imperial y comenzar a comer.

-Perdonad mi ignorancias, pues mi mellizo es el inteligente de la familia- dije -. ¿Akaviri? Y esos hombres serpientes... ¿habrán venido por los dragones que aún quedan en Skyrim?

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27/09/2016, 02:02
Kaeso Adamo

Las palabras del sacerdote lo hicieron enrojecerse de golpe, no te creías ver al socarrón Kaeso en esa situación tan.. curiosa. Quiso decir algo, pero se calló de golpe incapaz de articular nunca palabra que no fueran balbuceos. Para cuando pudo haber reaccionado, el imperial miraba al bretón con cara de póquer y luego te miraba a ti con apuro.

Ganlius.. dijo entre dientes. ..me estas abochornando.. pero al oírte hablar sintió que una luminosa sonrisa asomaba en su rostro, te miró reírte y resolló totalmente derrotado por ese bochorno. Se cruzó de brazos mirando a un lado. No es asunto tuyo, pero sí.. estoy con ella.. amo a esta mujer y.. no necesito tu permiso.. dijo áspero, aunque parecía un niño enrabietado que alguien a tomar en serio con sus advertencias

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27/09/2016, 02:07
Ganlius Dratinius

Calma, muchachos. rió de buen grado. No tengo que dar o dejar de dar ningún permiso, solo mi bendición. sonrió ampliamente y señaló con el dedo al imperial. Mereces que te abochorne, muchachito. Aún recuerdo el lío en el que me metiste en la Ciudad Imperial con esos mercaderes guardia rojos. Kaeso se calló sin rechistar, parece que el argumento había sido un jaque mate. Descuidad, mi señora. te asintió. Sé que habéis sido vos quien ha cazador a Kaeso, pero es una buena pieza.. creedme cuando os digo que Kaeso es un buen chico.

Cuando la conversación prosiguió acerca de los misteriosos asaltantes, el sacerdote se volvió hacia a ti con afán pedagógico. Pero cuando Kaeso escuchó lo del hermano mellizo abrió los ojos como platos, no soltó ningún comentario dada la gravedad del asunto a tratar, pero el imperial quedó sorprendido por la revelación.

Tamriel no es el único continente de Nirn, al este está Akavir, la Tierra de los Dragones. Poco se sabe de su tierra, pues está lejos y océano es traicionero. respiró hondamente. No sé los detalles al respecto, pero sé que los akaviri adoran a los dragones, que los diseños de armas y armaduras de los Cuchillas proceden de las suyas. Aparte de lo que te he dicho.. debería investigar. admitió el sacerdote. Pero es extraño.. no han llegado noticias de ninguna invasión o llegada de akaviri a Tamriel, quizá llegaron a través de la Nación Argoniana.. poco nos llega de sus tierras.. expresó con desconcierto y te miró asintiendo. Es una posibilidad.. por ahora todo son hipótesis..

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27/09/2016, 15:15
z/Hati, Garra Roja

Las reacciones de Kaeso me hicieron sonreír, aunque cuando dijo abiertamente que me amaba, me ruboricé, humedeciéndome los labios mientras desviaba la mirada, hasta que Ganlius habló de nuevo, diciendo que el imperial era buen chico. Entonces miré a Kaeso -No lo dudo, aunque tiene alma de bribón- dije, guiñándole un ojo al imperial. Aunque fue su sonrisa de truhán precisamente lo que me enamoró. Sonreí.

Ya todos servidos en cuanto a comida se refería, escuché la respuesta de Ganlius a mis dudas. Miré el amuleto y fruncí el ceño, antes de guardarlo a buen recaudo entre los pliegues de mi ropa, contra mis senos. El mejor escondite que puede tener una mujer.

-Quizá debierais hablar con los Barbas Grises, Ganlius. Aunque muchos creen que no se preocupan por asuntos "terrenales y mundanos", se les considera sabios en materia de dragones- me encogí de hombros -. Mas no me hagáis mucho caso. Estas cosas escapan a mis conocimientos y a mi comprensión, me temo.

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27/09/2016, 18:52
Ganlius Dratinius

Degustando ya la cena que habías preparado, atendió a tus propuestas de ir a ver a los Barbas Grises y puso un gesto ambiguo.

Solo sé historias de ellos.. ermitaños de la montaña, ¿decís que saben de dragones? te miró con perplejidad, estaba claro que el bretón no estaba versado en las costumbres nórdicas. Quizá se trata de un incidente aislado.. pero.. suspiró mordisqueando la carne. ..por Stendarr que esos pobres diablos exige que se haga justicia, que no haya más víctimas. dijo con decisión.

Cuando lleguemos a Helgen, seguiré mi peregrinación, amigo. miró a Kaeso. Aunque ahora la mía posee un objetivo más.. claro.

Kaeso comentó sobre el tipo que pregonaba en Falkreath y llevaba una armadura similar a los asaltantes que os habían atacado, aunque apuntó diciendo que era humano.

No lo vi. admitió el sacerdote. Pero era extraño que dijera esas cosas.. y luego.. hizo un gesto con la mano hacia el camino, haciendo referencia a la caravana atacada. ..cosas raras suceden en los caminos. Adeptos de los daedra, apariciones de antiguos guerreros, vampiros, licántropos.. chasqueó la lengua. Ya soy viejo para esto. rió levemente.

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27/09/2016, 20:06
z/Hati, Garra Roja

-Los Barbas Grises son los maestros de la voz- dije, recordando las historias que me contaban de niña -, la lengua de los dragones. Convocaron a mismísimo Tiber Septim a Alto Hrothgar, cuando aún era conocido como Talos de Atmora, aunque en aquella época no habían dragones- hablaba con solemnidad, pues todo nórdico que se aprecie siente respeto por los Barbas Grises -. Y hace veinte años, convocaron al Sangre de Dragón. Mi madre, Aela la Cazadora, escuchó el llamado de los Barbas Grises. Aún recuerda el trueno que hizo temblar los cielos y la palabra: "Dovahkiin"...

Guardé silencio un instante, intentando recordar más detalles.

-Dicen que el propio Ulfric Capa de la Tormenta fue adiestrado por ellos en el camino de la voz, mas no terminó su entrenamiento al alejarse de las enseñanzas de sus maestros- fruncí el ceño, reflexionando sobre si fue la muerte de del Rey Supremo lo que hizo que los Barbas Grises considerasen indigno a Ulfric, o si dejaron de adiestrarlo antes de aquel suceso.

Alcé la vista hacia el bretón -Poco más se sabe de ellos, me temo. Quizá los contemporáneos del Sangre de Dragón pudiera deciros más. No obstante, pocos privilegiados los han visto y mucho menos hablado con ellos. Mas son grandes sabios, en eso coinciden las historias. Quiá puedan saber más de estos... hombres serpiente, o de Akavir.

Miré a Kaeso mientras le contaba a Ganlius lo del hombre de armadura similar que vimos en Falkreath -Un humano de extrañas facciones. No he visto ninguno semejante- apunté. Entonces el sacerdote habló de las amenazas de los caminos y sentí un escalofrío cuando mencionó a los licántropos.

Puede ser... pero muchos de esos licántropos han ayudado a las buenas gentes de Carrera Blanca, pensé, bajando la vista hacia mi cuenco de comida para terminarlo.

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29/09/2016, 03:33
Ganlius Dratinius

Los dos varones te escucharon hablar de los Barbas Grises. Ganlius más solemne, Kaeso más pragmático, ninguno de los dos te interrumpió. Ante la falta de ideas y pistas, lo que decías bien podría ser algo que pudiera ayudar al respecto. El primero en tomar la palabra fue Ganlius, te miró con convicción, la mirada de aquel hombre te parecía que te transmitiera que era capaz de hacer cualquier cosa.

Tomaré nota de vuestros consejos, mi señora. parecía insistir en su trato hacia a ti de aquel modo, aunque era curioso que a Kaeso lo trataba como un igual. Aunque antes me dirigiré a la Ciudad Imperial, consultar sus registros.. en los anales de los imperios debe haber algo. Quizá tú.. miró a Kaeso, sugiriendo la posibilidad de ir a ver a los Barbas Grises.