Partida Rol por web

-¡Oh!- dijo Cruyff.-Maravilloso, Señor Moss. ¿Cómo no lo pensé antes? Quizás ahora sí tomen en serio mi mensaje y dejen de disparar.- Haviland esperaría unos segundos antes de comenzar el viaje de regreso a la Sturgeon, por si se comunicaban por el cambio de rehenes. Aunque no tenían ninguno a bordo quizás podrían idear algún plan de rescate y ya verían. Si en cambio seguían disparando no perdería más tiempo en regresar a la Sturgeon.

No iba a sacar nada en limpio de estos tipos, pensó Okoye. Pero siempre habia tiempo para matarlos más tarde. O quizas Asho lo haria, que le habian dejado jodido y querria vengarse. Apuntandoles con el rifle, el guardia les llevó hacia una de las zonas de los almacenes  desde donde no podian acceder a los controles de la nave, les quitó los cascos y dijo:

Voy a dejaros encerrados en una burbuja de aire. Salid y estais muertos. Entendido?

Después se dirigió a una terminal, desde donde intento accionar los motores de posicion de la Sturgeon. Ahora que no estaba el piloto oficial, era su momento. De hecho, asi no solo evitarian más posibles disparos si no que quizas los de la chalupa no podian volver y le contrataban a el como piloto.

Todo ventajas. - se dijo mientras intentaba encontrar los controles. - Pero como va esta puta mierda! - exclamó tras unos minutos buscando como hacerlo. En vez de ver tanta tele, quizas deberia haberse dedicado a refrescar lo que abia aprendido, pensó con cierta irritación.

Conociendo el viejo código de la nave Randall no tiene demasiados problemas en improvisar un sistema de encriptación. No resistiría a las agencias de la UN, pero seguramente tampoco se molestarían en decodificar un poco de ruido desde el expanse.

Funcionó perfectamente. A los pocos segundos de transmitir las imágenes, por el mismo canal les llega la respuesta. Un mensaje de video:

- Soy el capitán de la... le said le invisible - dice el busto de un hombre con barbas con el fondo difuminado en un criollo bastante cerrado - Ya veo de que va o jogo. Yang sem(1). ¿Cual es el trato?.

Aliviado Haviland empieza a dar la vuelta a la chalupa.

Al oír al capitán enemigo y escuchar su pregunta.

Cita:

Haviland quería tomar la iniciativa de la negociación, pero sabía que había gente más cualificada para ello. Miró a Briannah, con cara de: haz lo tuyo.

Randall le dió un toque con el codo a Briannah para que fuera ella la que hablase. Resultaba evidente para él que de la tripulación era la más cualificada para hablar en una situación como esta. 

¿Qué dijo? ¿"le said le invisible"?

Randall intentó conseguir información sobre esa nave. Qué tipo de nave era, a que facción pertenecía, tripulación, armamento, modelo, puntos fuertes, puntos débiles.

Yang vió las imagenes que les trasmitian a ellos tambien, escuchó al tipo de barba y penso que se refería a él.

 Yang sem(1). ¿Cual es el trato?.

Eso, eso, hagamos un trato. Tu te subes las enaguas y yo te meto el aparato. Desgraciao.  Ahora mismo vamos a poner tu careto en todo el sistema para que te revienten las fuerzas del orden como no te pires y nos dejes tranquilos. - a okoye ni se le ocurrio pedir que devolviese a la doctora, a la que habia olvidado.

Simon no entendia nada, estaba inyectandose el remedio contra muerte radiactiva y no comeprendia nada

- que demonios ha pasado? -

En los segundos en los que miraban a Briannah para que hablase, una voz comenzó a sonar. Una voz sin modales, bruta, impertinente e impulsiva. La voz de Yang Okoye. Haviland se llevó una palma a la frente* y le hubiera gustado quitarse el sudor frío se la misma si el casco del traje de vacío no se lo hubiera impedido.
Rápidamente intervino con la esperanza de salvar la situación.
-Mi señor, aquí Haviland Cruyff... capitán... de la MMS Sturgeon. Le pido encarecidamente disculpe los modales del muchacho de limpieza y lo ignore. No conoce su lugar y debe estar pasando por un pico de estres- Si lograba sobrevivír a ésta, no sabía si lo haría cuando se reencuentre con el Jefe de seguridad Okoye. Por alguna razón, este siempre le miraba feo y no quería saber como lo haría después de haberlo ninguneado de aquél modo, ni de haberse atribuido el rol de capitán. La situación lo amerita, pensó
-En cuanto a lo que nos atañe, usted se ha llevado a una miembro de mi tripulación de paseo y se han olvidado unos cuantos de los suyos. Seguramente ha sido una terrible equivocación, así que vamos camino a intercambiarlos, claro, si usted está de acuerdo y es tan amable de dejar de dispararnos. ¿Que dice?.-

Le pido encarecidamente disculpe los modales del muchacho de limpieza y lo ignore.

Pero que...

A ver, el autobusero - dijo Okoye poniendo la cabeza muy cerca de la camara, tocandola con el casco y cubriendo todo el campo de visión. - Hay que estar menos crecidito, eh? - pero la verdad es que tenia un buen punto, se habian llevado a la doctora - Que el que ha rechazado un ataque entero y hecho que sobrevivamos he sido yo, mientras tu te ibas por ahi paseando a Miss Daisy. - siguió, en una versión de los hechos que sólo existía en su cabeza -  Y o nos devuelve a la vieja o me cargo a sus muchachos. - miró fuera de la camara y sonó un disparo. - A los otros dos - aclaró. Asi no tenía que explicar que ya se había cargado a uno. Con la otra mano, seguia intentando mover la Sturgeon.

Ahora no solo le faltaba el respeto al capitán enemigo quien nos tenía a la merced de un click para hacernos volar a todos, sino al propio Haviland y a la señorita Briannah, sin contar que se atribuía hazañas exageradas.
El marciano se mordió un labio ocultando su enfado. Quizás sea yo quien acabe con Okoye cuando nos encontremos después de todo, pensó.
Le hizo una señal al Señor Moss para que corte la comunicación de Yang Okoye si es que era posible, solo estaba arruinando nuestras chances. ¡¿Matar nuestras únicas cartas de juego?!
-Cómo verá, es importante que lleguemos a un acuerdo cuanto antes. Los rehenes que tenemos abordo de la chalupa a cambio de la Dra. Talin, y cuando regresemos a nuestra nave sanos y salvos le garantizo que enviaremos a los otros dos rehenes, y a mi insubordinado que acabó con su gente para que haga con él lo que le plazca, si así lo desea, sino lo ejecutaré en el vacío sin más por desacato.- Haviland tenía la esperanza de que Okoye se diera cuenta de la mentira que intentaba hacer y no lo tomara en serio, pero en este punto ya nada le sorprendería de aquél hombre.

A pesar del estrés causado por lo que estaba aconteciendo, el viejo piloto aprovechó esos momentos en los que la chalupa salió de los altos gs de aceleración para tomar un respiro y tantear sus lastimaduras.

El capitán no parece inmutarse por los desplantes de Yang.

- Sabé berantha, no puede ser - contesta a Haviland - Si no me llevo a su tuwang no nos pagan y mis hombres habrán muerto para nada. To pochuye ke?

Parece interrumpirse para dirigirse a Yang.

- Sabaka!!, no pelotas - contesta haciendo un gesto para que se acerque al jefe de seguridad.

- Mi pensa: Dejamos de disparar a vuestra cafetera. Os dejamos una chalupa y me devolvéis a los muchachos y al sabaka en la otra chalupa. Todos contentos but la tuwang, keya? - añade en un tono más calmado

Haviland no era realmente un capitán, pero como conductor tenía que velar por la seguridad de sus pasajeros.
El intento por intercambiar a Talín hubiese sido demasiado bueno de concretarse, pero quizás demasiado optimista. Lo que ofrecía el capitán enemigo parecía un trato potable. Con las limitaciones que teníamos si quiera para intentar sobrevivir nos podíamos dar por satisfechos, era una nave de guerra contra una de investigación después de todo.
-Capitán, si nos dice quién le ha contratado puedo asegurarle que tiene usted un trato y todos sus hombres partirán a salvo. Aunque no veo la necesidad de destruir mi nave.- No tenía poderes de la compañía como para intentar mejorar cualquier oferta que estos aparentes mercenarios tenían, pero al menos intentaría obtener algo de información, de no conseguirla le diría que aceptaba el trato de todas formas.

Ante las torpes intervenciones de Yang, Randall intentó silenciarle para evitar que echase por tierra cualquier posible posibilidad de acuerdo. Lo cierto es que Havilland lo estaba llevando bastante bien. Asumiendo que Talin era irrecuperable, la oferta del capitán enemigo era aceptable. Todo lo que se pudiese ganar a partir de ahí, sería bienvenido, aunque no creía que el capitán fuese a ceder mucho más.

Randall asintió mirando a Havilland, para indicarle que en su opinión el trato era aceptable.

- Su kapuwu(0) me importa un pito. Les dejo la chalupa como salvavidas, kopeng(1) - contesta - Os dejaré información en Tycho sobre los belta que nos han contratado. En el bar Paris. A cambio espero que le deis a los inyas(2) que os mandan información falsa sobre nosotros. Keyá(3)?

Las condiciones le parecían a Havilland aceptables. Hicieron lo que pudieron por la Dra. Talin, pero no estaba en su alcance actual de posibilidades rescatarla. Miró al Señor Moss a su lado y éste asintió en señal de aprobación. Esto le terminó por dar la confianza que necesitaba.
-Keyá, kopeng.- dijo, pero luego agregó.-Tienes un trato.- Por si acaso, que mi criollo es paupérrimo, pensó.
-¿Podría quedarme con el sabaka? Quisiera hacer de la vida de esa esa rata insubordinada un tormento sin fin.-

Le hizo una señal al Señor Moss para que corte la comunicación de Yang Okoye si es que era posible, solo estaba arruinando nuestras chances. ¡¿Matar nuestras únicas cartas de juego?!
-Cómo verá, es importante que lleguemos a un acuerdo cuanto antes. Los rehenes que tenemos abordo de la chalupa a cambio de la Dra. Talin, y cuando regresemos a nuestra nave sanos y salvos le garantizo que enviaremos a los otros dos rehenes, y a mi ...[ruido de estatica]

Hola? - dijo Okoye dandole golpecitos con el guante a la terminal - Alguien me oye? Joder, mierda de tecnologia. 

Pues nada, ahora tendria que arreglarse el inutil de Havilland. En fin, el habia hecho lo que podia. Si fallaban desde luego que no era culpa suya.

- Kenst(0). Quédate con él. No vale ni el oxigeno que iba a consumir entre que lo floto y no. - contesta el capitán - mandarme a los míos y os dejaré el regalo en Tycho.

El capitán corta el mensaje y la chalupa pilotada por Haviland, en diez minutos más se vuelve a acoplar a la Suturgeon. O más bien a lo que queda de ella. Por ahora parece que se cumple el pacto, nadie dispara a nadie durante esos minutos. Y tras todo lo pasado la calma sabe a gloria.