Partida Rol por web

Janos suelta su hacha y sin problema clava su cuchillo en el cuerpo del Rodiano, que estaba terminando de matar a otro de los prisioneros. Otra vez el ataque del joven es letal, cortando algún vaso importante o nervio del cuello que hace que el cazador se desplome sangrando como un cerdo y poniendole aún más perdido.

Por su parte Sasha logra conectar otro ataque al gran, debido a la pobre defensa de éste, que se desploma sujetándose sus tripas y arrastrándose hacia un rincón.

Por su parte Diria, gritando furiosamente y como poseída, logra dar la vuelta al cuchillo y clavarlo en el cuerpo del alienígena reptiloide, repetidas veces.

En ese momento la mujer, que os observa desde arriba grita:

-¡Basta!-

Y salta desde la plataforma que rodea la sala hasta el suelo al lado del gran, con una mueca de desprecio le mira y sacando un cilindro que parece una herramienta, lo activa y una hoja de energía roja se expande de él, lo agita y con un simple molinete hace que los tres ojos del gran se separen de su cabeza., cortando los pedúnculos.

Ignorando los berridos de dolor del tres veces mutilado alienígena os mira con desprecio, la batalla ha sido breve pero brutal, no se ha dado ningún cuartel, y más de la mitad de los atacantes yacen muertos en el suelo, junto con una buena parte de los prisioneros.

Cuando contempla un par de peleas que aún siguen las señala y los que no la han obedecido al pie de la letra son acribillados por la docena larga de guardias con blásters que disparan desde arriba.

-A los atacantes, me habéis defraudado... salid de aquí.- la escoria empieza a retirarse y largarse, de repenta la mujer mueve el sable y lo clava en el ojo de uno de los prisioneros que fingía irse con la escoria.

-Los supervivientes, dejad las armas y volved a vuestras celdas por esa otra puerta, arreglaros y poneros la ropa que os hemos dejado allí, luego volved, y empezaremos vuestra instrucción.- El hombre tuerto chilla tapándose el ojo hasta que le separa la cabeza del cuerpo con otro movimiento descuidado.

-Creo que podremos hacer algo con vosotros.-

Diria sale de debajo del rodiano totalmente manchada de sangre, y casi llorando toma el camino de vuelta a las celdas.

-Vamos, no la hagamoms esperar.-

Sasha la rodea por el hombro con el brazo y avanza con ella. Por lo bajo le dice.

- ¿Estás bien? Les dimos su merecido a esos lunáticos, ¿eh? - y sonrió para tranquilizarla. Luego levanta la otra mano y sin girarse, dice al aire - Hasta luego, cararraja

No queriendo llamar la atención ni acabar como el otro prisionero, Janos recoge el vibrohacha y la deja junto con el resto de armas. Lanzando una rápida mirada a la loca encapuchada para comprobar si esta prestando atención, sustituye su cuchillo con un vibrocuchillo de la pila de armas, esperando aumentar así sus probabilidades de supervivencia.

Con su nuevo juguete seguramente guardado entre su ropa, Janos sigue al resto de prisioneros, acercándose a un par de mujeres que se habían defendido bien. En este lugar tener aliados podría ser algo muy necesario.

-Mi nombre es Janos- dice al alcanzarlas- y creo que si vamos a estar aquí nos vendría bien trabajar todos juntos.

- Si tu objetivo es quedarte aqui, si... te conviene. - dijo colocando el brazo en jarra - Ahora, yo no me pienso quedar aqui. - Lo decía sin ningún tipo de tapujo. Tampoco tan alto como para que pudieran oirle. - Tarde o temprano nos matarán. No sé por qué iba yo a querer quedarme, por muy bien que me caiga la cararraja. - y le sonrió.

- Vuelve cuando quieras salir de aqui, y estaré encantada de trabajar contigo. A ser posible con un plan. - miró a Diria que le miraba con los ojos como platos. - ¿Qué? Te lo iba a decir ahora.

- Hasta ahora, Janos. - y entonces volvió corriendo - Por cierto, me llamo Sasha. - y le tendió la mano.

La rubia todavía tiembla un poco de su tremenda ordalía, pero te responde.

-Estoy bien.-Y participando en la conversación que tenéis os dice.-Te-tenemos que salir de aquí como sea.-

En las celdas, han dejado varios monos de vuelo negros y limpios, y en el centro del pasillo hay piezas de armadura, como chaquetas protectoras y brazaletes de armadura.

El resto de prisoneros aprovecha para asearse, ponerse los monos y piezas de armadura.

Un poco sorprendido ante la sinceridad de Sasha, Janos se va a su celda para encontrar una agradable sorpresa en forma de armadura personal.

-Sasha tiene razón, tarde o temprano se nos acabara la suerte y acabaremos muertos a manos de esa loca, o tal vez algo peor- medita mientras se ducha- Y si somos mas tendremos mas posibilidades de sobrevivir.

Con su curso de acción decidido, se viste y se coloca alegremente la armadura, feliz de tener algo duro entre su piel y las armas de sus enemigos, no olvidando esconder su vibrocuchillo antes de salir en busca de la celda de las mujeres.

-Acepto tu propuesta- dice después de asegurarse que nadie estaba cerca y sin querer entrar mientras se cambian.- Daos prisa, os espero aquí fuera.

Sasha avanzó hasta sus celdas. Allí encontraría una armadura que se colocaría al instante. Siempre era mejor estar preparada.

- Esta gente está demasiado confiada. - le dijo a Diria - Nos dan armas y armaduras. Aunque claro está que un cuchillo no puede hacer nada contra la espada roja que sacó la cararraja. - miró la armadura mientras se la colocaba su compañera - Y dudo mucho que estas armaduras nos protejan tampoco de ello.

Cuando iban a volver, Janos les interrumpió por el camino. Siempre era bueno tener compañeros que te guardaran la espalda. Y más si eran tan mortíferos como Janos había demostrado en la arena.

- Tenemos que esperar. Tenemos que saber dónde estamos. Qué hacemos. Cuál es nuestra vía de escape. Por ahora tendremos que seguirles la corriente y averigüar cuando podamos la manera de salir. Si esto es una nave, que lo parece, debería de haber un hangar. Eso sería lo primero que debreíamos saber. En cuanto alguno tenga una oportnuidad que trate de enterarse de eso. - dijo ella muy segura y sin detenerse. Era mejor no levantar sospecha.

-Me parece una buena idea, intentare averiguar algo, pero no prometo nada. Sugiero que mientras tanto intentemos hacernos con algún arma para nosotros mismos.-comenta Janos por lo bajo mientras mantiene el paso de Sasha.

-Sí, pero de momento tratemos simplemente sobrevivir, ahora estarán vigilantes, luego cuando bajen la guardia podremos escapar.-

Todos los prisioneros, algunos con obvio disgusto, se pusieron los monos y las armaduras, luego volvisteis a la sala donde habíais peleado por vuestra vida unos minutos antes.

Allí, las señales de sangre y muerte habían desaparecido y os habían colocado unas mesas con comida y bebida en un lateral. Pero los soldados con los blasters, permanecían.

Y la misma maestra estaba allí, a su lado una mujer Twi-lek.

Y como te decía, éstos son los candidatos para nuestra señora, hay algunos que merecen la pena, pero la mayor parte son escoria.

Pudisteis escuchar, ya que no se preocupaban en hablar muy bajo.

La Twi-lek sonrió -Empieza el entrenamiento estándar, algun guardia negro sacaremos e igual algún aprendiz decente. Aeliza tiene muchos usos para ellos. Ofreceles a los dignos lo que se merecen.-

-Si llegan a un determinado nivel, aunque mueran, traenoslos, o incluso si se quedan catatónicos. Algo podemos hacer siempre.-

Con ésto, la twi-lek se retiró.

- Tsssk - chasqueó Sasha mientras se acercaba - encima no tiene ni voz ni voto. Es una currilla, igual que todos. - Miraba a un lado y a otro. No sabía que le iban a proponer, pero desde luego no iba a quedarse de brazos cruzados a mirar lo que pasaba. Además, ellas decían no se que de aprendices.

Sasha no quería trabajar para gente asi. Robaban la libertad, incluso las ganas de vivir. Hacían que las personas se mataran como perros de peleas. Y encima eran una especie de fanáticas sectarias, ¡seguro que no pagaban un mísero centavo! Definitivamente, aquel no era su lugar.

Vuestra ama y señora esperó unos instantes a que se acallaran los murmullos y volvió a hablaros:

-Habéis sido agraciados con un gran honor, el de servir a mi señora, a la Gran Dama Azilea, entre estas paredes, en esta academia, aprenderéis a desarrollar vuestras capacidades, os haréis fuertes en el Lado Oscuro de la Fuerza... y los que de vosotros más progresen... serán escogidos para servirla.-

-Ahora descansad y reponeros, tenéis unas horas libres para comer y descansar, luego empezaremos.-

Vuestros compañeros se acercaron a las mesas, la mayor parte estaban famélicos, sentísteis entonces un vacío en el estómago.

-Vaya, no son simples raciones, alguien tiene una unidad preparadora de alimentos por ahí.-Comentó Diria acercándose.

-Si, no parece que sean simples esclavistas- dice Janos mientras se sienta en una mesa- No se si me gusta la idea de que tengan recursos suficientes para permitirse estas cosas, pero por ahora lo disfrutare.