Partida Rol por web

Tras escuchar lo dicho por Sunny, en mi rostro aparece una leve sonrisa. - Felicitaciones niña, tuviste los ovarios de hacer lo correcto y por eso, el día de hoy saldrás de estas cloacas con vida.

De mi cuenta corre, sólo mantente enfocada y yo te mantendré a salvo. - digo con tono amable.

Esta niña hizo lo que se tenía que hacer y no dudó, personas como ella son las que necesita este mundo no bobos emotivos que ponen en riesgo la vida de otros por una estúpida esperanza sin fundamentos.

Sin mediar palabra alguna detengo mi marcha y espero a que Sunny avance, pues a partir de este momento hasta que saliéramos de los túneles, su seguridad era mi consigna y como tal mi compromiso.

La felicitación por parte de John no se la esperaba y la joven torció el gesto, pues no se sentía merecedora de la misma. A fin de cuentas, había errado los dos primeros disparos y prácticamente fue pura suerte que el último cartucho reventara la cabeza del crío infectado. Sin embargo, era cierto que no se había quedado petrificada por el miedo, aún cuando éste la atenazó en varias situaciones, sino que pudo actuar conscientemente.

—Gracias— le dijo a John, asintiendo a sus palabras, aunque seguía sin sentirse segura del todo con lo vivido.

En cuanto Liam comenzó a decir que la zona tres sería arrasada por las fuerzas de F.E.D.R.A y comentó la posibilidad de tener que salir de Boston, la muchacha palideció —¿Salir...? P-pero, pero...— ni siquiera sabía cómo replicar, pero el miedo se percibió en sus ojos verdes, aunque la pregunta del falsificador le sirvió de distracción —Sí... tengo una. La cogí cuando buscaba suministros con el doctor— respondió algo aturdida aún, revisando su mochila para sacar la máscara antigás antes de volver a cerrar la cremallera y acomodarse la mochila de nuevo.

Tenía una muy buena respuesta a las palabras con las que Walker respondió a mi apreciación sobre generar una explosión en aquel lugar, pero decidí simplemente ignorarle. Aquel hombre decía moverse sólo por dinero, y no atendía a razones ni parecía tener empatía alguna. Aquello le convertía en alguien peligroso, sobre todo teniendo en cuenta varios de los comportamientos que había tenido.

Las respuestas a las preguntas que formulé a Oyuki e Irina tuvieron que esperar ante la llegada de aquellos con los que se habían dirigido a los conductos, apareciendo por estos quienes parecían ser dos adolescentes. La enfermera no tardó en comenzar a hacer presentaciones, dándome cuenta al levantar levemente mi mano para saludarles que no parecían encontrarse nada bien. Era natural, pues aun sin saber en detalle aún lo que habían vivido, no tenía que haber resultado sencillo; pero pronto supimos que todo había resultado mucho más terrible de lo que cabía esperar, habiéndose tenido que quedar el doctor atrás por decisión propia.

Chad trató de relatar lo sucedido, realizando entre él y Sunny lo que resultó un más que desgarrador relato. No pude evitar mirar a ambos chicos compungida. Que hubieran tenido que vivir algo así… Era muy injusto. Aunque, la vida era injusta, para todos lo había sido; y la gran mayoría había vivido historias terribles. Eso no impedía, sin embargo, que sintiera lo que Chad y Sunny habían tenido que vivir, y la valiente decisión de Abbot.

Oyuki trató de informarnos de todo lo sucedido, en un detalladísimo relato que cada vez me ponía más nerviosa; ya no sólo por cuanto este contaba, sino porque no teníamos tiempo para aquello en esos momentos. Teníamos poco tiempo, y debíamos seguir moviéndonos. Kyle no tardó en pronunciarse a aquel respecto, instando a Liam a seguir guiándonos, mientras que Sunny mostraba sus dudas acerca de lo que Chad y ella debían hacer. Young intentó encauzar la situación, así como tranquilizar a la adolescente, aunque no escogió las mejores palabras a mi parecer; aun ofreciéndole un camino a seguir.

Contra todo pronóstico, tras más quejas y muestras de insensibilidad por su parte, Walker se ofreció a hacer algo sin dinero de por medio. Aquello resultaba sumamente extraño teniendo en cuenta todo lo que nos había dicho anteriormente, haciéndome desconfiar de sus intenciones queriendo proteger a la chica. Al menos, esperaba que aquel repentino afán de protección sirviera para tranquilizar un poco a Sunny, si bien esta aún se mostraba asustada.

- Nada dice que el sector 3 vaya a ser acribillado indiscriminadamente. – comencé a decirles a Sunny y Chad, empleando las mismas palabras usadas por Young. – Ni que vaya a ser necesario salir de la ciudad. De momento, como ha dicho Liam, lo que tenemos que hacer es abandonar los túneles. Habéis sido muy valientes, sólo debéis seguir siéndolo, y pronto estaremos a salvo. – les dije a ambos reclutas con una pequeña sonrisa que trataba de resultar tranquilizadora.

Mi intención era tranquilizar a ambos adolescentes, pero también a mí misma. Realmente no creía que FEDRA fuera a liquidar a cuanta persona hubiera en la zona 3, pero eran demasiadas las cosas que había visto y vivido en aquellas dos décadas como para descartar del todo cualquier posibilidad. Mientras me preparaba para continuar por el camino que nos llevaría a la zona 5, sacando la máscara de gas y manteniendo aquella pistola sujeta pero con el cañón apuntando al suelo, no podía dejar de pensar en mi hermano y mi madre. Esta debía encontrarse bien, pues no se movería de casa sin nosotros, pero Barry… Podría encontrarse en cualquier lugar, y esperaba que ese lugar resultara ser finalmente el Giocomo’s.

Como presuponía, los perros fueron más una distracción que un problema. Cierto que Barry y Miller se habían deshecho de ellos sin muchos problemas, no así Bull a quien uno de los sabuesos casi le había llevado medio brazo por delante. Increíble el daño que había recibido. El herrero aún así, sacó fuerzas de flaqueza y hasta se permitía hacer bromas con su estado y las consecuencias cuando lo viera su mujer; por suerte era enfermera y podría tratarle la herida.

Mientras tanto yo había estado preparando el cocktail molotov que me había encontrado en los bajos de la casa de Bull, esperaba sino acertarle al soldado que venía corriendo, al menos crear una columna de humo que pudiera evitar alcanzarnos. Si no nos veía, le sería mucho más difícil acertar con el disparo. También estaba el otro, el francotirador que sabíamos que estaba vigilando al soldado que se cargó Barry en la entrada trasera del supermercado. No lo habíamos vuelto a ver, pero sabíamos que estaba allí y un tío con puntería provisto de un rifle de francotirador, sinceramente, era un peligro público. Además hasta que no alcanzásemos los montículos de piedra, por mucho que zigzageásemos a la carrera seríamos un blanco fácil para ese tipo, igual no tan fácil. No lo quería comprobar.

Tampoco es que yo fuera una campeona lanzando cocktails pero quizás por las circunstancias me encontraba lo suficientemente motivada para no fallar. Eso sí, no me demoré en comprobar si le alcanzaba o no, seguí corriendo en zig-zag camino de "la trinchera" más próxima.

La primera de las ráfagas de disparos del soldado de FE.D.R.A, abriendo fuego en dirección a los supervivientes, impactó extremadamente cerca de los pies de estos, quienes por momentos creerían que sus vidas iban a ser segadas de un instante a otro. Sin echar la vista atrás, solo les quedó avanzar medio agazapados y a la carrera, acortando la distancia que les separaba hacia el murete de piedra salvador, zigzagueando y conteniendo el aliento, básicamente rezando por sus vidas y confiando en que el militar no estuviese preciso y certero en aquel aciago día. La suerte o "fortuna" que había estado de su lado en aquel primer lance, cual moneda a cara o cruz, les había sonreído... pero nada podía asegurar que en la segunda de las descargas que estaban por venir, no fuesen a caer abatidos contra el suelo, completamente repletos de plomo.

El sonido inconfundible de un cargador ampliado de fusil de asalto siendo expulsado e introducido de nuevo uno de repuesto en el arma, resonó en los oídos del grupo, quienes sabían perfectamente que acontecería después de aquello. Solo Vika de entre todos ellos, se tomó un breve momento para terminar de prenderle fuego al cóctel molotov improvisado, el cual lanzaría con todas sus fuerzas hacia el militar armado para de inmediato poner tierra de por medio, sin esperarse si quiera a verificar si la parábola que seguiría la botella en llamas alcanzaría a su objetivo o no.

Uno, dos, tres eternos segundos de incertidumbre...  la calma que precede a la tormenta, sin saber a qué atenerse o que esperar. 

Tanto Barry, Arthur, Bull y Vika, muy probablemente aguadaron nuevamente aquel ruido ensordecedor del fusil de asalto escupiendo fuego a sus espaldas, pero sorprendentemente, serían los gritos desgarradores y terribles del soldado de FE.D.R.A quemándose vivo, los que alcanzarían a escuchar.

Sin duda la ex cazadora había impactado a su objetivo de lleno, y aunque ninguno vio de primera mano el preciso instante de la colisión del artefacto casero, no fue difícil imaginar que el militar no había llegado a alcanzar a ver el previo lanzamiento de la joven en su dirección, probablemente porque durante una fracción de segundo habría estado con su mirada atenta y fija en el cargador ampliado de repuesto que tomaba del cinto, para finalizar el trabajo que había comenzado a realizar. Para cuando se percatase de la realidad ya sería demasiado tarde, siendo empapado al completo del líquido combustible tras el impacto, y como las llamas lo abrazarían y envolverían por completo al instante, sintiendo el extremo dolor y el hedor a carne quemada en cuestión de segundos. De poco le valdría al infeliz el infructuoso intento de tratar de rodar por el suelo, gritando a pleno pulmón y suplicando socorro, antes de que se hiciese el silencio y continuase calcinándose, ya completamente inerte.

La hierba seca alrededor prendió con rapidez, levantando una columna de humo allá donde reposaba el cuerpo sin vida. Sin embargo, las voces y pasos apresurados de más soldados a la carrera se oían en la distancia. ¿Llegarían todos saltar el murete de piedra y ponerse a refugio a tiempo? Eddy, quién dio media vuelta y corrió de regreso al observar que no precisarían de su ayuda para enfrentar a los soldados, no tardó en resguardarse y animar a sus camaradas. A Arthur y Vika apenas les restaban unos pocos metros antes de alcanzar su destino. Solo Barry y Bull, el primero excesivamente cargado de equipaje y el segundo visiblemente malherido, quedaron todavía a cierta distancia del amparo de murete de piedra. ¿Lo lograrían?

El señor Sanders asintió a las palabras de Walker, respirando profundamente y tratando de calmar su ansiedad incipiente, antes de intervenir nuevamente.

- Descuide, señor Walker. Creo que seré capaz de mantener bajo control mis ataques de ansiedad... - expresó sin mucha convicción, aunque dando la impresión de que las palabras del mercenario habían surgido bastante efecto. Ante la hipótesis de Liam Young en cuanto a que quizá los soldados de FE.D.R.A. se planteasen la posibilidad de bombardear toda la zona 3, Kyle negó para si mismo aquella teoría, no porque la creyese inviable, si no porque también los soldados tendrían familiares y amigos que difícilmente abandonarían sin más - De llegar a ser posible lo que plantea, señor Young. Creo sería en un caso extremo y una vez se perdiesen todos y cada uno de los sectores dentro de la QZ, cuando ya no hubiese otra alternativa. Recuerdo que tiempo atrás hubo un severo brote en el sector 4, que rápidamente se propagó por toda esa zona haciendo peligrar la integridad de toda la población civil dentro de la QZ... pero gracias a los perímetros vallados que delimitan cada sector, al toque de queda obligatorio, al escaneo selectivo de los pocos supervivientes que se acercaron a los controles, y a que fueron abatiendo por las calles y casa por casa a los infectados, fue posible contener el brote a las pocas semanas... - reveló lo que ya sería un asunto conocido para los más adultos y quienes más tiempo llevaban dentro de la zona de cuarentena, aunque no para los dos reclutas adolescentes y alguno más - Como sea, si la situación es tan crítica y buena parte de las instalaciones de FE.D.R.A ya se han visto afectadas, es difícil aventurar a ciencia cierta como procederá el ejército y que medidas se tomarán. Espero poder advertir a mi mujer y a mis más allegados del peligro que corren, y quizá me plantee el solicitar un permiso para cambiar de zona de forma provisional.

Chad Franklin escuchó con atención lo que allí se hablaba, aunque sin perder en ningún momento su foco de atención. Salvaguardar la vida de Sunny era su prioridad, y si como mencionaban algunos, de un momento a otro podían ser víctimas del ataque de soldados de FE.D.R.A. que les iban siguiendo el rastro, mejor no quedarse allí para averiguarlo. Él mismo ya había presenciado en más de una ocasión como se las gastaban sus superiores, y el mero hecho de encontrarles allí abajo en aquellas galerías subterráneas, lo cual estaba expresamente prohibido, sería razón más que suficiente para que abriesen fuego en su contra sin aguardar respuesta, por mucho que levantasen la voz y quisiesen revelarse como a dos simples reclutas que habían salido por los conductos de ventilación para sobrevivir a la infección.

- Sunny, ahora mismo, el tratar de regresar sobre nuestros pasos e ingresar nuevamente por el conducto de ventilación hacia el interior del Hospital Adjunto y de las instalaciones de FE.D.R.A, es del todo inviable. Un suicidio. - le expresó con determinación, haciendo uso de la razón y cordura, al plantearle las posibles alternativas disponibles - Y quedarnos aquí parados, aguardando la llegada de los militares, no garantiza que no nos vayan a acribillar incluso antes de que tengamos la oportunidad de excusarnos por nuestras acciones y explicar por qué diantres hemos terminado aquí. Te recuerdo que salir sin autorización expresa está tajantemente prohibido...

Es mejor acompañarles y salir de aquí por un acceso seguro hacia el exterior, a ser posible fuera de la zona 3, y ya después plantearnos que hacer. ¿No crees?

El chico trató de tranquilizar a su compañera, puede que incluso mostrándose un tanto sobreprotector para con Sunny dada su naturaleza y las circunstancias, terminando por susurrarle unas palabras en voz muy baja, cerca del oído.

- Además, sabes perfectamente que mi deseo siempre ha sido el abandonar un día de estos la Escuela Militar Preparatoria para siempre... Lo único que ha evitado que me vaya y me una a los... ejem, ya sabes... la razón por la que sigo aquí... - carraspeó un par de veces nervioso, ruborizándose en el proceso, y añadió - ...eres tú.

Oyuki e Irina poco o nada más añadieron a lo ya dicho por el resto con anterioridad. El nutrido grupo de supervivientes terminaría avanzando guiados por Liam Young por aquella galería subterránea en sentido Norte, alejándose no solo del acceso al Hospital Adjunto por donde habían llegado Sunny y el resto, si no de los soldados de FE.D.R.A que pudiesen estar dándoles caza en dirección contraria.

Aunque lenta, la marcha transcurrió sin complicaciones o imprevistos de ningún tipo, llegando minutos más tarde hasta el acceso mencionado por el falsificador y guía del grupo. Subiendo unas escalerillas metálicas incrustadas en una de las paredes adyacentes, Liam Young sería el encargado de retirar parcialmente la tapa de alcantarilla y echar un vistazo al exterior, percatándose de que la situación estaba en relativa calma y aparentemente sin un alma a la vista.

El acceso por el que saldrían al exterior daba a Hanover Street, justo frente al parque de Saint Leonard Peace, y a medida que fueron abandonaron las alcantarillas por turnos, cruzando prestos hacia el jardín y acortando la distancia que les separaba hasta el edificio en ruinas a sus doce, estos pudieron sonreír complacidos al ver que el Giacomo's Boston North End estaba aguardándoles a escasos cincuenta metros de su posición, al lado de una vieja bodega de vinos conocida como "The Wine Bottega", nada más cruzar la siguiente calle. Sin embargo, antes de que cualquiera de los presentes se plantease la mera posibilidad de saltar o rodear el murete de piedra y abandonar el parque de Saint Leonard Peace donde se hallaban, para cruzar la avenida e ingresar al interior del Giocomo's, el grupo pudo percatarse de que algo extraño estaba sucediendo avenida abajo, a unos 100 metros del lugar.

Al menos una decena de mercenarios y mafiosos, quizá miembros de alguna de las bandas locales que controlaban la zona a la que acababan de ingresar, estaban abasteciéndose de armas del interior de uno de los edificios de la misma calle, probablemente un piso franco o similar, y señalando posiciones estratégicas a un lado y otro de la avenida en dirección al Giocomo's. Una patrulla de FE.D.R.A cercana, una pareja de soldados que realizaban su ronda y transitaba el lugar, simplemente se había limitado a acercarse y recibir un soborno de parte de uno de los líderes mafiosos, desentendiéndose al instante de las actividades ilícitas que allí se estaban fraguando de manera impune, continuando calle abajo y alejándose del escenario que tarde o temprano podría terminar convertido en un polvorín. ¿Se estaban pertrechando aquella banda mafiosa y tomando posiciones, para realizar algún atentado premeditado? ¿Quizá aguardaban la llegada al lugar de algún grupo o banda rival? ¿Era la cercanía al Giocomo's, por alguna razón en particular o un simple casualidad?

- No se yo, pero esto a mí me huele muy mal... - susurró Sanders al resto del grupo, teniendo muy claro que no cruzaría la calle hacia el Giocomo's, si no que buscaría una ruta alternativa hacia su casa. ¿Qué hace toda esa gente ahí, armada hasta los dientes? ¿Soy yo o esa patrulla de FE.D.R.A ha ignorado el asunto por completo y ha puesto tierra de por medio? 

Sen había aplicado el analgésico a su hermano tras preparar rápidamente la jeringa y con una experticia tal que hacía difícil creer que fuera tan buena siendo tan joven. Las palabras de Walker la seguían molestando y no podía estar más de acuerdo con Michelle en lo que decía, pero la llegada del otro grupo se robó su atención. Apenas había retirado la jeringa cuando Oyuki se abalanzó sobre ella - ¿Oyuki? - y la abrazó con alivio. Miró a su hermano - Intentamos llegar a ti, pero no tuvimos forma de hacerlo - dijo con su usual neutralidad.

Fue poco después que vio a Sunny bajar con un chico, pero no vio a Caleb. El que la enfermera pelirroja estuviera mirando tan seguido la puso nerviosa y tras escuchar la historia de los dos chicos, la expresión de Sen se torció a una de dolor. Conocía a Caleb Abbot, claro que sí. Él había sido muy amable con ella desde que llegó al hospital. Aunque quería decirle a Irina que ella ya conocía a Sunny, la noticia de la muerte de Caleb la afectó - Así que por eso lo llamaron a F.E.D.R.A. Imbéciles, no aprenden - dijo con más enojo del que podía manejar, aunque de seguro su hermano notaría su estado de ánimo real. En ese momento, tomó la botella de vino que había empacado en su maletín médico y le dio un trago largo. Esa no duraría mucho, de seguro.

Ya afuera, parecían encontrar su destino al frente, aunque Sen no dijo palabra. Seguía asimilando todo lo que habían contado que había pasado. Se limitó a ayudar a su hermano a subir, aunque este ya debía sentir los efectos del analgésico. El grupo mafioso parecía estar por infiltrarse a un lugar, pero ¿por qué?

Mierda, un problema tras otro...

Buscó un lugar para esconderse, o al menos un lugar que se viera lejos del fuego cruzado, mientras trataba de notar algo en los alrededores - ¿Algún lugar al cual acudir antes de seguir avanzando? - y siguió mirando el mejor escondite posible en esas circunstancias.

Correr.

Eso era todo lo que podía hacer, y lo que había aprendido a hacer durante años. Enfrentar los problemas de cara cuando se podía, y correr cuando éstos te superaban. Era un sistema sencillo, pero a mí me funcionaba. Bien era cierto que había una tercera vía, que era esconderse, pero nunca se me había dado especialmente bien. Acostumbraba a bromear con padre diciendo que no había criado ningún cobarde, para andar escondiéndome, aunque él no le veía la gracia. No era un hombre con excesivo sentido del humor, ni siquiera antes del brote, mucho menos cuando la supervivencia más extrema se convirtió en nuestra única forma de vida.

Con el peso que cargaba, me costaba avanzar. Al menos, bastante más de lo que me costaría sin él, de lo que haría en circunstancias normales. El muro estaba ya relativamente cerca, habiendo recorrido ya más de la mitad del camino, pero estaba aún demasiado expuesto. Si ese soldado recargaba y volvía a disparar, sería sencillo recibir al menos un tiro a poco que no fuera un inútil con ese arma que llevaba.

Tardé en darme cuenta de que había dejado a Vika atrás, aunque no tuve tiempo de mirar atrás en su busca. Bull corría casi a la par mío, mientras que Arthur se adelantaba con soltura. Sin embargo, Vika era veloz, como lo había sido su hermana. Los tres nos habíamos pegado buenas carreras, en su momento. Y terminó pasando a mi lado a gran velocidad, adelantándome. ¿Había tardado en ponerse en marcha? ¿Por qué? No tardaría en darme cuenta del motivo.

En lugar del sonido de disparos contra nosotros, lo que oí fue una deflagración, el inconfundible sonido del fuego, acompañado de los gritos desesperados del soldado. Vika había arrojado un cóctel incendiario, y además había acertado en el blanco. Eso nos daba unos segundo más de ventaja, antes de que los compañeros del soldado tratasen de acribillarnos.

Correr, eso era todo lo que podía hacer. Seguir corriendo hasta alcanzar el muro y, con él, la momentánea salvación.

Ya quedaba tan poco...

Agacha la cabeza por instinto y entrenamiento ante las ráfagas de disparos y nota los impactos demasiado cerca de los pies, chocando contra asfalto y adoquines. Con el corazón encogido y empujando a Bull, sin echar la vista atrás avanzan medio agazapados y a la carrera, salvando la distancia que les separa del muro y la cobertura que este ofrece

De pronto se aprecia el sonido de un cristal romper y le llegan los gritos desgarradores de un soldado de F.E.D.R.A, se asomaba a ver que diablos pasa y ve los efectos de un molotov: un hombre quemándose vivo. Fuego, humo y movimientos erráticos producto del dolor. Se le revolvió el estómago y esa sería otra de las imágenes que esperaba poder borrar antes de morir.

Llegó hasta el muro, lo saltó con destreza y se puso a cubierto para luego tirar de Bull y terminar de ponerlo también a cubierto.

-Miller vivo. 

Al salir al exterior de los túneles, enfundo mis armas, para luego ofrecerle ayuda a Sunny para salir, pasando del resto del grupo.

Bien niña, ya estás a salvo, ahora note metas en líos. Young, gracias por guiarnos, quizá algún día te devuelva el favor. - digo antes de encaminarme hacia el Giacomo's, pues Sanders había mencionado algo sobre una reunión allí y normalmente donde hay reuniones de profesionales hay trabajo y de momento me urgía conseguir uno.

El ambiente estaba tenso y confirmaba mis sospechas algo grande estaba por pasar, la gran cantidad de armas a sueldo que se veían en la calle daban claro testimonio de ello.

Sin embargo, Sanders no tardo en hablar de más, pues donde cualquier otro hubiera preferido callar, él decide cuestionar abiertamente lo sucedido entre la patrulla y el grupo armado.

Sanders, si ellos se van por otro lado, tal vez tu también deberías, en el submundo existen reglas no escritas y una de ellas es no meter tu nariz en los negocios de otros si no quieres una bala en el cráneo, pero allá tu si te da por hacer preguntas. - advierto con cierta seriedad.

Adiós señores que tengan buen día. - agrego mientras empiezo a andar sin mirar hacia atrás, siempre con la mano cerca de la culata de la recortada.

Tras la escaramuza que habíamos planteado en el supermercado y sus alrededores pareciera como si los soldados de FEDRA estuvieran aún más rabiosos que tras la pérdida de los dos primeros soldados en el callejón junto a la herrería. Lo cierto era que, aunque Los Luciérnagas hubieran encendido la mecha, quienes realmente estábamos confrontando contra el ejército éramos nosotros y no porque fuera nuestro fin sino simple y llanamente porque queríamos huir de esa zona. La lucha por la supervivencia era así de brutal.

Me había demorado un poco para acabar de confeccionar el cocktail molotov. Eso se había traducido en que la primera descarga de balas la había notado bastante cerca. Me di prisa y cuando lo tuve listo lo lancé. Salí a la carrera en dirección de mis compañeros de escapada con la suerte de que alcancé al objetivo. No me quedé para verlo, aproveché para correr más rápido. Contenta de todo esfuerzo obtiene su recompensa. 

Gritos, aullidos de dolor, desgarradores. El soldado se estaba quemando vivo. Luego silencio. Al poco nuevas ráfagas de balas pero entre medias hubo tiempo suficiente para alcanzar aquel murete que serviría de trinchera.

- ¿Estamos todos? Fiuuu... ¿Habéis visto? - no, nadie lo había visto, ni siquiera yo - no pueden con nosotros. Somos la resistencia - aún así, había estado justito - hacemos un buen equipo, Barry. Miller, Eddy ¿qué tal? Ahora te miran esas heridas Bull.

Con el sonido metálico de la tapa arrastrándose, Liam sacó su cabeza al exterior. Agradeció el aire y la luz de la superficie. Los minutos pasados bajo tierra le habían parecido días. Una vez aseguró la extracción del resto del grupo, pudo sentir cómo la responsabilidad de su seguridad se retiró de sus hombros. Con el último de ellos sobre el césped del Saint Leonard Peace, volvió a colocar la tapa en su lugar. Ahora sería muy difícil seguir su pista. Aunque nunca había que subestimar a los soldados.

Desde su posición podían ver el citado restaurante. Con cruzar de acera habrían alcanzado su destino. Pero la presencia de un grupo armado varias decenas de metros calle abajo recordó al falsificador que se encontraban en el Área 5. El peligro no había cesado. La ley marcial impuesta por F.E.D.R.A. era casi agradable en comparación con las reglas impuestas por las bandas mafiosas.

Liam ya había cumplido. Era dado a prestar ayuda pero aquel ya no era su "entorno" y poco se había movido por aquel sector, así se quedó en la retaguardia esperando que fuera otra persona quien tomara el liderazgo. Walker decidió jugar la mano por su cuenta y se alejó del grupo con simple Buenos días. En el fondo, Liam admiró a aquel hombre. En un lugar donde las armas estaban prohibidas y un grupo armado se preparaba para alguna reyerta, aquel tipo cargado con todo un arsenal se dispuso a caminar tranquilamente como si fuera a canjear una cartilla de racionamiento por un buen brandy.

Había que comprobar que el restaurante fuera seguro y saber cómo se iban a organizar para llegar todos a él. Ojala Vika estuviera allí, supondría una gran ventaja. Pensó. Miró al resto de los presentes. En especial a Michelle. - Si alguien me acompaña, podemos cruzar la calle y llegar al Giacomo´s. Una vez aseguremos el lugar, me comunicaré con el walkie por el mismo canal que el ya usado y os avisaré para que paséis. Eso..., o vamos todos en tropel hasta allí cruzando los dedos para que sean Barry y los demás quienes estén dentro. - 

El falsificador aguardó la opinión de los demás para consensuar la decisión. Por alguna razón, quizá la edad, se veía responsable de aquella gente a la que en su mayoría acababa de conocer.

Desde la distancia no era fácil distinguir que sucedía en el interior del Giocomo's Boston North End, más teniendo en cuenta la mugre y suciedad acumulada en los ventanales con el pasar de los años. Obviamente aquel tugurio tenía su propio fin, no siendo lo primordial el servir comida y bebida de gran calidad, si no ser un punto de encuentro para todo tipo de calaña; desde ladrones, contrabandistas, bandidos... hasta mercenarios contratados a sueldo o meros informantes.

La mayoría de las mesas que se entre veían desde el exterior estaban vacías, por lo que Liam y Michelle intuyeron que difícilmente habría allí dentro más de 6 u 8 personas, puede que menos. Las figuras borrosas de algunos hombres tomando bebidas cerca de la barra, levantando sus jarras como celebrando algún acontecimiento parecía lo más destacable, y quizá la nota discordante fue distinguir a un joven charlando apaciblemente con un hombre fornido y calvo.

Michelle distinguiría los rasgos del joven, aproximadamente de su misma edad, concluyendo que podía tratarse de su buen camarada Elliot. ¿Estaría compartiendo con su interlocutor información sustancial? Por sus formas más distinguidas y actitud más confiada, el hombre alopécico con el que conversaba y que mostraba gran interés en la conversación que mantenían puede que fuese el capo contrabandista conocido como el Oso, con el cual Liam en alguna ocasión había tenido contacto - falsificando alguna identidad o pase de FE.D.R.A para cruzar entre zonas de forma más o menos segura -, y del que Michelle, si bien no tenía trato directo con él, era sabedora de que su hermano Barry, y antaño su padre, habían tratado con el hombre en más de una ocasión para lograr algunos "trabajos" o "incursiones" al exterior de la QZ.

Imagen visual de Elliot, en el que se observa haber pasado por un infierno.

^{Imagen visual del Oso, manteniendo interés por la información recibida}

No solo el estado del interior del Giocomo's en la distancia sería todo cuanto lograrían advertir aquel par de supervivientes, si no que llegando desde un edificio abandonado cercano, en el mismo parque de Saint Leonard Peace donde se hallaban, ambos discernirían unas voces desde el interior. La ventana exterior estaba rota, por lo que no sería inconveniente alguno acercarse hasta allí en silencio y observar lo que sucedía en el interior.

^{Imagen visual del exterior del edificio abandonado, en el mismo parque en el que os encontráis (a unos pocos metros de vuestra posición)}

- Señor Dawson, ¿cree que mi marido, el hijo Alfred y quienes les acompañan lo lograran? - se escuchó la voz de una mujer, en claro tono de preocupación - Estoy de los nervios, de verdad. No debí dejarle atrás y cruzar la alambrada, simplemente por el hecho de que yo fuese más delgada. ¿Habrán encontrado esas cizallas y estarán ahora mismo ampliando el agujero?

- Mamá, ¿qué está pasando? ¿Por qué esos hombres con armas nos persiguen? ¡Tengo mucho miedo! - se le escuchó sollozar asustado a un niño de entre 6 u 8 añitos. Quiero que venga, papá.

- No os preocupéis. Estoy seguro de que de un momento a otro los escucharemos golpear la puerta y entrar. - respondió  la voz de un hombre de mediana edad, tratando de tranquilizar a la mujer y su pequeño - Tu esposo sabe lo que se hace, y si te paras a pensar, era lógico que quisiese que tú y el pequeño cruzaseis primero y os pusieseis a salvo. ¿No habrías hecho lo mismo en su lugar, de ser la situación justo al revés? ¿No estarías más tranquila sabiendo que tu familia está a salvo, al otro lado de la alambrada?

Además, MacLeod, Miller, Vika, Eddy... todos ellos son muy capaces y se desenvuelven bien. Seguro que sabrán cuidar los unos de los otros...

- ¿Y mi Eddy? ¿Dónde está mi Eddy? - se escucharía finalmente a un anciano, quién intuiríais que estaba senil y desorientado por sus últimas palabras. ¿Quiénes son ustedes?

Las palabras de Sanders la tranquilizaron, igual que las de la mujer, Michelle. Asintió con la cabeza, aún nerviosa, pero agradecida porque mediaran en su preocupación. Sin embargo, aún quería saber qué opinaba Chad al respecto de irse con el grupo, y sus dudas no tardaron en ser respondidas.

Sus ojos verdes se clavaron en los de su amigo mientras él hablaba, comprendiendo que F.E.D.R.A probablemente no se detuviera a comprobar si eran reclutas, luciérnagas o si habrían sido mordidos por los infectados, sobre todo teniendo en cuenta que Sunny estaba cubierta de sangre tras haberle volado la cabeza al niño a bocajarro con su escopeta.

—Tienes razón...— comenzó a decir tras resoplar, cuando la proximidad confidente de Chad la hizo arrugar el ceño e inclinarse para escuchar lo que quería susurrarle. Sus mejillas, salpicadas de sangre y pecas, se enrojecieron a la vez que sentía un hormigueo en la línea de su mandíbula mientras su piel se erizaba ligeramente. No dijo nada, siguiendo al chico con mirada perpleja, pero devolviéndole la sonrisa con timidez y afecto.

Haciendo caso de las indicaciones de los adultos, se quedó en el centro de la marcha, aunque no pudo evitar sentirse frágil ante la protección que le ofrecían, pero ya estaba acostumbrada. Su inocencia solía provocar ese efecto en otros.

—Gracias, pero puedo sola— le dijo a Jhon cuando salieron de los túneles, sintiéndose pequeña ante el varón pero intentando demostrarse a sí misma que no era sólo un corderito en un mundo de lobos, aunque lo pareciera. Lo que sí le sorprendió fue que Walker se despidiera luego, como si no hubiera pasado nada, y sin temor a los tipos armados hasta los dientes al otro lado de la calle. 

Sunny tragó saliva, mirando a Liam para ver cómo iban a proceder ante el peligro inminente, cuando el falsificador propuso ir hacia el Giacomo's. Sintió el impulso de ir con él, pero estaba en territorio desconocido, claro que tampoco se sentía muy segura en un grupo amplio que podría atraer la atención fácilmente.

—Esto pinta mal— fue lo único que dijo, mirando cómo los tipos armados empezaban a señalar posiciones en la dirección de su objetivo. Se quedó junto a Chad, mirando alrededor para ver si se le ocurría alguna idea observando el entorno en el que estaban.

Tras una lenta travesía sin contratiempos, por fin logramos abandonar aquellos túneles, siendo Liam el primero en poder hacerlo habiendo ejercido de guía. Guardé la pistola a la hora de tener que subir por aquella escalerilla que me llevaría al exterior, respirando profundamente una vez me vi en la zona 5. Crucé hacia el parque inmediatamente después, como todos terminamos haciendo, dedicándome a observar el entorno tras ello; aunque ya entonces había divisado la posición del restaurante. Este se encontraba cerca calle arriba, pareciendo sencillo llegar hasta allí, algo que me alegró; pues tenía claro mi destino. Sin embargo, resultaba preocupante lo que calle abajo pude ver.

La avenida no estaba ni mucho menos tranquila, pudiendo ver a varios tipos que daban bastante mala espina haciéndose con varias armas de un edificio cercano. Sin lugar a dudas, algo se estaba fraguando en aquel lugar, y ni tan siquiera FEDRA parecía dispuesta a detenerlo; viendo cómo unos soldados se habían acercado a aquellos hombres para a continuación alejarse de allí. Aquello nos beneficiaba en parte, pues quizás la patrulla también hubiera recibido el aviso por el que perseguían a parte del grupo, pero aquella retirada parecía garantizar que la calle no tardaría en dejar de ser segura.

- Bienvenidos a la zona 5… - dije con ironía a nadie en particular, escuchando justo después cómo Kyle mostraba su preocupación.

No dije nada, pues Walker en seguida se puso a hablar con él tras hablar con Sunny, no tardando el matón en anunciar su marcha.

Maldición.

Pensé al ver que se dirigía al restaurante, girándome hacia el resto después, algunos de los cuales empezaban ya a preguntarse acerca de qué rumbo tomar. Tenía claro el mío, pero desconocía si alguien más querría dirigirse también al restaurante. Young tomaba la palabra en aquel momento, pareciendo querer continuar guiando al grupo, pues establecía el restaurante como el siguiente punto a alcanzar. Realmente tampoco parecía haber a simple vista un lugar más seguro, y ante el despliegue de aquella gente armada, lo mejor sería resguardarse en algún sitio cuanto antes.

Mientras Liam terminaba de hablar, ya pensaba en ofrecerme a acompañarle, pues creía que no podría ver nada desde allí y me parecía una mejor opción acercarnos primero a ver cómo estaban las cosas en el interior del Giacomo’s. Sin embargo, a pesar de la mugre de las ventanas, pude ver más o menos cómo estaba la situación, una situación que no parecía tan mala de cara el resto; pero sí para mí, pues no veía a mi hermano en el interior.

- ¿Lo ves? – pregunté a Young, refiriéndome al interior del restaurante, pues parecía haberse quedado mirando en dirección a este. – Parece bastante tranquilo, ¿no? Creo que conozco a los dos que hablan, aunque con uno de ellos no he tratado nunca. – comenté a Liam en voz baja, tratando de ocultar mi preocupación, mientras comenzaba a escuchar aquellas voces que no venían desde muy lejos.

Presté toda mi atención a aquella conversación que se colaba por la ventana rota de un edificio cercano. Mi ceño se frunció ante la situación que dejaban entrever quienes hablaban, dibujándose en mi mente la idea de que Barry pudiera estar entre los mencionados acompañantes del marido de aquella mujer. Aquello no era lo más probable, pero me caracterizaba por mi optimismo, alegrándome al escuchar que en aquella ocasión este ganaba la partida.

¡MacLeod!

Sí, aquello era lo que había oído, pareciendo encontrarse también Vika y Arthur con mi hermano. Parecían estar en peligro, pero ese escenario no era tan malo en comparación con lo que podría haberles pasado, y no sólo confiaba en las capacidades de mi hermano, sino también en la de aquellos que conocía y le acompañaban.

Me volví hacia el resto, teniendo más o menos claro lo que podíamos hacer si estaban de acuerdo.

- No sé si lo habéis oído, pero parece haber gente en aquel edificio. – les dije señalando el edificio aparentemente abandonado que había en el mismo parque. – Parece que mi hermano y algunas personas más se dirigen hacia allí. El restaurante parece tranquilo, con tipos bebiendo y otros charlando, pero creo que merece la pena tantear si nos dejarían entrar en ese edificio. Iré igualmente hacia este, así que podría preguntar si pueden acogernos hasta que las cosas se calmen en la calle. Somos demasiados para ir directamente, podríamos asustarles, pero si alguien quiere acompañarme… - comenté, dejando la puerta abierta a que alguien viniera conmigo. – Avisaré por el walkie de lo que sea. ¿Qué os parece? Aunque si veis que los tipos de las armas se acercan a esta parte de la avenida, lo más sensato sería que os mováis hacia el Giacomo’s sin esperar más.

Dicho aquello, aguardaría a las impresiones del resto y a si alguien quería acompañarme, dedicando unas palabras a los presentes antes de comenzar a dirigirme al edificio para llamar a la puerta. Seguramente todos estuviéramos asustados y/o nerviosos, aunque fuera más evidente en algunos que en otros.

- Ya hemos pasado lo peor, saldremos de esta. Puede que la situación pinte mal, pero haremos que pinte bien. – dije con una pequeña sonrisa, convencida de aquello, en una clara alusión a las palabras que poco antes había empleado Sunny; queriendo ayudar a que esta y los demás se tranquilizaran lo máximo posible.