Partida Rol por web

Ellos ya se habían ido. Habían cruzado el portal del espejo mirando atrás, despidiéndose de ella. Ahora solo quedaba seguir el camino a casa, volver sobre sus pasos. Aura se acerca a ella, invitándola a entrar en la casa con un gesto de la mano.

-Te acompañaré a los pies de la montaña. La ventisca aun está sobre nosotros, aunque mi magia impida que esta casa note su presencia.

Una vez en la cocina, le da su zurrón a Linnet, con las provisiones necesarias.

-Cuando estés lista, partiremos.

Ya estaba sola, mas sola que un buho. Se quito un peso de encima, ya no tendria que aguantar sus miradas acusadoras y otras cosas. Eso era un alivio, era de volver al pueblo y vivir lo poco que les quedaba. Quizas fuera la unica que supiera que iba a pasar y que todo se iba a dar al traste. No le dijo nada a Aura, solo salio de la habitacion y fue a recoger sus pocas pertenencias. Al rato tenia sus cosas preparadas. En este caso, sus actos hablaban por ella, queria irse de alli, le recordaba demasiado lo que habia pasado... y esta vez no tendria que preouparse del frio. Aun asi, le pediria una ultima cosa a Aura:

-No tendras un callado o algo por el estilo ¿no? Lo digo porque no quiero encontrarme mas lobos o criaturas salvajes... y las espadas no van conmigo...

Aura comienza a caminar esperando que Linnet la siga. Esa casa no parecía tan grande cuando ayer llegaron a ella, pero ahora que Aura la lleva hacia otro lado, parece que la imagen que se ve desde fuera no corresponde a lo que realmente es. Comienzan a descender unas escaleras de caracol que las lleva a los sótanos.

Una pequeña luz se enciende en el centro de la sala y la ilumina. La sala parece estar llena de reliquias y armas con el símbolo de las Diosas. Se acerca a una de las paredes y toma con sus manos una vara larga, un cayado.

-Tallado por los primeros sirvientes del antiguo Gran Árbol Deku. Está imbuido en el poder sagrado de la Tierra, el Bosque y la Sabiduría. Pero... debo advertirte. No uses su poder, salvo que sea necesario.

Pero antes de irse de la casa de Aura, Linnet y la misma Aura, bajaron a unos sotanos. Alli habia cosas fantasticas, y le extrañaba que no les hubiera ofrecido algun artefacto o algo que pudiera ser de utilidad en la dificil empresa que llevaban a cabo:

-Gracias... me gustaria saber que hace ese poder...me gusta saber las consecuencias.

Linnet queria tener la mente ocupada, para asi no tener que pensar mucho en lo que aun era demasiado reciente. Si aquel baculo le ayudaba a volver a su aldea, bienvenido era, y asi no se iria de vacio de sus aventuras...

-El destino de los Hylian es dar la vida por proteger a los seres que pueblan Hyrule.

Le entrega el Cayado Sagrado y la mira con ojos profundos, como si hubiese visto pasar cientos y cientos de años desde la creación del mundo.

-Si desatas su fuerza podrías llegar a morir. Susurra el nombre de Farone cuando te veas entre la vida y la muerte, desata el sello y úsalo contra la oscuridad... pero antes de que consuma toda tu energía, deja ir el cayado.

Linnet coge el baculo un poco temerosa y nerviosa. Un arma que gasta su fuerza vital. No era eso lo que habia pensado, pero le daria una oportunidad de volver a su pueblo y defenderlo... si las fuerzas de la Oscuridad les atacaban. Los otros se equivocaban. Linnet era una persona muy comprometida, pero no para las causas perdidas. Almenos en su aldea, se merecian una oportunidad de vivir los ultimos dias tranquilos, aquella podia ser su nueva tarea...

-Hare buen uso de el... y espero no tener que usarlo mucho... em, gracias Aura...lo usare para defender mi aldea, por si vuelve Kara aunque eso es imposible...

Linnet no guardo el baston, lo usaria como callado para caminar y asi estaria preparada para todo. Tenia poco que perder...

-Sigue creyendo en tus amigos. Sólo así las cosas imposibles se vuelven realidad.

Sonríe y guía a Linnet de nuevo al piso superior. Tras varios minutos llegan a la entrada de la mansión, la misma que la tarde de ayer parecía tan acogedora y que hoy parece triste pues solo dos personas están en ella.

-Es hora de partir. Te acompañaré hasta el pie de la montaña.

Abre la puerta para que Linnet salga, tras eso, sale ella.

Pues mira que bien. Era hora de irse, ella por su parte, ya lo tenia todo, que no era mucho. Pensaba en que podia preguntarle mas a la sabia hermitaña.No es que no quisiera creer en sus palabras es que les costaba, tenia cierta fe en Kara y en Farale, pero Kukuru era quien destrozaba la ecuacion. Y ya preguntar por preguntar:

-Ya casi es por preguntar pero... ¿no sabras donde hay una posible maestro que enseñe a defenderse con un baston?¿no? Mayormente, el problema que tenemos es que no sabemos ni defendernos... bueno, a Kara se le daba bien el arco

-El camino se abrirá ante ti a medida que avances. 

Como siempre, Aura muestra su perpetua sonrisa. Las dos juntas caminan por las laderas cubiertas de nieve, por caminos que hace siglos que nadie pisa, pero que siguen igual de firmes y transitables que cuando se crearon. Gracias a la magia de la enviada de las Diosas, la tormenta de nieve no les entorpece el paso y a mediodía llegan a los verdes pies de la montaña.

-Yo debo quedarme aquí, guardando el espejo de todo mal. Que tengas suerte en tu viaje.

Se despide y vuelve hacia las blancas cumbres nevadas.

Linnet se despide de Aura, con un gesto de su mano y un "adios" apenas murmurado. No le habia respondido a su pregunta directa, sino con otra de sus vaguedades, del estilo "lo que importa es el camino, y no la meta". No se lo echaba en cara, tenia un artefacto, peligroso pero un artefacto, solo con aquello, ya no importaba. Podia volver a su casa, se habia quedado un peso, y parte de su.... verguenza, la corresponderia protegiendo su hogar, que ya era mucho. A ver... ella no era una exploradora, pero... tenia que ir en direccion Oeste, mas o menos... luego ya buscaria un camino.

El sol se está poniendo. Linnet ha caminado desde el mediodía con algunos descansos para comer y beber y descansar los pies. Ni si quiera ha encontrado enemigos en su camino hacia el oeste, pero sería hora de encontrar un lugar seguro donde pasar la noche... los lugares tranquilos se vuelven peligrosos con la oscuridad.

Por suerte, antes de que el sol se oculte por completo, Linnet divisa una pequeña cabaña y parece tener la chimenea encendida pues hay luz en el interior.

Linnet viaja y viaja durante todo el dia entero, sin ningun tipo de percance. Mejor para ella, aquello le mejoraba aun poco el humor. Tanto frio y mal tiempo, habian contribuido en parte a que los animos de la hylian decayera, pero dejarlos atras era un que y un punto a favor. Aun le quedaban unas cuantas jornadas de viaje hasta volver a la aldea, y tenia que pecnortar. Pero aquel dia debia ser su dia de suerte. Diviso una cabaña, debia estar habitada porque su chimenea humeaba, si tenia un poco mas de suerte, podria pasar la noche alli... 

Se acerco a la cabaña, con lentitud y se paro delante de la puerta. Antes de picar, inspiro lentamente, como si cogiera valor y resuello. Y pico. Solo pico dijo:

-¿Hola?¿hay alguien en la casa?Soy una pobre hylian que esta de viaje y no tengo donde tener cobijo...

Parece que no hay nadie en casa o no quieren contestar, porque pasan varios minutos hasta que se oye una respuesta. 

-Estoy detrás!

La voz suena a que pertenece a un hombre. Tras su respuesta se escucha como algo corta el aire y da un golpe seco contra algo. Linnet ha escuchado muchas veces ese sonido, es el de alguien cortando leña.

No tuvo respuesta, espero unos minutos. Pico varias veces. Pero...¡si veia humo! Sabia que habia alguien y que le estaban tomando el pelo. AL final, tuvo algun tipo de respuesta y oyo algo que le resultaba familiar. Alguien estaba cortando madera... pues claro. Eso explicaria unas cuantas cosas. Quien fuera estaba detras de la cabaña cortando leña. Medio corriendo,  a ver quien era, porque la verdad, el viaje se le habia hecho un poco largo y estaba un poco con ganas de ver otros hylians y conversar un poco a ver que habia pasado...

Linnet se encuentra a un tío enorme, con expresión fiera partiendo los troncos por la mitad con un espadón que podría ser más grande que ella sin ningún problema. El hombre tiene la piel marcada con tatuajes y cicatrices... no parece un Hylian, sino un Humano venido de otras tierras de más allá de las fronteras del Reino que ellos conocen.

Cuando acaba de partir el tronco, tan grande como el tronco de un arbol, en 4 trozos, mira a Linnet.

-¿Quién eres? ¿Qué te trae por mi casa?

Linnet estaba bastante sorprendida. Era un hombre humano. Los humanos no eran nada habituales el Hyrule. Que narices, eran la excepcion. Casi estaba segura de que era el primero que veia. Sus orejas redondeadas le delataban. Cantaba como un mejillon en una casa.

La verdad es que muy sutil y cometida no fue:

-¡Eh, no tienes las orejas normales!¿Eres un orejas redondeadas!¡Eres un humano!

-Joder! De verdad!?

Clava el espadón a un lado y la mira con una mirada que asustaría hasta al más valiente. Y su aspecto no es que ayude mucho a imaginárselo amigable.

-A mí tus orejas no me parecen normales. Esa es forma de hablar al dueño de está casa?

En tono seco y de mala hostia del humano, hace que Linnet tarde un poco en reaccionar, ella necesitaba un sitio para dormir esa noche, no queria mas problemas con los lobos. Ademas, el humano tenia ciertamente un aspecto fiero y cara de pocos amigos. Menudo ser le habia tocado encontrarse, pero casi seguro que se lo podia ganar, y que era mejor que Kukuru.

-Em.. bueno.. perdone, usted... es que... no es habitual ver humanos en Hyrule... no queria parecer grosera... solo es... soy una viajera, y me preguntaba si podria ofrecer un techo para pasar la noche...solo eso...

Le indica con un gesto de la cabeza que se siente en un tocón al lado de la puerta trasera de la casa. 

-Tengo que acabar de cortar está leña o esta noche no habrá fuego. Me quedé corto cuando la corté hace 2 días.

Levanta de nuevo el espadón y coloca la leña en el tocón que tiene frente a él y continúa cortando leña. Veinte minutos después, ambos entran en la casa. No es que sea muy grande, pero vive solo.. así que no necesita nada más. El fuego de la chimenea la hace acogedora.

-Tu nombre? Para no llamarte cría...

Linnet se calló y se sento en el tocon, en silencio, sin decir nada. Tampoco sabia que decirle y si se mostraba muy impertinente quizas,le diera patada. Un humano, ese dia se habia llevado una sorpresa. Y parecia bastante fuerte, cortaba la madera con bastante facilidad, y con esa espada...enorme. No es que fuera curioso, es que era fuera de lo normal. Aquel tio podia darles una paliza junta a el, Kukuru, Yard y Farale juntos.

Una vez dentro (que ya era hora), le contesto al humano:

-Me llamo Linnet... ¿con quien tengo el placer de hablar?