Partida Rol por web

- Tranquilo, estaremos aquí si nos necesitas. - Dijo Owl satisfecha. 

Rat le mostró a Brokk que en la mochila que llevaba había comida. 

- Ah, si. - Owl se quitó el collar y se lo dio a Brokk. - Lo necesitarás para abrir la caja con el IRIS. - Brokk tenía en la mano la caja, que Owl había cerrado después de comprobar su estado. 

Brokk enrolló los datos del doctor (Que aún no había leído) y se puso el collar. Despidiéndose con la mano comenzó su ascenso por las escaleras. De momento el camino no presentaba nada en especial, pronto ni siquiera sentía el sonido del agua de las alcantarillas, solo el silencio. Delante suyo solo había unas unas escaleras que no dejaban de subir en forma de caracol. 

Brokk sigue subiendo, preguntándose qué vendrá después. Los nervios iban in crescendo, y cada paso era una angustia que subía desde el estómago de Brokk hasta su boca, llegando en algún punto a darle un amago de arcada.

Finalmente, Brokk llega al final de la escalera...

En el camino por las escaleras a Brokk solo le acompañaron el silencio y a veces el viento a lo lejos. A pesar de lo antiguo que parecía todo lo que lo rodeaba, era evidente que aquel camino lo usaba más de una persona. De vez en cuando Brokk podía ver algún ventana por la que entraba algo de luz y desde allí podía ver como estaba ascendiendo cada vez más por el pilar. Llegado a un punto tenía ya una vista completa de los suburbios, a aquella altura cualquiera tendría vértigo. 

El ascenso completo se hizo cansado y pesado, pero por fin Brokk llegó hasta un pasillo que avanzaba en línea recta. Aquel pasillo ya no parecía parte de la estructura original y estaba mucho más cuidado (Durante el ascenso había visto muchas puertas pero le resultaba inútil intentar abrirlas). Una luz salía de una puerta del pasillo, en el marco estaba apoyado un hombre larguiducho con pinta de camarero (Bigote, pelo repeinado, traje completo y incluso servilleta en el brazo, un esteriotipo andante, vamos). 

- ¿Eres el jinete que envía la organización? - Dijo el hombre cuando Brokk estuvo bastante cerca.

Brokk se para en seco y sin moverse del sitio dice atropelladamente:

- ¿Quién va?

Brokk estaba nervioso. ¡Un plan tan complejo y dependía todo de él!

El hombre miró a Brokk de arriba a abajo, como si lo analizara. Se paró justo cuando vio colgante (O al menos parecía que lo miraba fijamente). 

- Ese colgante... - El hombre hizo una pequeña pausa y se puso de espaldas dirección a la puerta. - Puedes llamarme Comerciante. No es conmigo con quien tienes que reunirte, pero nuestro segundo invitado parece que se retrasa. 

El hombre guió a Brokk a través de la puerta que conducía a otro pasillo, al final del mismo parecía no haber nada, pero el hombre pulsó una combinación de números en un panel situado en la pared y la pared del frente descendió. Cuando salieron estaban en lo que parecía un cuarto de baño. Una vez estaban los dos fuera la pared volvió a subir y el hombre salió por otra puerta. Esta puerta daba a un bar, bastante solitario y oscuro. Las persianas que daban al exterior estaban cerradas, la única luz procedía de lamparas estrategicamente colocadas. El hombre se situó detrás de la barra y invitó a Brokk a sentarse en un taburete. 

- ¿Vas a querer algo mientras esperas? 

- Ugh... mejor no. Creo que ahora mismo mi cuerpo no aceptará nada.

Brokk se sienta en una silla cercana, mira al barman y dice:

- Debe ser horrible ir a una misión tan importante y echar la pota por el camino. Se supone que no debo destacar... - Brokk se seca el sudor de la frente con la manga. Hacía mucho calor en el bar - A la vuelta me pasaré - y hace una sonrisa, intentando calmarse (en vano)

- Creo que no hace falta que lo diga pero... Se nota que es la primera vez que vienes aquí arriba. Si no controlas esos nervios pronto sería más útil que volvieras ahí abajo. - Hizo una pausa. - Si no quieres arruinar la misión. 

Todo esto lo dijo con un tono neutro, como quien habla del tiempo. Mientras tanto estaba limpiando un vaso, aunque más que para limpiarlo parecía que lo hacía más que nada para tener algo entre manos. No había ningún cliente en aquel local y a algunas mesas incluso se les podía notar una capa de polvo. 

Brokk da por terminada la conversación en ese momento e intenta relajarse.

Respira, expira, respira, expira... se pasa las manos por la cara repetidas veces e incluso se da palmadas en las mejillas.

Finalmente, cuando se da cuenta de que ese teatro es inútil, se encorva lo más que puede sobre la silla como si de un personaje de Shaft se tratara y extiende los brazos ocupando el respaldo de otras dos sillas. Esa era su verdadera forma de relajarse. Todo iba a estar bien, había hecho cosas más peligrosas en su niñez y todo ha salido bien.

La meditación de Brokk se vio interrumpida cuando el sonido de las bisagras de la puerta irrumpió en la sala. Ante la escasa luz del día apareció en la taberna un hombre desconocido.

- Ya era hora. - Comentó el Comerciante al verlo entrar.

- Buenas tardes caballero. - dijo mientras se quitaba su sombrero de copa - ¿Imagino que es usted el caballero enviado por el señor Smith?

Un hombre alto y delgado, de aproximadamente unos 25 años se encontraba en el portal. Llevaba el pelo ondulado y revoltoso, peinado hacia detrás, con algunos rizos cayendole por la cara. Su tez era de un color más bien apagado, aunque sus ojos verdes brillaban con determinación. Vestía un esmoquin de color negro, del cual se había quitado la americana y la llevaba recogida en el brazo, bajo el llevaba un chaleco y una camisa de un blanco impoluto arremangada y en su bolsillo llevaba un reloj de bolsillo de color plateado.

- Mi nombre es David, es un placer conocerle. - Dijo mientras le extendía la mano.

- Un placer. Yo soy Brokk, el enviado para esta locura.

Brokk parecía un joven de unos 18-20 años, solo que al contrario de lo que un joven cualquiera llevaría puesto, llevaba una bata blanca de laboratorio. El pelo negro le caía hasta los hombros, pero no estaba muy bien peinado. Daba un aspecto algo desaliñado.

- Debo suponer que tú me guiarás hasta mi destino, ¿no? - dice Brokk mirando fíjamente al gran Balton, con una postura extraña. Tal como dice esas palabras, Brokk está encorvado hasta tal punto que se le podría tomar por un jorobado. Al terminar la frase se endereza de nuevo y se nota como procura poner la espalda recta, como haría una persona normal. - Bueno, cuando quieras. Yo te sigo.

David le sonrió a Brokk con una mirada picaresca mientras le decía:

- Por supuesto, pero primero me gustaría invitarle a una copa por dos motivos. El primero es que, nunca trabajo con gente con quien no he compartido una copa. El segundo, es algo que espero que usted sea capaz de percibir, como mi compañero de trabajo.

Tras esto se acercó a la barra y pidió dos copas de bourbon.

Como si las tuviera preparadas desde el principio, el Comerciante sacó dos copas y le puso una delante a cada uno. Después como si no estuviera escuchando la conversación volvió a su quehaceres sistemáticos. Si aquel hombre le daba más brillo al vaso iba a acabar haciéndolo desaparecer, pero aún así siguió. 

- ¿Realmente ves adecuado tomar una copa antes de una misión? - dice Brokk, aunque aún así se acerca a la barra a tomar su copa - Solo tomaré una. Quizá me sirva para despejarme un poco.

Brokk da un trago pequeño. Si le dura seguramente no caiga en la tentación de otra. Una vez hubo tragado la bebida, continúa hablando.

- Bueno, ¿y a qué te dedicas... David?

- Oh, bueno, a esto y lo otro, soy mayormente un coleccionista de arte, aunque antes me dedicaba al mundo del espectáculo. Soy un caballero bastante particular, y tengo ciertas... Habilidades. ¿Y tú, Brokk? Pareces más bien un científico. - dijo William mientras le daba un trago a su bourbon.

- Je. - Brokk da un trago más largo, mira unos segundos hacia abajo y vuelve a levantar la mirada - Si me ves así, es que esto no es tan mala idea como parecía en un principio. No, no soy científico. Y hará cosa de un mes era un muerto de hambre en los suburbios, pero esa historia te la dejaré para otro momento... para cuando termine la misión. Para entonces, seré yo quien te invite a una copa.

- Entonces, será mejor que nos vayamos poniendo en camino - dijo David mientras se levantaba y se terminaba su copa. -, parece que esto va a ser entretenido.

David se enderezó y abrió la puerta de la taberna, que con un chirrido dejó paso a la luz de la ciudad.

Brokk apura lo que le queda en la copa y sigue a David.

- ¿Hacia donde nos dirigimos exactamente?

David esbozó una sonrisa mientras guiaba a Brokk a través de las calles de Cele. Las conocía como la palma de su mano, había pasado allí toda su vida.

- Nos dirijimos a los Laboratorios Schneider, en medio del complejo industrial de Cele. Por lo pronto te recomiendo que intentes pasar desapercibido. La seguridad está que trina debido a ciertos... incidentes recientes, y un visitante desconocido es un cabeza de turco muy fácil.

- Oh, eso me recuerda...

Brokk entonces saca de una bolsa una esfera pequeña para activarla. Un IRIS. Brokk la activa y la guarda de nuevo.

- Más me vale, o habrían serios problemas. - saca entonces de la misma bolsa unos papeles -  y más me vale darle un último repaso a esto.

En esos papeles estaban los datos de una persona: un científico. Desde los nombres hasta datos sobre la familia. Lo suficiente como para hacerse pasar por esa persona (?)