Partida Rol por web

Mientras Richard buscaba paneles Brian lo detuvo.- Espera, no puedes empezar a activar los sistemas desde tu posición. Corres el riesgo de fundir tus circuitos.- Notó como un torrente de datos, correcciones, calibraciones pasaba por Brian y este en un tiempo que pareció eterno dijo.- Tenemos el sistema de iluminación local a un 12% de su capacidad, debería ser suficiente para llamar su atención y tenemos el sistema de megafonía casi intacto. 

-Está bien, tienes razón. Lo ideal sería analizar los mapas para encontrar una ruta óptima y comunicarla por el sistema de megafonía, mientras utilizamos la red de iluminación para distraer a las criatuaras.-

- En tal caso. - Anunció Brian. - Te invito a que hagas los honores.

Richard notó en ese momento una conexión con aparatos situados en el exterior. Tras eso se escuchó la común interferencia de unos altavoces.

- Habla.

El silencio en la sala se vio perturbado por el sonido de unos altavoces en el exterior. Tras eso se escuchó la voz de Richard.

-Con mucho gusto.- es la única respuesta que le da a Brian. Se ajusta un poco los hombros, concentra su visión en los supervivientes que escapan...

-¡Escuchad!-, una voz resuena por las cercanías de ellos. ¿De donde proviene? Es dificil decirlo, parece salir de varios lugares al mismo tiempo...

-Estais en peligro. Seguíd mi voz y moveros rápido, haré lo posible.-

La extraña voz parece empezar a alejarse, como si dejase de sonar de ciertos puntos y comenzase a sonar en otros. Con ordenes, procura dirigirlos por una ruta que no está repleta de monstruos, o al menos eso parecería. 

Se comienzan a encender luces a lo largo del camino que parece recorrer la voz. Súbitamente otras se encienden, iluminando con toda su potencia directamente a las criaturas, procurando cegandolas a ellas mas no al grupo.

Las voces seguían sonando en la cabeza de Maria.

- Nos oye...
- Es diferente...
- Es una de nosotros...

Pero tras la intervención del hombre del altavoz las voces volvieron a centrarse en maldiciones y suplicas como antes habían hecho.

Las luces que se encendían parecían atraer la atención de los seres más que el grupo. El camino que estaba anunciando la voz se mostraba despejado en ese momento.
Matrika no se lo pensó dos veces y siguió el camino que marcaba la voz, igual que Frank, Rat y Owl. Ellos y Brokk conocían de quien era la voz que salía por los altavoces.

William pondera brevemente las opciones entre seguir la voz y quedarse con sus recién descubiertos amigos, así que, tras tirar una bomba de humo, sale corriendo tras el grupo, siguiendo el camino que marca la voz, y le dice a Brokk:

- Nuestra gloria deberá esperar. Pero si quieres un trago, aún tengo una botella.

Maria valora la situación y cree que lo mejor para todos es abandonar aquel lugar de inmediato. Aún así, siente cierta afinidad por esos seres y se siente algo nostálgica al tener que despedirse tan bruscamente de ellos.

Maria les da un último vistazo a esas criaturas, y con el corazón en el puño, se da media vuelta de sopetón y se guía por las repentinas voces a través de la cortina de humo.

Brokk responde a William con un "Por supuesto, si todo va bien, esta noche acabamos esa botella" y después de acerca a Matrika, y la rodea con un brazo mientras caminan.

- ¿Has escuchado? ¡Es Rick! Seguramente esté con todos los demás. ¿No son grandes noticias? - dice Brokk, mucho más animado -.

Corrieron por el camino indicado, dejando cada vez más atrás a los seres que ya no les prestaban apenas atención. El camino los condujo finalmente de nuevo al edificio, pero ya no había monstruos alrededor. Uno de los cristales descendió dejando que se abriera con ello una puerta. El grupo entró corriendo en el interior del edificio y la puerta se cerró tras ellos. El sonido del altavoz se detuvo y las luces de los alrededores volvieron a apagarse.

El interior del edificio era una sala blanca, con sillas en el centro que parecían nacer del suelo. En varios puntos había puertas cerradas. En la sala había heridos, por sus pintas parecían mendigos pero unos robots alargados parecía que los estaban tratando de sus heridas. Sentados en las sillas había un hombre con el pelo rubio largo (Brokk sabe que se trata de Theo), una mujer de pelo corto con uniforme militar y cerca había un hombre con pintas de mendigo y una lanza (Brokk sabe que se trata de Thale). No había nadie más en la sala.

Theo se levantó de pronto cuando los vio entrar. Matrika corrió hacía él.

- Theo, ¡estás bien! - dijo alegrada. - Estaba muy preocupada, ¿Donde están los demás? ¿Donde está mi padre y Debora? - Pese a la alegría, Matrika dijo estás palabras con cierta preocupación.

Theo no parecía compartir la misma alegría de Matrika tras aquella pregunta. Bajó la cabeza, entristecido. Matrika entendió al instante que estaba ocurriendo, se desplomó en el suelo y comenzó a llorar.

- No, no, no, no... - Susurraba para sus adentros.

Frank también parecía bastante afectado tras la revelación. Se sentó en el suelo con la cabeza entre las piernas.

- No es posible... - Susurraba él, escondiendo sus lagrimas.

Thale se quedó firme, pero también bajo la cabeza. La mujer con el uniforme militar no dijo nada.

Brokk agacha la cabeza y cierra los ojos. Luego se pone en cuclillas y apoya la cabeza en una mano, pensativo, sin decir palabra.

-... Será mejor que vuelva con ellos... Tendrán muchas preguntas. ¿O quizás requieres que me mantenga aquí un tiempo más, durante los preparativos, Brían?-

- Puedes ir, la base está hecha, ahora solo hay que preparar nuestra salida, tardaré un poco. - Richard notó como parte de Brain liberaba en ese momento su cabeza. Aunque seguía manteniendo parte de los conocimientos adquiridos yo no escuchaba la voz en su interior.
La puerta por la que tenía que salir Richard se abrió ante él al posicionarse cerca. La puerta daba directamente a la sala donde estaba el resto de gente.

En ese momento se abrió una puerta al fondo de la sala, de ella salió un hombre alto, con el pelo enmarañado, gafas y la ropa estropeada. Parecía bastante malherido. Los que lo conocían sabía que era Richard.

Nadie le prestó especial atención. Tras el derrumbé de Matrika, volvió a alzarse, y sin dejar de mirar al suelo dijo:

- ¿Quien fue? ¿Que es lo que pasó? - Hablaba lentamente, con la intención de que se comprendieran perfectamente sus palabras.

Theo, aunque desanimado, no tuvo más remedio que empezar a contar la historia. Tras la partida de Brokk de la base una explosión había sorprendido a todo el mundo de pronto. Cuando salieron a ver que estaba pasando vieron que alguien había explotado la entrada de la base, por lo que se pusieron en posición de batalla. No tardaron en descubrir que se trataban de tropas del ejercito de Coenn. Tras una intensa batalla, pudieron zanjar la situación en paz, a cambio de que todos se entregaran como prisioneros. Pero cuando parecía que todo había acabado, un pequeño grupo de las tropas de Coenn traicionó al general de la tropa y asesinó al general y a Gregory. Tras eso todo se convirtió en una masacre, y las pocas personas que quedaron eran los que ahora estaba en aquella sala. Los responsables de la masacre consiguieron huir derruyendo la entrada de la base y dejando a los supervivientes encerrados. Para huir tuvieron que abrirse camino por un viejo camino abandonado hasta que habían llegado hasta la vieja Cele. Los seres del exterior les habían atacado pero habían conseguido esconderse dentro del edificio gracias a la ayuda de una inteligencia artificial llamada Brian.

Aquí acabo su relato. A veces le costaba continuar, sobretodo en las partes más duras, pero Matrika le obligaba a hacerlo, a pesar de que era la que más estaba sufriendo. La chica del uniforme parecía especialmente triste en las partes de las que se hablaba del general, Theo había comentado durante la historia que su nombre era Dalia, una de los soldados de Coenn que había sido traicionada. La mirada de Matrika tras aquellas palabras no fue de especial cariño. Rat y Owl eran los que más lloraban, Thale no pudo soportar verlos así y los apartó a un lado para que dejaran de escuchar.

Theo comentó después que tenían la teoría de que el Informador estaba detrás de todo. Era el único que conocía el plan y la localización de la base, había demasiadas coincidencias para que no se tratara de él.

Matrika permaneció en silencio, pensativa, pero era evidente que en sus ojos se reflejaban la ira y el sufrimiento. Frank no se había movido aún del lugar.

William, de repente, abre los ojos como platos cuando oye el nombre que no esperaba oir en ese sitio dejado de la mano de Dios.

- Esperad un momento... ¿Habeis dicho el Informador? ¿Qué sabeis de ese tipo?

Theo respondió:

- El Informador es el hombre con el que alió Gregory para llevar a cabo el plan de infiltración a Cele. Fue quien nos consiguió información y el IRIS que utilizó Brokk. A parte también nos confió un agente para ayudar a Brokk a infiltrarse. - Miró a Brokk, como esperando conseguir más información de ello. Después volvió la vista a William. - Pero ese cabrón... esta claro que tiene que haber sido él, no te puedes fiar de ratas como el Informador. Pero... ¿Quien eres tú?

William se ve acorralado ante la inevitable pregunta que pesa sobre el silencio de la sala:

- Me llamo William Gramarye, y vengo de Cele, supongo. He vivido allí, trabajando como ladrón clandestino para un tipo llamado G. Smith. Mi contratante era un tipo muy reservado que jamás me dió datos sobre él mismo, sólo hologramas con escuetas descripciones de las misiones. La penúltima de ellas se trataba de recuperar un IRIS muy especial de una fábrica. Un IRIS guardado bajo fuerte seguridad, el cual me jugué el pellejo para conseguir, y le entregué a uno de sus agentes, que por cierto están por toda Cele. Tras eso, no volví a saber nada de él en mucho tiempo, hasta que se me ordenó de acompañar a una cierta persona a unos laboratorios, para que se infiltrara, y posteriormente asegurar su huida, y averiguar toda la información que hubiera sacado. - decidió omitir la parte sobre el asesinato - Lo más curioso de todo esto, es que el apodo de G. Smith es el Informador, y definitivamente, pese a no estar aliado con Cele, definitivamente no es vuestro aliado.

La figura de ropajes algo rotos se acerca a pasos lentos, limpiandose el polvo. Su uniforme, otrora seguramente muy elegante, digno de un ciudadano de Cele, ahora se encuentra lleno de agujeros. Aún así, su mirada es firme y fuerte, por más que se nota en como se mueve que no está en buen estado físico.

-¿Estais todos bien?-, dice la misma voz que los guió por la ciudad, proveniendo de la boca del hombre de los lentes, quien se los ajusta un poco. -Soy Richard Wright, hijo de Thomas Wright. Bienvenidos a la Vieja Cele.-