Partida Rol por web

Las estanterías me impiden cubrir la bajada de la escalera tal y como había planeado, pero dejan suficiente hueco como para que vea al calvo del subfusil dirigiéndose a Tecnovirus.

Giro sobre mí misma, prácticamente rodando por la pared, hasta colocarme en la entrada de la puerta, prácticamente al lado de mi compañero. Con un ligero movimiento del pulgar, enciendo la luz estroboscópica con intención de cegar a nuestro oponente mientras levanto la pistola por encima del hombro de Javier y abro fuego contra el hombre de Gaga.

Lázaro tiene el cargador casi agotado tras la ráfaga inicial. Mientras haya enemigos cerca, mejor no perder el tiempo cambiando de arma, por lo que se coloca detrás de la furgoneta blanca y dispara contra el herido de las gafas de sol. Una sola bala, con silenciador, que termina en el pecho del tipo, matándolo.

Uno menos...

Con Xavi cubriéndome, la situación es más estable. Asiento a su señal, ya hemos ensayado esto muchas veces. En cuanto abre la puerta de una patada, me lanzo al agujero con el subfusil por delante. Veo en un instante la situación: Tecno está entrando casi al mismo tiempo y hay un matón dándome la espalda, demasiado sorprendido por la intrusión de mi compañero. -Parece que la suerte está hoy de mi lado..-

 Entonces me doy cuenta de que me quedan pocas balas en el arma. Voy a tener que jugármelo a una carta. Por mi bien y por el de Tecnovirus.

Abro fuego sobre la espalda descubierta del matón, vaciando lo que me queda de cargador.

El resto del equipo termina de consumir sus últimos segundos de shock, eliminando a lo poco que queda de resistencia. Francisco avanza y descubre montones de bidones de aceite sucio y gasolina apilados en una esquina. En el suelo, hay un montón de cajitas con cosas varias, amontonadas de cualquier manera, y más adelante, de nuevo estanterías. 
Como estaba despejado, apuntó por encima del coche azul de lujo y disparó un trueno con su escopeta, hiriendo de tremenda gravedad al tipo enorme que desmontaba el coche. La posta hace un ruido espantoso al chocar con las herramientas del banco de trabajo, pero apenas se oye con el grito de dolor del mecánico.

Marc avanza entre los bancos de la zona moto, y las motos amontonadas, buscando un mínimo de cobertura para poder disparar también al grandote. Es consciente de que queda la mitad de la banda y que sólo tiene los dos cargadores de AK que tiene, por lo que ahorra balas, apuntando bien y disparando. Aunque el balazo acierta y con eso sería suficiente para hacer caer a casi cualquiera, el ogro sigue en pie. Por poco, pero en pie. Aprovechando cada décima de segundo, corre a esconderse entre las estanterías.

En la zona de oficinas, el sorprendido guardia es atacado por la espalda con una larga y letal ráfaga de Ángel, que agota su cargador, y por una tipa con casco que le pega un tremendo tiro en el pecho. El disparo de Tecnovirus es simplemente la puntilla a su vida de violencia, que no podía acabar de otra manera.

En el útlimo piso, una bota de motorista revienta los cristales, y asoma una cabeza con una larga melena pelirroja y mirada cargada de ira.

¡¡¡Estáis muertos, hijos de puta!!! 
Gaga no parece encontrarse en absoluto fuera de su medio en este tiroteo. A pesar de que acaban de atacarla con explosivos y armas automáticas, más que perder los nervios parece haberse crecido. Asoma lo justo por la ventana como par disparar sus dos subfusiles al primero que pilla. Ninguno de ellos tiene demasiada cobertura contra alguien que ataque desde arriba, pero la fatalidad cae sobre Francisco, hacia quien van más de 20 balas, impactando unas cuantas, por fortuna para él en el chaleco, aunque algunas pasan cerca de zonas desprotegidas. El empresario se encuentra seriamente magullado, y posiblemente tena algunas lesiones internas.

¡¡MATADLOS A TODOS!! ¡¡ATACAD!! Grita a alguien cerca suyo.

Escucho varias ráfagas de disparos en la sala principal, provenientes de los pisos superiores. Sin embargo no hay mucho que pueda hacer ahora por mis compañeros desde mi posición. Con suerte Ángel y Xavier podrán organizarles para buscar coberturas.

Sea como sea, el primer paso es mantener despejada la primera planta. Si conseguimos despejar este piso, sólo podrán bajar por la escalera. Con el calvo del subfusil caido, me agacho ligeramente para mirar por los huecos de la estantería, comprobando si alguno de los hombres de Gaga está al otro lado.

Compruebo que no hay nadie tras las estanterías y paso por encima del cadáver mientras me agacho para recoger su subfusil. Cuando llego hasta la puerta, la abro bruscamente. Bajo el arma en cuanto veo a los dos policías al otro lado y echo un vistazo a la sala.

- Si tenemos más explosivos o hay algo de gasolina o aceite por aquí - no debería ser muy complicado encontrar eso en un taller mecánico - sería buena idea hacer saltar esas motos por los aires. Si arden lo suficiente, el humo nos puede proporcionar cobertura y obligarles a bajar - les digo a mis compañeros.

Rápidamente, me vuelvo otra vez hacia el lateral, dispuesta a vigilar la escalera mientras espero que Tecnovirus siga avanzando por este lado.

Xavier atraviesa la puerta, entrando en la sala con estanterías donde están Katia, Tecno y el enemigo que acaban de abatir. Casi sin pensarlo, se dió cuenta que este tiroteo no era muy diferente de cualquier otro: el que tenía ventaja y la aprovechaba, solía ganar. La ventaja del grupo era la sorpresa, pero estaba a punto de acabarse.

No le desagradó el plan de Katia, pero no creía que la tal Gaga les dejase empezar un fuego así porque sí en su garaje Además ella y al menos otro de sus hombres estaban bien atrincherados en una posición superior. Esa era la ventaja de sus oponentes.

-Que dos cubran las escaleras. Otro conmigo para despejar esta planta y atacar por el flanco a los que quedan en la sala principal. Luego todos juntos iremos a por esa tipa que grita ahí arriba dice con un guiño a la atractiva mujer y suficientemente alto para que lo oyesen Ángel y Tecno. Luego empuña de nuevo su arma y se introduce entre las estanterías, pendiente de las escaleras y posibles oponentes emboscados. No ve a nadie, pero avanza igualmente...

-¡En parejas, siempre es parejas! -eso es lo que siempre me gritaba el instructor de tiro en la academia, en las prácticas de asaltos. Con un movimiento mecánico, dejo caer el cargador vacío del subfusil e introduzco uno nuevo en su lugar. Veo a Xavi moverse con cuidado hacia delante cubriendo su costado con las estanterías. Cinco metros detrás suyo, tomo posiciones para cubrir su avance. Cuando se detenga, iré avanzando para que nunca estemos los dos en campo abierto sin que alguien cubra.

-Estoy contigo, compañero- le digo a media voz. Le hago una señal a Katia y Tecno para que se ocupen de la sala principal. Alguien tiene que sacar a Francisco de allí. 

Niego con la cabeza a Ángel cuando me indica que eche una mano en la sala principal. Desde nuestra posición, Tecnovirus y yo podemos cubrir fácilmente la escalera y el pasillo mientras Xavier avanza por el resto de la planta. Además, poco voy a poder hacer yo para ayudar a Francisco sobre todo teniendo en cuenta que quien tiene conocimientos médicos es precisamente Ángel.

Cubreme, Le dijo a Paco mientras cuelgo mi sub fusil a la espalda y saco la pistola, me pongo al lado de la habitación 4, tomo el pomo y lo giro,pero mi espalda toca la pared y estoy de cuclillas,abro la puerta empujandola con un golpe seco y desde mi posición agachado miro dentro.

El grupo se sigue moviendo, los policías se organizan para avanzar, y cuando Xavier está cruzando las escaleras, se gira y avisa a Ángel, que se cubre tras las estanterías. Un tipo enorme, grueso pero fuerte, con cazadora vaquera repleta de parches y chapas, larga barba de motero y gafas de sol, baja empuñando un modelo moderno de Kalasnikov, con elq ue dispara una bala a Ángel. El médico siente un salvaje dolor a pesar de la protección del chaleco y algunas piezas que ha atravesado la bala.
Alguien más viene detrás del tipo de la barba.

Por la parte de arriba, el canoso de la ventana de debajo de Gaga dispara una ráfaga a Lázaro. Éste se cubre mucho más que el anterior, desde luego no tiene el arrojo del tipo de la barba y el kalashnikov. Aunque ambos están bien a cubierto, Lázaro siente el equivalente a un puñetazo cerca del hombro, donde cubre el chaleco.

Aprovechando el caos, otro mecánico sale a la carrera de una zona que aún no han registrado los compañeros, y salta al suelo cubriéndose con el coche rojo a medio desguazar.