Partida Rol por web

Julia justó había acabado de sacar el salvavidas de la barandilla del yate cuando, casi por el rabillo del ojo vio caer a Aarón y al hombre raro, apartándose en el último momento. - dios, por los pelos - masculló casi para sí. 

Una vez consiguió reaccionar, y al ver que Aarón  se estaba siendo atacado ferozmente, comenzó a darle al hombre raro con lo único que tenía en la mano: el salvavidas, ajena a lo que sucedía a bordo de El pomelo. - ¡¡Aléjate de este loco!! - exclamó, aún no del todo convencida del tema de los zombies.  

Lo cierto es que el salvavidas era más pesado y rígido de lo que ella se imaginaba, por lo que sus movimientos eran algo poco ágiles. No obstante, comenzó a darle con todas las fuerzas que tenía, tratando al menos de conseguir distraerlo para alejarlo de Aarón. 

El golpe que Ana se dió cuando Samuel cayó encima de ella en el Pomelo la dejó un poco desorientada. Con las dos manos ayudó a Samuel a quitarse de encima de ella y dió un rápido vistazo a la cubierta del velero. Para su desgracia uno de aquellos seres había saltado también a la cubierta del Pomelo.

Todavía tumbada en el suelo, escuchó las palabras de Samuel. De acuerdo, sigo aquí. Permaneció tumbada en la cubierta de la embarcación, pues no quería que el mástil acabara golpeandola a ella también, pero se fue arrastrando lentamente hacia atrás, alejándose todo lo que podía del intruso, presa de la desesperación, buscando con la mirada algún objeto con el que poder defenderse si finalmente no podían tirar al agua a su atacante.

Aquel ser se incorporó mirándoos con sus ojos casi salidos y su rostro deforme y ensangrentado. En el momento que se levantó Samuel soltó un cabo e hizo que el mástil mayor diera un tumbo de nuevo lo que hizo "batear" a aquel zombie lanzándolo al agua a varios metros de distancia. Esas sacudida también provoco que el velero se desestabilizara y empezara a dar tumbos y a escorarse.

Cada segundo que pasaba, se alejaba mas del yate, el cual ya no ira salvable con un salto como antes.

- ¡Bien! – exclamó al ver como su plan había dado resultado, aunque no todo había salido como él hubiera querido, ya que el barco comenzó a dar bandazos. - ¿Estás bien?, siento si te he hecho daño. – comentó al girarse mirando a los ojos de Ana. – Tenemos que salir de aquí, vamos… - tendió una mano a Ana para que la acompañara reptando hacia el borde del Pomelo.

- JACK!!!. Hay que salir de aquí coño!!. Este barco cada vez es menos estable. Salta con nosotros al otro lado, no seas mendrugo. – Ni él mismo se creía sus palabras, ¿Saltar al otro yate repleto de muertos vivientes?, ¿me habré vuelto loco?... pensaba para si mientras intentaba convencer a su amigo. – Aarón y Julia están en serios problemas, no me hagas que vaya y tire de ti. - Hablaba muy en serio al decir esto último.

Jack tenía los ojos abiertos como platos, no entendía lo que estaba ocurriendo. ¿Muertos viviente? ¿Estaba en una pesadilla?, pensó.
Luego miró a Samuel como volviendo en sí.
- No, no puedo tío, este barco es mi vida joder, no voy a dejarlo ahí tirado, prefiero vagar por el mar hasta que alguien me encuentre o que las olas me arrastren a una playa.
El capitán había pasado toda su vida encima de un barco y cuando reunió suficiente dinero para comprarse el suyo propio, lo dejó todo y se pasó a vivir a la vida marina, alquilando el barco para paseos y vacaciones y durmiendo en él como si fuera su casa.
- Si queréis ir vosotros, id, pero ya, que nos estamos alejando. Si os queréis quedar, pues os quedáis, es decisión vuestra! - dijo arrugando la nariz.

Aarón se encontraba boca abajo y notaba el peso de ese cuerpo sobre él. Intentó hacer movimiento rápidos para quitárselo de encima, pero no dio resultado. De pronto, empezó a escuchar la voz de Julia gritando y notó unos golpes sobre él... Su amiga estaba golpeando al hombre que le estaba atacando. Pensó rápidamente en alguna forma de escapar. Miró hacia su derecha y vio la barandilla que rodeaba la cubierta del yate. Sin pensarlo dos veces, estiró el brazo para agarrarla e hizo fuerza para tirar de su cuerpo hacia ella, a ver si con algo de suerte podía escurrirse e incorporarse.

Aarón estuvo apunto de ser mordido por aquel ser, por suerte gracias a su determinación y a la ayuda de Julia, consiguió rodar por un lateral y escaparse de su abrazo mortal. El ser aguantaba los golpes del pesado salvavidas sin mucho problema, aunque era torpe y eso ralentizaba aún mas las labores para levantarse del suelo.

En el Pomelo, parecía que estaban discutiendo, aunque no se acababa de oír demasiado bien que es lo que pasaba.

Los barcos se estaban separando cada vez mas, y la situación era digna de una pesadilla.

 Julia seguía dándole con gran ahínco al ser que se había abalanzado sobre Aarón pero al ver que éste conseguía zafarse relajó sus golpes, que aún continúan incesantes. - ¿Estás bien? - exclamó alterada, levantando unos segundos su mirada para posarla sobre Aarón, y comprobar si no tenía ningún daño superficial-. 

Al comprobar que parecía estar bien a simple vista, rápidamente ojeó los alrededores. - ¡¡Necesitamos tirarlo por la borda, Aarón!! Si se levanta podrías tratar de empujarlo. - exclamó, asestando los golpes con el salvavidas cada vez más lentos ya. 

¡Sí! El plan de Samuel había tenido resultado y aquel medio-hombre había caido al agua. Pero, como ya era habitual, no todo iba bien; con el movimiento del mástil, el velero se había desestabilizado y se tambaleaba más de lo normal.

Como pudo, Ana se acercó hasta Samuel. Estoy bien. Le dijo ante su pregunta, pero las siguientes palabras que su amigo pronunció no le gustaron nada. ¿Salir de aquí?... ¿Te refieres a ir de nuevo al yate? Volver al lugar en el que parecía que todos los muertos vivientes se habían reunido no le apetecía lo más mínimo a Ana, pero Samuel tenía razón, sus amigos estaban en problemas y tenían que ayudarlos. Después de unos segundos de indecisión, miró a su amigo fijamente. Está bien, vamos, pero ya, antes de que el yate se separe más de nosotros.

Se acercó hasta la barandilla del Pomelo dispuesta a saltar, pero antes volvió la vista hacia Jack que seguía sin querer abandonar el barco. No va a venir...  Miró de nuevo hacia el yate y por último a Samuel. ¡Vamos! le dijo, y sin pensarlo dos veces salto hacia el agua, intentando no caer cerca de donde había caido aquel zombi.

Jack no parecía ceder, para él el barco lo era todo y Samuel lo sabía. Está bien, ya volveré a remolcarte cuando hagamos funcionar el cacharro ese… Pensó para sí mientras observaba como Ana se lanzaba al agua. La idea de volver al yate no le agradaba demasiado, pero era su única forma de volver a tierra y aparte se encontraban sus amigos allí. Saltó de nuevo al agua y nadó con todas sus fuerzas en dirección al yate.

Aarón aún se encontraba medio en shock después de haberse salvado. Dios, qué narices está pasando. Rápidamente buscó por el suelo el maldito extintor que de tan poco le había servido minutos antes. ¿Dónde coño está? Por más que buscaba no lo encontraba. Tenía que pensar en una alternativa para deshacerse de aquello, que pese a los golpes de Julia, no parecía darse por vencido. De repente, Aarón miró al Pomelo. A lo lejos, podía percibir cómo Ana y Samuel saltaban al agua.

- Julia, creo que Samuel y Ana intentan volver al yate. Acabo de verles saltar, mira- le dijo a su amiga, mientras señalaba con el dedo en la dirección del Pomelo. Al mirar hacia Julia, se percató de que el pequeño extintor había salido rodando unos metros más allá.- ¡Julia! El extintor está allí. Puedo golpearle en la cabeza y después lo tiramos por la borda.

Fue corriendo hacia el extintor, lo recogió del suelo y volvió al lugar donde estaba Julia.

- Te juro que, por mis cojones, este cabrón muere por el extintor- dijo Aarón, mientras levantaba sus manos por encima de la cabeza, para después golpear con todas sus fuerzas.

Aunque el golpe no fue en la cabeza, el impulso de Aarón fue suficiente para desestabilizar al zombie y lanzarlo por la borda. Julia y Samuel llegaban nadando por las frías aguas y vieron como el zombie caía cerca de su posición, aunque torpemente pareció hundirse enseguida. En unos instantes, acabaron recorriendo el trecho que les quedaba y subieron al yate con la ayuda de los que ya estabais en él.

Por otro lado, el Pomelo, el barco que habíais habitado durante vuestras vacaciones se alejaba cada vez mas, seguramente por corrientes marinas. Deseasteis la mejor suerte a Jack, que seguro que sabría desenvolverse bien en alta mar.

Ahora un silencio se apoderó del momento, estabais los cuatro de pié cerca de una barandilla contemplando el yate: Shapphire.

Entraba la noche...

Nadó todo lo rápido que pudo para llegar cuanto antes al yate y, al sacar la cabeza para tomar una bocanada de aire, pudo observar como aquel engendro se precipitaba por la borda no muy lejos de ellos. Detuvo la marcha para y comenzó a alejarse de él hasta que vio como se hundió en el agua. Tras asegurarse que no había peligro, continuó hacia el yate.

- ¿Estáis todos bien?. – Preguntó  nada más llegar. - ¿Os ha hecho algo esa cosa?. – No parecía que los hubiera tocado ya que no tenían marcas de agresiones, pero nunca estaba de mas preguntar.

- Si todo está bien, deberíamos buscar las llaves de este cacharro, intentar volver al pomelo me temo que no es posible, y no me gustaría encontrarme de noche a la deriva en este yate. -

Mientras nadaba hacia el yate, Ana vió como sus amigos conseguian deshacerse de aquel ser tirándolo por la borda. Cambió un poco su rumbo para no pasar por el mismo lugar en el que el zombi se había hundido, ya que no sabían si aquellos seres podían nadar y era mejor prevenir por lo que pudiera pasar.

Al llegar al yate inspeccionó a sus amigos con la mirada. ¿Cómo estais? Parecía que ninguno había sufrido daños, así que Ana pudo tranquilizarse, aunque estar en el Shappire no la dejaba demasiado tranquila después de lo que había pasado.

Escuchó las palabras de Samuel asintiendo con la cabeza. Tienes razón, deberíamos intentar que el yate funcionara. Pero creo que no deberiamos buscar las llaves por separado, al menos no hasta que sepamos si hay alguien más en este barco. Al decir esto último un escalofrio recorrió su cuerpo. Por cierto, ¿qué cojones eran esas "cosas"?

Cuando por fin aquel ser cayó por la borda, Julia dejó caer el salvavidas al que había estado sujeta, por razones de vida o muerte, durante demasiado rato. Exhausta, relajó sus músculos torpemente, sin apartar la vista del punto en el que el zombie había desaparecido en la inmensidad del océano. Cogió una gran bocanada de aire mientras cerraba los ojos, tal vez deseando que aquello no fuese más que una pesadilla, y al cabo de unos segundos lo expulsó poco a poco, abriendo de nuevo los ojos. Por desgracia, todo seguía donde estaba la última vez que había abierto los ojos.

Fue en ese momento cuando vio a Samuel y Ana volver al barco. - Menos mal que habéis vuelto...- musitó en un hilo de voz - sanos y salvos- concluyó una vez los inspeccionó con detenimiento. - Sí, sí, estamos bien - dijo quitándole hierro al asunto y acercándose a Aaron- y.. sí, ¿qué narices eran esos tíos? - en un acto reflejo encogió los hombros, preguntando extrañadísima. - Desde luego, será mejor que estemos juntos... si es que hay más de esos... La parte de conseguir cosas para defenderse no está del todo mal tampoco. - afirmó con cierta ironía, dados los sucesos acaecidos. 

El silencio solo se rompe por el oleaje al chocar contra la embarcación y algunos crujidos del material de fibra de vidrio del yate, que aunque eran producidos seguramente por el simple balanceo del yate a la deriva os ponían los pelos de punta. Estaba oscureciendo y estabais en la parte trasera del barco, en pocos minutos estaríais a oscuras y seguramente es una situación en la cual no os queríais veros metidos.

Aunque parecía que el barco estaba quieto, os dabais cuenta como la costa estaba cada vez en un lugar diferente, puesto que la embarcación seguía a la deriva y desplazándose casi imperceptiblemente, cosa que os desorientaba bastante.

Mientras hablaban, el sol comenzaba a esconderse en el horizonte para dejar paso a la oscuridad de la noche. Será mejor que empecemos a buscar esas dichosas llaves antes de que nos quedemos a oscuras y sin luz. La idea de dar vueltas por el barco en plena oscuridad era algo que a Ana no le hacía la más mínima gracia. Además... dijo mirando hacia la linea de la costa. Si no arrancamos esto pronto y ponemos rumbo a tierra puede que la perdamos de vista y no sepamos hacia donde ir...

Sin más dilación, Ana se aproximó a la puerta que daba al interior del Shappire. Entrecerro los ojos para intentar ver algo en la penumbra. ¿Vamos? Cuanto más tardaban, más inquieta se sentía, necesitaba saber que no quedaba nada o nadie más en ese barco. No quisiera encontrarme con ninguna otra sorpresa estando sola... dijo dejando ver cierto temor en su tono de voz.

Con todo lo que había ocurrido, y con la poca luz que quedaba del día, aquel yate parecía una trampa mortal. Aarón afinó el oído por si escuchaba algún movimiento extraño que pudiera esconder alguna nueva sorpresa en los alrededores, pero no escuchó. También pensó en cuántas personas habría en ese barco antes de que ellos llegaran... ¿Habría más personas extrañas abajo? ¿Sería alguno de esos dos seres el chico que aparecía en la foto de la cartera que se había encontrado en la sala de control?

- Chicos, la planta de arriba ya la hemos inspeccionado Samuel y yo y no había llaves. Hemos buscado por todas partes y sólo encontramos una cartera y una bolsita de cocaína, así que allí arriba no hay ninguna llave. Lo único que podemos hacer es bajar a la planta de abajo, que es lo que íbamos a hacer cuando apareció la primera cosa extraña esa- informó Aarón a sus compañeros, y se hizo eco de las palabras de Julia.- Y creo que Julia tiene razón... deberíamos buscar algo para defendernos y, sobre todo, algo que pueda iluminarnos ahí abajo. Ni siquiera hemos probado si funciona la luz. Evidentemente bajar a esa planta sin ninguna luz puede ser un error mortal...

Para Aarón, la prioridad era buscar algún objeto que pudiera servir como arma y conseguir luz de alguna forma. Por más que miró a su alrededor, no encontró nada que pudiera servirles.

- ¿Queréis que nos asomemos por las escaleras y busquemos algún interruptor de la luz a ver si funciona?

- Si, no perdamos más tiempo, hay que encontrar esas llaves. – comentó tras el comentario de Aarón. Julia tenía razón, no debían separarse. Juntos, aparte de estar más seguros, tenían más opciones de encontrarlas.

Al igual que Aarón, buscó en la cubierta algo que pudiera utilizar en el caso de ser atacados y reparó de nuevo en el extintor. – Aarón, ¿te atreves de nuevo con esto? – comentó mientras continuaba buscando con la mirada algo que utilizar como arma.