Partida Rol por web

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormido en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente solo. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormido y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerto.

* * * * *

Te despertaste sobresaltado, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West sobre tu tesis. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas solo. No lo esperabas. Creías que tú ibas a ser el único a quien le supervisaría la tesis, pero nada más lejos de la realidad. Otros estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormido en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente solo. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormido y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerto.

* * * * *

Te despertaste sobresaltado, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West, que te había llamado para participar en una especie de "trabajo de campo" del cual no sabías nada. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas solo. No lo esperabas.  Varios estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormida en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente sola. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormida y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerta.

* * * * *

Te despertaste sobresaltada, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West sobre tu tesis. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas sola. No lo esperabas. Creías que tú ibas a ser la única a quien le supervisaría la tesis, pero nada más lejos de la realidad. Otros estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormido en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente solo. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormido y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerto.

* * * * *

Te despertaste sobresaltado, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West sobre tu tesis. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas solo. No lo esperabas. Creías que tú ibas a ser el único a quien le supervisaría la tesis, pero nada más lejos de la realidad. Otros estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormido en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente sola. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormida y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerta.

* * * * *

Te despertaste sobresaltada, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West sobre tu tesis. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas sola. No lo esperabas. Creías que tú ibas a ser la única a quien le supervisaría la tesis, pero nada más lejos de la realidad. Otros estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

Es de noche y estás en un bosque. No lo conoces, pero al mismo tiempo, te resulta familiar. Tiemblas, sin saber por qué razón, y al mirar a tu alrededor te ves a ti mismo, dormido en el suelo, rodeado de hojas secas y completamente solo. 

No hay estrellas. Allá donde mires, solo ves los árboles y sus frondosas ramas, y eso te agobia, porque todo te parece igual.

Y entonces lo sientes. Algo se acerca a ti, pero no sabes desde dónde. Se trata de algo maligno que sabes desea únicamente tu muerte. 

Pero no puedes moverte. Ahora eres tú quien está dormido y cuando abres los ojos, solo puedes gritar. Y gritar. Y gritar.

Porque estás muerto.

* * * * *

Te despertaste sobresaltado, con el corazón latiéndote a mil por hora a causa de una pesadilla que no acababas de comprender, pero sobre todo, con la sensación de que parecía "demasiado real".

Acto seguido, te diste una ducha, desayunaste rápidamente y te fuiste a la Universidad. Hoy era un día especial. El día en el que hablarías con el Doctor West sobre tu tesis. El Doctor West era excéntrico a más no poder, pero también, una autoridad en supersticiones y elementos relacionados con la brujería. Así que lo que les propusiera, seguramente sería, como poco, diferente.

Cuando llegaste a la puerta de su despacho, no estabas solo. No lo esperabas. Creías que tú ibas a ser el único a quien le supervisaría la tesis, pero nada más lejos de la realidad. Otros cuatro estudiantes estaban allí, esperando a que hiciese su aparición el Doctor West.

No dejaba de darle vueltas al extraño sueño de la noche anterior. Nunca había sido de tener sueños... "raros". No había cenado la noche anterior demasiado copiosamente ni alimentos indigestos, por lo que ese supuesto quedaba descartado.

No me consideraba un tipo especialmente desequilibrado ni tenía una vida particularmente agitada como para sufrir de ese tipo de "alteraciones".
Aún así, aquellos pensamientos quedaron aparte cuando llegué a la puerta del despacho de West. Parecía el día en que colgaban las notas en el panel del despacho y el pasillo estaba bastante animado.
No quedaba otra que esperar a que apareciera el doctor y nos contase a qué se debía aquella inesperada reunión, así que solté mis bolsas en el suelo y me apoyé en la pared intentando descubrir entre toda aquella gente algún amigo o conocido.

Allí estaba yo, delante de la puerta del despacho del doctor West intentando pasar desapercibida, como siempre hacia; se suponía que hoy iba a ser un día especial pues hablaría con él sobre mi tesis había estado tanto tiempo preparándola, tanto tiempo pensando en sobre que la iba ha hacer que ahora me resultaba extraño hablar sobre ella pensaba en como todos decían que el Doctor West era un tanto excéntrico pero a mi me maravillaba aquella manera de actuar, cuando le oía hablar en sus clases sobre supersticiones o brujería me atraía cual cantos de sirena y me atrapaba en su red, me acercaba tanto a un mundo tan desconocido y a la vez tan conocido que se detenía el tiempo y en sus clases tan solo estábamos él y yo, era fascinante y mágico.

He de reconocer que me ruborice un poco al pensar, un día antes, en que me encontraría a solas con él en su despacho pero al encontrarme a toda aquella gente allí... también he de reconocer que la pesadilla que había tenido aquella noche no había ayudado mucho a que me encontrara algo mas tranquila.
Aun sentía el miedo en mi piel y me estremecía al recordarla; me encontraba en un bosque, el cual, a pesar de fijarme una y otra vez en él y no reconocerlo me causaba una sensación sumamente familiar; me fije una vez mas en un bulto que había en el suelo y al centrar mi atención pude ver que era yo que estaba allí dormida plácidamente, a mi alrededor el silencio, los arboles y las hojas secas lo rodeaban todo. Intento levantarme pero, no puedo, y empiezo a temblar y a sentirme mas y mas asustada, la ansiedad y la angustia recorren mi cuerpo, ya no solo por aquella noche en la cual no había ni una sola estrella que iluminara de alguna manera aquel bosque, ni tan siquiera por la imagen repetitiva y espeluznante del mismo, igual en cualquier punto que mirara y cuyas ramas creaban sombras tenebrosas que eran prácticamente imperceptibles por la escasa luz y por tanto provocaban una sensación aun mas espeluznante; sino por la impresión de que algo se acercaba, algo... que no debía ser bueno pues hacia latir mi corazón a mil por hora y acelerar mi respiración pues sabia que solo me quería a mi y, no era precisamente viva.

Recordaba haber pegado un bote de la cama y haber gritado como si mi vida me fuera en ello y es que, estaba muerta , MUERTA!! Mi cama empapada por los sudores fríos, la respiración acelerada y entrecortada y es que había sido tan real...se había sentido tan real... que todo mi cuerpo aun temblaba y se estremecía.
Salí rápidamente de la cama y toque todo mi cuerpo; mire a mi alrededor, ya no estaba en aquel bosque, ahora estaba en la seguridad de mi habitación, sin poder soltar mis brazos me dirigi hacia el cuarto de baño en donde me di una ducha para ver si así aquella sensación pasaba, volví a esconderme en mi ropa y a meter algo en mi cuerpo a pesar de tener un nudo en el estomago y me dirigi hacia la universidad.

Volví a mirar a la gente a mi alrededor y a, intentar controlar mi respiración y los latidos de mi corazón, los recuerdos de aquella noche aun seguían latentes en mi piel; solo esperaba que el Doctor West llegara pronto y así sumir mis pensamientos en algo mas constructivo, necesitaba borrar aquella noche de mi mente...

Oye, espero que lo que has escrito, no esté colgado desde la fecha que pone. He estado pasando por aquí periódicamente y no veía nada. Es la primera vez que he visto esto y ha sido cuando he respondido.

Estaba colgado... pero no ha sido visible para nadie hasta ayer, por eso no podías verlo. Así que tranqui que no es que hayas pasado nada por alto. ;)

Había tenido una noche de pena con las pesadillas y de algún modo el trabajo de campo con in profesor supersticioso y una familia aun más supersticiosa han conseguido afectarme minimamente. Mi familia que viene de México cree en los fantasmas y esas gilipolleces que no se han demostrado aun que existan, como buen bombero debo creer en lo práctico y demostrado porque muy mal bombero seria si no hiciera mi trabajo por un fantasma....

Me reuní con el profesor loco en su despacho para lo del trabajo de campo en la medicina de emergencias y para mi sorpresa habían engañado a unos cuantos paletos con algunos créditos para el trabajo de campo.

Era hora de fingir que no me parecía una estupidez todo esto de los fantasmas así que sonrío amable y me presento al resto de compañeros.

-Buenos días a todos, soy Jorge y es un placer conoceros.-

Tras presentarme espero a ver que pasa.

Alma miró cabizbaja a sus compañeros, examinandolos minuciosamente

-Joder, ya decia yo que tenia demasiada buena pinta esto...- pensó de forma derrotista una vez mas.

La sola idea de tener que relacionarse con otros, le hacia un puño el estomago y la ponÍa extremadamente nerviosa.

Normalmente, entablar una conversación con otras personas le suponía un gasto de energÍa inmenso para fingir ser "del grupo" o "caerles bien a los demas". No sería la primera vez que acababa en el hospital con un ataque de ansiedad cuando resultaba que alguien a quien le habia cogido aprecio se la jugaba -Para eso, mejor no cogerle aprecio a nadie, y nos ahorramos el disgusto...- pensó la ultima vez que le sucedió

Hoy no era un buen dia, y lo poco bueno que tenia, se acababa de hacer añicos para ella. Aquella pesadilla no la habia dejado descansar bien en absoluto y ahora el ver que el Doctor West no confiaba lo suficiente en ella como para requerir la ayuda de "otros" la habia terminado de hundir en su acostumbrada negatividad.

Suspiró y se quito los cascos, el estridente Death Metal se dejo escuchar como un susurro demoníaco que la rodeaba de forma continua. Se acercó al resto de compañeros y haciendo de tripas, corazon, y con un esfuerzo ciclópeo les hablo:

-Hey, que pasa...- es lo unico que dijo en tono decreciente y sin mirarles a los ojos

No bosteces. Por lo que más quieras, Sun, ni se te ocurra bostezar.  

Hice encajar las dos filas de mis dientes como si fuesen las compuertas de un ascensor, pero desde dentro algo o alguien se empeñaba en hacer palanca para abrirlas. Recogí la barbilla contra el hombro y ahogué aquel bostezo en el dorso de mi sudadera, que se escurría más allá de mis dedos. Sentí los ojos humedecerse.

Si padre hubiese estado ahí se habría muerto de vergüenza ajena. Y no era para menos. Una mirada azorada a mi alrededor me bastó para darme cuenta de que estaba quedando en evidencia no solo delante de una persona, sino de cuatro más.

Sin previo aviso, me había encontrado una invasión en el despacho de West. Sentí las cejas tironear en mi frente, tras la cual se había organizado una fila inmensa de preguntas que se pisaban y pedían paso, una detrás de la otra. ¿Quiénes sois? ¿Por qué estáis aquí? ¿Venís también a exponer vuestra tesis…?

En cambio, por mi boca solo había salido aquel bochornoso bostezo.

Patético, Sun.

El día anterior me había sentido tan feliz que juraría que casi podría levitar. ¡West me había citado para que hablara sobre mi tesis! ¡A mí! ¡Al fin! Pero esa maravillosa sensación que debe sentir uno cuando te dicen “eres especial” acababa de estrellarse como una jarro de porcelana contra el suelo de parquet de aquel despacho.

Todo salía mal a partir de ese sueño. Había sido diferente a las pesadillas habituales. Había sido como unas manos cerradas en mi garganta hasta que desperté, con las sábanas empapadas en sudor helado. Al recordarlo sentí un escalofrío y a continuación las ganas imperiosas de volver bostezar. Era lógico sentirme cansada, ¿no…?

- Buenos días a todos, soy Jorge y es un placer conoceros.

Agradecí muchísimo que aquella voz desviara mi atención. De repente, otra persona hizo un esfuerzo para compensar el silencio aletargado de la sala.

- Hey, qué pasa...

Puse mi sonrisa más educada, a pesar de que la chica no miraba a nadie en particular. 

- Encantada -susurré-. Yo… soy Sun.

Ya no podía callarme la curiosidad. Lancé una mirada de ojos entornados sobre cada uno de ellos.

- Disculpad, pero... ¿También estáis aquí para enseñarle la tesis a West?

Aquella chica parecía simpática, Alma se reconfortó al ver que alguien la hablaba, aunque fuese de forma indirecta.

-Si...- dijo emocionada y volviendo a bajar la cabeza tímidamente.

-Joder, que bien lo has hecho Alma...- se recriminó asi misma -ya te deben haber juzgado, y deben pensar que eres imbecil o algo asi...-

Intentando acallar las voces recriminatorias de su cabeza, sacudió el pelo y levanto la cabeza obligandose a mirar a la cara a sus compañeros.

-Aguanta, aguanta...- pensó mientras empezaba a sentirse incomoda a cada segundo que pasaba

La puerta del Dr. West estaba cerrada, pero uno por uno fuisteis llegando a ella esperando que os recibiera, poco más o menos, como si fueses los elegidos. Estar allí era todo un logro porque muy pocos conseguían ni tan siquiera que el Dr. West, el infame, les dirigiese la palabra.

Os sentíais especiales, únicos... al menos, hasta ver que había más como vosotros.

El Profesor West abrió la puerta lentamente, como si quisiera crear un misterio en donde no lo había. Aquel era el grupo de alumnos que había seleccionado para presentarles su propuesta de tesis. El Departamento de Antropología Cultural, que él dirigía, seguramente era considerado como uno de los menos importantes de toda la Universidad, aunque no por ello, el menos activo.

En cuanto salió al pasillo, todos se callaron como si hablar fuese poco menos que un pecado mortal, y miraron a su "anfitrión", que a la vez sabían sería juez y verdugo... académicamente hablando, claro.

Bien. Me alegra ver que estáis todos aquí. Pasad... y sentaros.

El despacho no era como esperaban. Ninguno de ellos había estado allí dentro con anterioridad. Además de la mesa y la silla del profesor, West había colocado cinco sillas delante. Pero no era eso lo que les llamó la atención. Por todas partes había libros que parecían ciertamente antiguos, desordenados, acumulados sobre mesas auxiliares y mal colocados en sus estantes, como si nadie les prestase atención.

Si alguien les hubiese dicho que nadie trabajaba allí, se lo habrían creído.

¡Y no hagáis ruido! ¡Detesto a los alumnos que hacen ruido! ¡Quizás tengáis el cuerpo de un adulto pero vuestro cerebro está aún casi tan vacío como el de un recién nacido!

West se fue directamente hacia su mesa. Al lado había un televisor encendido, pero con la pantalla en negro, y unos cables lo conectaban a un ordenador portátil.

Iba a abrir la boca para saludar yo también al resto del grupo, cuando salió inoportuno el doctor. Pero bueno, bien visto, así me ahorraba el tener que andar haciéndome el simpático. Sí, vale, no soy ningún anormal y tengo plena conciencia de ser un ser humano y como tal, un ser social, pero bueno, un esfuerzo menos que hacer, siempre se agradece.

Una vez dentro, el doctor se mostró tan "simpático" como siempre. Supongo que a los demás igual les sorprendía o impresionaba. No a mí: Le había soportado durante varios cursos y pese a poder corroborar que solía ser alguien bastante desagradable, yo ya le conocía y -aunque podía equivocarme- había llegado a la conclusión de que mucho de ese carácter, o servía para enmascarar un enorme complejo... O bien en un tanto por ciento bastante elevado, era simplemente un postureo que adoptaba para que los alumnos no se cachondearan de él o de su asignatura.

Tomé asiento en la silla más alejada de la puerta para así poder poner a mi lado en el suelo las dos bolsas de material que había traído y me dispuse a oír lo que West tenía que decirnos.
Mientras el doctor se decidía a entrar en materia y dejarse de broncas de cuidador de guardería, eche un vistazo a los compañeros con lo que me había tocado soportar a West.
Al final éramos cuatro chicas y dos chicos. A una de las chicas, con un gorro negro de lana, la había confundido por su aspecto en un primer momento con un chico. Por suerte había hablado antes de que yo metiera la pata y su voz totalmente femenina, me había sacado de mi error.

En cuanto a su capacidad intelectual, no dudaba de que, habiéndolos elegido West, serían una gente realmente competente. El doctor solía decir que la mediocridad le aburría, porque le hacía perder el tiempo con inútiles que jamás llegarían a nada. Así que sin duda, todos éramos buenos en lo nuestro.

Tal vez aun estaba dormida o no lo sabia pero no acababa de entender nada, estabamos todos en el pasillo y los demas alumnos se habian presentado como si fueramos los unicos alli; me pellizque para ver si aun estaba dormida pero no todo aquello era real. Seguramente se conocieran de antes pero tampoco me cuadraba porque uno de ellos se presento como si no conociera a los demas pero los tres finalmente formaron un corro en el que hablaron y yo... aun me sentia algo confundida para decir nada.

Me los quede mirando escondiendome aun mas en detras de mi carpeta y de mi gorro, cuando finalmente la puerta del despacho comenzo a abrirse, al principio no me percate de ello pues lo estaba haciendo muy lentamente, como si realmente no hubiera nadie que la abriera y lo hubiera hecho por si misma pero al final acabo abriendose del todo y del despacho salio el Doctor West. Como siempre un alo de misterio le rodeaba y aquello hacia que me dejara sin aliento y que me obligara a recordar que tenia que respirar; el pasillo se hizo un silencio y algunos de nosotros entramos en su despacho una vez el nos dijo que entraramos.

El despacho era tal y como me lo habia imaginado, ademas de su mesa y su silla por todas partes habia libros que parecian ser muy antiguos, por un momento me imagine a mi misma absorta leyendo uno de esos libros mientras el profesor estaba cerca mio enfrascado en otro; pero aquellos libros estaban colocados por todas partes sin ningun orden y sin ningun cuidado y aquello me dio pena pues aunque me yo me veia con la misma disposicion cuando investigara pues necesitaria uno ahora y otro despues en cuanto acabara con ellos los volveria a guardar con sumo cuidado para que no se estropearan, pues aquellos eran mi fuente de conocimiento.

Despues el doctor West solto un comentario que sono algo despectivo que hizo que me sintiera algo avergonzaba pues sabia que no tenia para nada su conocimiento ni experiencia pero esperaba tenerla algun dia, supuse que los grandes genios eran algo excentricos a la hora de compartir su conocimiento pero no esperaba que fuera tan frio. Mientras el profesor se sentaba en su mesa y, por lo que parecia, preparaba un video, un chico se sento en una de las silla; bueno suponia que tocaba sentarse asi que para no parecer mas aislada aun me sente en una silla que se encontraba a su lado.
Quise decirle algo en plan "Todo esto es emocionante, verdad? pero relacionandolo con su anterior comentario pense que seria demasiado infantil, asi que simplemente espere a que el resto se sentaran y todo aquello empezara.

Alma estaba literalmente "alucinando" -¿De verdad estoy en el despacho de West?- todavia no se lo creía, la cantidad de noches que habia soñado despierta con estar en aquel misterioso lugar, tenia algo morboso, excitante, que la hacia sentirse muy extraña...

Cerró la boca tal y como el Doctor solicitó, miró con la cabeza gacha a su alrededor ignorando por completo a sus compañeros, su mirada estaba puesta en las decenas de libros antiguos que se agolpaban por todas partes, en los extraños artilugios, baratijas y otros abalorios que se agolpaban de forma desordenada por las estanterías, y porsupuesto, en el Dr.West...

-Por fin alguien que piensa como yo...- meditó mientras el Doctor se preparaba para hablar.

-¡Y no hagáis ruido! ¡Detesto a los alumnos que hacen ruido! ¡Quizás tengáis el cuerpo de un adulto pero vuestro cerebro está aún casi tan vacío como el de un recién nacido!- habia dicho West y Alma sintió un escalofrio por la espalda, ¡que razón tenía! todos los jovenes eran un absoluto incordio, no podia negar ser absolutamente misantropa en ese aspecto, y mas de una vez se le habia pasado la fantasía de "hacer un poco de limpieza" en su instituto y cargarse a los niñatos del equipo de futbol y a su sequito vomitivo de zorras que les seguian...

De pronto sacudió la cabeza un instante, ya se le habia vuelto a ir la mente a otro lugar...

Apagó su MP3 para cesar el sonido estridente de su música y no perturbar al bueno del doctor, se colocó en la silla, y escuchó muy atentamente con los labios sellados y procurando no respirar muy fuerte para no molestar.

Lo ultimo que querría era molestar al Dr West.

Cuando todos se hubieron sentado, West dio un giro rápido hacia todos ellos.

-Bien, todos estáis aquí, supongo, porque queréis aprobar esta tesis y demostrar lo que valéis. Pues he de deciros que no será fácil. Existen una gran cantidad de misterios sobre la faz de la tierra aún sin explicar, y muchos de ellos han sido confundidos en muchas ocasiones con folclore, así que he decidido que hagáis una investigación de campo para mí. Si me traéis los hechos, tal y como sucedieron, y todo lo que encontréis, obtendréis mi firma en vuestra tesis. Si no... buscaros a otro. Eso significa que no aceptaré el fracaso ni tampoco excusas. En mi departamento quiero gente decidida, personas dispuestas a llegar hasta el final. Si no, mi puerta está abierta para cualquiera que desee irse, y espero que la cojáis ahora mismo, en lugar de hacerme perder el tiempo.

El Dr. West esperó a que sus palabras hiciesen mella en los alumnos y estos reaccionaran.

Cuando todos nos hubimos sentado el Sr. West empezo ha hablar.

Cita:

A cada palabra que le oia decir mi mente quedaba mas atrapada, con cada frase que conseguia acabar me maravillaba aun mas y queria oirle mas y mas, por dios que no parara de hablar nunca. Pero... tenia que procesar todo lo que habia dicho Ashley deja de babearpense; haber... la tesis que tenia preparada para explicarle no servia de nada en aquel momento pues nos habia propuesto otra cosa pero tal vez en un futuro pudiera exponersela en todo su explendor. Queria que hicieramos una investigacion de campo por lo que tendriamos que salir a investigar, oooo y si el venia con nosotros y si .... pasabamos las noches juntos... y si... tranquila, tranquila!!, todo aquello era demasiado para mi y mi pobre corazon; despues dijo que no aceptaba personas mediocres que no se involucraran y que no aceptaba el fracaso ni tampoco excusas, justo lo que esperaba de él.

Asenti con la cabeza decidida a meterme en cualquier aventura que el me propusiera pues si el me lo pedia me iba hasta el fin del mundo; mire al resto de mis compañeros para ver cuan era su implicacion y espere a que el profesor nos dijera cual seria la investigacion, estaba ansiosa por empezar.