Partida Rol por web

Eulme había quedado muy sorprendida con la llegada de la nueva Diosa. Le sonríe para darle la bienvenida y observa con atención los siguientes sucesos. Para empezar ya habían creado algo, quizá no muy positivo, pero era algo. Eulme consideraba a Frean como una igual.

Después observa maravillada las ideas de Nerfedos y va asintiendo a medida que le oye hablar. Tenía las cosas bastante claras y en aquel momento aquello era crucial.

Continua en silencio, pero almacenando toda la información, espera el momento propício para aportar su pequeño grano de arena.

-Bien. Es un buen comienzo. Apoyo la moción de Nerhu. Creo que se asemeja mucho al sueño que nos has relatado, no Adelphos? -Dijo Ereymos con displicencia y de buena gana. Eran muy pero muy pocas las veces que la diosa sonreía. Y ésta era una de esas ocasiones donde le regalaba a los presentes una sonrisa moderada y bella.

Luego vio a Eulme, quien ponía toda su mejor atención en el proyecto pero parecía guardarse la opinión. -Hija, ¿qué te parece la obra queestamos gestando? -La animó. O quizá le dio un empujón para 'lanzarla al agua sin que supiera nadar'. Quería verla demostrar su carácter de alguna forma. -¿Qué podrías aportar a través de tus dones?

-Ahora que Arezos nos ha regalado con la creación del Tiempo que transcurre, si no hacemos algo, éste pasará y será en vano.

Ereymos parecía animarles a todos los presentes a dialogar y aportar su granito de arena.

Si pudiese sonreir lo haria pero se limita a hablar en direccion a Ereymos.

-Asi es, no solo existe el tiempo si no que este tiene ciertas...Normas..-Queda pensativo, como si realmente no supiera las normas que tiene y solo hubiese dicho lo de antes solo por decir.- Como bien has dicho el tiempo pasa en vano y la primera norma es simple, el tiempo que pasa ya no se puede recuperar, de momento solo eso...
Un instante despues el dios aparece junto a Frean.

-Has llegado en el momento preciso, el miedo esta destinado a ser algo muy util, sobretodo como motivacion.....Miles de imagenes transcurren ante mis ojos pero de momento tengo que guardarlas...

Buena pregunta...

Asura levantó la mirada y observó a Melenunde... estaba nerviosa, no podía negarlo, la Diosa de la Guerra la cohibía de sobre manera... al fin y al cabo, Melenunde hacía dos o tres cómo Asura, y Asura de arte de la guerra no sabía mucho...

Pues... nada... es que... ¡vivimos bajo el mismo techo y apenas hemos hablado nunca! Pensaba que... ¡podríamos ser amigas! ^^U

Levanta el dedo índice... aunque sigue sin sonar muy convincente.

 Sonrió notablemente ante la presentación de Frean, y le hizo un gesto para que tomara el lugar que le habían ofrecido, incluso mientras Durmeg hacía uso de sus artísticas manos y reconfiguraba la forma de la mesa para anexar la nueva Diosa menor.

 -Si, MI fria Ereymos.- respondió afirmando lo que comentaba, luego observó a su Hija, esperándo su opinión, deseaba escucharla.

 -Bueno, eres más que Bienvenida Frean, ya lo han dicho y yo lo reitero, eres el surgimiento de algo necesario para vivir.- Quizá el miedo no es positivo, pero eso ahora no debía ser importante, eso solo se demostraría cunado hiciera presencia en el corazón de que cada uno. Ahora miraba nuevamente a los demás Dioses.

 -Nerhu tu aporte como el de los demás Dioses es magnifico y creo que se acerca más al deseo del Cosmos al mostrarme en sueños su voluntad, así es que haremos la base plana, y sobre ella, o incluso en su interior, se creara el resto de sus componentes-  se puso de píe y estiró su mano.

 -Durmeg, Nerfedos, Arezos, hermanos mios empiecen su obra por favor  – dijo con una notable sonrisa. El plano en la mesa era más que claro era el icono y solo la muestra de lo deseado por el mismísimo cosmos.

Melenunde esbozó una sonrisa, ni ella se creía que estuviera sonriendo, porque no lo hacía con sorna ni nada, pero es que el modo de Asura le causaba gracia.

-Amigas... ¿Tú crees que podríamos? -le respondió- Somos tan diferentes, Asura. A veces te miro y me parece ver en tí la misma inocencia que en Eulme, pero debo reconocer que una amistad contigo no me parece tan descabellada que una con Drenas, porque su eterno meditar me exaspera.

Se acerca a su hermana, Melenunde parece ser más alta que ella, o puede que sea que el aspecto menudo y delicado de Asura haga lucir a Melenunde más imponente y es que la diosa de la guerra se siente así o al menos eso es lo que parece irradiar. Toma un mechón de cabello anaranjado de su hermana y lo contrasta con el suyo de un rojo intenso.

-Podríamos intentarlo, sí.

Se aparta. Ha terminado de arreglarse y ya han pasado suficiente tiempo hablando, a juicio de ella y, aunque no lo demuestra, eso la hace sentir algo incómoda... es lo que tiene la falta de costumbre de hablar sin alterarse.

-Será mejor que regresemos, tenemos toda la eternidad para -carraspea-... hablar. Ya nos hemos hecho esperar demasiado.

Melenunde deja ver su lado sensato, después de todo no siempre es el caballo desbocado y temperamental que todos conocen.

arezos. puedes, poner por ejemplo que la roca y el agua son frias y alli no podria vivir, que adelphos cree llamas en la parte opuesta de donde vivira la gente, para calentar la tierra.

nerhu, tuya sera la decision de crear la inteligencia en la vida(en la que lo merezca) y como eres el dios de la muerte, bueno en la anterior mitologia, todo ser inteligente, tiene tambien alma, entonces el alma podria ser lo que les da la inteligencia, y si pierden el alma se vuelven estupidos,a pesar de que la muerte definitiva, sera al paso del tiempo o de heridas que les impidan seguir, entonces, podrias montarte un inframundo, royo la umbra de mundo de tinieblas, que sea , como si un espejo se colocara al lado de el mundo normal, y el reflejo fuera el mundo de los muertos, tu reino, donde todas las almas de los muetros, fueran a parar, no se si te parece bien.

Asiente y se sienta en la silla ofrecida. observando, no es su turno aportar algo en la creacion, pero el cosmos le a susurrado cosas ya... cosas que ni arezos imagina... o quizas si.. cosas que tendra que demostrar mas adelante, mira atenta a los dioses que les toca trabajar, pasiva, si de verdad quieren crear, quizas esta vez salga algo...

mira a la puerta esperando a las diosas que faltan, luego vuelve a mirar a Adelphos

no deverian haber llegado ya las diosas que faltan, quizas no vuelvan, demostrando su autonomia en esto...

y luego con el fuego ese tu metes los volcanes por ahi, tocando las narices XD

En el amor y en la guerra todo vale, ¿no? Melenunde: la Diosa de la Guerra; Asura: la Diosa de la Belleza y la Música... ¿amor? Quizás Ereymos sería la Diosa del Amor, a pesar de ser de hielo...

En un acto desesperante, Asura toma el brazo de Melenunde, obligándola a parar... a pesar de que no use la fuerza, la mira a los ojos. Sus mejillas están completamente rojas... casi se puede notar el calor que transmiten, comparables, ahora mismo con el de Adelphos.

Es que... nunca se lo he contado a nadie, pero... Arezos. Me gusta.

Se lo suelta, de repente... buscando, ahora, la reacción de Melenunde... que se seguramente será partirse la caja de risa... Asura pensaba que Melenunde era la única que la podría ayudar... pues ya había pensado en las demás, (era evidente que solo pensaba en las mujeres) pero no se atrevía nunca...

Eulme, era como su hija, y además aun era pequeña... dudaba que pudiera entenderlo; Drenas... Drenas iba siempre a su rollo, con sus pensamientos y estas cosas... y ahora mismo, Asura no necesitaba reflexionar; Ereymos, quedaba descalificada de inmediato... solo hacía falta ver cómo miraba a Asura para comprender que no era buena idea... solo quedaba Melenunde.

Mira a la Diosa menor y responde automáticamente.

-Frean, ellas vendran cuando se sientan listas, para asumir su responsabilidad ante el Cosmos en la Creación- le sonrió como dándole a entender que el comentarió había sido preciso, -cómo quien dice, has tu parte en esto con lo que acabas de decir.-.

Observó a Durmeg que ahora preparaba sus fabulosas manos, y en Arezos notaba esa mirada perdida, -típica- Nerfedos que no podía ocultar su notable caracter.

-Yo daré límites, para que nuestra creación no traspase el abismo... y para que todos disfruten de mi calidez... - Adelphos era más que todo como un hermano mayor, se  sentía con la responsabilidad de cuidar a los demás y darle su cariño.

Durmeg estaba por fin listo, debía poner la "piedra angular" de la creación y, habiendo Adelphos aprobado el inicio, se dispuso a empezar.
Como siempre se levantó con un leve suspiro... No hacia falta ver el futuro como Arezos para saber que lo iba a hacer, todos conocías esa pereza que lo caracterizaba.
Metió su mano entre sus túnicas para sacar de el un pequeño y duro material... ¿Cuanto tiempo llevaría entre sus ropas? Puede que ese tiempo en que se mantenía al margen de la conversacion la hubiera creado, que se hubiera creado de un sueño suyo... O puede que en sus aposentos, cuando no tenia ninguna encomienda referente a su artesanía, la hubiera creado.

Se acerco al balcón y lo lanzo al infinito y en el se mantuvo.

Como con la anterior creación Durmeg empezó a hacer giros de manos, imponiendo su voluntad al materias, pero esta vez le grito ordenes al que ahora, por la distancia, parecía un diminuto material.

-¡¡Crece!! -Exclamo e hizo un movimiento ascendente con la mano con la que anteriormente lo había sostenido.

El material empezó a crecer, resulto ser muy moldeable para lo duro que aparentaba ser... O puede que fuera porque su dueño así lo había ordenado.

Una vez alcanzo un tamaño considerable Durmeg abrió la mano y esta se detuvo al momento.

-¡¡Parte te!! -Dijo con la misma autoridad y haciendo un movimiento rápido en horizontal, como si con ese golpe pretendiera romperlo.

La roca resulto ser quebradiza a ese golpe y dio dos mitades que se mantuvieron a flote en el infinito.

Separo las dos mitades a nueva orden y esta vez se centro el la mitad superior...

Cerro la mano con mucha fuerza en un puño y grito: ¡¡Estalla!!

La roca se partio en miles de diminutas piedras brillantes al reflejo de la luz, decorando mas aun el Infinito, si es que eso era aun posible. No habría tenido sentido crearlas de no haber sido Asura la que hubiera creado tal luminosa nebulosa...

La mitad restante no tenia un corte perfecto, en ella se podían ver como sobresalían de bajo tierra una gran montaña de lágrimas de diamante. Haciendo que a la luz de Adelphos el planeta fuera aun mas luminoso. Puede que en un futuro ese fuera un templo para los Dioses... O la firma de estos en la creación.

Esta no era el único mineral que sobresalia, pero era el mas bello de los que merecia nombrar.

Cuando todo parecía estar acabado aun dijo algo mas, lo que parecían ordenes a lo que ahora había de obra.

-La lluvia en ti llegara a agrietar y se abrirá camino asta bastas extensiones... Caminos de agua serán y morirán en un Gran Azul... La vida crecerá y te agrietará echando raíces... No se lo impidas y sostenla. Decirte también que en tu corazón se esconden maravillas, tesoros que fascinaran a las criaturas mas codiciosas y curiosas... Caminos crearan en tu interior para hallar cosas que quizás no esperaban... ¿Que encontraran? Solo Arezos lo sabrá... Así te doy yo fin, para que otros empiecen... -Y dicho esto, el infinito pareció responder con los nuevos brillo de las recien partidas piedras preciosas.

Miró la mano de Asura que le asía el brazo. No le hacía daño en lo absoluto, pero pudo notar en ese gesto algo más urgente que simplemente detenerla. La miró a los ojos, frunciendo el ceño, pero no porque estuviera molesta sino porque la actitud de su hermana había depertado su curiosidad y la escuchó.

Un silencio que pareció prolongarse por una eternidad las envolvió. Melenunde se había quedado mirando a Asura fijamente y sin pestañear con clara expresión de "¿Me hablas en serio?"

Abrió la boca y parpadeo, no pronunció palabra pero de pronto fue como si le viniera un acceso de hipo. Se rió, no de modo atronador pero se rió y se tuvo que sentar en la cama y se tomó el rostro con ambas manos para dejar de reírse y ponerse seria otra vez.

-Veamos, hermanita -trataba de que no pareciera que se burlaba de ella, porque en realidad no lo hacía, no conscientemente al menos-, pues vaya cosas las que tenías guardadas. ¿Qué se supone o esperas que yo haga con lo que me cuentas? ¿Qué pasaría si yo te dijera que existe otra diosa que también se interesa en Arezos?

Mira cómo Melenunde se ríe... no frunce el ceño, no se enfada... se la mira, sonriendo, una sonrisa un poco a modo de pesar. Ya sabía que ella se reiría, no obstante, lo que dice después la coge por sorpresa totalmente.

¿Hay otra Diosa interesada en Arezos? - pero no ha alzado el tono de voz, simplemente la ha sorprendido... enseguida vuelve a bajar la mirada y vuelve a sonreir - Pero no me importa... me retiraré si me tengo que retirar. De todos modos, aun no tengo nada perdido, ¿no? - esboza una bella y sincera sonrisa... solo cómo ella las sabe hacer.

Luego, niega con la cabeza lentamente - En realidad te lo he contado más por quitarme un peso por encima que no para que me ayudes ni nada... - y se ríe, angelicalmente...

Melenunde sonrió por lo bajo. Estaba sembrando discordia, sin proponérselo, en su hermana. Le divertía la idea de verla celosa, alterada ante una posible rival, pero Asura resultaba difícil de corromper en ese sentido, demasiado... ¿cándida?. Asura la verdad es que no parece hacerse mayor problema con lo que la diosa le dice y sigue como si nada.

-Bueno, bueno, mejor que así sea, porque aunque con Arezos converso bastante no creo ser la más indicada para ayudarte o para ayudar a nadie con algo así.

Era sincera al decir eso y es que para esas cosas había que tener un tacto del que Melenunde era consciente carecía.

-Tras lo que has hecho y dicho Durmeg, supongo de antemano que lo que has creado es digno para albergar el resto de nuestras creaciones, ¿verdad? -Preguntó Ereymos, luego de ser una fiel espectadora de la creación de la tierra. -Creo muy oportuno y justo, que seas tú, ya que lo has creado, seas quien le otorgue un nombre. Ese debería ser tu honor y parte del sello de tu creación. -Estaba satisfecha, pero no sonreía. -A menos que el Cosmos haya deparado algo direfente, o alguno de ustedes opine lo contrario.

Esperaba no pasar por sobre Adelphos, pero creía que su propuesta era muy justa. Había observado todo desde su lugar en la mesa, pero ahora se incorporaba para caminar con su típico aire distante hacia el gran balcón para sopesar aquella superficie semiplana que se avistaba desde allí.

-Sobre lo que yo tenga para aportar a la creación, consideraré más prudente no realizarlo a la distancia, sino que iré personalmente hasta la creación de Durmeg, y posando mis pies en ella, podré apreciar mejor todo lo bueno que yo tenga para dar, y ese lugar para recibir de mi gracia.

Durmeg había sido el modelador del plano, por lo tanto correspondía a él decir si era un lugar fuera de peligro para que la diosa o cualquiera del resto de los dioses hiciera incursiones en ella.

Con una profunda satisfacción contemplaba aquel evento, en que Durmeg hacia movimientos firmes y exactos tal cual la roca es,  y de aquellas pinceladas creaba el plano del cual dependería el resto del trabajo de los demás Dioses, sentía esa llama en su interior arder eufórica ante la finalización de su trabajo inicial.

-Por mi parte estoy de acuerdo, me parece que la obra de cada Dios merece su reconocimiento, así como el reino de Nerfedos tiene el suyo, Durmeg tendrá su parte, llamando al bloque como mejor lo crea, y así cada uno impregnará su esencia, en cada paso que demos sobre la creación, y hablando de dar pasos sobre esta, pensaba exactamente en eso, mi querida y fria esposa, deseo poder caminar sobre tu obra luego de saber que podemos hacerlo con seguridad...- Adelphos se notaba alegre y el tono de sus ojos era de un celeste claro, típico de los momento en los que se sentía felíz.

 En el abismo, mucho más allá aún danzaban esas dos "serpientes" de luz de forma armónica, como si estuviera fascinada con esa melodía que había creado la bella Asura.