Partida Rol por web

Sin dar tiempo de reacción a nadie, Thyra resolvió cogiendo al niño por el brazo y subiéndolo a horcajadas sin darle apenas tiempo de soltar el pergamino en las manos de Thur que se lo pedía a gritos. En unos instantes partió hacia la Secuoya deseándoos suerte al resto y prometiendo traer refuerzos, vista la situación.

Los demás os pusisteis a inspeccionar los restos de la granja, buscando algo de la acampada de los Dasahus, pero lo que encontrasteis fueron cadáveres.

Primero el cadáver del que dedujisteis que era el padre del niño, luego encontrasteis una mujer que todavía tenía sus manos sujetando un puñal con el que se había desgarrado el vientre, nadie la reconoció como la madre de Estofausen, pero tampoco podríais estar seguro de ello, después de lo ocurrido. El resto de los cadáveres son 4 fanáticos, que la mayoría aparecen desmembrados y rajados por los colmillos de la bestia. Ni rastro de cadáveres de Dasahus.

Todos ayudan a preparar las piras funerarias para los Thyrianos muertos y los convertidos fanáticos que dejaron los Dasahu a su suerte. Cuando las llamas están altas y Fenrir termina la ceremonia, Sja lleva al grupo por una especie de sendero paralelo al riachuelo y os internáis por el mismo, siguiendo un rastro que ha encontrado. Además os avisa que también ha visto pisadas de los Dasahu que internan igualmente por el mismo.  Al cabo de no más de 5 minutos de caminata, Sja pierde el rastro, pues llegáis a una zona donde se encuentran varios riachuelos y hay rastros de animales por todos lados que se superponen a las huellas que estaba siguiendo.

El riachuelo principal, más ancho (el de los pies de la imagen hasta la derecha de la misma) discurre entre las faldas de las montañas totalmente hacia el oeste, sin embargo un riachuelo de agua fresca viene de las montañas del norte desde el noroeste, se ve una senda de piedra que sube entre las rocas de donde sale el mismo (arroyo de la izquierda de la imagen y la piedra lisa que hay un poco más a la derecha es el camino que sube por encima del arroyuelo).

MAPA DE SITUACIÓN ACTUAL (a partir de este, os tendréis que hacer uno propio con las indicaciones).

Thur apenas logró alcanzar el pergamino, le echó un ojo y vio que era un tratado sobre un animal. 

Pensé que tal vez fuera un mapa detallado de los alrededores. Mejor lo guardo que ahora no hay tiempo de lecturas didácticas. - pensó recordando que también debía echarle un ojo, más tarde, al pergamino que tenía Jotum.

- Voy tras de ti, Sjá. Vayamos tras la bestia y los dasahu. - Dijo Thur una vez acabada la ceremonia. 
Thur siguió a Sjá por un intrincado sendero que les llevó a una bifurcación de varias corrientes. Fue observando con detenimiento las huellas que seguía Sjá para ver si conseguía dilucidar algo él mismo, pero era incapaz de distinguir qué huellas seguía exactamente Sjá.

Al llegar a una nueva bifurcación trasa seguir las huellas encontradas, el rastro empieza a hacerse confuso.

-Por lo que he visto hasta aqui, un grupo de lagartijas va tras el Erbolón, seguramente tratan de rescatar al lider.

Reviso a los alrededores buscando posibles emboscadas y tambien buscando cuevas, pero el terreno no es fácil de escudriñar. También pongo atención a ver si escucho algún ruido que nos guíe.

Hago una búsqueda de huellas o rastros en el inicio de cada uno de los caminos de la bifurcación que me de una idea de hacia donde cogieron

La historia de Estofausen entristeció a Jotum, aunque en realidad en su interior era lo que esperaba escuchar pues... los Dasaus ya habían demostrado su maldad en anteriores situaciones. La crudeza con la que comentaba la situación vivida, le hizo entender como llegaban a controlar los cuerpos y las mentes de nuestros compatriotas tal y como había ocurrido con Karlsko y pensó que preferiría morir antes que dejarse coger por esas bestias.

Ayudó a preparar una nueva pira para los muertos y una vez terminado cogió la lanza y se la puso a la espalda, tomó el saco con el kit de primeros auxílios y embrazó la espada y el escudo dejando el resto de pertenencias en el caballo que ato en las cercanías de la granja, para dirigirse junto a sus compañeros a la busca del Erbolón y de su guarida a ver si por el camino podríamos encontrar al Dasarpa y las llaves que les ayudarían en su objetivo.

La huida de Thyra le pareció estraña, no era ese tipo de acciones que se esperase de la guerrera. El amor que sentía por ella parecía aplacar el sentimiento de decepción que sentía por heberles abandonado en aquella situación, pero Jotum comenzó a preguntarse si merecía la pena seguir amando a aquella persona que cada día mostraba tal desprecio por él y que le hacía sufrir tanto. Había pasado toda una mañana sin beber ni una sola gota de cerveza, se había mantenido cuerdo por mas tiempo del que podía recordar y aun así ella seguía sin dar muestras de amor, ni tan siquiera de compasión. Esa verborrea de que me encontraba borracho todos los días no eras mas que una simple escusa para evitarme y ahora ya no solo me evitaba a mí, sino que dejaba a su suerte a todo el grupo y Jotum no entendía la razón, por muy justificada que fuese.

Jotum no era bueno buscando huellas, así que dejó que otros marchasen a la cabeza del grupo realizando las tareas e rastreo mientras él en tercera posición del grupo oteaba el paisaje en busca de indicios de peligro. En el primer cruce de caminos guardó la espada y tomó la lanza y esperó a que sus compañeros decidiesen por donde ir.

Fenrir intentó ayudar a Sjá buscando alguna pista que seguir. No era un experto y sus cábalas no podrían tomarse enserio pero no podía quedarme de brazos cruzados.

Efectivamente Fenrir no tenía ni idea

Thur vio a Sjá yendo de un camino a otro sin saber cual escoger.

Seguramente ha perdido el rastro  - pensó - nada extraordinario en este terreno.

- ¿Ocurre algo Sjá? - preguntó al explorador.

Fenrir se sienta en sus rodillas mientras espera a proseguir la marcha.

-Es como si el rastro hubiera desaparecido Thur

El camino de las montañas es majestuoso. Grandes paredes verticales os rodean, pináceas y otras especies arboleas apenas os dejan ver más allá de vuestro entorno inmediato, pero el ambiente es relajante. Los pájaros cantan, las aguas de los arroyos llenan el ambiente y no muy seguros de la dirección a tomar, optáis por seguir el arroyo principal que se dirige recto hacia el este.

Durante poco más de media hora avanzáis por la rivera del riachuelo que con una leve pendiente, poco a poco os hace ascender hacia los picos de las grandes montañas que ahora se hacen más cercanos. El ambiente se ha vuelto húmedo y casi frio, una bruma no muy densa llena el ambiente, aún así a estas horas del medio día se viaja bien. Pronto un pequeño valle, o más bien un desfiladero verde y empinado se abre a vuestra izquierda hacia el norte, por el que baja otro riachuelo que os corta el camino y se une con el principal. Sja se agacha, toca el suelo, busca y se toca la cabeza desesperado. Hay muchos rastros que se sobreponen unos con otros, cualquiera valdría, así que toma la decisión de ir hacia el norte y seguir un rato el nuevo riachuelo. Durante diez minutos avanzáis dirección norte, esta vez el camino es más angosto y un poco más empinado, aún así no os cuesta mucho avanzar. Teméis en todo caso una emboscada, aquí sería fácil caer en ella, ya que la vegetación se ha espesado un poco más, si bien es bella, no os ayuda en el avance.

Pronto se vuelve a agachar a tocar el suelo vuestro explorador. Ha descubierto un sendero que deja el riachuelo y se abre ascendiendo hacia las cumbres que tenéis a la izquierda, os comenta que sería bueno tener una visión de perspectiva desde los altos, además tiene la impresión, por sus conocimientos que podría ser un sendero animal, quizás el del Erbolón. Así que os ponéis a ascender hacia el Oeste, esta vez, por una especie de senda animal.

Vuestra marcha se enlentece mucho debido a la ascensión, sigue estando muy poblado de árboles y arbustos, lo cual denota que no estáis demasiado altos todavía. Al cabo de 20 minutos el camino se vuelve en descenso y quizá un poco hacia el sur, más bien sudoeste. Y ante vosotros, a medio descenso de vuestra senda, se os muestra una cueva, pasada la cueva se ve otra senda que en descenso parece ir hacia el Noroeste y girando en redondo, la vuestra que desciende, directa hacia el Sur.

Estáis como a unos 30 metros de la entrada de la cueva, que claramente para Sja es de algún gran animal, sobre todo por los restos de huesos de espinazos y cráneos de algún muflón o cabra montesa gigante. Sin duda su instinto os ha llevado a la madriguera de un depredador.

Sigo a mis mis compañeros intentando hacer el menor ruido posible. Empuño una de las hachas de mano por si fuera necesario un ataque rápido de cobertura.

Después de un arduo trayecto de incertidumbre, donde ha primado más la suerte y el instinto que las habilidades, finalmente aparece lo que tanto anhelaba encontrar. Una cueva se vislumbra y renace la esperanza de obtener resultados. Por los restos que se ven en la entrada y sus cercanías hay que estar alerta. Alerto a mis compañeros señalandoles la cueva:

-Vamos a acercarnos lentamente y con mucha precaución, la cueva parece ser habitada pero no sé si su habitante este dentro o en los alrededores por lo que debeís estar atentos a todo, no seamos atacados por sorpresa

Pongo atención a ver si detecto ruidos provenientes de la cueva o cerca a su entrada, así como ver sombras o indicios de movimiento. Tambien busco rastros de sangre reciente, pero el terreno del camino no me permite ver alguno, aunque eso no excluye a los otros camminos.

Guardo mi hacha y alisto arco y flecha, trato de avanzar con sigilo, pero el mismo terreno lo impide, siento que solo me falto gritar aqui estoy para alertar nuestra presencia, que torpe he sido, mientras avanzo con precaución estoy atento a cualquier cosa que salga de la cueva con la esperanza de que mis compañeros esten atentos a nuestros alrededores

Sigo a Sjá de cerca, mantengo mi maza para parar algún posible ataque y empuño una de mis hachas arrojadizas habiendo colocado las otras para poder lanzarlas fácilmente. Intento ser sigiloso como el león de montaña y mantengo la vigilancia sobre los senderos que parten de la cueva

Fenrir susurra a sus compañeros:

-Creo que deberíamos rogar a Thyr antes de  adentrarnos dentro de la cueva.

-¿Estáis de acuerdo?Dijo Fenrir tembloroso.

- Además de rogar a Thyr, mis armas le fueron ofrecidas, tal vez necesitemos alguna fuente de luz para entrar en esa cueva....

Habiendo llegado a la boca de la cueva cambio mi arma por mi hacha de batalla, rezando una breve oración espero que mis compañeros tengo algo con lo que iluminar la maloliente cueva en la que nos disponemos a entrar, echo de menos tener cosas como cuerdas, escarpias y cascabeles para montar pequeños avisos a nuestras espaldas....

- Sjá, prefieres que vaya yo delante??

-De acuerdo Karlsko, al entrar a la cueva ve adelante, yo te cubro

-Fenrir o Thur, traen antorchas o algo que nos sirva de iluminación?... preparenlas antes de entrar

-Jotum, si te parece bien, cubres nuestra entrada y vas a la retaguardia por si algo entra detras de nosostros