Partida Rol por web

Mat observa como Mare se acerca en su dirección sonriendo. --Bien, por fin parece que...--Ella pasa de largo y se dirije a su caballo.

El caballo parece observar a la chica mientras esta se pone de puntillas para acariciarle la frente. Instintivamente agacha su bien torneado cuello mientras resopla suavemente. Puede que la joven no entienda mucho de monturas pero sin duda este es un gran ejemplar; hermoso, joven, fuerte y por añadidura parece que está muy bien educado.

De pronto la tranquila taberna había cobrado vida. Proveniente de la cocina viene la voz de la anciana Yaya que tararea una melodía mientras se escuchan ruidos de pucheros y herramientas siendo preparadas.

El solitario viajero tras presenciar la llegada de los tres nuevos inquilinos se concentraba ahora en su comida.

La joven mujer había empezado a fumar mientras observaba como el muchacho recién llegado no dejaba de hablar al dar buena cuenta de sus alimentos.

En la mesa de tres; el hombre alto observaba con atención a su alrededor, mientras el joven de cabello claro trataba de conversar con la rubia muchacha que se concentraba en el desayuno.

De repente mientras estáis con el dasayuno se escucha un ruido sordo proveniente del primer piso de la posada. Tras ese ruido sordo un sonido que reconocéis como un grito de queja.

Os miráis entre vosotros confirmaandos lo que sospechais, no es vuestra imaginación. Sin embargo el resto de los individuos de la sala parece estar demasiado encerrado en sus asuntos como para notarlo.
 

La respuesta de la chica era un tanto extraña por lo que Mat no podia mas que suponer que la pobre estaba un poco tocada de la cabeza y esa era la razon por la que habia acabado sola en medio de un campo al anochecer,la verdad le daba tristeza pensar que aquella chica podia estar en una situacion tan terrible por lo que cuando comenzo a acercarse a el no pudo evitar una cierta aprehension al notar una vez mas que en efecto era bastante bonita;penso que iba a acercase a el para que la llevara a la posada pero para su sorpresa lo que hizo fue pasar de largo y comenzar a hablar con su caballo como si el no estuviera alli y ella se lo hubiera encontrado por ahi.

Su cara por un momento mostro una expresion de frustracion mientras hacia su mayor esfuerzo por controlarse,mandarb era un animal de buen caracter por lo que no era de los caballos que mordian a desconocidos pero aun asi preferia no dejarla alli o sola porque si intentaba montarlo por si misma tendria problemas-mandarb no esta perdido-dijo mientras se acercaba y se quedaba del otro lado del caballo para no espantarla-pero dice que con gusto acompañara a una señorita tan hermosa hasta una posada-dijo con una sonrisita de niño esperando que de aquella manera pudiera convencerla de ir a la posada con el.

Escuchar la voz del chico desde detrás del caballo me hace dar un respingo y rápidamente aparto la mano del animal para llevar ambas a mi pecho con los puños cerrados y dar un saltito hacia atrás. -...- Lo miro a los ojos durante unos segundos y luego aparto la mirada, con las mejillas ligeramente ruborizadas, pero no lo suficiente como para que él lo notase. -La posada no está muy lejos, Cau-kun.- Continúo hablando con el mismo tono neutral, ni amistoso ni hostil. Le doy la espalda de nuevo y comienzo a caminar siguiendo el sendero hacia el lugar en cuestión. -Y sigues teniendo una sonrisa pervertida, así que no iré contigo.- Digo con voz de niña caprichosa. La guadaña iba flotando tras de mí, cuando pasa a mi lado la cojo con la mano derecha y continúo caminando tranquilamente con las manos a la espalda, mirando el cielo de a ratos, y también echando miraditas por encima del hombro a ese raro y su caballo.

---¡Buah, esto está muy bueno!- digo despues de devorar mi plato como  sí llevase sin comer siglos- Aunque tio Capri hace un estofado con  carne delicioso ¿te digo como se hace? Pues bien, despelleja el conejo como si nada, si, con una destreza digna de un carnicero, despues lo degolla y hierve la carne con la sangre, parece asqueroso, pero se queda un gustillo delicioso junto con la cebolla y esa cosa blanca...¿como se llama? Si, ese polvo blanco* que tiene un gusto raro, de hecho parece que sí se lo echas en el agua y te lo bebes provoca que lo eches todo, una vez lo hice y la experiencia no fue muy agradable, de echo Tio Capri me echó una buena bronca ^^'

Ante las palabras de la chica Mat solo hizo una expresion de alivio mientras tomaba al caballo por las riendas y empezaba a caminar por detras de ella. Conocia perfectamente el camino hasta la posada pero dejar que ella lo 'guiara' era un pequeño precio si significaba evitar que pasara la noche al descampado en aquel lugar,incluso si era relativamente seguro no podia permitr que una chica estuviera en un lugar tan peligroso sin hacer nada al respecto.

Mientras caminaba alternaba entre observar las estrellas y a la chica que caminaba por delante de el-las estrellas son hermosas no es asi-dijo viendo como en el cielo despejado podian verse cientos de constelaciones algunas que incluso no reconocia.

Sentía los pasos de Cau-kun y su caballo seguirme, así que seguí caminando tranquilamente por el sendero.

Cuando hace ese comentario sobre las estrellas no puedo evitar sonreír, pero él no puede ver esa sonrisa ya que estoy de espaldas. -Sí.- Elevo la vista al cielo y comienzo a caminar algo más despacio para poder ir mirando las estrellas con detenimiento. -Tú las conoces?- Pregunto casi sin pensarlo.

Para su sorpresa la chica respondio y por primera vez en el poco tiempo que la conocia parecia realmente interesada en algo-solo conozco las mas grandes-dijo rascandose la cabeza con algo de verguenza ante su ignorancia en un tema que a la chica parecia apasionarle-por alla esta orion el cazador,y por alla la olla-dijo señalando algunas de las estrellas en el cielo recordando lo que su padre le habia enseñado cuando era pequeño y solia quedarse por las noches tirado entre los caballos mirando las estrellas y acampando.

El lugar parecía tranquilo, apacible "no entiendo por que en el poblado se hablaba tanto de la violencia del mundo..." pensaba para mis adentros mientras recogía con la cuchara un poco de la salsa en la que se había estofado la carne.

Los matices de sabores estaban un poco demasiado especiados para mi gusto. Y la temperatura mas fría de lo habitual pero, aun así, y apoyado por el hambre, aquello sabía a gloria.

No perdí vista de todos los presentes. Mirando a los solitarios y los acompañados, imaginando de donde vendrían, que les habría traído hasta allí y cual sería su siguiente destino.

Un joven de pelo claro hablaba de otra receta que había probado. Creo que el interés que teníamos estaba mas presente en el plato que teníamos delante. No obstante, escuchar voces ajenas ayudaba a no caer de nuevo en la idea de que quizás aquello había sido un error.

Un grito de quejido me sobresaltó. Automáticamente dejé de masticar, como si el sonido de la corteza del pan pudiera silenciar Todo lo que me envolvía. Miré a los otros presentes, buscando un gesto similar. Pero solo lo haye en aquel que hablaba de la carne de otros, de desayunos pasados.

Se que seguramente, para aquellos que vivían rodeados de gente sin conocer a nadie, todo quedaría en un sonido puntual que en dos minutos caería en el olvido. Pero yo no podía dejarlo pasar.

Dejé el mendrugo de pan sobre la mesa y los restos de estofado y me moví buscando el origen del sonido.

-Por qué se esforzará tanto?- Pienso con una sonrisa y me detengo y doy media vuelta. -Pensaba que eras un bakabaka, pero veo que no lo eres tanto.- Le digo escudriñándolo con los ojos entrecerrados y las manos a la espalda. -Así que dejaré que me acompañes un rato.- Le doy la espalda de nuevo y sigo caminando.

Tras unos cuantos minutos de avanzar, se alcanzan a ver a lo lejos las luces de la posada, momento en el que casi por acto reflejo y sin previo aviso desaparezco de la vista de Mat.

Invisible a los ojos normales me oculto entre los árboles del camino, siguiendo al chico desde cerca. Él no puede verme, pero yo sí a él.

El joven apuesto alterna la vista entre el hermoso cielo nocturno y la fascinante muchacha que camina unos pasos por delante de él. Tratando de recordar cada una de las brillantes estrellas que su padre le enseño en su infancia. Por las palabras de Mare parece que por fin a encontrado la forma de acercarse un poco a ella. Sin embargo en un abrir y cerrar de ojos, cuando la posada ya se encuentra próxima, ella desaparece; como si no existiese, o la hermosa criatura de cabello blanco y profundos ojos dorados fuese un ser efímero como el más bello de los sueños.