Partida Rol por web

Este es el camarote común de la tropa, concebido para ser usado como barracón de los marines coloniales, gente dura y habituada a soportar estoicamente cualquier tipo de penuria... de lo que se deduce no sólo que todo es puramente funcional, sino que las comodidades aquí no suponen ninguna prioridad. Están genuinamente hacinados en unas literas triples que no dejan apenas espacio para darse la vuelta en la cama, cualquiera que sea un poco corpulento debe deslizarse de lado para entrar y salir, sujetándose a unas asas metálicas dispuestas a tal efecto, pero con las que te puedes abrir la cabeza si te mueves demasiado durmiendo...

Y las taquillas son realmente minúsculas. Aunque claro, un verdadero marine colonial no necesita mucho, le basta con su arma reglamentaria (que sí está perfectamente almacenada en el panel de armas codificado para suboficiales) y con una orden que cumplir ciegamente...

En un determinado momento en que están a solas echando una cabezada, aprovechando ahora que todavía no hay nada concreto que hacer y disponen de muchísimo tiempo de ocio, casi demasiado... Aiden Ford se dirige a sus colegas Greer y Crichton. Todos os conocéis y sabéis bien de qué palo van los demás. Y tenéis claro que aquí nadie es trigo limpio.

- Bueno, colegas, la cosa está clara, otra vez nos van a convertir en putos polos - Ford se queja de vicio, pa no variar - Joder, ahora que estábamos tan relajaos y de puta madre, es que esta vida es muy perra, oye, no te dejan disfrutar de lo bueno...

No es raro que proteste y se lamente, es muy aficionado, pero la verdad es que hace unos días que al fulano se le ve feliz y relajado, casi demasiado. Este se ha metido algo y no lo ha compartido, fijo. Aunque estando en plena misión es jugársela, si te pillan te meten un paquete de los gordos. Pero bueno, oye, eso allá cada cual...

- Qué mala es la vida del pobre marine, tíos, siempre nos están intentando joder por todos laos... - sigue con su cantinela - Aunque yo soy de los que piensan que hay que darse alguna pequeña alegría cuando se puede... ¿no crees, Ronnie? - busca la camaradería de Greer, que siempre se ha llevado muy bien con él, tienen un rollo muy parecido - Por eso me he buscao algo para entretenernos en el sueñecito que nos vamos a echar. Cosa fina.

Su rostro dibuja una amplia sonrisa cuando saca unas hologafas de realidad aumentada, una chuchería que se compra en cualquier parte para ver holoproyecciones sin molestar a nadie... aunque lo que en realidad os está enseñando es un cartucho de información adosado con evidentes signos de haber sido pirateado. Hardwarte modificado ilegalmente. Tecnología casera.

- Esto que tengo aquí es lo más de lo más, tíos, es la puta bomba - ya os está intentando vender la moto - Te las pones cuando entras a la cámara de los congelaos, te enchufas... y en lugar de despertarte unos meses más tarde sin haberte coscao de nada, te garantiza los mejores sueños que puedas imaginar, algo tan bueno como no has tenío en la puta vida... ¡Mejor que eso, joder, poque es un jodio sueño!

Hace mucho que se oyen habladurías sobre los sueños duranta la crioestasis, por mucho que los mandos aseguren que no se recuerda nada, que el cerebro también se ralentiza... aunque lo que más se cuentan son historias de terror sobre pesadillas que han durado meses, no los dulces sueños que os vende este pájaro...

- ¡Qué cabrón! dice sonriendo, seguro que te pones el de un par de putones que te dejan como nuevo ¿eh?.

- La verdad es que la cámara de criostasis ya va a tener que hacer un trabajo extra de enfriamiento, dijo negando con la cabeza, porque desde que vi a tia aquella en el bar, no me la puedo quitar de la cabeza... ya me entendéis, dijo haciendo un gesto algo obsceno con las manos. Que estoy más caliente que el motor de pulsos de la nave...

Aiden ríe el comentario cuartelero de Crichton, están en la misma onda...

- Pues a eso vamos, tíos, tengo aquí un holovideo interactivo en el que sale una peazo rubia que está cañón, de esas putitas finas que parecen muy estrechas pero luego son unas zorras de musho cuidao - os asegura haciendo un balanceo obsceno de la pelvis - Y lo mejor es que está grabado en plan amateur, porno casero, nada de esos putones verbeneros del barrio rojo de Luna 69.

Muchas promesas, pero nada concreto... y cuando el primero tiende las manos hacia las hologafas modificadas las retira sin permitir que nadie las toque, mientras suelta la oferta:

- ¡Eeehhhhhh, quietas las zarpas... - os sonríe de medio lado - Mirad, yo sólo hago de intermediario y me llevo un porcentaje, no tengo ni idea de dónde ha sacado este material el fulano que me lo suministra, pero esto es material del bueno... y os lo puedo dejar por unos cuantos créditos^* - y acaba la faena - Colegas, esta vez no vais a querer que os despierten...

Ronald escuchó con atención a su compadre mientras éste trataba de colocarles el porno para congelados. No pudo evitar soltar una sonora carcajada cuando Aiden les comenta las modificaciones concretas del invento

—¡¿Pero qué mierda dices, tronco!? —señaló entonces a las gafas—. El cacharro ese no vale tanto. Mira tío, me ha molao la idea, y tengo algo de pasta para gastar, pero enróllate un poco y déjanos la mierda esa un poco más barata, que somos colegas. Si lo rebajas un poco yo me apunto. Y seguro que Crichton también, que se le ve necesitao con la pava esa. ¿Qué dices, tronco? 

Aiden tuerce el gesto y protesta:

- ¡Oye, tío, que yo trabajo a comisión! - se queja - ¿Qué coño quieres? ¿Que me quede sin mi porcentaje?

Hace el ademán de guardarse las hologafas, como si cerrase el chiringuito... y en el último momento propone:

- Mira, lo único que puedo hacer es meteros en el trato, si pillais a algún julay que las compre... le metéis un buen pico con vuestra comisión y así os saldrá mejor el negocio - pero pone sus condiciones - Aunque seré sólo yo quién hable con el proveedor, que pa eso soy el que lo ha puesto en marcha...

Es decir, que el "manitas" es alguien de a bordo...

—Puff, tío —bufó Greer—, voy a pasar de esta. Pero me ha molao la idea de las gafas, así que te las voy a pillar, Aiden. ¿Tú no vas a querer unas para la criostasis, Crichton?

Ronald no veía nada claro aquel negocio. Al menos no lo creía más rentable que aquel otro negocio, así que de momento se mantendría al margen. Siempre podría apretarle un poco las tuercas a su colega para meterse, si veía que la venta de gafas iba a especialmente bien.

Crichton, que había perdido algo de pasta en la timba, parece que no tenía demasiado apego a lo que le pudiese quedar.

-¡Que cojones!, va me pillo unas, me ha molao el asunto... En ese momento una sonrisa se le imprimió en la cara. Aunque voy a dejar la nevera perdida ¡JO JO JO! Le pareció de lo más chistoso, Cuando me saquen necesitaré una buena ducha, estaré tó pringao! ¡JA JA JA!

Algunas lágrimas asomaron a su cara cuando tras un instante tomó de nuevo el control. 

-Oye pavo, ¿Puedes poner la cara de la chavala aquella de la cantina a lo que vea? Sólo de pensarlo ya me estoy poniendo palote...

Ford ya ve el negocio hecho, tiende el que lleva en las manos a Greer y saca otro de estos cachivaches, que tenía guardado en uno de los bolsillos de la chaqueta, para hacer lo propio con Crichton...

- No se puede personalizar, pero tíos, os juro que no vais a tener queja de la rubia que sale, hasta te habla y te pregunta por el nombre para luego decirte cochinadas - comenta - Claro que me dá que no la queréis p´hablar...

Se ríe de su propio chiste mientras les entrega la mercancía.

Crichton, con la risa ya floja ríe también con Ford... No, para hablar no... además tendrá la boca muy ocupada... y la risa arreció... Se parecía en ese momento el puto amo del humor.

Qué cabron el Critchon, pensaba el hombretón al tiempo que se reía con una sonora carcajada.

—Trato hecho entonces, tío —le tendió entonces los créditos a su colega—. Seguro que la congelación va mejor con un calentón de la leche de por medio. Y no sé que tienes con la rubia esa, Crichton. Tampoco es para tanto en comparación con las otras tías de la nave —Greer ensanchó la sonrisa y bajó de repente el tono de voz. Solía hacerlo cuando descubría algo nuevo que merecía la pena compartir con sus compañeros—. ¿Os habéis fijado en la rubita callada que acompaña siempre al agente nuevo de la ONUG? Ya me he cruzado un par de veces con ella y tiene un polvazo de los serios. 

Ford sonríe ampliamente y se pasa la lengua por los labios:

- No sé si soy yo, tíos, pero para mí todas están buenas - comenta entre risas - Hasta la chinita esa que viene por los wekos, la consejera Wray... me da mucho morbo.

Entonces parece acordarse de algo y saca un bote de cápsulas del bolsillo, para mostrárselas a Crichton...

- Y ahora que me viene, colega... ¿no querrías hacer aún un poco mejor la fiesta? - propone con una sonrisa torcida - Esto de aquí es meta-oxycodona, una de estas y te pasas el resto del viaje en una nube...

Greer se apoya contra las barras de uno de los camastros y le guiña un ojo a su compañero.

—Va, Johnny, apúntante —le dice a Crichton—. Yo me estaba reservando para después del congelado, pero por lo que tengo entendio... la mierda esta te da un subidón de los buenos. 

Noo tíos nooo. Ir todo el viaje con el asta de la bandera vale, -dice poniendo el brazo de manera fálica- pero un pasti, mira hacia los lados, joder podrían detectarlo, vamos con tubos hasta por el culo y no quiero otro expediente...

Venga, vámonos a la nevera que quiero enchufarme esto...

—Estoy seguro que por un pequeño extra podemos arreglarlo, ¿verdad Aiden? —les dijo a sus compañeros bajando la voz—. Y si no, siempre podemos esperar hasta después del examen médico pa meternos un buen subidón al body. Es lo que yo pienso hacer, Jonny. 

Ford imita a su colega Ronnie, bajando la voz hasta un ronco susurro:

- Tranki, colega, que lo tenemos to controlao - asegura muy ufano - Aquí semos pofesionales y nus hemos currao un trato con el gordito ese de la enfermería, pa que nos apañe los análisis con una muestra blanca - se las da de enterado - Aunque bueno... pa eso también te va a pedir un pico...

De modo que el negocio está perfectamente organizado, pero queda claro que no han sido estos dos genios los artífices. Además, no cuesta mucho imaginar de dónde sale la meta-oxycodona...

- Mmm, paso. Va pirémonos a las neveras, que la película va a empezar. Dice con su nuevo juguete entre las manos cual niño en Navidad.

Tras haber despertado del sueño criogénico, tanto Greer como Crichton tienen la sensación de que Ford trata de eludirles. Procura no quedarse nunca a solas con ellos, salvo en los turnos de guardia, en los que además de tener un mando superior pegado al culo, el fulano se muestra muy poco hablador... Y por si fuera poco, siempre que entran en el camarote sale para hacer algo muy urgente, aunque no hayáis visto que se le ordenase nada... 

Claro que tal vez tenga algo que ver con el "no del todo satisfactorio" funcionamiento de esas hologafas que os colocó el muy cabrón, para hacer más agradable un viajecito en el que casi os frien el cerebro.

Aprovechando un rato en el que Greer y Crichton coinciden a solas en el camarote de la tropa común, el soldado se acerca a su compañero frunciendo los labios y con una mirada adusta. ¿Se habrá metido alguna cosa chunga? Porque en el tiempo que llevan de servicio juntos, jamás se le ha visto con una cara así. 

—Tío, Johnny —le dice Ronald a su compadre—, ¿no has notao a Aiden un poco raro estos días? 

-No me extraña... - dijo enarcando la ceja. - ¿A ti te funcionaron bien las hologafas? Al principio la cosa pintaba bastante bien, pero... ¿no te salió luego un rollo de planetas o algo así?

Se pasa una mano por la nuca, recordando un dolor de cabeza que le duró días, y añade con sorna:

-Quería comentártelo, antes de metérselas por el culo... No sea que sólo  me haya pasado a mí...