Llamo a la puerta del comandante Adama y espero a que me hagan pasar antes de abirla.
- Comandante... - saludo llevándome la mano a la frente al entrar. Espero en posición relajada sin decir nada más, después de todo ha sido él quien me ha hecho llamar a su camarote.
EDITADO:
Necesitaría tener claro en qué momento relativo a la conversación con Riddick y Kodai estamos, porque mi opinión de Adama puede haber variado bastante antes o después de ella.
Posterior entonces, sabes lo que sabes... ;)
Cuando veo a Rogers entrar en mi camarote saludo con un ademán de cabeza y dejo unos pocos segundos para escoger la forma de abordar la conversación. Tengo mucho que decirle y confiarle y, por lo que parece, él también.
- Brigada, tengo la información que me pidió y otras tantas cosas que contarle. Pero antes de ello necesito rellenar unas lagunas y, ya de paso, que me informe sobre aquello que me comentó -le pido recordándole lo que me dijo a las puertas del camarote prisión- Hábleme de usted, Rogers, dónde se crió, en qué lugares ha servido, con quién ha trabajado. Lo que usted me confió es algo demasiado inusual, necesito saber todo lo posible de usted para explicárselo de la forma más correcta posible...
Llevo mucho tiempo out y seguiré estando porque no tengo internet en mi nueva casa. Aprovecho que he ido a un locutorio a hacer unos papeles de la universidad para darte pie en esta escena.
Observo un momento al comandante, pensando en qué respuesta darle. Pero, después de lo ocurrido en los últimos días, la información que le pedí casi parece secundaria.
- No - contesto con seriedad, observando atentamente su reacción.
- Usted me dijo que me daría información sobre ese complejo vitamínico a cambio de apoyo. Como le dije entonces, sólo estoy dispuesto a proporcionárselo mientras considere que actúa conforme a unos determinados valores éticos... La detención del comandante Kodai y su conversación con él y Riddick en las celdas me hace dudar de ellos, comandante.
Cambio la postura de descanso por una más natural con los brazos a los lados del cuerpo. Un gesto menos militar.
- Entonces también le dije que consideraba mi obligación informarle si había algo que desaprobaba. No tengo ningún derecho a pedirle ninguna explicación, comandante. Si quiere compartir conmigo lo que está ocurriendo, es decisión suya - espero que el Adama tenga más visión que Smith y la gente de WY para hacerlo, pero si no quiere explicarme esa conversación y por qué Kodai ha sido detenido en su propia nave cuando supuestamente sólo se iba a tratar con él para obtener información también me dará mucha información con su silencio. - Pero sin esa información no puedo garantizarle el apoyo que me pidió a cambio.
Tal vez en algún momento llegue a plantearme mantener la boca cerrada en contra de mi propio código, pero hasta ahora no he llegado a ese punto y aún quiero mantener algo de fe en Adama.
EDITADO: Por lo visto, Rogers tiene un oído privilegiado... pues las palabras que se cruzaron en la celda de Kodai no deberían haberle llegado.
La respuesta de Rogers me sorprende pues es físicamente imposible que cualquier persona normal escuchara mi conversación. Pero él no es una persona normal, has vuelto a fallar...
- Haga el favor de sentarse, Rogers -le pido señalando una de las cómodos asientos de mi camarote y sentándome en el de enfrente- Durante toda mi vida me he regido por un código ético, Brigada, tal y como he expresado en el pasado. Sobre mi espalda pesan todas las decisiones que he tomado siguiendo ese código, ya fueran buenos o malos sus resultados. Como usted sabe he trabajado para la ONUG toda mi vida, tratando de hacer lo correcto para la humanidad. Creo que estoy en mi derecho a cuestionar todas estas acciones cuando observo que una nave de las corporaciones usa la autoridad de la ONUG para sus propios fines. Cuando recibo información de que fui cambiado de destino por acercarme a una serie de actos ilegales que las corporaciones tenían entre manos. Cuando me encuentro con un viejo camarada que recibió todavía peor trato que yo por tratar de salvar la independencia de la ONUG -relato a Rogers tratando de que vea, al menos en parte, lo mismo que yo.
- Nuestras manos están manchadas de sangre, no me cabe la menor duda, pero vivimos con ello ya que nuestros actos eran respuesta a unos ideales, a un código que creíamos correcto. Pero ¿y si nos han manipulado? ¿y si la información que nos daban era falsa? -pregunto al aire para que Steve reflexione- No sé en qué momento la ONUG perdió el rumbo, gobernada por las grandes corporaciones, quiero pensar que no he sido manipulado toda mi vida. Pero tengo la certeza de que ahora la humanidad es dirigida por los intereses egoístas de aquellos que amasan las grandes fortunas. Mi código ético me dice que debo tratar de dejar un mundo mejor antes de irme, mis valores no me dejan continuar viviendo a la sombra de la verdad.
Me levanto de la silla y me acerco a un mueble donde guardo algunos de mis efectos personales. Saco de allí una fotografía de mi familia, de mi mujer y mis hijos...
- Ella era mi mujer, murió en mi ausencia mientras prestaba servicio. Este es mi hijo Zak, muerto en extrañas circunstancias mientras pilotaba una nave. He obtenido información hace poco de que las corporaciones taparon el verdadero motivo de su muerte. Y este es mi hijo Lee, actualmente uno de los elegidos para el Proyecto Tau-Ceti. Es lo único que me queda y la razón que me ha obligado a embarcarme en este viaje sin retorno. He perdido mucho durante mi vida, Rogers, pero quiero dejarle algo a mi hijo, hacer su mundo algo mejor. Me gustaría que me entendiera, aunque sé que es difícil para usted, dada su situación. Pese a mi dolor y los errores de mi vida, puedo afirmar que ellos -afirmo señalando la foto- son lo mejor que he hecho. No me gustaría estar en su lugar, sin la posibilidad de tener descendencia...
Miro a Adama y me encojo de hombros ante su último comentario.
- El legado de un hombre va más allá de su descendencia biológica, comandante - le digo con serenidad. - Por muy loable que sea querer dejar a nuestros hijos un mundo mejor, siempre he creído que nuestro verdadero cometido es mejorar nuestro mundo, independientemente de quién lo vaya a heredar.
Observo un momento la foto e inclino la cabeza hacia él a modo de pésame por su mujer y su hijo fallecidos. La familia es siempre un apoyo que puede darnos fuerzas en momentos difíciles, pero si esa fuerza está mal enfocada, una persona puede fácilmente usarla como excusa para desviarse del camino más complicado.
- El hecho de que el gobierno de la ONUG está controlado por las corporaciones no es algo nuevo, me temo. Al igual que no lo es el que esas megacorps sólo piensen en su propio beneficio en vez de preocuparse por sus propios trabajadores. - Omito mi opinión sobre cuál de los dos problemas es más grave o permitiría una solución a la situación actual. Durante un momento guardo silencio, observando a Adama y pensando en sus palabras.
- Dice que no quiere vivir a la sombra de la verdad. Ninguno queremos... - "Y la verdad os hará libres", pienso recordando la cita bíblica. - Pero eso no nos capacita para imponer esa verdad, o nuestra visión sobre ella al resto del mundo. La historia está llena de tiranos que pretendían hacer un mundo mejor sin darse cuenta de que esa visión del mundo no era compartida por aquellos que tendrían que habitarlo.
No deja de resultarme paradójico el hecho de estar teniendo esta conversación con el comandante, porque en realidad no es tan distinta a la que mantuve con Riddick no hace muchos días. Resulta curioso que los tres compartamos visiones en cierta medida similares, pero lo que realmente puede marcar la diferencia son los métodos que escogemos para luchar por ellas. Riddick se convirtió en un terrorista y asesino de masas ejecutando a cientos de civiles inocentes, a pesar de hacerlo, según sus propias palabras, "por el bien de su propia gente". Pero, ¿qué hará Adama?
- Hace poco le dije a alguien que uno escoge sus propias armas, comandante. Una vez descubra esa verdad que busca, ¿qué es lo que pretende hacer? - Independientemente de sus ideales, son los hechos los que marcan la historia y en su respuesta está la opción de contar conmigo como aliado o hacer que me oponga a él. Por supuesto, en el medio siempre hay innumerables matices de grises. - ¿Cuál quiere que sea su legado? - pregunto cerrando la conversación de la misma forma que la empezaba al hablar de su familia.
Las respuestas de Steve me agradan ya que parece seguir un código y estar abierto a hablar, a entablar un diálogo productivo para ambos. Pese a todo lo que se de él, sigue siendo una de las personas que más valoro de esta nave.
- Estoy de acuerdo con todo lo que usted esgrime, Steve, no sé que clase de monstruo perverso cree que soy o que ha escuchado para creer algo así. Jamás he pensado en imponer mi criterio a nadie, siquiera mi punto de vista. Usted sabe, al igual que la mayoría de los de esta nave, que rechazo categóricamente la alteración radical de la naturaleza por parte de los hombres. Y pese a ello, convivo con sintéticos y otras creaciones. E incluso me permito tenerles estima -concluyo mirándole de arriba a abajo para que se percate de que hablo de él.
- Rogers, quiero que sepa que voy a responderle porque confío en usted más que en la mayoría de los que conviven con nosotros en el AURORA. Y, aunque le parezca desagradable, es la misma razón por la que confío en Riddick. Ambos tenéis... o tenemos, pues me incluyo, un código y unos valores que guían nuestro proceder. Puede que Riddick tome un rumbo brutal que yo no pueda aceptar, pero nuestra finalidad y forma de vivir es la misma, siguiendo unas máximas -confieso al soldado incluyéndolo en un trío un tanto peculiar- Si consigo esa verdad, información sobre los horrores que han hecho y continuan cometiendo las corporaciones, procederé de dos maneras. La primera, más arriesgada pero creo que más ética, es dar esa información a la humanidad, que todos conozcan la naturaleza de las corporaciones y tengan libertad para escoger. Si desean continuar siendo esclavos serán ellos los que han tomado una decisión, si desean romper sus cadenas ellos serán los que tomen ese sangriento camino -presento al soldado, mientras reflexiono en el caos que probablemente liberen unas declaraciones de esa naturaleza- Pero si decido, junto a aquellos que quieren apoyarme, que esa información desangrará o, incluso, destruirá a la humanidad, optaré por una liberación menor en forma de extender dicha información entre los colonos del Proyecto Tau-Ceti. Así esa colonia podrá decidir su futuro lejos de las corporaciones, de sus cadenas, sin crear una grave revuelta ni una guerra en las estrellas...
Tomo unos segundos para que Steve reflexione y le doy un ultimatum- Usted ha hablado de crear un mundo mejor. Si las corporaciones, para las que usted trabaja, siguen al mando... la humanidad seguirá siendo una esclava del egoísmo y la avaricia, a la par que destruye la propia naturaleza, exterminando flora y fauna... o creando aberraciones como la inteligencia artificial, psíquicos o sintéticos. Creo que lo que pretendo, lo que defiendo, es nuestro deber moral...
Niego con la cabeza al escuchar su rechazo por esa "alteración de la naturaleza".
- Sin embargo, veo que lleva zapatos, ropa sintética y viaja en una nave espacial... Si los avances en genética permiten salvar la vida de cientos de personas o corregir la enfermedad de un niño no nato, ¿también los rechaza? - La sociedad tiende a rechazar lo que no entiende y, por mucho que haya evolucionado la humanidad desde sus comienzos, eso parece estar suficientemente arraigado en la psique humana como para no haber cambiado a pesar de todos los avances tenológicos y filosóficos. De cualquier forma, no deja de resultar paradójico que alguien sugiera que te estima justo antes de llamarte "aberración".
No me sorprende que me compare con Riddick, yo mismo lo he hecho en más de una ocasión durante los últimos días. Pero no esperaba que el propio Adama se incluya en ese mismo grupo. Aprieto la mandíbula mientras habla de lo que haría si tuviese información que probase que las corporaciones controlan a la gente sin preocuparse lo más mínimo por ellas. En cierto modo, es algo tan evidente que incluso resulta paradójico que alguien se plantee tener que descubrir esa verdad, pero la historia también ha demostrado que las sociedades son incapaces de analizar en qué se han convertido.
- A eso me refería precisamente. ¿Qué le capacita a usted, y los que le apoyen, a decidir si esa verdad podría destruir a la humanidad? Si se encuentran pruebas de algo así, ¿no estarían ya los que descubran esa información suficientemente dañados como para no poder tomar esa decisión? - pregunto al comandante.
"Y, ¿qué haría alguien como Riddick con una información así?".
Dejo que piense unos segundos antes de continuar.
- De cualquier forma, esa pregunta es meramente teórica. Hasta que no sepamos qué nos vamos a encontrar no podremos tomar ningún tipo de decisión. - Cambio a la primera persona voluntariamente, sabiendo que Adama se percatará de ello. - Sin embargo, hay más opciones a las que propone: es posible que cambiar la forma de actuar de las corporaciones sea algo utópico, pero no mucho más que hacer que la gente admita una verdad y se revele contra ella. Llegado el caso, tendremos que valorar todas las opciones... Y es más que probable que no estemos todos de acuerdo con la forma de proceder - añado sin poder olvidar mi pensamiento anterior sobre Riddick.
Me paro un momento a pensar en mi siguiente respuesta, sabiendo la importancia que puede tener.
- Si quiere que le apoye en esto, tendrá que ser bajo ciertas condiciones, Comandante. La principal es que me mantenga informado de todo lo que se descubra, y participaré en la toma de decisiones... No estoy más capacitado que otros para hacerlo - a pesar de toda mi formación como oficial militar, los temas de los que estamos hablando potencialmente podrían afectar a toda la sociedad, lo cual excede la capacidad de decisión de cualquier persona - pero al menos así estaré seguro de que mi voz será escuchada.
No puedo estar de acuerdo con las primeras palabras de Rogers y así se lo hago saber:
- Sé que no soy la mente más dotada en estos campos pero, bajo mi opinión y creencia, la mayoría de las creaciones que ha desarrollado la humanidad no han sido más que la copia o perfeccionamiento de ciertos procesos que ya se encontraban en la naturaleza. La inteligencia artificial, los psíquicos, o sintéticos... no son algo que encontremos en la naturaleza. Y usted, señor Rogers, es único en el universo, razón por la que es inmune a cualquier enfermedad.
Ante la siguiente pregunta de Steve no puede más que sonreír.
- Su pregunta ahonda más en temas filosóficos que en asuntos morales, puesto que cada acción tiene una consecuencia ¿A cuanta gente hemos dejado huérfana usted y yo? ¿Cuántas familias hemos roto? Nuestra capacidad, señor Rogers, no es superior que la de los demás... pero si realmente creemos que estamos tomando una opción válida, debemos seguir ese camino ¿No es acaso eso la vida? ¿Tomar decisiones comprometidas que, para bien o para mal, siempre influyen en terceros?
Mi rostro vuelve a tornarse serio, retomando el tema que tenemos entre manos. No he obviado que Rogers se ha incluido en dicha tarea...
- Creo que tendremos mucho tiempo para hablar de las diferentes opciones. Mejorar el mundo es una ardua odisea -tiendo la mano hacia Steve- Estoy de acuerdo con sus condiciones, pero quiero que sean mutuas. Cuénteme todo lo que sabe y rellenaré sus vacíos con la información que tengo. Puede explayarse en sus conversaciones con el señor Smith. Le prometo que le contaré todo lo que sé, necesito tener a alguien de quién pueda fiarme y usted, si no me equivoco, es apropiado para ello. Usted es único, Rogers, y ese supuesto don que le han concedido las corporaciones tiene, a mi parecer, graves consecuencias. Aquellos que son únicos suelen ser tipos solitarios...
Me encojo de hombros cuando Adama discrepa en mi apreciación.
- ¿Y qué es una inteligencia artificial sino una copia e intento de perfeccionamiento de algo que ya existe en la naturaleza? - pregunto de forma retórica, sin esperar respuesta alguna. - Todo el mundo es único, de una forma u otra, Comandante. Que mi metabolismo me mantenga inmune a las enfermedades no es lo que me diferencia del resto... Pero ciertamente, no tenemos tiempo para discusiones filosóficas.
Escucho sus preguntas y me tomo un tiempo para pensar en la respuesta. Siglos de filosofía aún no han conseguido encontrar la solución a los dilemas éticos que estamos planteando, así que no espero hacerlo en cinco minutos, pero sí puedo dar una opinión dictada por mi propio código moral.
- Alguien dijo que la libertad de una persona acababa antes de que llegase a entrar en conflicto con la de otra... Ciertamente hemos tomado decisiones que han afectado a mucha gente y tenemos que vivir con ellas de una forma u otra. Pero, ¿tendremos derecho a decidir algo que afecte a todo el mundo? Si no es así, ¿dónde está el límite? - Niego con la cabeza. Una vez más no espero una respuesta inmediata, pero es algo que tendremos que marcar una vez hayamos avanzado en esto... Y algo me dice que no será una decisión fácil de tomar.
Me centro finalmente en nuestro acuerdo mutuo.
- Me temo que ya le he contado la mayor parte de lo que sabía, Comandante. El señor Smith no es una persona muy dada a compartir su información con aquellos que considera por debajo de él - y, desgraciadamente, tiene un concepto ciertamente elevado de si mismo como para ver a cualquiera a su misma altura - y la vigilancia constante a Riddick tampoco me ha dejado demasiado tiempo para charlar con el enviado de Yutani.
Algo acude a mi memoria, recuerdo de una conversación antes de llegar a esta nave, avivado por las palabras de Kodai cuando le contó a Riddick que había sido contratado por Mordordo.
- Sobre el comandante Kodai... lo último que dijeron en el puente de mando cuando iban a abordar su estación es que pretendía enviar una comitiva diplomática, pero luego le trajeron detenido hasta aquí. El mayor Tigth se negó a darme ningún motivo para ello, y alegó que los cargos se podrían presentar más adelante - muy en línea con la filosofía del Proyecto Salvaguarda. - ¿Por qué está ese hombre aquí? Por su conversación inicial estaba claro que le respeta... y mantenerle en esa improvisada prisión - sorprendentemente colocada junto al armario de armas - es casi más por su seguridad que por la del resto de los pasajeros del AURORA...
Cabeceo ante la primera respuesta de Rogers y vuelvo a ella en cuanto tengo ocasión, puesto que él parece no haberme entendido...
- Es usted único, Rogers, porque no existe un organismo conocido que tenga su composición. Todos los seres vivos tienen una cadena formada de una determinada manera y usted tiene la contraria. Por ello no puede ser víctima de enfermedad alguna, no puede tener hijos, ni siquiera puede nutrirse sin esas vitaminas. Usted es una creación de las corporaciones, el soldado por excelencia. Es inmune a toda clase de debilidades de nuestra especie y, a la par, puede ser dominado por ellos con enfermedades que solo le afecten a usted... sin riesgo de difusión a sus jefes o, más bien, dueños.
Levanto la mano antes de que Rogers responda para darle la poca información que tengo:
- El problema, Rogers, es que nuestros queridos representantes de las corporaciones no nos dan la información que tienen sobre lo ocurrido. Lo único que sé es que el autor puede haber sido cualquiera, unos simples ladrones, otra corporación, rebeldes, enemigos de las corporaciones. Nadie parece saber nada o estar dispuesto a compartir lo que sabe. Y la mitad de la tripulación no es lo que parece, o trabaja a escondidas para las corporaciones.
Paso la mano por mis cabellos llevándolos hacia atrás, en un automatismo repetido miles de veces, mientras intento que mi interlocutor entienda la difícil situación:
- Apresamos a Kodai porque la explotación minera de Palas presentaba unos ingresos extraordinarios en los últimos meses, lo que coincide con el robo. Pero él parece no saber nada y que estos ingresos se deben a trabajos en negro para capitanes mercantes no oficiales, mercenarios o piratas. Vamos a abordar la nave que perseguimos con el fin de encontrar el material robado pues creemos que este puede estar allí -respondo a la última pregunta explicando la situación de Kodai- Sin embargo el comandante Kodai ha demostrado sentir un odio inmenso hacia las corporaciones, ya que ellas lo arruinaron por intentar combatir su corrupción. No podía dejarlo en la estación sin presentar cargos contra él, o dejándole al mando... pero tampoco puedo arriesgarme a que las corporaciones, ahora que está en sus manos, le hagan daño. Me encuentro entre la espada y la pared, sin tener ni idea de a dónde va esta misión, a la par que descubro información sobre la verdadera cara de las corporaciones, los auténticos dueños de la ONUG, así como detalles insospechados acerca de mi retiro, la muerte de mi hijo mayor, inteligencias artificiales, psíquicos y soldados perfectos, organizaciones secretas... y un largo etcétera, que me está haciendo arrepentirme de haberme embarcado en esto.
Sabía que tenía motivos para pedirle a Adama que analizase la píldora que estaba tomando, pero eso no hace que me sienta mejor al saber de qué se trata.
- ¿Puede su gente sintetizar esas vitaminas en su laboratorio? - pregunto con cierta tensión en mi voz. - Y, de hecho, ¿darme la fórmula para poder conseguirlas?
Inspiro un par de veces para volver a centrarme en la conversación que estamos teniendo y dejar de lado la información que me acaba de dar respondiendo a la petición que le hice hace semanas. Escucho lo que me cuenta de Kodai, repitiendo lo que ya habíamos visto en el puente de mando.
- Sí, estaba allí cuando se decidió investigar Palas - de hecho, recuerdo que inicialmente había pasado por alto el tamaño de la estación y pensaba que habría más gente en ella hasta que el propio Adama me lo recordó. - Pero cuando llegamos había asumido que enviaba un grupo de gente a hablar con su comandante, no a detenerlo. Entiendo que en su estación estaría a merced de las corporaciones, pero para ellas dejarle aislado podría ser suficiente castigo. En cambio, tenerle aquí...
Bueno, ya no hay nada que podamos hacer al respecto, así que no merece la pena insistir sobre ello. Las últimas palabras de Adama me despiertan cierta simpatía. Probablemente a nadie le gustaría haberse embarcado en esto muy alegremente, sobre todo teniendo que asumir una responsabilidad como la que estamos planteando en esta reunión. Pero, igual que con la detención de Kodai, no parece que podamos cambiarlo.
- Dice que la mayor parte de la tripulación tiene su propia agenda oculta. ¿Sabe en quién se puede confiar? - Le pregunto finalmente. En nuestra reunión anterior parecía fiarse del Agente Bester, aunque no sé si mantendrá esa opinión. Por mi parte, de las pocas personas que he podido tratar mientras vigilaba a Riddick, la acompañante de Bester, Lucy, me despierta cierta simpatía, probablemente porque pueda entender sus circunstancias antes de llegar aquí, mucho más parecidas a las mías de lo que me gustaría reconocer.
Reflexiono un poco antes de responder puesto que es un tema que no controlo demasiado...
- Sí, creo que si podríamos sintetizar esas vitaminas que le tienen encadenado a las corporaciones. Podrá sobrevivir sin su apoyo. Sin embargo, como todo en esta misión, tiene su precio. Tendré que confiar en terceros, algo que es peligroso y nos podría poner en descubierto. Ya me expuse con el análisis de esa substancia y tuve que desviar el tema para evitar preguntas indiscretas.
Detengo a Rogers con la mano para que me permita concluir.
- Respecto a Kodai, no podía dejarle allí, impune y sin dar información, a los ojos de las corporaciones. Tampoco podía permitir que estuviera a merced de sus acólitos e interrogadores, razón por la que opté por encerrarle de forma aislada e interrogarle, tratando de desviar la atención sobre él. La verdad es que no me puedo fiar de nadie completamente... -digo mirando al soldado, puesto que es obvio que él también ocultará algo, como el resto de tripulantes- Bester, al igual que Lucy, son otra creación de las corporaciones, como usted. Siervos esclavizados a los deseos de ellos por una u otra razón. Creo que Gaius, en el que confiaba, también lleva un doble juego. Mis viejos amigos y compañeros tenían mi confianza pero, por lo visto, tienen algún tipo de deuda con las corporaciones y parece que algunos trabajan para ellos -respondo enumerando lo poco que he descubierto- Vickers me cae bien pero es obvio que es fiel a las corporaciones, al igual que Quaritch. En el polo opuesto, Riddick odia fervientemente a las corporaciones, al igual que el comandante Kodai, razón por la que confío en ellos. Creo que Bester también las odia y, la verdad, necesito su ayuda... pese a todo lo que se sobre él. Y luego está usted, un ser que no es humano pero parece reunir los mejores valores de la humanidad...
Observo un momento al comandante.
- De momento no es necesario - le digo en respuesta a la sintetización de las vitaminas, - aunque estaría bien si puede conseguirme la fórmula para fabricarlas. - Después de todo, prefiero no depender de nadie para poder conseguirlas en caso de que sean necesarias.
No deja de resultar paradójico que, de toda la gente que ha nombrado, el comandante piense que sobre todo puede fiarse de un terrorista confeso que ha matado a cientos de inocentes por hacerse escuchar y de varias personas a las que ni siquiera considera humanas.
- Evidentemente, no estamos de acuerdo en la definición de "humano", comandante. Afortunadamente, no creo que tengamos que estarlo para colaborar en esto y, si es lo único en lo que acabamos discrepando, estaré más que encantado en discutirlo delante de unas cervezas. - Durante la conversación ha mencionado varias veces a inteligencias artificiales y psíquicos, y, tras sus comentarios sobre Bester y Lucy, no puedo evitar recordar mis conversaciones anteriores con ellos, prácticamente las únicas que he tenido salvo con Riddick.
- De todas formas, no vamos a solucionar nada en este camarote - concluyo finalmente. - Si me dice qué está preparando ahora mismo y en qué puedo ayudarle podremos seguir avanzando y seguiremos hablando según vayan cambiando las circunstancias.
Escucho a Rogers y no puedo estar más que de acuerdo con sus palabras y su tono conciliador. Pero, pese a que me gustaría darle una respuesta concreta, no tengo nada más que ofrecerle ya que me encuentro totalmente perdido -Me temo que no estoy preparando nada, Rogers. Ahora mismo estoy tratando de llevar mis obligaciones de comandante a la par que trato de desvelar los misterios que rodean a esta tan enigmática misión. Durante estos actos creo que puedo encontrar información de interés para luchar contra las corporaciones. Además estoy tratando de ser precavido ya que tengo la sospecha de que las corporaciones pueden estar tratando de hacer con nosotros lo mismo que con Riddick, buscar una justificación para ampliar y afianzar su ya desmesurado poder.