Partida Rol por web

Wallace, que no tiene un pelo de tonto pese a su descaro, se apresura a escabullirse...

- Comandante - saluda con cara seria y una inclinación de cabeza, aunque la carrerita que echa hacia el pasillo con la copa en la mano desmiente cualquier rastro de vergüenza.

Laura Roslin se sonríe incrédula ante el proceder de su asistente, aunque luego tuerce el gesto con ironía y comenta en cuanto se ha esfumado:

- Menudo pájaro está hecho éste - menea suavemente la cabeza sin perder la sonrisa - Me parece que voy a tener que atarle en corto, porque es de los que les das la mano y se toman el brazo...

Y luego centra toda su atención en Adama:

- ¿Qué es lo que deseaba comentarme, comandante?
 

El tema que tengo entre manos es demasiado importante por lo que no me permito sonreir ante el comentario de la doctora.

Es un asunto de máxima discreción, doctora, una simple formalidad pero que creo que es necesaria. Me gustaría que se revisara todo el material de la cámara de criogenización antes de ponerla en funcionamiento. Un fallo allí sería algo catastrófico y letal para la tripulación. Me gustaría que usted, junto al oficial Young, lo revisaran todo de arriba a abajo. Él es un experto informático, habituado a trabajar con máquinas, y usted tiene una experiencia y una capacidad inigualables en temas médicos.

La Dra. Roslin se pone muy seria de golpe, perfectamente consciente de todas las implicaciones de lo que está oyendo. Pero si tiene preguntas al respecto, se las guarda para sí misma.

- Así lo haremos, comandante - dice mirando a Adama a los ojos - Iré para allá de inmediato y esperaré al oficial Young para empezar con un examen completo de todo el proceso.

La entrada de Riddick en la enfermería del AURORA no tiene mucho que relatar, se le administra un sedante ya en la bodega de proa, así que sus guardias lo llevan semiinconsciente y prácticamente en volandas. Allí le ligan con cinchas a una de las camillas y empiezan a trabajar sobre su cuerpo, poniéndole boca abajo. Aunque por una vez, no siente dolor…

La doctora Laura Roslin no parece demasiado feliz con las órdenes recibidas:

- Quiero que conste en todos los registros que no estoy confirme con este tipo de procedimientos – protesta con un tono muy suave pero frío como el hielo – Mis atribuciones en esta nave son velar por la salud de su tripulación, no injertar aberraciones tecnológicas en sus cuerpos, en especial cuando ni siquiera conozco todas sus especificaciones…

Pero sin embargo, lo está haciendo. Obediencia debida, le llaman…

- Además, comandante, ahora mismo debería estar dedicando mi tiempo a la revisión médica de todos los tripulantes tras el periodo de hibernación, tal como habíamos acordado...

En mi interior tengo ganas de decirle a la doctora que yo mismo pienso que lo que estamos haciendo es una aberración, un delito. Pero debo guardar las formas ante el resto de los presentes y no poner en juicio la autoridad de nuestros contratantes -Tengo en cuenta sus palabras doctora Roslin pero me temo que esta operación debe seguir su curso -respondo siendo incapaz de no reflejar mi incomodidad ante la situación, especialmente con alguien tan cercano como la doctora implicada.

Asintiendo las palabras de la doctora, reafiirmo su posición.

Doctora, no tiene ni idea de lo que es capaz este reo, le aseguro que toda protección es poca. Dijo como sabiendo muy bien de qué hablaba.

Observo el dispositivo que Smith le entrega a la doctora en un maletín y no puedo sino estar de acuerdo con ella. Es una aberración tecnológica, un mero placebo para mantener una situación bajo control, un pobre sustituto de una rehabilitación como dios manda. Si alguien no puede convivir con el resto de sus semejantes, se le ejecuta, pero no se le obliga a vivir con eso en su cuerpo.

Sin embargo, no digo nada al respecto. En vez de eso me acerco al comandante Adama.

- Comandante, si no es molestia, me gustaría estar presente en dos de cada tres turnos con el reo - le digo en tono respetuoso a pesar de estar contradiciendo sus órdenes anteriores. - Estoy entrenado y perfectamente capacitado para realizar turnos de dieciseis horas y un extra de seguridad siempre vendrá bien. Además, sugeriría que el resto de los guardias fuese rotando más de lo habitual. No parece conveniente darle la oportunidad de estudiar los puntos débiles de cada uno de sus hombres.

Por primera vez, sé que el señor Smith se mostrará de acuerdo conmigo.

- Además, mientras Riddick siga con esos grilletes magnéticos, recomendaría que ninguno de sus vigilantes lleve armas metálicas a su alrededor. - Ya hemos visto lo que puede hacer con una pluma. - Por lo demás, mantengo mi sugerencia de tenerle en estado criogénico hasta que sus servicios sean necesarios. - Miro a Smith. Dudo mucho que necesite tener activo a Riddick todo el viaje y mantenerle despierto sólo es darle la oportunidad de conocer el terreno y a sus guardias. Es evidente que no le hemos sacado de la prisión para mantenerle inactivo, pero tampoco creo que sea muy útil en la órbita de Júpiter.

Ronald asintió expresando su acuerdo cuando habló Mr Smith. El Chacal era un criminal peligroso y toda precaución era poca.

Y entonces intervino el cabo Rogers.  

Joder con mister perfecto. Y se creerá tan bueno como para hablarle de tú a tú al comandante.

Estaba decidido: a Greer no le caía nada bien aquel soldaducho sacado del culo de la galaxia. Era su forma de hablar, sus gestos y el semblante serio que adoptaba acompañando a sus palabras lo que enervaba tanto a Ronald.

Si es que hasta le brillan los ojos cuando habla. No podía con él.

Lo peor de todo es que si cualquier otro de los presentes hubiese sugerido lo que decía el cabo Rogers, Ronald estaría completamente de acuerdo. Pero bastaba con que fuese él para que no le gustase la idea.

Greer se cruzó de brazos y se apoyó contra uno de los armarios de la enfermería. De momento parecía la situación estaba bajo control.

Greer se cruzó de brazos y se apoyó contra uno de los armarios de la enfermería.

De momento parecía la situación estaba bajo control.

No tengo nada que decir en contra de la propuesta de Rogers. Si por mi fuera el hombre conocido como "El Chacal" descansaría para siempre en el vacío del espacio, librando al universo de su mal y a él mismo de su desgracia.

- Estoy de acuerdo con todo lo que usted ha dicho, punto por punto, Brigada -respondo, dejando claro a Smith y a Rogers que la criogenización es una opción que tampoco descarto -daré las ordenes precisa en cuanto acabe este procedimiento.

Aquello era increible y surrealista.

Ya no solo era que aquel hombre estuviera a bordo de la nave. Era aquel maletin, aquel dispositivo, aquellos mandos. ¿Que demonios tenian en mente aquellos hombres? De Smith podia entenderlo: no habia necesitado mas de cinco minutos para descubrir que era un hijo de puta, y de los grandes. Un cabronazo sin escrupulos capaz de cualquier cosa.

Pero Adama... Adama era otra historia.

Entonces Roislin intervino, mostrando su disconformidad con lo que le pedian que hiciera. Y me alegro saber que no era el unico al que le quedaba algo de ética en aquella nave. Sabia que no debia hablar. Sabia que mi labor alli era otra. Pero aquello era un crimen. Una aberracion. Y el hombre piadoso que creia seguia habitando en mi hizo que fuera incapaz de contenerme.

-Señor, con el debido respeto y si me lo permite... Estoy seguro de que hay formas mucho mas licitas y menos agresivas de controlar a ese hombre. Estoy de acuerdo con la doctora... Le ruego reconsidere lo que estan a punto de hacer... - exploté, dejando que mi conciencia hablara por mi.

Y, a pesar de saber que aquello podria tener consecuencias para mi, al menos tuve la total certeza de acabar de hacer lo correcto.

Por un lado me siento indignado por las constantes interrupciones e impedimentos hacia lo decidido. Sin embargo también me siento orgulloso ante dichas reflexiones, pues yo mismo estoy en contra del procedimiento.

Soldado Agathon, le entiendo a la perfección pero, creame, este hombre es demasiado peligroso. Ustedes, mi tripulación, son como mi familia y no pondré sus vidas en riesgo. Doctora Roslin ¿este procedimiento es reversible, no es cierto? -respondo, tratando de asegurarme de lo que hago está bien.

Roslin ya está cambiada, con la bata y los guantes asépticos e iniciando la incisión, bajo un haz de luz ultravioleta que esteriliza el campo quirúrgico. Pero desvía la mirada un segundo hacia Adama, mientras la mascarilla oculta casi por completo su expresión facial:

- Por supuesto que es reversible, comandante, aunque según las indicaciones específicas de inserción del implante, es una operación algo delicada - os explica - Pues queda justo entre la columna y la aorta abdominal... la gente que ha diseñado esto no quería que la ventana de abordaje quirúrgico fuera precisamente fácil...

El tono de Adama me tranquilizo, aunque no asi su respuesta. En un avance imparable de mi codigo etico sobre mi codigo laboral, respondi al comandante, justo cuando la doctora salia, explicando lo complicado de revertir aquel procedimiento.

-Y, con el debido respeto, señor... ¿Podria explicarme por qué este hombre es parte de una misión tan nimia como la nuestra, si es tan peligroso? - replique, con toda la intencion del mundo. Era posible que delante del resto de la nave fingiera ser estupido y no darme cuenta de nada, pero no iba a seguir mirando a otra parte con el comandante.- No sé en que punto convertirlo en una bomba andante lo convierte en un sujeto menos peligroso, señor. - añadi, dentro de los limites del respeto, aunque no por ello menos tajante. - En mi familia no tienen lugar los secretos, señor. - fue lo ultimo que dije, cuando Adama nos comparó con sus parientes y familiares, con el ceño ligeramente fruncido.

Escucho a Agathon y su protesta hace que le tenga en una mayor estima como persona. Desgraciadamente para él, la capacidad de pensar y tomar decisiones no es lo que se espera de un soldado que debe cumplir órdenes sin rechistar. Sin embargo, sí es una cualidad esperable en un oficial. Casi parece que se haya equivocado de carrera militar aunque, si su cadena de mando no le apoya, nunca llegará al puesto que debería ocupar. Afortunadamente para él, el comandante Adama parece saber lo que tiene entre manos, a pesar de mostrarse demasiado paternalista con su tripulación.

Independientemente de su futuro, el soldado aún tiene que saber escoger qué guerras merece la pena luchar. Para bien o para mal, hay poco que podamos hacer ahora mismo con respecto al Reobox. Eso ya debería estar claro con la intervención anterior del comandante.

Sin decir nada, me acerco a observar la operación mientras la doctora Roslin explica dónde va colocado el artefacto y cómo se podría quitar. Aunque carezco de conocimientos médicos, nunca se sabe cuándo ese tipo de información puede resultar útil.

Agathon vuelve a preguntar, lo que me hace fruncir ligeramente el ceño, especialmente ante la impertinencia de su último comentario. Sin embargo, espero la respuesta de Adama sin decir nada.

Una mirada gélida es la primera respuesta que recibe el soldado Agathon, motivada especialmente por su último comentario. Mi forma de ser cercana y amable ha sido la culpable de tamaña impertinencia, algo que un comandante no puede permitirse -Soldado Agathon, le explicaré brevemente todo con el fin de que se sienta más tranquilo. Esta misión ha sido organizada por la Weyland-Yutani y la Weltherrschaft Korporatsiya, este hombre está aquí por la voluntad de ambas y la suya propia, al igual que todos los presentes, que hemos accedido a trabajar con dichas corporaciones.

Una vez explicado decido responder a la parte más intolerable de sus palabras. En un primer momento pienso en indicarle las diferencias entre una cabeza de familia y un infante o un adolescente pero, pese a que el muchacho no me cae mal, su forma de hablar rompe con todo el protocolo y merece un escarmiento -Me temo que la doctora Roslin necesita silencio para trabajar. Hágame el favor, soldado Agathon, busque a un miembro de la tripulación, de nuestra familia, y ayúdele con sus tareas de hoy. Su nombre es Joe Parker. Soldado -concluyo haciendo el gesto militar para despedir al hombre cuyos labios deberían estar sellados, máxime ante personas tan importantes como las presentes.

Ronald torció el gesto ante la respuesta de su compañero. Greer tenía fama de indisciplinado, pero en aquel momento supo que Agathon se estaba llevando la palma. Desde luego él no se atrevería a contravenir al comandante por defender sus principios. Bueno, tampoco es que Ronald tuviese grandes convicciones morales.

- Lo siento, tío –le susurró Greer a Agathon tras la explicación del comandante Adama-. Ven a verme cuando acabes con Parka, si quieres animarte un poco –añade haciéndose el interesante.  

Mi mirada se mantuvo fija en Adama, durante unos instantes y acabe por asentir ante su orden, deteniéndome un instante junto a el antes de seguir caminando hacia la salida.

-Por supuesto, señor. - dije, desviando mi mirada entonces hacia Greer, que al menos parecia solidarizarse conmigo.- Gracias. me limite a decirle, asintiendo, mientras salia de la enfermeria para limpiar aquellas letrinas.

Aquel era el precio que habia de pagar por hablar claro, por decir la verdad.

Pues bien, lo pagaria. Al menos yo, aquella noche, dormiria a pierna suelta.

Me gustaria saber cuántos podrian decir lo mismo en aquella sala.