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Tierra Muerta

El peor de los viajes (Lean Calic, Escena II)

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01/02/2011, 20:27
Director

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04/02/2011, 12:31
Director

Poco a poco tus sentidos vuelven a despertarse. La boca seca, y una creciente sensación de desasosiego y nerviosismo, te indican que hace algunas horas que yaces sin sentido. Aun mareada, logras incorporarte y observando a tu alrededor. La luz, que tus pupilas aun mantienen como un recuerdo fantasmal, va dejando paso a un extraño y sorprendente paisaje.

Unos árboles verdes, frondosos crecen a tu alrededor. El aroma de las hojas frescas de los pinos y las plantas silvestres inunda tus sentidos. El trinar de los pájaros se deja oír por doquier, y el suave viento te trae hasta tus desconcertados oídos el sonido de unas risas francas, y el murmullo del agua fresca corriendo por el riachuelo.

La luz del sol calienta tu piel, una sensación cálida y reconfortante como jamás la habías sentido. En este lugar se respira paz.

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04/02/2011, 12:58
Leanúit (Lean) Cailc

Lo primero que hace es aquejarse de dolor, -ough...-, el lóbulo frontal derecho le arde de mala manera, y consecuentemente a la par su ojo derecho, como una pesada migraña tras dormir poco, o una fuerte resaca tras beber mucho.

Se sacude un poco y mira hacía aquello que le rodea incrédula a todos sus sentidos, se friega los ojos más de una y más de dos veces. Se levanta, mira la luz y habla sola a media voz: –¡¡M!3&d@!! ¿estoy muerta?-

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04/02/2011, 13:32
Director

Una reacción más que respetable, pues extrañas cosas ocurren ante los ojos de la joven, más las ansias de fumar hacen pensar a Lean que muerta, no está. A no ser, que en la otra vida, se acarreen también los vicios y malas costumbres.

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05/02/2011, 13:17
Leanúit (Lean) Cailc

La muchacha no entiende ni un ápice de lo que ocurre, si eso no es estar muerta... alguien juega con su mente. Lo piensa porqué recuerda muy bien donde estaba.
Claro que bien puede ser que les golpearan, y los sacaran al exterior, y los dejaran abandonados, pero eso.... eso no tenía sentido. Así que mientras piensa en todo ello, y con que padece ese dolor de cabeza de tres pares de ovarios.... rebusca el carcaj de tabaco para satisfacer su anhelo de pipa y tabaco.

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05/02/2011, 16:10
Director

Los minutos pasan lentamente, mientras la joven prepara y degusta la aromática hierba para pipa. El cálido sol baña su cuerpo, mientras la suave brisa mece su melena.

El lugar sigue en calma, como una idílica postal. El sonido de tenues carcajadas se apaga, dejando solo el murmullo del arroyo cercano.

Todo es paz, una paz como nuca Lean había experimentado.

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05/02/2011, 16:26
Leanúit (Lean) Cailc

Mira el paisaje, aún se siente muy incrédula con lo que siente y ve, por lo que tras saciar un poco sus anhelos de humo, decide empezar a actuar. -Bueno... ya basta con tanta demora- Dice hablando sola la muchacha, se levanta y hace crujir un poco la espalda para espabilarse. –Más vale que me vuelva a poner en camino, pronto anochecerá y debo recuperar el camino hacía Talin (ahora que había conseguido una buena fuente de información... no voy a soltar presa tan fácilmente) aunque... menuda pereza me da regresar a aquél antro. ¿Qué habrá pasado con el resto?- Va hablando en voz baja para si, mientras avanza.

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05/02/2011, 16:31
Director

Los pasos de la joven, sin ningún rumbo aparente, le llevan tras pocos minutos al linde mismo de la arboleda. Una prado verde, y sembrado se extiende ante sus ojos. Un arroyo de fresca agua cruza el prospero valle, una gran casa rústica de madera parece ser el centro de tan bucólico lugar.

Ganado pasta en las lomas de la colina, donde fresca hierba crece virgen para su alimento.

De la chimenea de piedra, una reconfortante hilo de humo se alza hacia el cielo. Alguien está preparando la comida.

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05/02/2011, 17:38
Leanúit (Lean) Cailc

Lean piensa que olfatearía cualquier posible rastro, pero es muy consciente que carece de ese sentido. Así que, desconfiando enormemente de lo que le puede preparar el camino, guarda los utensilios para fumar, y se acerca a la casa, campo a través, lo más sigilosamente posible, ocultándose entre el cultivo, intentando llegar a la ventana para echar una buena ojeada.

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08/02/2011, 13:45
Director

A través de los sucios cristales de la ventana, puedes distinguir la figura de un hombre. Esta de espaldas sobre una mesa y parece ajetreado sirviendola con distintas viandas. Puedes distinguir que espera a alguien, pues hay un par de platos y cubiertos.

El interior de la casa parece bastante acogedor a primera vista, y el hombre va de un sitio a otro, cogiendo una cosa de aquí y otra cosa de allá. Aunque no logras distinguir su rostro, oyes como tararea una dulce melodía. Aunque es obvio que la música no es su fuerte, pues desafina en múltiples ocasiones. Hay algo familiar en la tonada que canturrea el hombre, pues tienes la sensación de haberla oído antes, y hacía ya mucho tiempo que no la habías vuelto a oír.

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09/02/2011, 11:09
Leanúit (Lean) Cailc

Todo eso es muy sospechoso,- piensa la muchacha, -sin embargo debería entrar y preguntar, quizás ese hombre tenga alguna información para regresar a Talin.

Escruta por todos lados en la habitación, sin mover su nariz de la ventana, para ver si hay algo peligroso... antes de por fin decidirse a llamar en la puerta.

Por si acaso, descansa la palma de su mano sobre la empuñadura de su espada corta, disimuladamente, sin querer mostrarse violeta, solo como una medida de precaución.

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09/02/2011, 20:18
Director

No parecía haber nada peligroso en la casa, a parte de afilados utensilios de cocina, y una espada colgada en la pared. Al menos eso es lo que se podía ver desde la ventana.

Después de que la joven llamara a la puerta, de recia madera, se oyeron unos pasos como se acercaban. No había disimulo ni cuidado en no ser oídos. El canturrear del hombre cesó.

- ¿Quien anda ahí? Se escucho tras la puerta. Extrañamente, la voz resultaba inquietantemente familiar par Lean.

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09/02/2011, 20:32
Nathan

Una figura robusta abrió la puerta cacerola en mano. Al contemplar a la chica esbozó una sonrisa y se giró aliviado.

- Eras tu... Se alejó de la puerta y volvió a sus quehaceres. - Pasa, pasa, estaba preparando el almuerzo.

Los ojos de la joven no podían creer lo que estaban viendo. Aquel hombre era ¿Su padre? Sin duda hablaba y se movía como él.

- No te quedes ahí parada, ven a ayudarme. Dijo con un vigoroso gesto señalando los platos por colocar en la mesa.

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11/02/2011, 19:07
Leanúit (Lean) Cailc

Aquella canción tarareada, la puso en guardia, aunque no caía en la cuenta de cual era, algo muy adentro le corroía.
La joven al ver su padre, no daba crédito a sus ojos. Le miró y se miró alternativamente, y vio que ella seguía igual vestida, lo que era testigo de que todo ese largo año y medio, o más, realmente había pasado, era la prueba que necesitaba para demostrar a su corazón que aquello no era un producto de su imaginación. Pero ahí estaba, aquél hombre; moviéndose igual, hablando igual. ¿Incluso el mismo rostro?

Tras pasar un tiempo en silencio, Lean, sin soltar la empuñadura de su espada, solo arriesga decir: -¿Papà?- Su voz, llorosa y llena de emoción recuerda a la de una niña la cual se despierta en medio de la noche tras sufrir una grave pesadilla.

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12/02/2011, 12:26
Nathan

Nathan miró a Lean, y dejando la cacerola, se acercó a ella. Su rostro era de preocupación. - ¿Te encuentras bien hija mía? Las fuertes manos de Nathan tomaron de los hombros a Lean, y la contempló con ojos cariñosos.

- ¿Ha ocurrido algo mientras sacabas a pastar el ganado? Ahora todo esta bien, vamos a comer, y mientras, me lo cuentas. Con una sonrisa le señaló una de las sillas de madera que había junto a la mesa. - Todo está preparado, y seguro que tienes hambre, pues yo lo tengo. Dijo el hombre mientras se palmeaba sonoramente el vientre.

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12/02/2011, 14:22
Leanúit (Lean) Cailc

Sabe que aquél ser no puede ser su padre, aún así algo de loca y cruel esperanza, algo de negación, pujan para dominar sus emociones y aplacar aquél sentido de peligro.
-¿Papa?- Pasa el brazo por sus mejillas pues las siente cálidas. -¿Qué dices?, ¿adonde fueron los zombis, porque actúas como si nada?- vuelve a mirarse a si misma, y vuelve a observar aquella habitación, el tacto de aquellas manos lo puede sentir muy real.

El murmullo de la cena hirviendo al fuego, acompasa su lucha entre la cordura o la entrega total a la mortal esperanza.

 Entonces, un par de lágrimas largamente retenidas asoman en sus ojos y recorren sus mejillas. Da un par de pasos hacía atrás, haciendo un movimiento brusco de hombros para desasirse de la presa de aquellas manos. La brisa en el bosque acaricia como antes su rostro y juega con su pelo –Mierda, ¡tu no eres mi padre!- Dice sacando, con un brillante sonido de metal, y blandiendo delante de ella su arma.
Mientras nuevas y amargas lágrimas salan su piel.

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13/02/2011, 13:04
Nathan

- ¿Que te pasa hija? ¿De que estás hablando? Una sonrisa paternal asomó en el rostro de Nathan. El hombre parecía sorprendido algo dolido con el repentino gesto de su hija. - ¿Que te ha ocurrido hoy en... Las palabras murieron en su boca.

La sonrisa se borró de su rostro ante la actitud hostil de Lean. Parecía no acabar de comprender lo que estaba diciendo este, y mucho menos sus gestos.

- ¿Que estás haciendo? ¿Se puede saber... El tono y actitud del hombre se endurecieron, su cuerpo se irguió, igual que cuando reprendía a Lean en su niñez cuando esta había hecho alguna chiquillada. - ¿Se puede saber que has fumando hoy? Haz el favor de guardar eso, y sentarte a la mesa. Con el rostro severo y la voz autoritaria, señaló a Lean la silla en la que debía de sentase.

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14/02/2011, 00:14
Leanúit (Lean) Cailc

Le cuesta enfocar la vista, visiblemente embriagada por la emoción. La pobre muchacha de debate entre la rabia, el dolor y la tristeza, sea quién sea que le hace esta mala jugada va a pagarlo muy caro.

-Dime Padre… ¿Donde has estado todo este tiempo? ¿A donde fueron los zombis? ¿Qué diablos es este lugar?- Aprieta los dientes. –¡Dímelo! Porqué estoy dispuesta a jurar que no eres más que un hechizo o un maldito monstruo que tiene la osadía de tomar la forma de mi querido padre. De ser así, te juro... te juro…- La voz se queda ahogada en la garganta sin poder terminar su maldición.

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15/02/2011, 13:32
Nathan

Nathan se sentó en una de las sillas que había junto a la mesa, parecía cansado, y miraba a su hija como si no la reconociera.

- ¿De que estás hablando Lean? De verdad que no te entiendo. El tono paternal, pero autoritario, continuaba adornando el timbre de su voz. - ¿No reconoces a tu padre, a tu casa, a tus cosas? ¿Que te a ocurrido hija? Hablas de cosas que no entiendo... Se frotó las sienes con las manos, como intentando aclararse las ideas, luego volvió a mirar a los ojos de su amada hija.

- Ya comprendo... La voz se tornó algo apesadumbrada. - ¿Es por eso? ¿Haces todo esto por eso? ¿No ves que no tiene sentido? Nada a cambiado entre nosotros. Hablaba con ternura, sin apartar la vista de Lean.

- Creía que no te había afectado... Hizo una pausa, meneando la cabeza. - Pero si hasta me diste tu consentimiento... ¿Que a cambiado Lean? ¿Por que ya no aceptas que me haya vuelto a casar?

Notas de juego

N del Master: No, no reconoces la casa ni las cosas que hay dentro, pero si a tu padre. Pues con quien estás hablando parece él.

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15/02/2011, 15:34
Leanúit (Lean) Cailc

Aquél hombre continua pareciéndose a su padre, una loca esperanza en Lean empieza a brotar, y crecer y casi sin darse cuenta, empieza a tomar por posiblemente cierta la figura de su padre, bien puede que sea él que se halle bajo hechizo, se dice.

-¡¿Qué?! ¿Casar con quién, padre? ¡Este es el peor embuste que he visto en mi larga vida!¡¡¡Me oís!!!- Grita al cielo. Después vuelve a girarse a él. -¡¡¡¡Jamás te has casado padre!!!! Esta no es nuestra casa, estos no son nuestros campos, ni nuestras cosas...NI SIQUIERA SE PARECEN!!.- Vuelve a bajar el tono de voz triste, abatida y cansada. -Dime padre, ¿de donde saqué esta espada, y este escudo, y desde cuando sé manejar ambas cosas?. ¿Dónde quedan mis herramientas para labrar el campo? ¿Es que no lo ves? Esto no tiene ningún sentido.-

Su lágrimas largo tiempo retenidas ahora parecen no poder detenerse. –Sal y ve. Este bosque y este cielo…no es el nuestro.-