Partida Rol por web

 Parece ofendido ¿Qué? ¡No! Tús romper puerta y deja Yo en paz!

 El caballero se muetra inflexible.

 - No.- Dice cateóricametne pero sin alzar la voz.- Si tú vienes, tus guerreros no atacar. Cuando kobolds fuera de pueblo tú poder regresar.- el caballero habla claro, con seguridad y franueza.

Lia se mantiene en un segundo plano dejando hacer a Gaenos

El orco está deseando deshacerse de nosotros... normal, menudo susto le hemos dado ...

El orco gruñe y refunfuña, muy molesto, pero finalmente accede con un asentimiento desganado, y os va acompañando, con porte altivo, casi Ducal.

Los orcos que os miraban desde las ventanas parecen estar perdiéndoos poco a poco el miedo, y hay más que os miran. Algunos incluso están fuera de sus casas -pero cerca de la puerta- mirándoos

 El caballero hace caso omiso a la actitud del orco.

 Llegados a la primera torre, pone la escalera bien falcada y se alza en el aire para llegar a la caseta con unos pocos aleteos. Una vez allí rompe el cadenado y abre la puerta.

 Mirando a los encarcelados reptilianos les indica con la mano libre la escalera por la que pueden bajar.

 - Bajad, soys libres. Ahora iremos en busca de los otros.- Dicho es, sin mucha esperanza de que le hayan enetendido, se echa a un lado para permitir el paso a los recién liberados para que puedan bajar por la escalera.

 Mientras los menudos kobolds se van moviendo hacia la escalera va compovando en que estadde salud están. Si ve alguno que esté muy deilitado, que corra el riesgo de caer por la escalera de mano lo bajará volando.

Los kóbolts se mantienen junto a vosotros mientras los vais liberando.
Es obvio cuando miráis al orco, que para el esto e suna humillación en toda regla. Pasado el mediodia, habeis terminado de recoger todos los kóbolts, habeis contado casi 400.

Una vez están todos libres -y han rapiñado comida de aqui y de allá- el orco os mira, enfadado pero contenido, como si esperase una disculpa y una despedida. Definitivamente tiene muchas ganas de perderos de vista, le delata el golpeteo de su pie con el suelo.

Parece que los kobolt lo que tienen ganas es de lanzarse a por él.

 El caballero mira a la dama de los bosques.

 - Ha llegado el momento de la partida, nos dirigiremos hacia las tierras de los elfos? Creo que sería la opción correcta, allí podreos obtener la información precisa para continuar con nuestros caminos. Y tal vez durante el trayecto encontremos un lugar en el que dejar a los recién liberados.

 Mira a los kobolds reunidos y pronuncia en voz lo suficientemente alta como ara que llegue a todos ellos.

 - Alguno de vosotros comprende mi idioma?

No son pocos los Kóbolt... pero ninguno de ellos parece entender al paladín.

 Viendo la cara de perplejidad de los kobods, el caballero repite el mensaje en los idiomas que conoce, Ilshkano, Khondazano y Celestial.

 - Alguno de vosotros comprende mi idioma?

El resultado es el mismo: entienden que quieres comunicarte con ellos, y algunos te dicen algunas cosas, pero tampoco les entiendes.

 El caballero, viendo que su incapacidad para comunicarse con los kobolds mira a la dama de los bosques.

 - Podeís intentar comunicaros con ellos?

Creo que sí que podré, si ome quivoco hablan dracónico... voy a probar contesta a Gaenos

comprendeis mis palabras? les pregunta en dracónico. Mientras espera su respuesta vuelve a hablar con Gaenos.

Lo mejor será dirigirnos junto a los elfos pero no creo que les haga mucha gracia que aparezcamos con un ejército de kobold o que los dejemos cerca de su territorio...

 El paladín asiente ante la observación de la doncella. Enefecto no estarán muy contntos de ver como estas cuatrocientas almas avanzan por sus tierras, pero no son para nada un ejército, son unos refugiados. Hablando se entiende la gente.

 - Tal vez durante el trayecto ellos decidan partir hacia una dirección u otra.- Comenta el hombre alado.

 Mientras la doncella habla con los kobolds, el caballero mira al orco, al cual tiene cerca, estudiando sus reacciones.

 - Tú pronto libre de ir con tus orcos.

En efecto, los kobolt parecen hablar un dialecto comprensible del dracónico, y montan una algarabía cuando entienden a Lia. Cuando algunos ponen orden, puedes entender que vienen del Este, son prisioneros de guerra, muchos de ellos, soldados.
Por lo visto, están en guerra con los orcos desde hace algún tiempo.

El orco espera sacando paciencia de donde no hay, y manteniendo una mirada dura a Gaenos. Da la sensación de que está en la línea en el que el orgullo y el sentido común chocan

 El caballero no furza la situación con el jefe. No hay necesidad de muertes, no ahora.

 - Y si para ir al territorio de los elfos, que está al sur este, partimos hacia el este para acompañar un trecho a estos kobolds y luego partimos en dirección de los elfos, os parece bien Lady Lía?

 Sin más el grupo numeroso de kobolds reunen las provisiones que pueden, así como mantas.

 Cuando el grupo está a punto de partir, Sir Gaenos mira de nuevo al jefecilo orco.

 - Tú ser sabio, por eso tú poder volver con tus orcos. Nosotros marchar ya.- Dice abarcando con el gesto  los kobods, el tigre y la doncella élfica.

 El caballero espera a que la doncella y los kobolds emprendan el camino. Cuando están lejos el caballero, rezagado por si algún orco se pasa de curioso, emprende el vuelo par aalcanzarlos.

Perfecto, vayamos al este pues..

Se ponen en marcha junto a los kobolds a los que va preguntando lo que saben acerca de la magia, los cristales y la situación general del mundo. Además de contestar lo mejor que puede a sus preguntas.

Cuando Lía comunica a los kóbolt que se van al Este, ríen y celebran, insultando y riéndose del orco, que está a punto de estallar de rabia.

 ¡¡UGNAK TAR ATHRAK DUK DUM!!! PAKKAS!!!!!