Partida Rol por web

El caballero asiente ante la sugerencia de Lía y la observación de la reina.

 - En efecto, ese cordón para impedir que nadie pueda ir de una ciudad a la otra será importante, por si ocurre cualquier imprevisto.- Luego mira a Lía.- Esos combates nos reqerirán más coordinacón, contra el talosiano nos fue bien por que tenía parte de sus recurss gastados, pero un guerrero o un bribón cuentan con otros recursos, que no requieren de mucha preparación para volver a estar preparados para dar guerra. Luego estudiaremos alguas estrategias.- Finalmente mira de nuevo a la reina.- Cree que puede contarnos algo más que nos pueda ayudar?

La Reina suspira

No, eso es todo lo que os puedo contar... Sivreas vive en un caserón, con unos cuantos sirvientes y allegados, y Mizzran ha 'hecho suyo' uno de los cuarteles de Lathalsyr: allí entrena a los soldados que le siguen fervientemente, y también vive.
Toma un poco de aire.
Si hay que pasar sobre los cadáveres de esos soldados para llegar a Mizzran, que no os tiemble la mano. Pero por favor, solo en última instancia.

Intentaremos que eso no sea necesario, Majestad contesta inentando que su voz suene tranquilizadora.

Luego se gira hacia Gaenos Estoy de acuerdo, en esta ocasión será importante tener un buen plan de ataque para intentar disminuir la ventaja que Mizzran tiene en combate cuerpo a cuerpo y las desapariciones de Sivreas...

Ahora que lo pienso, creo que Sivreas podía tratarse de un danzarín sombrío... los conoces Gaenos?. pausa por lo poco que yo sé tienen el poder de desaparecer a simple vista escondiéndose en las sombras. Por ello creo que un buen momento para atacarle sería al mediodía cuando el sol está en lo alto y las sombras son mínimas... así le será mucho más difícil esconderse en ellas.

Creo que deberíamos plantar cara a Mizzran mañana mismo, hoy no puede ser pues he de pedirle a Mielikki los conjuros que necesitaremos para el combate, pero no debemos tardar pues cuanto más tiempo pase más probable es que escuchen hablar de nosotros y se preparen ante nuestra llegada

 El caballero asiente.

 - Cuanto antes actuemos, tanto mejor. No hay motivos para prolongar la cita.- Asiente el caballero alado.- En cuanto a lo de Danzarín Sombrio... no, no sé nada de esa gente, tú que conoces su forma de hacer, si consideras que es mejor atacar al mediodía, adelante.

Bueno, parece que está decidido entonces... Luego informaré a Asdrul y Suloth de lo que hemos decidido.

La Reina os ofrece descansar en el castillo, en dos lujosas habitaciones que los sirvientes preparan. Es consciente de que necesitáis estar bien descansados, y os deja a vuestra disposición lo que necesitéis, tan solo teneis que pedirlo.

Las dos habitaciones están en el ala sur, donde la vista es mejor, se nota que son habitaciones de invitados.
Mientras vais por un pasillo junto con una de las mayordomas y dos mozos que os llevan los trastos, de camino a las habitaciones, veis al elfo acorazado que os miraba desde el balcón.

Está apoyado en una columna, de brazos cruzados, sin quitaros mirada de encima y el ceño fruncido.

La mayordoma inclina la cabeza al pasar junto a él
Mayord: -Alteza, estos son...

El elfo la interrumpe.
Ya sé quien son. Bienvenidos a Palacio, extranjeros.

Aunque sus palabras pudieran ser agradables, su tono era totalmente seco y frío, faltándole poco para ser maleducado.

Disfruten de su estancia, y suerte mañana.

Se gira para marcharse, mirándoos de reojo. Sin duda el hecho de que ni se presente ni se despida, además de su tono y su pose indica que por alguna razón no le caéis bien.

La Mayordoma parece muy confundida ante ese comportamiento, mirándole casi como si esperara una explicación, y después a vosotros, sin saber muy bien qué decir para disculpar esa actitud.

Alteza?... será el esposo de la Reina quizás

Lia mira a la mayordomo con una pequeña sonrisa amable en el rostro con la que intenta reconfortarla

Nos iba a mostrar nuestras habitaciones... comenta acto seguido sin darle mayor importancia a la actitud del elfo

Es normal que no le caigamos bien, ya han sufrido a manos de otros enviados...

La mayordomo continua, y presenta al elfo, ya que él no lo ha hecho.
Es el Infante Yoerel, el segundo hijo de la Reina. A los otros dos creo que ya los conocen, el Príncipe Alaril y la Infanta Eleanor. La Princesa Lasheel está fuera atendiendo asuntos de estado, manteniendo el orden junto con el Rey Consorte Hálain, es la tercera hija, Eleanor es la mas pequeña, la que... habló con su felino.

Deja pasar unos segundos

No se lo he explicado muy bien, me temo. El Príncipe Alaril y el infante Yoerel son hijos del primer esposo de la Reina, que murió en la guerra, cuando ellos eran pequeños. Con Hálain ha tenido a las dos niñas, Lasheel y Eleanor. Lasheel es sorprendentemente madura para su edad...

Suspiró y señaló las habitaciones

Aquí es... pasen y descansen, mañana será un dia duro... aunque también un dia grande.

Hace un gesto hacia los mozos, y os acompañan a vuestra habitación respectiva, llevándoos las cosas.

 El caballero se muestra impasible a la reacción del elfo enfundado en metal. Luego presta atención a la explcación de la doncella y el caballero asiente con una leve inclinación de cabeza indicando que comprendia la explicación respecto a los hijos e hijas de la reina.

 - Vayamos al lugar de reposo para terminar de prepararnos para la contienda que se avecina.

Gracias por acompañarnos, sois muy amable se despide de la mayordomo antes de entrar a su habitación a descansar. Realmente habría preferido no separarse de asdrul y dormir en el jardín con ellos, pero habría sido una grave falta de cortesía y hace mucho que no dormía en un lecho...

La noche transcurrió plácidamente, y al dia siguiente, la pareja de elegidos se dirigió a Lathalsyr, escoltados por dos docenas de soldados de la guardia personal de Julia, que aseguraban la legalidad y el respaldo de la monarquía hacia el combate que iba a tener lugar. La Reina viajaría a varios kilómetros de distancia de los Elegidos, con otro centenar de soldados de la Guardia, y doscientos más de la guardia del distrito gubernamental, para acudir rápidamente a sofocar cualquier levantamiento o disturbio en caso de que la gente se pusiera en contra de los Elegidos.

Lathalsyr era una ciudad indudablemente bella, pero al contrario que muchas ciudades de Faerûn, que siempre tenían algún edificio en construcción en las afueras, la hermosa ciudad de muros blancos y paredes de mosaicos parecía tener muchos edificios en franco desuso. Algunos incluso estaban siendo desmantelados, como si la ciudad ya no necesitase ser tan gloriosa como antaño.

El grueso de la ciudad se alzaba en un valle recorrido por un río que debió ser suficiente para la ciudad inicial, pero que desde luego ahora no podía serlo. Un acueducto traía agua a los edificios de la ciudad desde algún lugar en dirección este.

La guardia dirigió a los Elegidos cerca del cuartel, un edificio amurallado con cuatro torres de tejado afilado en sus esquinas, en cuyos pendones se había añadido a las banderas de Lathalsyr y Véler, otro menos agradable: el símbolo sagrado de Sélvetarm, como si aquél cuartel se hubiera convertido en una especie de templo.

Desde las torres, los centinelas avisaron a sus superiores de que se acercaba la Guardia Real, acompañando a dos personas a caballo... y dos fieras.

Bien, considero que sería bueno que aquellos conjuros cuay duración es bastante larga los vallamos lanzando ahora que la situación es tranquila. Aunque dudo que acepte y a largo plazo puede ser perjudicial, deberíamos darle la oportunidad de rendirse e irse del reino pacíficamente... lo cual no quita que vayamos preparados para lo peor. Estás de acuerdo, Gaelos?

 El caballero cabalgaba aparentemtne sereno y tranquilo hacia su destino, con sus alas replegadas tras de si. El escudo estaba abrochado a su antebrazo izquierdo.

 Cuano la dama élfica le habló el caballero, tan solo asintió. Pero tras nuos momentos añadió.

 - Tenemos que andar precavidos, parte de nuestra ventaja es la sorpresa. Si va haber combate, mejor no les demos tiempo para que alcen defensas.

 Tras esas palabras el cabalero, mirando al firmamento pronunció unas palabras en un susurro, ha Lathander.

 - Gracias por permitirme defender vuestra palabra, Señor. Esas criaturas de la oscuridad, serán redimidas.

 Entonces un leve halo resplandecente bañó su figura durante un instnte.

Entremos entonces... dice mientras desmonta y se dirige hacia la puerta con Asdrul y Suloth cada uno a un lado