Partida Rol por web

El sacerdote no entendió nada de lo que allí se decía, para él lo que ahora se planteaba era simplemente lo que sabía que sucedería. Impotente, asistió a las explicaciones en silencio, hasta que una frase resonó, aislada, en su mente: "pueden teleportarse seis unidades". Ellos eran seis. De algún modo el Pancreator tenía que haber puesto en ellos la posibilidad de la redención o el infierno.

Sin mediar palabra, dio un paso tras Hysteria y el extraño sujeto.

Al tiempo, comprendía que la joven tenía dudas sobre la sinceridad del extraño que había aparecido en las cavernas, por lo que trató de pedir al Pancreator que le permitiese saber si mentía o no.

Justin intentó dar sentido a las palabras de Anthos. En condiciones normales, no se fiaría del primer encapuchado que se le acercase, pero dada la situación, parecía que era el único que tenía una idea clara de lo que hacer. Era la falta de opciones la que le conducía a tomar por buenas las palabras de ese desconocido.

-En ese caso, aquí no pintamos nada- dijo en respuesta a sus explicaciones. Una respuesta que decía más para sí mismo que para su interlocutor-. No voy a dejar que esos tres se vayan solos, podrían meterse en un lío y luego nos costaría más sacarlos-.

-No, maldita sea, no te voy a...¡que te calles!-El auriga parecía hablar ahora al techo mientras avanzaba hacia el portal-.

Y sin más, lo atravesó.

Aquello se aceleraba. Primero entraron Anthos e Hysteria. En el mismo momento apareció Calmidorian en el umbral y saltó casi sin pensárselo en pos de su hermana. Luego Valkian seguido de Justin... A medida que atravesaban el portal se oía un fogonazo y un extraño contador en la máquina iba decreciendo. Sólo parecía haber sitio para uno más a través del misterioso portal... o eso era lo que había dicho Anthos...

Por el pasillo se acercaba el Duque con su hijo y sus hombres, que todavía no comprendían que era lo que había sucedido.

Vicent miró la maquinaria ¡el código! ¡él debería introducir el código a este lado del panel! Pero... ¿cuándo? ¿y cual? Revisó el teclado para comprobar que había hecho Anthos antes de irse y comprobó la utilidad de los teclados. Sí... podría ser... quizás si pulsaba aquel y aquel otro... pero ¿cuándo debía pulsarlos? Miró a su alrededor intentando averiguar si alguno de los paneles se asemejaba a un indicador de sincronización... ¡Sí! ¡No era tan difícil! Puede que no supiera como funcionaba exactamente aquello pero comprendió el juego de colores de los indicadores: ahora estaban todos en verde indicando sintonía. Cuando empezaran a cambiar a rojo tendría que pulsar el botón para introducir el nuevo código y resincronizar el efecto contrario.

Vincent dudo unos instantes al ver como todos se iban por el portal ... pero había que desconectar las dos . Eso era importante , o eso había dicho Anthos , así que se lanzo sin dudar al panel e intento recordar las frases exactas del encapuchado .

Luego viendo lo que se avecinaba le dijo a su acompañante .

- Retenga a esos hasta que el código de desactivación este completo , no pueden impedir que la maquina sea detenida .-

Todos entraban uno tras otro por el portal sin siquiera pensar una mínima consecuencia del acto. Elgast se quedó mirando pensativo unos instantes. No, el no pensaba arriesgar su vida por eso, al menos no de manera tan absurda. Seguro que tenía que haber una solución desde este lado.

En un instante sólo Vincent y él quedaron de ese lado y sólo había espacio para uno más. El carroñero le dio una orden y, al principio, Elgast le miró de manera agresiva como haciéndole ver a Nascaar que no volviera a hacer eso en su vida. ¿Quién se había creído el carroñero para darle ordenes a Elgast?

Pero de algún modo se sintió reconfortado. Eso significaba que ninguno de los dos entraría por ese portal, que tendría alguien para cubrirle las espaldas.

Asintió conforme y dio un par de pasos hacia el duque con la mano en la empuñadura de la espada que colgaba de su cinturón. Miró alternativamente tanto al duque como a su hijo Drim y se quedó plantando en mitad del pasillo con un plante ciertamente desafiante. Si querían una explicación, la tendrían pero exactamente en ese lugar, ni un paso más adelante. Elgast sabía como alargar una conversación.

El Duque se detuvo frente a Elgast:

- ¿QUÉ HA PASADO AQUÍ?- gritó encolerizado - ¡Exijo una explicación!

A sus espaldas su hijo hizo una señal a los soldados para que se detuviesen. Puso una mano en el hombro de su padre pero él la apartó con un gesto brusco encarándose a Elgast:

- Te han mandado los de tu Casa ¿verdad? ¡Queréis impedir el resurgimiento de los Valiantor! ¡Te despellejaré por esta intromisión!

Estaba claro que el viejo no calibraba para nada la situación actual.

Elgast sonrió con cierto desprecio por las palabras del Valiantor.

—Exactamente eso es lo que estábamos pensando ahora mismo —dijo irónico mientras miraba de medio lado al duque blanco.

Durante un instante la mirada se clavó en Drim como obligándole a hablar explicándole a su padre lo que sucedía.

—Parece que por alguna razón su padre no atiende a razones, Drim —dijo adornando la frase con una sarcástica sonrisa—. Señor mío, permítame que me dirija a usted de esta forma pues no conozco su nombre y no me gusta emplear apelativos sin criterio; me insulta sobremanera con su actitud. Demuestra no saber nada de mi casa y la necedad le enturbia el juicio. No estoy aquí para usurpar su puesto, si ese fuera el motivo créame que no sería yo quien estaría hablando con usted ahora mismo y mucho menos en este inhóspito lugar. Las cosas son mucho más complicadas que lo que usted parece querer ver. Demuestra no haber hablado con su hijo sobre la situación. Él parece tener otra visión de los hechos. ¿Drim, acaso le ocultas a tu padre tu verdadera opinión?

El Decados levantó un labio, burlesco. Había tejido la madeja, ahora sólo faltaba que las moscas lucharan por la supervivencia sobre ella.

El joven mecánico permaneció ajeno a la disputa dialéctica que se desarrollaba a sus espaldas para él solo existía el cuadro de colores que creía entender y deseaba que así fuese y el código a marcar. Las preguntas que le surgieron las hundió en lo mas recóndito de su mente a la espera de poder formularlas .

- Padre... esto no es un regalo de la Fortuna ¡es una trampa urdida por demonios! Ahora mismo están utilizando la maquinaria para invadir los Mundos Conocidos... si no los detenemos a tiempo la casa Valiantor no será recordada por traer un sistema de teleportación personal a una era de Oscuridad sino de ¡ser la culpable de que la Humanidad perezca! 

Miró a Elgast con desprecio:

- No es más que un mono de feria pero tiene razón.- dijo el Albino - Padre, debemos retener a los Sin Nombre para que los otros puedan introducir los códigos al otro lado... Por favor os lo suplico, debéis creernos... hemos visto cosas terribles pero ahora no hay tiempo para narrarlas...

El Duque miró a su hijo. Luego su mirada cayó, por primera vez, en los cuerpos destrozados de los 'soldados' que habían activado el sistema. Finalmente volvió a mirar a su hijo:

- Espero que tengas razón hijo... Te creo.- dijo poniendo una mano sobre su hombro - Luego hablaremos.

Se volvió hacia Elgast:

- Por lo que parece si quieres que tu Casa siga manteniendo el dominio sobre Malignatus y el resto de sus feudos será mejor que tengas tanta puntería con tu rifle como con tu lengua jovenzuelo...- el Duque podía ser de una Casa Menor pero tenía a su favor la edad y lo apartado de su situación con respecto a sus legítimos superiores - Ahí fuera se está librando una batalla.

Miró a Vicent:

- Dejaré a seis de mis mejores hombres en el pasillo cubriendo tu puesto. Morirán antes que permitir que alguien llegue a esta sala.

Tras eso avanzó por el pasillo de vuelta al frente rumiando cosas sobre 'oportunidades perdidas' y 'coste de mantenimientos'...

Elgast sonrió complacido.

—Han mordido el anzuelo —pensó.

Caminó un paso hacia donde se encontraban los Valiantor, padre e hijo, pensando el replicar de manera certera a sus palabras pero todo lo que tendría que decirles no haría más que debilitar el enlace aliado que había conseguido formar. El tiempo pondría a cada uno en su sitio, se encargaría de ello.

—Esa afilada actitud será la que impida su resurgimiento, caballero —dijo dirigiéndose al duque blanco y mirando de soslayo a Drim—, no yo. Su pericia militar se queda corta... pero no es momento de librar batallas. Pasare por alto su ofensa pues su situación es crítica y entiendo que no puedan controlar sus modales. Le sugiero que me recuerde como un amigo aliado en un momento difícil, señor... ¿me ha dicho su nombre?

Elgast sabía perfectamente que no lo había hecho pero aún así lanzó el dardo. Esperó un instante tras el cual saludo a los Valiantor y se dispuso junto al carroñero.

El Duque fulminó a Elgast con la mirada sin contestar siquiera. Se dio la vuelta y salió por el pasillo. El joven Drim se encogió de hombros y salió tras su padre para encarar la batalla en el exterior.

Antes de abandonar el pasillo el Duque Blanco les dio unas órdenes a los soldados, que miraron hacia el puesto donde estaban Vicent y Elgast, y luego asintieron gravemente. A la marcha del Duque los soldados se repartieron por todo el túnel con sus armas apuntando hacia el exterior.

Vicent no sacaba los ojos de la pantalla que no había variado lo más mínimo desde el salto de sus compañeros.

Venga , daros prisa.- repetia una y otra vez en su mente Vincent como si esos animos pudiesen llegar a sus compañeros que estaban sabe quien donde .

El entorno de Vincent se componia solo de la pantalla , lo que ocurria a su alrededor era como si estuviese escuchando una radio o una pelicula .

De pronto la pantallita comenzó a parpadear. ¡Al otro lado empezaban a introducir el código! 

Vincent no lo dudo , era lo que estaba esperando , sin prisa para no equivocarse , pero sin pausa comenzó a introducir el código , sin permitirse pensar en que si todo iba como debiera sus compañeros no podrían volver .

- mmm , nnn , bbb .- Murmuro el joven mientras manipulaba el código .

Elgast observaba la situación a unos metros. El parpadeo de la pantalla aceleró los movimientos del Nascaar y Elgast aumentó su estado de alerta.

—¿Qué pasa? —preguntó.

Mientras tanto vigilaba de reojo los movimientos de los hombres del duque. Su encuentro con él había acabado por ahora pero la situación no había quedado del todo confiable y eso mantenía al Decados más alerta.

¡El código estaba introducido! Todas las luces de la maquinaria se pusieron rojas y empezaron a sonar de forma insistente. Los ojos de Vincent recorrían los paneles de coordenadas. ¡Los sistemas se estaban cerrando! ¡Todos! ¡Los portales se estaban anulando! 

De pronto se fijó en dos puntos: sólo quedaba un portal abierto. Las coordenadas del otro lado eran indescifrables pero las de los Mundos Conocidos tenían como destino ¡el sector de Tormenta Azul!

- Mierda ... .- mascullo entre dientes el joven Vincent , no tenia nada claro que estaba ocurriendo , pero igual deberian de cruzar el portal si se podia e intentar cerrar el de Tormenta Azul . Intento de nuevo averiguar si el portal de la estación era bidirecional o solo de salida , lo intento pocos segundos mientras le decia a su acompañante ... .

- Se me ocurren dos opciones y ninguna me gusta , si ese portal permanece abierto y es bidireccional los invasores tienen una puerta de entrada , lo mismo pasa si el portal solo acepta viajes desde el mundo de los atacantes hasta la estación , ahora bien si es de salida de la estación , podrían vaciarla ... eso explicaria las desapariciones en la estación .- El joven hace una pausa en su monologo .

- Aunque si fuese de entrada en al estación y nuestros compañeros estan al otro lado podrían intentar cruzar y cerrarlo desde la estación ... espero que ocurra esto último sino el universo esta perdido sin remisión .- El joven seguía mirando sin desviar la vista los paneles intentando averiguar que estaba ocurriendo de verdad .