Partida Rol por web

El Mensajero entró en la habitación. Era un hombre menudo, no muy alto, pero con gesto rudo, moreno y de pelo negro, con unos ojos verde intenso.

- Mi señora- dijó al tiempo que se inclinaba para realizar una reverencia- Traigo ordenes desde bastión de las tormentas, Lord Renly demanda tropas en refugio estival, una banda de bandidos ha tomado el lugar y quiere que los señores locales manden sus efectivos disponibles lo antes posible-

Lady Shiera escuchó con atención lo que le estaba diciendo aquel hombre, lo cierto es que hasta ese momento no había pensado en alguna situación como esta. Observó al mensajero de arriba a abajo hasta clavar su mirada en la de él sin ningún disimulo, respiró profundo, tenía cosas más importantes que hacer pero aquello no era una petición, era directamente una orden, disfrazada pero orden al fin.

-Entiendo. Daré la orden de inmediato, podéis descansar y luego id y avisarle a Lord Renly.

Para ella era todo, a menos que el hombretón quisiera decir algo. Ni bien se fuera, llamaría a uno de los sirvientes, tenía que tratar esto con su cuñado que ahora justamente estaba entrenando con el joven protegido de la casa pero no duraría mucho más, así que esa era la orden, que la viese ni bien terminara y que era urgente.

Ser Owen estaba entusiasmado por como se estaba desarrollando el combate. Sentado en un tocón cercano mascaba un pedazo de raiz dulce mientras tomaba nota de los ataques y contraataques que se lanzaban ambos combatientes.

- Realmente han aprendido mucho en las últimas semanas.

Al tiempo que salia el emisario de la habitación de Lady Shiera, llegaba el Maestre buscandolo. Pero el enviado no se detuvo. Continuó su camino de vuelta con su señor. Dejando a maestre y señora solos.

El emblema que portaba era el generico de la casa Baratheon, no se sabia si venia de rocadragon, de desembarco o de bastion de las tormentas. Aunque un solo hombre deberia venir de algun lugar cercano.

Cuando el ataque del joven Swyft fallo, Byron vio una apertura en su defensa y se abalanzo sobre el, martillo en mano. Le dio un golpe tan terrible que el escudo se astillo al punto de quedar casi inservible. Larkyn se tambaleo un poco, lo cual fue aprovechado por el enorme caballero: Dio un paso presuroso y puso toda su fuerza en su hombro, con el que empujo al pupilo, que fue impulsado hasta caer un metro mas atras.

-Alto! Esa es la ventaja de las armas contundentes le dijo Byron mientras le ofrecia la mano para levantarlo. Cuando estuvo de pie señalo con el arma su escudo Ese pudo haber sido tu brazo, o peor, tu cabeza. Las armaduras duras, como corazas o petos, no sirven de mucho contra la fuerza de un martillo. Estas bien, chico? Lo hiciste muy bien!
 

Larkyn intentó protegerse, su golpe fallido lo había dejado en una clara desventaja y Ser Byron ni siquiera necesitaba eso para ponerlo en apuros, así que se mantuvo con el escudo como salvaguardia. Ser Byron aceptó el envite, estaba claro que podía lanzarle el golpe a cualquier otro sitio sin mucha dificultad y con grandes probabilidades de impacto. El escudo se astilló del tremendo golpe y el brazo de Larkyn cedió, así como el resto de su cuerpo, intentó mantener el equilibrio pero una rápida maniobra de su rival lo lanzó hacia atrás como si fuera un saco. Antes de que pudiera reaccionar y levantarse escuchó la voz de Ser Byron que ya se encontraba a su lado ofreciendo una mano de manera amistosa para ayudarlo a levantarse. Larkyn estrechó su mano y se reincorporó intentando evaluar los daños. El escudo estaba casi inservible y su brazo algo entumecido, la caída seguramente le dejaría algún que otro dolor cuando el fragor del combate terminara, pero al menos y gracias al temple de Ser Byron continuaba de una pieza.

-Gracias Ser Byron. Y no solo le agradecía la ayuda para levantarse, si no que hubiera usado de blanco el escudo y no a él. Un magnífico combate, ni siquiera lo vi venir, en un combate real creo que no me hubiera levantado. Y tiene razón, nada como un martillo para contrarrestar una coraza, un peto o... Miró para el gallo de su escudo hecho pedazos. O un escudo. Creo que habrá que repararlo, aunque el golpe ha sido tan fuerte que no se si tendrá arreglo. Se quitó el escudo y lo tiró a un rincón, si seguían combatiendo o cogía otro o peleaba sin escudo, ese solo sería un estorbo. Con una fuerza como la suya creo que hasta "El Muro" se resquebrajaría. Larkyn sonrió al caballero, no le gustaba perder pero hacerlo contra Ser Byron Morrigan y poder contarlo era motivo para mantener el buen humor. Yo sin embargo ni siquiera conseguí inquietarlo con mi pobre golpe, creo que tendré que seguir practicando. Aunque por mucho que practicara nunca llegaría a tener la fuerza de un tipo tan enorme como Ser Byron, eso era imposible. Aunque gracias por sus palabras de halago, es un orgullo para mi recibirlas. Y no se preocupe, estoy bien, el escudo se llevó la peor parte. Larkyn hizo una pequeña reverencia de respeto hacia el caballero concediéndole oficialmente lo que todos tenían claro, que había ganado el lance claramente. Después se quedó expectante por si Ser Byron daba por finalizado el entrenamiento o quería seguir probando las cualidades del pupilo.

Miró a su alrededor, todos seguían expectantes, aunque entre los soldados las risas de antes del comienzo se habían transformado en caras de sorpresa pues seguramente no esperaban que Larkyn hubiera opuesto tanta resistencia.

Bueno, Ser Byron colaboró, si me hubiera pegado en otro sitio seguro que se estaban riendo y apostando cuando tardaría en levantarme.

Paseó la mirada mientras sonreía, no quería que nadie se preocupara por su estado, sobre todo el pequeño Arthur que tendría el corazón dividido entre ver una nueva hazaña de su tío y que Larkyn saliera ileso. Farryn miraba sonriente, seguramente su escudo roto y el vuelo que había dado tras el golpe de Ser Byron serían motivo de bromas durante una buena temporada, aunque no dudaba que si le hubiera pasado algo estaría preocupada, como el resto. Ser Owen parecía satisfecho de su desempeño, como si aquello le confirmara que no había sido una completa pérdida de tiempo dedicarse a enseñar al muchacho lo que sabía. Lady Shiera y el Maestre Lebron no eran muy aficionados a las actividades bélicas, pero seguramente que ambos estarían contentos de que nadie hubiera resultado herido de gravedad por el momento.

Me pregunto si un brazo dolorido será suficiente excusa para saltarme la clase...

-Eres un hueso duro de roer, chico! le dijo palmeandole la espalda Estas seguro que estas bien? Mañana tenemos que seguir con las distintas armas caballerescas: Lanza, espada y mi favorita, el hacha.

Se permitio sonreir ante el joven. Definitivamente tenia madera de caballero. Si en los dias subsiguientes seguia demostrando tanta tenacidad y habilidad, el mismo lo nombraria caballero despues de algun torneo. Quizas hasta organizaran uno para el dia del nombre de Arthur...

La dama miró al recién llegado maestre y suponiendo que quería noticias se las dio sin más.

Mas o menos sabía o intuía la respuesta del maestre pero lady Shiera nunca se pasaba por alto los consejos de su gente.

-Lord Renly quiere que enviemos tropas a Refugio Estival, al parecer tienen problemas. ¿Qué opináis?

-Muchas gracias Ser Byron, lo hice lo mejor que pude y si conseguí resistir fue gracias a las lecciones magistrales de Ser Owen, nunca escatimó esfuerzo para que aprendiera a manejarme lo mejor posible. La palmada en la espalda de Ser Byron, aunque afectuosa, le hizo recordar que la caída hacia atrás había dejado también algún recuerdo, pero nada importante. Se acarició el brazo y abrió y cerró los dedos de la mano. Estoy bien, mañana podré proseguir sin problema.

No era la primera vez que se llevaba un golpe, claro que los de Ser Byron tenían una potencia que nunca había visto en ningún hombre. Sabía que debía acostumbrarse a llevar golpes y a luchar malherido si era necesario, los enemigos nunca dejaban descanso y aprovechaban las circunstancias más adversas para tomar ventaja.

-¿El hacha? ¡También es mi favorita! Respondió entusiasmado Larkyn que siempre se había encontrado más cómodo empuñando aquellas armas. Claro que la hacha de Ser Byron haría parecer a las otras como simples hachas de leñador. Creo que sigue tan en forma como siempre Ser Byron, lástima que no tenga un contrincante a su altura para demostrarlo. Pero a mi no me importa practicar, siempre se aprende algo. ¿Como hizo para derribarme? ¡Ni siquiera lo vi venir!

Se quitó el capacete de cuero y comenzó a desabrocharse el peto de cuero, contra otros rivales quizás hubieran sido necesarios pero no contra Ser Byron que tenía un control total de sus golpes, además de nada le hubieran servido contra la maza. Aún así siempre le daba sensación de seguridad el llevarlos. Se acercó junto al caballero hacia el joven Arthur e hizo una ligera reverencia.

-Mi Señor, creo que debe nombrar a su tío justo vencedor del día.

El maestre acudió al encuentro de su señora, tras la llegada del mensajero. Sabía que debía ser algo importante, aún así apenas podía creer las noticias que escuchaba. Refugio estival estaba camino al Dominio y también a Dorne. No llegaba a comprender las intensiones del hermano del Rey, sea cuales fuesen no eran buenas noticias, al menos para él que disfrutaba mas de la paz de la lectura que de la sinfonía del acero.

- Mi Lady, le agradezco tenga en cuenta mi opinión, pero ésta es muy simple, Lord Renly es Señor del Bastión de las Tormentas y hermano de nuestro Rey, así que debemos hablar con Lord Byron y Ser Owen a la brevedad. Claro que la última palabra la tendrais vos y Arthur, pero la experiencia de estos hombres no tiene par en esta casa, le serán de ayuda para organizar las tropas. Perdón la intromisión, pero sabe el motivo por el cual se solicitan dichas tropas?- no podía dejar de recordar que Refugio Estival era un camino obligado para Van, aunque evito transmitirle preocupaciones a la madre de su señor.

Shirra se quedó pensativa un momento, mirando fijamente a Lebrón. Sabia que él tenía razón y debía hacer llamar a su cuñado y con ser Owen.

-Al parecer hay un grupo de bandidos por allí y necesita ayuda para deshacerse de ellos. Debe ser una muy grande pero bueno, negarme no lo haría jamás. Evidentemente tampoco está en mis manos toda la decisión. Sólo espero que Van no tenga problemas con esto. Espero que podáis aguardar aquí hasta que vengan ambos caballeros.

Llamó a uno de los sirvientes y les dio la orden de buscar a ser Owen y ser Byron.

Con gusto se habria quedado para disfrutar de la compañia del pupilo y su sobrino, pero justo cuando uno de los chicos de los establos empezaba a sacarle la coraza, uno de los siervos del castillo le comunico a el y a ser Owen la urgencia con la que su cuñada los reclamaba.

-Lo siento Arthur, Larkyn. Hoy a la noche celebraremos: Estoy seguro que a Lady Shiera no le molestara que Arthur tome un poco de vino especiado, eh?

Nego con la cabeza al chico de los establos. -Dejala puesta, quizas la necesite le dijo mientras le ponia un penique en la mano Ser Owen, en marcha?

Ser Owen había seguido con atención el combate. Ciertamente el muchacho se había defendido con gran valor pero los ataques de ser Byron habían sido demoledores. De ello eran testigos los pedazos de escudo que el maestro de armas había podido recoger del suelo, la mayoría astillas.

- Bueno, este escudo ya ha llegado al final de sus días - dijo con pesar pero con una sonrisa en el rostro.

Acercándose a Larkyn no pudo más que felicitarlo y animarlo ante las palabras que había cazado al aire. Si realmente quería aprender a manejar el hacha, podía perfectamente ser el próximo entreno.

La noticia de los bandidos había, pues, alcanzado a Owen celebrando el éxito del joven muchacho. Bien - pensó - ya estaba bien de tanto entretenimiento y festejo. Parece que iba siendo hora de dar un poco de actividad a mis ya oxidados huesos.

- En marcha Ser Byron.

Ambos caballeros llegaron sin mucho tardar a la habitación de Lady Shiera. Donde el Maestre y ella conversaban ya de antes. Estaban solos en aquel lugar. Solo custodiados por dos guardias en la puerta.

Ni bien entraron su cuñado y ser Owen en el recinto, Shiera los invitó a sentarse.

-Sé que habéis estado ocupados en el entrenamiento pero eso es importante. La mirada de la regente era calma y serena, de momento.-Lord Renly ha solicitado que enviemos nuestras tropas a Refugio Estival. Hay una banda de bandidos que por lo que entiendo debe ser grande o no necesitaría de todos los señores de los alrededores. Escucho vuestras opiniones, mis señores.

Aunque se imaginaba que na respuesta sería muy parecida a la del maestre, ella realmente quería saber qué opinaban los recién llegados.